DOCUMENTO 3
Decreto de corrección del De revolutionibus orbium coelestium de Copérnico
Acta de la Sesión de la Congregación del Índice de 1 de Mayo de 1620
La Congregación tuvo lugar en el Palacio del Ilustrísimo y Reverendísimo Señor Cardenal Belarmino, estando presentes los Ilustrísimos y Reverendísimos Señores Cardenales Belarmino, Barberini, Millini, Lancelloti, Ubaldini, Cobelluzi, Orsini, y el Maestro del Sacro Palacio.
[…]
Igualmente, el Secretario [de la Sagrada Congregación del Índice] propuso, si así placía a Sus Ilustrísimas Señorías, que la corrección [del libro] de Copérnico sea finalmente publicada, etc.
Y los Ilustrísimos Señores han decidido que ésta pueda publicarse.
[…]
Decreto-Edicto de 15 de Mayo de 1620
Advertencia [Monitum] al lector [del libro] de Nicolás Copérnico, y corrección del mismo.
Los Padres de la Sagrada Congregación del Índice decretaron que el escrito del distinguido astrónomo Nicolás Copérnico, Sobre las revoluciones de los orbes celestes, había de ser prohibido absolutamente, porque no trata como hipótesis, sino que expone como completamente ciertos, principios acerca de la posición y el movimiento del globo terrestre que son repugnantes a la verdadera y católica interpretación de la Sagrada Escritura; esto difícilmente ha de tolerarse en un cristiano. Sin embargo, puesto que la obra de Copérnico contiene muchas cosas que son muy útiles al común público, en aquella decisión les plugo, por unánime consentimiento, permitir que se imprimiera con ciertas correcciones conformes a la enmendación abajo adjuntada, en aquellos lugares en donde él discute la posición y el movimiento de la Tierra, no como una hipótesis, sino como una aserción. En efecto, las copias que se impriman de aquí en adelante sólo serán permitidas con los antedichos lugares enmendados conforme a como se indica seguidamente, y con esta corrección añadida al Prefacio de Copérnico.
Enmendación de los pasajes del libro de Copérnico que son considerados dignos de corrección:
En el Prefacio, hacia el final.
Suprímase todo desde “Si por casualidad” hasta las palabras “estos trabajos nuestros”, y aquí se encaja lo siguiente: “Por lo demás, estos trabajos nuestros”.
En el Libro 1, Capítulo 1, página 6 [1].
A partir de donde dice “si consideramos la cosa con más atención”, corríjase por “si consideramos la cosa con más atención, es indiferente que la Tierra esté en el centro del mundo o fuera del centro, siempre que se salven las apariencias de los movimientos celestes. Pues, todo cambio, etc.”
En el Capítulo 8 del mismo Libro.
Todo este Capítulo podría ser expurgado ya que expresamente trata del movimiento de la Tierra al tiempo que refuta los antiguos argumentos que prueban su estabilidad; sin embargo, ya que es preferible hablar en sentido problemático, así como satisfacer a los estudiosos y mantener íntegro el orden secuencial de los Libros, puede ser enmendado como se indica seguidamente.
Primero, en la página 6, suprímase la oración desde “Luego, por qué” hasta la palabra “salimos”, y corríjase el pasaje de esta manera: “Luego, por qué dudamos aún en concederle un movimiento por naturaleza congruente con su forma, en vez de deslizarse todo el mundo, cuyos límites se ignoran y no se pueden conocer; y que lo que aparece en el cielo ocurre de la misma manera que lo que dijera el Eneas de Virgilio, cuando afirma: etc.”.
Segundo, en la página 7, la oración que comienza con la palabra “Añado”, debe corregirse de esta manera: “Añado también que no supone mayor dificultad adjudicar un movimiento al contenido y localizado, que es la Tierra, que al continente”.
Tercero, en la misma página, al final del Capítulo, el pasaje desde la palabra “Adviertes” hasta el final del Capítulo ha de ser suprimido.
En el Capítulo 9, página 7.
Corríjase el comienzo de este Capítulo hasta la frase “Pues, que”, de esta forma: “En consecuencia, si asumo que la Tierra se mueve, pienso que ahora hay que ver si también le pueden convenir varios movimientos. Pues, que etc.”
En el Capítulo 10, página 9.
Corríjase la oración que comienza con “Por ello”, de esta forma: “Por ello, no nos avergüenza asumir etc.”.
Y un poco más abajo de ella, donde dice “se verifica aún mejor con la movilidad de la Tierra”, corríjase por: “se verifica consecuentemente con la movilidad de la Tierra”.
En la página 10, al final de ese Capítulo, suprímanse las últimas palabras: “Tan admirable es esta divina obra de [Dios] Óptimo Máximo”.
En el Capítulo 11.
El título del Capítulo se ha de cambiar de este modo: “De la hipótesis del triple movimiento de la Tierra, y su demostración”.
En el Libro 4, Capítulo 20, página 122.
En el título del Capítulo suprímanse las palabras “estos tres astros”, ya que la Tierra no es un astro, como lo pretende Copérnico.
Fray Francesco Maddaleni Capiferro, O. P., Secretario de la Sagrada Congregación del Índice.
Roma, Prensa del Palacio Apostólico, 1620.
[1] En realidad, es el Libro 1, Capítulo 5, página 3.
Nota mía complementaria. Para ver mejor las correcciones realizadas en el libro de Copérnico, reproduciremos las partes del texto original que fueron eliminadas, presentándolas en rojo; y añadiremos las partes de texto nuevas que fueron introducidas, presentándolas subrayadas.
