Voy a hacer un pequeño inciso, aquí, en medio de este hilo, para dejar impreso un pensamiento que debiera de empezar por aplicarme a mí mísmo.
Pienso que podría ser fácil saber si la espiritualidad y la fé que poseemos la entendemos (consciente o inconscientemente) únicamente como un mérito nuestro... Y el método podría pasar por observar si ella nos aparta de aquellos a los que consideramos errados o pecadores. Observar si nos vuelve inmisericordes, duros de corazón o extremadamente legalistas e implacables con ellos. Y me he dado cuenta, leyendo lo que algunos aquí hemos escrito refiriéndonos al nuevo Papa Francisco (no lo olvidemos, todavía Vicario de Cristo... y el 'todavía' es únicamente ironía...) que podría ser que, quizás, en el fondo de nuestros corazones todavía pensemos que nuestra fé es solamente logro nuestro o de nuestra fortaleza. Porque si así no lo fuese... ¿osaríamos levantar nuestras voces, y con tantísima dureza como si fuéramos jueces implacables, contra alguien que ha sido elegido cabeza de nuestra Iglesia?. ¡¡Qué osadía...!!. Si revisamos los evangelios, observaremos que N.S. Jesucristo entró en casa de publicanos y de pecadores, comió con ellos, fue a sus fiestas y... hasta se hizo amigo de algunos de ellos. Y recibió el repudio, por estas cosas, de los implacables y duros fariseos. ¿Por qué nos extraña y nos molesta tantísimo que alguien como el hombre que hoy es Vicario de Cristo también lo hiciera...?.
____________________________________"¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! Porque diezmáis la menta y el eneldo y el comino, y dejasteis lo que es lo más importante de la ley: el juicio y la misericordia y la fe; esto era necesario hacer, y no dejar lo otro" (Mateo 23,23)
Ahora bien, también pienso que no habríamos de juzgar tampoco con extremada dureza de espíritu a los fariseos, aquellos que se llamaban a sí mísmos los piadosos, los justos, los temerosos de Dios, los pobres... y, con frecuencia: 'los separados del mundo' en medio de tantísima apostasía de su pueblo.
Los fariseos no eran ladrones, ni tampoco eran injustos, ni mucho menos adúlteros... Es mas, todos ayunaban dos veces a la semana, pagaban disciplinadamente sus diezmos y hasta rezaban tres veces al día. Yo no puedo decir que sea como ellos... ¿seré peor?."A unos que confiaban en sí mismos como justos, y menospreciaban a los otros, dijo también esta parábola: Dos hombres subieron al templo a orar: uno era fariseo, y el otro publicano. El fariseo, puesto en pie, oraba consigo mismo de esta manera: Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano; ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano. Mas el publica-no, estando lejos, no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador. Os digo que éste descendió a su casa justificado antes que el otro; porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla será enaltecido"
En general, se podría decir de ellos que eran personas honestas que sinceramente buscaban agradar a Dios en medio de tantísima apostasía reinante, también, por aquellos días. ¿Cómo se explica entonces que Jesús fuera tan duro con ellos...?.
Quizás la estricta espiritualidad de los fariseos, aunque correcta en las formas, pasaba por alto las cosas más importantes para Dios. Como digo, eran rigurosos en el pago de sus diezmos, conocían y cumplían perfectamente las liturgias y oraciones, pero algunos de ellos habían dejado de lado la justicia y también, y eso es quizás lo mas terrible, la humildad y la misericordia. La suya era una espiritualidad pulcra, casi perfecta, observante de las formas y de las liturgias, pero obviaba lo que era de mayor valor para Dios... la humildad de corazón, la misericordia y la justicia.
En otras palabras, la espiritualidad que exhibían no parecía ser mérito de Dios, ni de su Gracia, sino quizás... únicamente de ellos mísmos. Los fariseos se decían a sí mísmos 'los justos', porque cumplían extrictamente con la tradición judáica en medio de tanta apostasía de su pueblo... Y quizás, esa fué su mayor ignorancia, y más que ignorancia... su pecado. Y todos podemos caer en ello... Pero, quizás por eso, las palabras más duras de Jesús no fueron dirigidas contra los pecadores y las rameras, sino contra estas buenas gentes que se creían a sí mísmas justas (y quizás lo eran...) pero que arremetían implacablemente contra todos aquellos que pensaban que no eran 'tan observantes y tan justos' como ellos!."¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque limpiáis lo de fuera del vaso y del plato, pero por dentro estáis llenos de robo y de injusticia. ¡Fariseo ciego! Limpia primero lo de dentro del vaso y del plato, para que también lo de fuera sea limpio. ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera, a la verdad, se muestran hermosos, mas por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia. Así también vosotros por fuera, a la verdad, os mostráis justos a los hombres, pero por dentro estáis llenos de hipocresía e iniquidad" (Mateo 23: 25, 28)
"Vosotros sois los que os justificáis a vosotros mismos delante de los hombres; mas Dios conoce vuestros corazones; porque lo que los hombres tienen por sublime, delante de Dios es abominación" (Lucas 16,15)
"Pues no es judío el que lo es exteriormente, ni es la circuncisión la que se hace exteriormente en la carne; sino que es judío el que lo es en lo interior, y la circuncisión es la del corazón, en espíritu, no en letra; la alabanza del cual no viene de los hombres, sino de Dios" (Romanos 2,28)
Un abrazo en Cristo
(y pido perdón de nuevo por el inciso y por el atrevimiento. Y repito que estos pensamientos y estas críticas, sin ninguna duda, debiera de empezar por aplicármelos a mí mísmo...)
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