Búsqueda avanzada de temas en el foro

Resultados 1 al 20 de 26

Tema: La Ciencia en Santo Tomás de Aquino

Ver modo hilado

  1. #1
    Avatar de Valmadian
    Valmadian está desconectado Miembro tradicionalista
    Fecha de ingreso
    23 oct, 06
    Ubicación
    Buscando mi Patria, pero no la encuentro.
    Mensajes
    10,952
    Post Thanks / Like

    La Ciencia en Santo Tomás de Aquino

    Muchas veces se habla de Santo Tomás, se menciona, se cita, se citan pasajes suyos, y hay quienes lo conocen profundidad mientras la mayoría sólo lo ha rozado o a lo sumo conoce su nombre. La intención de este tema es que los mejores expertos en esta materia de Hispanismo.Org ayuden a un más amplio y profundo conocimiento de su pensamiento científico.

    Así pues, empiezo por situar su figura y su pensamiento general con los siguientes enlaces:




    Tomás de Aquino


    Proclamado Doctor de la Iglesia el 11 de abril de 1567 por el papa San Pío V
    Nombre Tommaso d'Aquino
    Apodo Doctor Angélico
    Nacimiento 1224 ó 1225
    Roccasecca, Nápoles, Reino de Sicilia
    Fallecimiento 7 de marzo de 1274
    Abadía de Fossanuova, Lacio, Italia
    Venerado en Iglesia Católica
    Canonización 18 de julio de 1323 por el papa Juan XXII en Aviñón
    Festividad 28 de enero Novus Ordo
    7 de marzo Vetus Ordo
    Atributos Hábito dominico, libro, sol en el pecho
    Patronazgo Todos los establecimientos educativos católicos

    Tomás de Aquino, en italiano Tommaso D'Aquino (Roccasecca o Belcastro,[1] Italia, 1224/1225 – Abadía de Fossanuova, 7 de marzo de 1274) fue un teólogo y filósofo católico perteneciente a la Orden de Predicadores, el principal representante de la tradición escolástica, y fundador de la escuela tomista de teología y filosofía. Es conocido también como "Doctor Angélico" , "Doctor Común" y " Doctor Universal".

    Es considerado santo por la Iglesia Católica. Su trabajo más conocido es la Suma Teológica, tratado en el cual pretende exponer de modo ordenado la doctrina católica. Canonizado en 1323, fue declarado Doctor de la Iglesia en 1567 y Santo Patrón de las universidades y centros de estudio católicos en 1880. Su festividad se celebra el 28 de enero.

    Índice [ocultar]
    1 Biografía
    2 Trabajos de Tomás de Aquino
    3 Pensamiento
    3.1 Fe y Razón
    3.2 Etapas
    3.3 Conocimiento
    3.4 Esencia y existencia
    3.5 Ley natural
    3.6 Unidad cuerpo-alma
    4 Patronazgo
    5 Influencias recibidas y repercusión posterior
    6 Véase también
    7 Referencias
    8 Bibliografía
    8.1 De Tomás de Aquino
    8.2 Sobre Tomás de Aquino
    9 Enlaces externos


    Biografía[editar]Tomás de Aquino nació en 1225 en el castillo de Roccasecca, cerca de Aquino, en el seno de una numerosa y noble familia italiana. Su padre, Landolfo, descendiente a su vez de los condes de Aquino, estaba emparentado con el emperador Federico II. Su madre, Teodora, era hija de los condes de Taete y Chieti. Recibió Tomás su primera educación, a partir de los cinco años, en la abadía de Montecasino, de la que era abad su tío, y permaneció en el monasterio hasta 1239, cuando el emperador Federico II decretó la expulsión de los monjes. Allí realizó los estudios ordinarios de gramática, latín, música, moral y religión. A finales de 1239 se dirigió a la Universidad de Nápoles para continuar sus estudios hasta 1244 cuando, sintiéndose atraído por la vida de los frailes dominicos que había conocido en un convento de Nápoles, ingresó en la orden como novicio. La decisión no fue del agrado de su familia, que hubiera preferido que Tomás sucediera a su tío al frente de la abadía de Montecasino. Enterados de que Tomás se iba a dirigir a Bolonia para participar en un capítulo general de la orden y que posteriormente sería enviado a París para continuar sus estudios, sus hermanos lo raptaron y retuvieron durante más de un año en el castillo de Roccasecca con la intención de disuadirlo de su ingreso definitivo en la orden. Al no conseguirlo, finalmente le permitieron cumplir su voluntad. Se dirigió posteriormente a París, estudió en la Abadía de Montecasino y después en la Universidad de Nápoles. En el año 1244 tomó el hábito dominico y conoció a Alberto Magno, con quien estudiaría en Colonia.

