¿Dice Francisco algo de esto? Sí, en todo caso que hay que acoger a los refugiados, sin más. Que eso es lo humano, le da vergüenza porque se mueren tanto en el mar, etc. Para él no existe la cuestión de los cristianos de Oriente Medio o Próximo. Cristianos que están allí desde los mismos comienzos de la predicación apostólica. ¿Cómo le va a importar eso a Francisco? Aquí la cuestión de que si la Sede de Pedro está ocupada o no se debe plantear desde los términos mucho más previos: ¿tenemos aquí a un cristiano siquiera? ¿Este hombre piensa en católico? ¿Realmente tú ves a un papa aquí?
Sé lo peligroso que es sedevacantismo; es muy, muy peligroso. Basta ver que buena parte de los obispos sedevacantistas ordenados proceden del arzobispo vietnamita Thuc, el que dio origen a la secta “La Iglesia Palmariana”, ordenando como obispo al charlatán vidente Clemente Domínguez. Esta misma “Iglesia” ha tenido ya varios papas. Y no son solamente ellos; hay unos cuantos “papas” procedentes de otras corrientes sedevacantistas, ordenados como obispos en algún comedor en secreto y luego proclamados “papas” de la forma que sea. Otro tema muy grave de los sedevacantistas es la cuestión de la validez de los “sacramentos posconciliares” (en su jerga, más o menos) de la eucaristía y orden, especialmente. Si bien, en esto último –en lo primero, es decir en cuanto a los nuevos “papas” no merece la pena comentarlo-, técnicamente no carecen de argumentación, manifiestan el estado de desconcierto, crispación y desorientación en la que está sumida la mayor parte de católicos… precisamente de los que más se preocupan por su fe. Los otros, ¡encantados con el guirigay y permisos para tod@s y sus respectivas opiniones que se ha montado!
Pero el hecho de que sedevacantismo sea un planteamiento peligroso para un católico, y lo es, no es menos cierto que un católico que acepta y en su modo entiende, más aún: ama los preceptos de fe dados por Jesucristo, transmitidos por la Palabra de Dios escrita y oral, que por definición es la Tradición, todo desde Jesucristo mismo anduvo y enseñó en esta tierra, y San Pedro y San Pablo y San Juan y todos los demás continuaron con perfecta coherencia intelectual lo ya dicho, todo hasta que el Concilio Vaticano II empezó a desatinar con respecto a lo de siempre en asuntos claves como la libertad religiosa, eclesiología, ecumenismo, colegialidad episcopal, relación con otras religiones; para luego imponer el Nuevo Orden Missae… no es menos cierto, repito, que tales católicos se planteen muchas cosas, que pocas veces se han planteado sus predecesores en la fe.
Una de esas cosas, una de esas preguntas de millón es: ¿quién o qué es este hombre que está sentado en el trono de Pedro? ¿Te imaginas que un católico entre en coma en los años cincuenta, y por un gran milagro despierte y recobre sus cabales hoy y le digan que Francisco es el papa? ¿Qué diría un tal católico? Pues esto es, eso es lo que tenemos.
Tenemos algo increíble. Este hombre no dirá en católico casi nada; bueno, normalmente después de algún que otro disparate viene a “calmar” a su confusa tropa, de los mejores entre los fieles que le rinden obediencia, aunque, francamente os digo que lo dudo; a Francisco no le obedece ni Infocatólico ni Aleteia ni la Religión en Libertad entera. No lo obedecen. Pero fingen. O se hacen milonguis. “Donde dije digo, digo Diego”, más o menos.
A Francisco le va Maradona; eso dice este mismo, habla de que Francisco lo casaría, ¡por segunda vez! – una vez obtenida la nulidad. Que debería por lo visto firmarla el mismo Francisco. Y se “casaría” nuestro Diego con una de 31 años menos. Para el 31 de octubre. Estaremos pendientes de “Los Diez Minutos”.
