No sé, no sé... con lo que se ve de pederastas y sodomitas casados y con hijos (pobres críos!) me da que el fin del celibato sacerdotal no daría sino para sumar el adulterio a la colección de pecados que ostentan demasiados de los clérigos de hoy. Amigo Rodrigo, creo que el remedio ha de tomarse desde tierna edad y servir para consagrados como para seglares: moral católica. Con qué? Con catecismo, claro. Pero antes con familia y después con escuela (o seminario, o convento).
Sí que la familia, la escuela y el seminario son los que han desperdigado y deformado miles de vocaciones y devociones en los últimos tiempos. Pues nos toca a nosotros, los que seguimos profesando nuestra fe contra vientos y mareas, exigir que en nuestras casas, en las escuelas, parroquias y seminarios que educan a nuestros hijos, se regrese a una formación moral reglada por la Fe y por Sus fuentes constantes: doctrina y magisterio. Si somos coherentes - sobretodo cuando nos piden que votemos - lo lograremos. Si no lo somos, entonces Adeus "Ti" Abílio...
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