    Posteriormente se doctoró, y en 1252 ejerció como maestro de Teología en la Universidad de París, y en otras ciudades europeas como Orvieto, Roma, Viterbo, Bolonia y Nápoles. En la universidad sufrió el rechazo que padecieron los miembros de las órdenes mendicantes. Sus ideas aristotélicas se consideraron incompatibles con el cristianismo y varias de sus tesis fueron condenadas por el obispo de París Esteban Tempier en 1277. En Oxford también fueron condenadas por parte de los arzobispos de Canterbury Roberto Kilwardby y John Peckhan. Se ha dicho que muy pocos filósofos o teólogos han logrado escribir como él tanta cantidad de trabajos, de tan alta calidad, en el plazo que lo hizo Aquino, un poco menos de tres décadas.

    Murió el 7 de marzo de 1274, cerca de Terracina, camino del Segundo concilio de Lyon. Posteriormente, el 28 de enero de 1369, los restos mortales del gran filósofo y teólogo fueron trasladados a Tolosa de Languedoc, motivo por el cual la Iglesia católica celebra su memoria en esta fecha.

    Después de su muerte, algunas tesis de Tomás de Aquino fueron condenadas por el obispo de París, Étienne Tempier, quien en 1277 lanzó una gran condena de 219 tesis respecto a la Universidad de París. A pesar de esto (era una condena importante, pero local), Tomás de Aquino fue canonizado el 18 de enero de 1323. Las condenas de 1277 fueron levantadas en lo que respecta a Tomás de Aquino el 14 de febrero de 1325.

    Trabajos de Tomás de Aquino[editar]La obra escrita de Tomás de Aquino es inmensa. Sus obras más extensas, y generalmente consideradas más importantes y sistemáticas, son sus Sumas: la Summa Theologiae, la Summa contra Gentiles y su Scriptum super Sententias. Aunque el interés y la temática principal siempre es teológico, cuenta también con varios comentarios a obras filosóficas, con obras filosóficas, polémicas o litúrgicas. A lo largo de la historia se le han atribuido obras espurias, que con el paso del tiempo han dejado de ser consideradas de su autoría. Así, sus obras se encuentran divididas en:

    Tres síntesis teológicas, o summas Nueve tratados en la forma de disputas académicas Doce disputas quodlibetales
    Nueve exégesis sobre las Sagradas Escrituras Una colección de glosas de los Padres de la Iglesia sobre los Evangelios Once exposiciones sobre los trabajos de Aristóteles
    Dos exposiciones de trabajos de Boecio Dos exposiciones de trabajos de Proclo Cinco trabajos polémicos
    Cinco opiniones expertas, o responsa Quince letras sobre teología, filosofía o temas políticos Un texto litúrgico
    Dos oraciones famosas Aproximadamente 85 sermones Ocho tratados sobre teología

    Pensamiento[editar]Fe y Razón[editar]El pensamiento de Aquino partía de la superioridad de las verdades de la fe, sin embargo, ello no le impidió presentar a la filosofía como un modo de conocimiento racional plenamente autónomo capaz de por un lado, concordar armónicamente con la teología, y por el otro, de tratar de forma independiente los más diversos aspectos de la realidad.

    En su obra Suma Teológica, producto que nos muestra de la madurez intelectual alcanzada, encontramos un fragmento llamado De legibus en que plantea una de sus ideas más representativas, en la que considera el “fin” como aquello que determina la acción de los hombres. Para Tomás de Aquino no existe acto humano donde la voluntad y la razón, como facultad del libre albedrio, no tenga en sí mismo un punto al cual dirigirse, esto quiere decir, un fin, donde es la razón exactamente quien determinara el medio por el cual alcanzarlo.

