Respuesta: Saludos a todo el foro
Bueno, yo también estoy con DON COSME y con ESCUELA DE SARA. Y para intentar que se comprenda un poco más cómo respira la gente allí, voy a explicarlo con una anécdota. Antes de conocer a la que luego se convertiría en mi mujer, tuve una relación con una paisana donostiarra. Yo vivo en Madrid y voy a Donosti mucho menos de lo que quisiera (mi padre reposa en Polloe, y allá irán mis restos el día en el que Dios me llame). Y cada vez que iba me apetecía muchísimo ir a un sitio llamado Aldaba. Aquí, a 20 km de Donosti, junto a Tolosa, en lo alto de los montes, había una preciosa ermita de estilo muy modernista, junto a un caserío en el que te preparaban unas estupendas tortillas de patata con "sagardua" (la sidra natural). Me encantaba ese sitio, pasar las tardes muertas entre manzanos y tumbado sobre la hierba.
Pero a esta novia, pese a ser conductora y propietaria de su coche no le apetecía mucho. Yo por entonces era usuario del "Autobús de San Fernando" ("unas veces a pie, y otras andando"), así que me tenía que aguantar las ganas. Un día le pregunté por la razón por la cual se resistía tanto a ir a Aldaba. Su respuesta fue una sorpresa para mí: "Es que es un viaje". Me dejó en cuadro, pues lo que vino a continuación fue toda lección de antropología. Respondí con una pregunta: " ¿Veinte kilómetros es un viaje? para añadir a continuación otra: "E ir a Madrid qué es entonces para tí? . "Una aventura" me replicó.
En mi opinión las respuestas a estas cuestiones que se ven en el País Vasco van por ahí. No recuerdo de quien es la afirmación de que los nacionalismos se curan viajando, pero curiosamente cuando yo voy a Donosti y entro ya por la carretera en Álava me pregunto ¿y éstos qué quieren?. La respuesta me viene a la cabeza enseguida al acordarme de Aldaba.
Ahari jokua,
España es casi 70 veces más extensa que Euskal-Herría, 82 veces si añadimos Portugal. Cuando estás allí siempre, parece que España no existe, o que es algo lejano, pero cuando se va al País Vasco desde cualquier punto, la sensación es de estar entrando en "un rincón" peninsular. Sólo la llamada "Comunidad de Madrid" es tan extensa como todo el País Vasco. Esas realidades no es posible ignorarlas nada más que por pura voluntad.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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