La primera corrección se limitaba a suprimir varias de las primeras oraciones del último párrafo del Prefacio de Copérnico:
[…] Pero, para que tanto los doctos como los ignorantes por igual vieran que yo no evitaba el juicio de nadie, preferí dedicar estas lucubraciones a Su Santidad, antes que a cualquier otro, puesto que también en este remotísimo rincón de la Tierra, donde yo vivo, es considerado como Eminentísimo por la dignidad de Vuestra Orden, y también por Vuestro amor a todas las letras y a las matemáticas, de modo que fácilmente con Vuestra autoridad y juicio podéis reprimir las mordeduras de los calumniadores, aunque esté en el Proverbio que no hay remedio contra la mordedura de un sicofante.
Si por casualidad hay charlatanes que, aun siendo ignorantes de todas las matemáticas, presumiendo de un juicio sobre ellas por algún pasaje de las Escrituras, malignamente distorsionado de su sentido, se atrevieran a rechazar y atacar esta estructuración mía, no hago en absoluto caso de ellos, hasta el punto de que condenaré su juicio como temerario. Pues no es desconocido que Lactancio, por otra parte célebre escritor, aunque matemático mediocre, habló puerilmente de la forma de la Tierra, al reírse de los que transmitieron que la Tierra tiene forma de globo. Y así, no debe parecernos sorprendente a los estudiosos, si ahora otros de esa clase se ríen de nosotros. Las matemáticas se escriben para los matemáticos, a los que Por lo demás, estos trabajos nuestros, si mi opinión no me engaña, les parecerán que aportan algo a la república eclesiástica, cuyo principado tiene ahora Su Santidad. […]
La segunda corrección cambiaba el siguiente pasaje del Libro I, Capítulo 5, página 3 (anverso):
Aunque entre los autores, una mayoría conviene en que la Tierra descansa en medio del mundo, de manera que juzgan inopinable y hasta ridículo pensar lo contrario, sin embargo, si consideramos la cosa con más atención, esta cuestión todavía no ha sido resuelta, y por tanto no es nada despreciable. es indiferente que la Tierra esté en el centro del mundo o fuera del centro, siempre que se salven las apariencias de los movimientos celestes. Pues, todo cambio según la posición que aparece […]
La tercera corrección es en el Libro I, Capítulo 8, en las siguientes frases de la página 6 (anverso):
Luego, por qué dudamos aún en concederle [a la Tierra] un movimiento por naturaleza congruente con su forma, en vez de deslizarse todo el mundo [el Universo], cuyos límites se ignoran y no se pueden conocer; y no confesamos, sobre la revolución diaria, que es apariencia en el cielo y verdad en la Tierra; y que estas cosas son como y que lo que aparece en el cielo ocurre de la misma manera que lo que dijera el Eneas de Virgilio, cuando afirma: salimos del puerto, y las tierras y las ciudades retroceden.
La cuarta corrección se refiere al final del Capítulo 8 del Libro 1, en la página 7 (anverso):
Añado también que parecería bastante absurdo adjudicar un movimiento al continente o localizante, y no más bien al contenido y localizado, que es la Tierra. no supone mayor dificultad adjudicar un movimiento al contenido y localizado, que es la Tierra, que al continente.
La quinta corrección se refiere a la última frase de ese mismo Capítulo 8 del Libro 1, la cual había de ser suprimida por completo:
Adviertes, por tanto, a partir de todas estas cosas, que es más probable la movilidad de la Tierra que su quietud, sobre todo con respecto a la revolución diaria, en tanto que mucho más propia de la Tierra.
La sexta corrección concierne a la primera oración del siguiente Capítulo 9 del Libro 1:
En consecuencia, como nada impide la movilidad de la Tierra si asumo que la Tierra se mueve, pienso que ahora hay que ver si también le convienen pueden convenir varios movimientos, de modo que pueda considerarse uno de los astros errantes [planetas]. Pues, que no es el centro de todas las revoluciones […]
Los dos siguientes cambios se producen en el Capítulo 10 del Libro 1, página 9 (anverso). Los dos consisten en sustituir una palabra por otra en una oración.
Así pues, la séptima corrección se realiza en esta oración:
Por ello, no nos avergüenza confesar asumir que este todo que abarca la Luna, incluido el centro de la Tierra, se traslada a través de aquella gran órbita entre las otras estrellas errantes [planetas], en una revolución anual alrededor del Sol, y alrededor del mismo está el centro del mundo: […]
Y la octava corrección tiene lugar en la oración inmediatamente siguiente:
[…] por lo que, permaneciendo el Sol inmóvil, cualquier cosa que aparezca relacionada con el movimiento del Sol se verifica aún mejor consecuentemente con la movilidad de la Tierra; […]
La novena corrección consiste en suprimir la última frase del Capítulo 10, Libro 1, en la página 10 (anverso):
Tan admirable es esta divina obra de [Dios] Óptimo Máximo.
La décima corrección se limitaba a cambiar el título del Capítulo 11 del Libro 1. El título que aparecía era el de: «De la demostración del triple movimiento de la Tierra». Y debía ser sustituido por el de: «De la hipótesis del triple movimiento de la Tierra, y su demostración».
Por último, debía ser suprimido parte del título del Capítulo 20 del Libro 4, quedando de la siguiente forma:
«De la magnitud de estos tres astros, el Sol, la Luna y la Tierra, y de su comparación mutua».
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