    Etapas[editar]Se puede analizar su pensamiento de acuerdo a dos etapas:

    Primera (1245–1259). En este período predominan las influencias de Platón (Avicena y Alberto Magno) y las neoplatónicas (Agustín de Hipona y el Pseudo Dionisio).
    Entre las obras más importantes de esta etapa podemos destacar: los comentarios a las obras de Pedro Lombardo, Boecio (Sobre la Trinidad), el opúsculo titulado De ente et essentia y el libro primero de la Suma contra Gentiles. La función de esta obra era servir de apoyo a los predicadores que tenían que discutir con judíos y musulmanes, valiéndose de argumentos racionales y filosóficos sin tener que basarse sólo en la fe.

    Segunda (1259–1273). Sin cambiar su pensamiento precedente, domina en el filósofo el pensamiento aristotélico, logrando una síntesis entre platonismo y aristotelismo. Así comenta ampliamente la Ética a Nicómaco.
    En este momento la universidad de París atraviesa un momento de gran inestabilidad que se manifiesta en la pugna entre franciscanos, de orientación agustiniana, y los dominicos, con fuertes influencias aristotélicas.

    Tomás de Aquino realiza en esta etapa toda una síntesis de los problemas filosóficos más discutidos (fe–razón, creación, política). Entre sus obras podemos destacar: finaliza la Suma contra los gentiles, cuestiones disputadas sobre el mal, sobre el alma, opúsculos contra los averroístas, como De aeternitate mundi y el De unitate intellectus. La obra más importante de Tomás de Aquino es la Summa Theologiae (1265–1272), en la que logra una sistematización entre teología y filosofía.

    Conocimiento[editar]El entendimiento elabora conceptos a partir de la percepción que se recibe por los sentidos. Existe una capacidad abstractiva que convierte las sensaciones en conceptos universalizando las representaciones sensibles extrayendo los rasgos esenciales. La materia permite conocer las cosas singulares mediante un proceso de individuación. Así, mediante la razón, se puede llegar a la realidad de las cosas.

    Esencia y existencia[editar]Las cosas son contingentes, podrían no existir. Su esencia no implica necesariamente su existencia. La esencia se corresponde a la potencia aristotélica y la existencia se corresponde con el acto aristotélico. Sólo en Dios su esencia es, al mismo tiempo, acto.

    Nada pasa de la potencia al acto (el movimiento aristotélico) sino por la acción de algo que ya está en acto. Dios es puro acto y su existencia se prueba mediante la idea de causa, pues es la causa incausada, el motor inmóvil. La nada nada puede producir, la nada nada puede mover y la razón reclama un ordenante de las cosas hacia su fin, por eso, según Tomás de Aquino, tiene que existir un ser necesario como causa primera y como causa final. Ello se expresa mediante las llamadas cinco vías.

    Dios, para Tomás de Aquino, apartándose de Aristóteles, no es el ser necesario y eterno cerrado en si mismo, sino que crea por amor y se comunica con el mundo, que es creación, por amor porque en la divinidad inteligencia y amor coinciden.

    Ley natural[editar]El fin último del hombre es alcanzar la felicidad. Para obtenerla debe responderse a su naturaleza. Por eso existen unas normas que derivan de su naturaleza que constituyen la ley natural. En consecuencia, la ley positiva, si es contraria a la ley natural, es injusta pues atenta contra el bien del hombre. De este modo, la ley natural expresa la libertad del hombre y exige una ordenación racional de su conducta. Esto explica que, para Tomás de Aquino, la peor forma de gobierno es la tiranía. Tomás de Aquino recoge las virtudes aristotélicas cuya realización está en el justo medio. Esto se ve corroborado, profundizado y trascendido por la revelación cristiana. Según ésta, el compendio de la ética es el amor al prójimo, que es querer el bien de todo hombre.

    Unidad cuerpo-alma[editar]Tomás de Aquino se aparta de la concepción de Platón que defendía la primacía del alma y sostiene que forma una única substancia con el cuerpo. El hombre es una unidad. El hombre anhela permanecer en ese modo de ser. Por eso, aunque sostiene la inmortalidad del alma, el destino eterno del hombre se cumple con la resurrección mediante la que cuerpo y alma vuelven a reunirse.

    Patronazgo[editar]Es patrono católico de todos los centros de educación del mundo, declarado el 4 de agosto de 1880 por el papa León XIII.