A Francisco le van las ofensas para la fe que supone todo lo relacionado con las lesbianas militantes italianas esas, del Piccolo Uovo:
En definitiva, a Francisco no le va nada serio, como no sea una seria blasfemia. Ah, entonces, esos asuntos sí que le molan a Francisco. Está que se derrite. Que si las palabras para acá, las palabritas para allá… los medios en la secciónamarilla comentan sus fechorías… No me preguntaré si Francisco es el Papa, o no. Esa pregunta creo que ya la tenemos que dejar de lado. Hay que pensar confrialdad y racionalidad viendo este hombre vestido de blanco y preguntarse con la imparcialidad un inspector de policía investigando un caso, si aquí tenemos categorías cristianas, o no. Tenemos a un cristiano delante nuestra, o no, es la pregunta.
En el fondo, creo que la gente se está dando cuenta que lo suyo es una cháchara barata, y empiezan ir desertando a decenas de miles de sus audiencias, hay como un millón de personas menos en las audiencias que hace un par de años. Instintivamente la gente se está dando cuenta que no merece la pena ir a oírlo, que más bien es una pérdida de tiempo. No vas a oír de él más que lo amarillo, pero de fe… él no te va a hablar, menos para confundir a los incautos. En una frase definiré a su persona y su pensamiento: en él no hay cuestionessobrenaturales, sino todo es lo natural. Los conceptos de gracia, libertad, sacramentos, caridad, fe… son vacuos y carecen de sentido católico, sobrenatural. Él no te va a enseñar de fe más que uno de esos “catequistas” que pude ver en su tiempo en España enseñando la confirmación y hablando de Che y cosas similares, como la solidaridad, amor al prójimo como la esencia del cristianismo,conciencia… y no yendo a misa dominical siquiera mientras tanto, por supuesto.
Esto es Francisco: un vacío. Viktor Orban habla como un cristiano, Francisco no.
Vamos ahora a la crisis de refugiados, para retornar al finalizar sobre su relación con Francisco. Porque es inevitable relacionar todo asunto con la religión, ya que nada está al margen de Dios. [De paso, indico que en este portal se ha tratado este tema en varias ocasiones:
Hace cuatro años se inicia, así llamada, la primavera árabe. ¡Qué ironía del destino! Aunque, realmente, ha manifestado el verdadero significado de todaslas pretendidas primaveras sociológicas e históricas, eso sí, posiblemente con más crudeza que ninguna.
Como dije, hace cuatro años empezaron los medios a llamar dictador a Assad. Menuda ironía, los colaboradores de uno de los más aberrantes e hipócritas regímenes del mundo,
llaman dictador a un hombre que gobierna Siria de una única manera que puede ser gobernado un país árabe: con mano dura, pero justa, tal vez de más; pero no quedan muchas más opciones para gobernar un país como este, como el mismo devenir de los acontecimientos ha demostrado.
Los cristianos sirios, sean católicos o bizantinos, siempre lo han tenido claro: no hay alternativa a Assad. Posiblemente lo han apoyado como los que más:
Un pretendido líder cristiano en el Occidente no puede no ver esta realidad. Ni tampoco un periodista siquiera. Por eso digo que Viktor Orban sí se da cuenta de estas cosas, porque además las conoce como las conocen todos los presidentes por los servicios de inteligencia que tienen a su disposición, aunquequieran deliberadamente, es obvio, actuar de otra forma. Pero saber, lo saben.
Hace meses desde el Califato han amenazado con lanzar cientos de miles de refugiados nada más de Libia a Europa. So pretexto de impedir (¿?, en el fondo debería provocar lo contrario) una ofensiva del Occidente contra ellos. Pero la finalidad la conocemos: es la hégira, la yijad silenciosa. Ellos cuentan en Europa con sus colaboradores tipo Francisco, que los llamará hasta mártiressimplemente por morir en el Mediterráneo en el intento de alcanzar la costa europea. De colaboradores para los que lo natural es lo sobrenatural. Y losobrenatural se tendrá que contentar con eso.
