Revista FUERZA NUEVA, nº 511, 23-Oct-1976
El catalán Octavio Saltor, del Apostolado de la Oración… a la “Diada” rojo-separatista
(…) En este capítulo de cómicas cursilerías, destaquemos que uno de los oradores de la “Diada” fue el pintoresco Octavio Saltor. En Barcelona nadie desconoce que Octavio Saltor era hombre de confianza de Francisco Cambó. Ahora, Octavio Saltor se une con los que ensordecían Barcelona, durante la República, con los gritos de “Mori Cambó i visca Maciá”. A esto se llama fidelidad.
Octavio Saltor, hombre piadoso -nos dice que figura o que pertenecía al Apostolado de la Oración, y ha sido orador en muchos actos de Acción Católica-, tuvo que huir rápidamente de Cataluña durante el periodo rojo. A las órdenes de Cambó, trabajó con ahínco en favor de la España nacional y de Franco. Era hombre de confianza del cardenal Gomá. Su actividad en favor de la España nacional fue constante y apasionada. Para elogiar a Fernando Valls y Taberner, en “El Noticiero Universal”, del 17 de enero de 1964, Octavio Saltor no encontraba mejores adjetivos que éstos para aquel gran catalán: “Caballero español de la cortesía catalana”. ¿Quién puede ponderar el discurso de Octavio Saltor Soler, en 23 de septiembre de 1951, en el Casal de Montserrat, en un homenaje a los mártires benedictinos? Octavio Saltor, allí, glosaba el discurso de Pío XI, canonizando la Cruzada española. Octavio Saltor ha sido uno de los que más ha divulgado la oda “a los mártires hispanos, en versos de maravillosa belleza y encendido dramatismo” -son sus palabras textuales- de Paul Claudel.
Octavio Saltor, ahora mezclado con los incendiarios de iglesias, con los enemigos de la fe, con comunistas convictos, tomó parte en el acto de San Baudilio de Llobregat.
Y allí sucedió algo de lo que se merecía: fue apabullado, silbado, estruendosamente pitado. Los comunistas que le escucharon no pudieron disimular. Es penoso que un hombre anciano como Octavio Saltor manche sus canas en estas colaboraciones. En definitiva, es la línea que la Lliga ya en otras ocasiones ha seguido, fomentando el odio a España y al Ejército. Estos burgueses son incorregibles. (…)
Extraído del artículo “El separatismo, ¿tampoco es contrafuero?” de JAIME TARRAGÓ
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