Cita Iniciado por Luis de Lucena Ver mensaje
No habla vuaced no con un pacifista, ni siquiera con un pacífico.
Tampoco yo he dicho que tenga una de tales condiciones. Hago una pregunta lógica, pues ser pacifista no significa ser pacífico. Del mismo modo, se puede ser pacífico y ser valiente. Obviamente, la postura de la Iglesia ha ido variando con el tiempo y hoy en ella no creo que haya nadie que propugne una cruzada. Mientras que durante la Edad Media el mundo católico tenían plena conciencia de practicar la guerra santa, que, salvando muchos aspectos, era una idea que hoy se asemejaría a lo que sienten los yijadistas. Por supuesto, no son los mismos ni las razones, ni los objetivos, ni los métodos. Organizar una cruzada era organizar un ejército, era desplazarse a Tierra Santa a liberar los Santos Lugares del dominio musulmán, y el método cumplía con todos los requisitos bélicos. Lo que hacen los yijadistas es terrorismo, individuos solitarios que se autoinmolan, u organizados en células, que matan indiscriminadamente con el único objetivo de la venganza por lo que supuestamente les ha hecho Occidente, teniendo esto un sentido demasiado amplio. Nosotros hemos nacido en Occidente, en alguno de los países que pertenecen a ese ámbito geográfico. Sólo esa circunstancia ya nos hace ser vistos como enemigos. Si, además, somos "infieles", para las mentalidades de estos sujetos, mayor causa todavía. Es decir, les tiene sin cuidado lo que cada uno seamos o hagamos, da igual si se trata de un judeo-liberal que un antisistema, basta con que sea originario de donde es. Por esa razón, aunque no se tenga la más mínima responsabilidad en lo que hacen los gobiernos occidentales, todo vale para todos por igual.

Pero, también es obvio que la Iglesia Católica es algo muy distinto. Hoy la Iglesia es mucho más pacífica, ¿pero cómo no serlo después de haber asistido impotente a dos guerras mundiales? ¿cómo no serlo si prácticamente no ha habido un momento de paz en todo el mundo desde 1945? Si hoy se planificase una cruzada con la misma intención y ánimo que las medievales sería, literalmente, el inicio de la tercera guerra mundial.