El 22 de agosto la televisión macedonia transmitió una escena de la más delatadora. La policía macedonia iba a distribuir paquetes de alimentos de la Cruz Roja a los refugiados en la frontera. Les espera un ¡NOOOOOOOOOOOOOOOO! como de los posesos. ¡No quieren que se les ofrezca la ayuda relacionada con la cruz! ¡Ellos odian la cruz! ¡Lleva eso, lleva! “Allah ekber!”, resuena. La policía devuelve los paquetes, forzándose mostrar menos escandalizada posible, mostrar menos indignación y nausea delante de las cámaras. Perfectamente se dan cuenta de lo que se trata, pero no quieren delatarse mientras están de oficio. Solamente alguna sonrisa apenas disimulada, o mirada de complicidad al compañero, asco en el rostro por ofensa tragada del violento delante del cualtiene que fingir. Allí, delante de ellos, están los “refugiados”:
Al ver esta escena, el pensamiento me vuela a la descripción de las reacciones turcas al menguar su poderío hechas por el Nóbel croata-serbio, Ivo Andric, que hizo en su monumental obra, Na Drini ćuprija (El puente sobre el río Drina), una especie de una profuna radiografía de la mentalidad bosnio (musulmana) y serbia a lo largo de cuatro siglos de dominación turca, desde que el Sultán mandaba traer a Estámbul de los más despiertos y sanos hijos de los infieles, arrebatándoles de sus madres, para hacer de ellos los más salvajes y fielesjenízares al servicio de su imperio. Así uno de esos muchachos llegó a ser el granvezir otomano, Mehmed Paša Sokolović, que al cruzar el río Drina camino de cautiverio recuerdaba el lugar de paso en el río que para siempre lo separaba de su patria. Al llegar a ser el segundo hombre del imperio, decide construir un bello puente en recuerdo de su persona y pasado.
Es el tiempo de la ocupación austro-húngara de Bosnia-Herzegovina en el 1878. Un alocado turco, Osman Karamanlija, agita en favor de la resistencia armada frente al invasor germánico. Pero sin lógica y consistencia alguna, ya que no dispone ni de los medios ni de los hombres cualificados para tal empresa. Le queda solamente el odio hacia el infiel que no es capaz de dominar.
Se le opone, abierta y francamente, y evidentemente poco previsor de las respuestas fanáticas de Karamanlija, un imám (Alihodža) lo suficientemente pragmático como para darse cuenta de la inutilidad de tal empresa. Y no es que no desprecie a los kafires (infieles), sino porque no hay perspectiva ninguna de éxito. A la incisiva observación de su claudicación responde:
«Ni mis ancestros se bautizaron, ni yo tampoco lo haré. Yo, mi efendi, ni quiero bautizarme con el Germano, ni con un fantoche compartir la lucha», le respondía tranquilamente el imám.
Todos los turcos de Višegrad (la casaba del puente) pensaban lo mismo que Alihodža, pero nadie consideraba conveniente decirlo tampoco, especialmente no tan abiertamente y sin rodeos. Ellos temían al Austríaco que venía, pero también a Karamanlija que con sus hombres había tomado control sobre la casaba.
Karamanlija le amenaza con pagarle cara su desfachatez para con él (y sus ridículos e inservibles proyectos), cosa que lleva a cabo ordenando clavarle su oreja derecha, y a su portador, al poste colocado en la parte central del puente. De esa forma quedará humillado esperando a los nuevos dueños. Castigo sin fuste alguno; gracias a que era este un turco más; a los serbios sí les cortaban cabezas colocándolas en el puente en tiempos de rebeliones. La identificación del incapaz para algo efectivo, cutre hasta para el mal. Sólo odio versus primitivismo es capaz de destilar.
