Re: Destruir el sacerdocio católico

Iniciado por
CRISTIÁN YÁÑEZ DURÁN
Estamos hablando de teología. Y en teología católica, particularmente en la escolástica, se emplean según su acepción metafísica y lógica, y con significado muy distinto los términos contrario y contradictorio. En la Suma Teológica, Santo Tomás los emplea permanentemente y todo tomista los emplea así. Ten en cuenta, para solucionar tu duda, que el Concilio de Trento condenó como herética la tesis protestante de que los sacramentos dependen de la cualidad moral de quien los confiere, de ahí que la eficacia sacramental sea "ex opere operato" y no "ex opere operantis". Lo mismo para una autoridad, su dignidad de autoridad no depende de su cualidad moral sino de su legitimidad de ejercicio; es decir, de que gobierne bien.
De todos modos, está siendo muy interesante llevar este tema contigo.
LAUS DEO VIRGINIQUE MATRI
Muchas gracias por tu interés en la discusión, muy ilustrativa por cierto. Y ahora volviendo al tema, cuando he mencionado la persistencia de una situación de pecado en un pontífice (prelado, sacerdote, etc.), no me he referido a la administración de los sacramentos. Es algo totalmente aparte y, en efecto, por ejemplo cuando vamos a recibir la Eucaristía no le preguntamos antes al oficiante si se ha confesado antes o no.
En todo momento me estoy refiriendo a cuestiones que también trata Santo Tomás de Aquino. Por ejemplo: ¿El vicio contraría la virtud?, en la S.T. (C. 71, a. 1.), en cuya respuesta podemos comprobar como plantea contradicciones que, debidamente resueltas, podrían solucionar ciertos problemas o resolver ciertas dudas.
Otra: ¿Se define convenientemente el pecado diciendo que es dicho o hecho o deseo contra la ley eterna? S.T. (C. 71, a.6.)
"Empero, hay dos reglas de la voluntad humana: una próxima y homogéna que es la misma razón humana y otra primera regla, la ley eterna, que es como la razón de Dios. Y por eso San Agustín estableció en la definición del pecado dos cosas: una perteneciente a la sustancia del acto humano, que es como lo material en el pecado, cuando dijo "dicho o hecho o deseo" y otra referente a la razón de mal que es como lo formal en el pecado, diciendo contra la ley eterna."
En resumen, sigo pensando que un papa que estuviese en permanente pecado mortal debería elegir entre dos alternativas: arrepentimiento verdadero y finalización de la circunstancia que diere lugar a su situación; o la abdicación.
Que la Iglesia, como hemos dicho, haya pervivido hasta nuestros días tiene en su naturaleza divina la causa. Pero, yo como fiel tengo el derecho a esperar que el papa aspire a ser santo, no un golfo, pues en buena medida la salvación de mi alma como miembro de la Iglesia va a depender de ello.
Última edición por Valmadian; 09/07/2011 a las 01:14
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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