    Influencias recibidas y repercusión posterior[editar]La principal influencia recibida por Tomás de Aquino se encuentra en Aristóteles. De él toma la teoría hilemórfica, y sus aplicaciones en la antropología y epistemología, como la idea de que el alma y el cuerpo forman una única sustancia, aunque se separa del filósofo griego al considerar que el alma es inmortal. También asume de Aristóteles la diferenciación de seres en acto o en potencia o la tesis de que es la forma la que ordena y estructura la materia. Aplica la teoría del ser a Dios, diciendo que Dios es el ser total, causa de todo, pero cambia la noción aristotélica de un Dios exclusivamente ordenador de un Universo eterno por la noción cristiana de un Dios creador del Universo desde la nada (Creatio Ex nihilo). Toma influencias de su teoría del conocimiento que comienza con la experiencia sensible y se termina con la abstracción donde se llega al conocimiento de lo universal. También toma influencias en sus planteamientos éticos, en la idea de felicidad como fin último, el cual constituye el bien supremo; o las virtudes que se entienden como medio para llegar a ese fin. Todo ello lo recibe gracias a su maestro, Alberto Magno.

    De Agustín de Hipona recibe dos de sus causas que explican la existencia de Dios, la que se explica en la primera vía, la del movimiento y la de la perfección. De Platón toma su idea de «participación» para explicar la relación entre el ser y los seres, del mismo modo que Platón explicaba la relación de las ideas con las cosas. Recibe influencias del pensamiento musulmán a través de Avicena, de quien toma la distinción de esencia y existencia y la vía de la contingencia, o de Averroes, de quien asume al menos algunos aspectos suyos en cuanto al problema de los universales, parte de su teoría del conocimiento, sobre el conocimiento divino de los seres particulares, sobre la inmaterialidad del primer motor, sobre Dios como acto puro y sobre el principio de individuación.

    La repercusión posterior ejercida por Tomás de Aquino ha sido inmensa y se comprueba ya que su doctrina fue prácticamente el pensamiento oficial de la iglesia durante muchos siglos.

    Con respecto a la ley natural, si bien no es una postura exclusiva de Tomás de Aquino, el concepto tiene un rol central en la postura oficial de la Iglesia. Aparece en el Derecho internacional gracias a los aportes hechos por tomistas de la segunda escolástica.

    Algunos de los seguidores más conocidos anteriores al siglo XVIII fueron: Juan Capreolo, Paulo Barbo (también llamado Soncinas), Domingo de Flandria (o el Flandriense), Francisco Suárez, Francisco de Vitoria, Domingo Báñez, Tomás de Vio (también conocido como Cardenal Cayetano), Juan de Mariana, Francisco Silvestre de Ferrara (también conocido como el Ferrarense), Juan de Santo Tomás (o Juan Poinsot), Domingo de Soto, Francisco Zumel y Melchor Cano.




    Obtenido de «Tomás de Aquino - Wikipedia, la enciclopedia libre
    Última edición por Valmadian; 03/07/2013 a las 01:08
    Pious dio el Víctor.
    "He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.

    <<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>

    Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.

    Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."

    En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47


    Nada sin Dios

Información de tema

Usuarios viendo este tema

Actualmente hay 1 usuarios viendo este tema. (0 miembros y 1 visitantes)

Temas similares

  1. La Universidad de Santo Tomás
    Por Hyeronimus en el foro Hispanoasia
    Respuestas: 1
    Último mensaje: 29/05/2020, 00:45
  2. O canto litúrgico segundo Santo Tomás de Aquino
    Por Hyeronimus en el foro Música
    Respuestas: 0
    Último mensaje: 23/01/2012, 19:44
  3. Sermão de Dom Tomás de Aquino, Festa de Cristo Rei
    Por Hyeronimus en el foro Crisis de la Iglesia
    Respuestas: 0
    Último mensaje: 10/11/2011, 18:08
  4. Respuestas: 2
    Último mensaje: 30/09/2011, 12:09
  5. Respuestas: 2
    Último mensaje: 20/05/2009, 23:13

Permisos de publicación

  • No puedes crear nuevos temas
  • No puedes responder temas
  • No puedes subir archivos adjuntos
  • No puedes editar tus mensajes
  •