Llegan los soldados austro-húngaros al puente, encuentran al imám en esa situación humillante y proceden a su liberación:
«Al llegar un soldado sanitario, encontraron unos alicates, con cuidado sacaron el clavo, uno de aquellos que servían para clavar las armaduras de los caballos, y liberaron al imám. Estaba tan rígido y requete cansado que se dejó caer sobre los escalones de piedra, igualmente gimiendo y aullando. Aquel sanitario le curaba la oreja herida con un líquido que escocía. A través de las lágrimas el imám miraba, como en un sueño extraño, un brazalete blanco sobre el brazo del soldado; un brazalete ancho sobre la mano izquierda, blanco y sobre él una cruz grande y bien hecha de una tela roja. Solamente en las fiebres altas pueden verse esas pesadillas tan asquerosas y horribles. Esa cruz le bailaba delante de su vista empapada por las lágrimas, y, como una aparición enorme, le quitaba todo el horizonte. Entonces el soldado le envolvió la herida y encima de las tiras de tela blanca le colocó su ahmedija (sombrero turco). Con la cabeza recubierta con vendas, todo roto en las caderas, el imám se enderezó y se quedó así durante algunos minutos apoyados sobre la pared lateral del puente. Le costó tranquilizarse y volver en sí.»
¡Ni una palabra de gratitud! Es normal que un kafir le sirva, ese siempre será su cometido. Ahora él ya no tiene poder alguno, pero no se humillará ante el que le ayudó libre y gratuitamente. ¡Nunca dice gracias! Es un infiel que tiene su papel, ya vermos lo que pasa el día de mañana, pero ahora me aguanto, que él haga hoy lo que debe respecto a mí. Un superior no le debe dar las gracias a uno que le debe servir. A uno que existe para eso.
Por eso estos refugiados en Macedonia exigen ya lo suyo, para lo que han venido:no ver la cruz. ¿Entendemos? ¿Entendemos por qué no la quieren?
Estos vienen a lo suyo, a lo que ellos han dicho que les coresponde. En sus países son no más que la carne, e incapaces – estos mismos que aquí son paradigma de la reivindicación – por supuesto para que esos mismos países funcionen medianamente. Pero aquí exigirán sus derechos, que se les tendrán que dar por las buenas o por las malas:
Estos son los refugiados, ¡miles!, a los que no enseñáis en la tele y en los medios más comunes. Estos también son los refugiados que tenemos. Parece que esto es su país y no de los que viven en él.
Otra vez voy a la descripción de Andric de la reacción de la mentalidad turca frente al orden, planificación, razonabilidad y sentido de la medida y proyección común de los funcionarios y poderes estructurales de un imperio, antaño cristiano, como lo fue Austro-Húngaro:
[Vienen, de esa forma, los tiempos, cuando la razón se nuble, el idiota se atreva a hablar, y un gentuza se vuelve rico.]
«Pero aquello que más sorprende a la gente de kasaba y lo llena de maravillación y desconfienza no es tanto su número (de los funcionarios austro-húngaros enviados junto con sus familias – nota del traductor) cuanto sus incomprensibles e inacabables planificaciones, su inagotable laboriosidad y perseverancia con la que se aplican en la ejecución de estas tareas. Estos extraños no se están quietos no permiten a nadie estarlo; parecen determinados que con su invisible pero cada vez más sentida red de la leyes, órdenes y reglas abarquen la vida misma, con la gente, animales y cosas muertas, y que cambien y midan todo alrededor suyo; y el aspecto exterior de la kasaba y las costumbres y caracteres de las personas vivas desde la cuna hasta la tumba. Todo ello lo hacen con la mayor tranquilidad del mundo y sin muchas palabras, sin recurrir a la fuerza y provocación, de forma que una persona no tiene a qué oponerse. Si se topan con la incomprensión o resistencia ellos paran en seco, en alguna parte y sin que nadie los vea, llegan a elaborar una nueva táctica, cambian solamente la dirección y el modo de su trabajo, para finalmente realizar lo acometido según sus intenciones. Cada empresa que emprenden parece inocente, hasta sinsentido. Miden un pasto, marcan los árboles del bosque, inspeccionan los retretes y la canalización, revisan la dentadura de los caballos y vacas, examinan medidas y pesas, preguntan por las enfermedades en el pueblo, por el número y el nombre de los árboles frutales, por las clases de las ovejas y aves domésticas. (Parece que están jugando. De tal manera son incomprensibles, irreales e informales en los ojos de la gente todas sus trabajos.) Y entonces, todo aquello que se hizo con tanta atención y esmero, se hunde en alguna parte como si hubiese desaparecido para siempre, sin rastro ni pronunciando palabra. Pero algunos meses, muchas veces hasta un año después de ello, cuando esos asuntos y procedimientos llegaron al olvido de la gente, de pronto se revela el propósito de aquellas medidas que aparentemente carecían de sentido, hace tiempo borradas de la memoria: se convocan los muktares (aguaciles, vigilantes; es un turcismo – nota del traductor) de cada mahala (barrio, turcismo – nota del traductor) al Han y se les comunica la nueva orden sobre la tala de bosques, de la lucha contra el tifus, del modo de la venta de frutas y dulces, o de los pastos de ganado. Y así, día tras día, para cada día, una orden.»
