Las antiguas relaciones reverdecieron en los siglos XVII y XVIII cuando España se convirtió en tierra de asilo natural para muchos irlandeses.

Las familias españolas descendientes de irlandeses solemos conservar conciencia de nuestro origen, y de que llegamos huyendo de la persecución protestante.

En mi familia, descendemos de Thomas Butler O'Neill, que llegó a Sevilla hacia 1717 (había nacido justo en 1700)

Era de una rama segundona de los grandes Butler de los Duques de Ormonde, aunque emparentada con ellos, con los Fitzgerald, Condes de Desmond, y con los O'Brien de Thomond.

Thomas, casi adolescente, nacido en el auge de la represión protestante (de la que su familia habría podido librarse con apostatar del catolicismo), tuvo que dejar Irlanda, no sé bien por qué, pero años después, en 1751, el Obispo de Waterford escribió de él un elogio que es glorioso: "Atestiguamos que el arriba alabado Thomas Butler, aunque en la Patria le refulgía la mayor esperanza, prefirió mejor huir a naciones extranjeras que rechazar la vida y la verdadera fe de su casa".

En Sevilla creó una Casa de Comercio, dedicada a la importación de tejidos, creo que irlandeses, volvió a Irlanda para casarse con Mary Clarke, de una familia de grandes mercaderes de Dublín, y de nuevo en España, fue recibido como Hidalgo notorio de sangre en Castilleja de Guzmán, donde estaba hacendado.

Don Tomás y Doña María tuvieron cuatro hijos: Pedro, Tomás, Juan y Agustín, que se fue a la Nueva España y volvió.

Don Tomás Butler Clarke siguió el negocio de su padre, asociándose con Don Francisco de Keyser, en la Casa de Comercio "De Keyser & Butler", en la que llegó a la confianza de la Princesa María Luisa en la Corte, casándose con su hija, la hermosa Juana de Keyser, y viéndose luego envuelto en un ruidosísimo "affaire", aún por desvelar en sus dimensiones políticas, en el que contó con la ayuda de la ya Reina María Luisa y la enemiga de Diego de Gardoquí, primer Embajador de la Monarquía Española en los Estados Unidos, y las posibles conexiones de su socio Don Jorge Dohrman, en Lisboa, con Benjamín Franklin, Jefferson y Madison. Desciendo de él.

En cuanto a Don Juan Manuel Butler Clarke, siguió la carrera de las armas, fue Caballero de Santiago, y con 59 años, Gobernador Militar de Cartagena, en 1808, supo del sitio de Zaragoza, se trasladó allá voluntario con sus oficiales, entre ellos su hijo; fue ascendido por Palafox a Teniente General y nombrado su Segundo; pasó lo que tuviera que pasar, y fue llevado prisionero a Nancy, donde murió a fines de 1813, vislumbrando la victoria de los nuestros.

De manera que la inserción de los Butler en la Historia de España fue profunda.