Me doy perfecta cuenta que la palabra «propiedad» ha sido contaminada en nuestro tiempo por la corrupción de los grandes capitalistas. Si escuchara lo que se dice, resultaría que los Rothschild y los Rockefeller son partidarios de la propiedad. Pero es obvio que son sus enemigos, porque son enemigos de sus limitaciones. No desean su propia tierra, sino la ajena… El hombre que siente la verdadera poesía de la posesión desea ver la pared donde su jardín se encuentra con el de Smith, el cerco donde su granja se encuentra con la de Brown. No podrá ver la forma de su propia tierra hasta que no vea los linderos de la de su vecino. Resulta la negación de la propiedad que el duque de Sutherland tenga todas las granjas de su condado, como sería la negación del matrimonio que tuviera todas nuestras esposas en un harén.Es que en realidad la doctrina social de la Iglesia no es ni capitalismo ni comunismo. Ambos extremos son malos. La Doctrina Social de la Iglesia es verdaderamente justa y equilibrada. Otra cosa es que luego haya quienes la interpreten según su gusto y conveniencia.
Fuente: Lo que está mal en el mundo. G. K. Chesterton
Visto en: G. K. Chesterton: Sabiduría e Inocencia. Joseph Pearce. Página 203.
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