Re: El camino hacia la aceptación oficiosa en la Iglesia del copernicanismo

Iniciado por
Rodrigo
Pues en España siempre se habló de "el Rey Nuestro Señor" y hasta hace nada era muy común en las cartas escribir "Muy señor mío", sin que a nadie se le ocurriese pensar que decir esas cosas podía ser poco menos que... ¿blasfemo?
No es lo mismo decir "Muy Señor Mío" al inicio de un escrito, por puro formulismo, porque en España, como en otros países, a las autoridades ya sean reyes, señores feudales, cargos públicos civiles, que llamar "Nuestro Señor" a un Papa que es el representante de Cristo en el mundo. Vamos, como si al "senescal" del rey se le da tratamiento de "su majestad".
Luego no entiendo el ataque ni la falta de respeto al forista Martin Ant, puesto que en este hilo se ha limitado a recoger interesantes documentos acerca de la postura de la Iglesia a lo largo del tiempo respecto al copernicanismo. No veo que haya calificado de no católicos o cosa por el estilo a los que no sostienen el geocentrismo.
Ni hay ataque, ni falta de respeto, pero si hay crítica, porque ¿cómo se llama a colgar 74 páginas de textos sin dar oportunidad razonable de respuesta, o es que este asunto se va a convertir en un diálogo de sordos? Por otra parte, el tema del geocentrismo está más que debatido en el Foro de Ciencia entre este señor y yo mismo. Pero, de forma para mi intencionada, cada equis tiempo vuelve a la carga con la misma historia, y en esta ocasión en el Foro de Religión, ¡qué casualidad! Por supuesto, no califica de no católicos a quienes discrepamos abiertamente de semejante hipótesis pagana, desde Babilonia hasta Ptolomeo en su Almagesto,
Por lo demás, no está de más recordar que la Sagrada Escritura es palabra de Dios y por tanto no puede faltar un ápice a la verdad, por más que algunos pasajes requieran interpretación (la cual solo puede darla con autoridad la Iglesia).
Lo cual nadie ha negado, pero la Iglesia no se quedó en el Siglo XVII, sino que ha seguido viva y a tenor de los tiempos. Y eso, sin contar conque en esa misma Iglesia nunca hubo unanimidad en estos temas (bueno y en otros tampoco), tal como ha quedado sobradamente demostrado en los documentos aportados, y sus textos, en esos otros hilos que en el mencionado Foro de Ciencia ya trataron de este asunto. Y es que Iglesia somos todos los bautizados y que seguimos a Cristo, los de todos los siglos desde el I hasta hoy en día.
Lo que sin duda no es católico es negar santidad a quien está en los altares.
Pues ya se dirá que debemos pensar de quienes dudan de la santidad de Juan Pablo II, por ejemplo.
Como tampoco lo es sostener que Dios no ha creado a una primera pareja de la cual procede todo el género humano (como dicen los darwinistas, que consideran inaceptable que en un momento del supuesto proceso evolutivo haya habido una sola pareja de la que descienda toda la humanidad) o afirmar que la vida se genera de manera espontánea y que, por tanto, por fuerza deba haber algún tipo de vida en algún otro de los innumerables planetas que hay en el universo.
Tres cuestiones bien diferentes, y es que, por ejemplo, en los mensajes de Garabandal, lo mismo que se afirmó que hubo una creación de Adán y Eva, también que hay varios mundos en los que "hay gente". Lo cual no entra en contradicción alguna cuando se pueden leer pasajes como éste:
"Enviará a sus ángeles, y juntará a sus elegidos de los cuatro vientos, del extremo de la tierra hasta el extremo del cielo" (San Marcos 13, 27)
Y no es la única referencia, hay diversas al respecto, también en el AT. No obstante, ese es otro tema que también se ha tratado con anterioridad, si bien ha pasado tiempo ya se encuentra en los fondos del sitio.
Quien prefiera quedarse con la ciencia atea (supuestamente "empírica" en teoría y elucubradora de innumerabes y extravagantes teorías no demostradas en la práctica) en lugar de la teología católica (que también es una ciencia), allá él. Pero solo esta última lleva el sello de la infalibilidad.
La Iglesia Católica ha hecho una gran aportación a la Ciencia (Metafísica, Ontología y Teología), y también a las "ciencias", aportaciones citadas exhaustivamente también en este mismo sitio, documentado todo ello, sobre lo mismo que defines como la ciencia atea (supuestamente "empírica" en teoría y elucubradora de innumerabes y extravagantes teorías no demostradas en la práctica (aparte de la hipótesis evolutiva, que requiere de revisiones y sobre la cual se ha tratado profusamente, deberías citar otras ciencias y sus teorías) como parte de una especie de elección personal: ¿o esto o lo otro? y es una manifestación abiertamente maniquea, porque resulta que hay un enorme número de investigadores católicos entre los científicos.
Lo que si que no es cristiano, es reducir a Dios a un ente pequeño, canijo, hecho a la medida humana y limitando tanto su voluntad como su capacidad creadora. a luz de los conocimientos de pasadas épocas eran comprensibles muchas actitudes, pero ¿podemos suponer que esos mismos de vivir hoy pensarían igual? Entre los dones que Dios nos da, además de la fe, también está nuestra capacidad para conocer su obra y admirarlo y amarlo aún más, todavía más. Pero si hay quienes se alejan de Él a causa de tales conocimientos, allá ellos en el ejercicio de su libertad y en las cuentas que habrán de dar. Las banderas no matan, matan los hombres que las usan; la ciencia no va contra Dios, la ciencia algunos hombres la usan en su contra, lo que es muy diferente. Y, por último, no olvidemos en la parte de responsabilidad que pueda corresponder a ciertos miembros de la Curia, de entonces y de hoy, sobre la situación que se planteó a raíz de esta polémica, falsa en sus principios y que, sin embargo, ha llevado a esta ruptura -particularmente en el XIX-, cuando no tenía que haber sido así. La evidencia no se puede negar, se podrán discutir ciertos aspectos, pero nunca negar.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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