«Los oriundos de kasaba no son capaces de entenderlo y de maravillarse lo suficiente. Justamente cuando piensan que a ese rigor inaprensible ha llegado a su final, los extranjeros emprenden una nueva empresa, más incomprensible todavía. Los de la kasaba se paran y observan esas operaciones pero no a modo de los niños que gustan fijarse en los trabajos de los adultos, sino al contrario, como los adultos a veces se paran delante de los juegos infantiles. Porque esa continua necesidad de los extranjeros para construir y reformar, escavar y edifucar, levantar y cambiar de forma, su eterna tendencia para preveer la actuación de las fuerzas de la naturaleza, para escaparles y controlarlas, eso aqui nadie lo comprende ni lo aprecia. Todo lo contrario, todos de kasaba, especialmente la gente más mayor, ven en eso un fenómeno insano y mal presagio. Y si fuera por ellos, kasaba parecería como todas las demás poblaciones orentales. Lo que se raje sería enmendado; lo que se incline, soportado; pero antes de que se presente cualquier defecto y fuera de ello nadie iniciaría un trabajo con una planificación y sin necesidad, ni tampoco tocaría en las bases de las construcciones o cambiado el aspecto ya establecido del pueblo.»
¿Qué cultura vencerá, qué cultura se abrirá paso? Aunque estos del último vídeo no son de Siria, cabe preguntarse qué clase de sirios son los que vienen. ¿No es lo más razonable preguntar a los mismos sirios, consultar con ellos, observar con rigor su postura y el por qué de sus razones? Acudí a las imágenes y mensajes de Facebook de The Christian Syria como una fuente auténtica de información sobre el particular. ¿No son ellos también, aunque no aparezcan jamás en los medios de comunicación, los ciudadanos sirios, y además, los que no ostentan el poder y por lo tanto libres de toda sospecha de ser opresores? ¡Menudos opresores son estos sirios!:
Y estos musulmanes chitas, estos supuestos monstruos que están del lado del poder de Assad, estos sí que no les da realmente asco para compartir la existencia sin más en una situación dramática con los compatriotas cristianos:
Esta temible dictadura de Assad celebraba fiestas nacionales en Palmira, ¡con mujeres en el escenario!, y los enemigos de Assad celebran otras fiestas en Palmira este mismo año:
[Palmira en 2008 y 2015. Gracias a Assad y a la Primavera Árabe]
Muestran en la tele una mujer desesperada gimiendo y pidiendo auxilio diciendo: «vosotros sois gente buena, Assad nos persigue, nos matará».
Seguramente os perseguirá si sois del otro bando, no cabe duda. Y por eso me fío más de Assad que de vosotros y de vuestros aliados.
¿Atacan vuestro país, os echan de vuestros hogares? Luchad, defended vuestros hogares y vuestro país como las reglas morales y patrióticas más normales y comunes lo exigen. Como luchan los cristianos, las cristianas, los kurdos y las kurdas, como ellos, tengan la edad que tengan defienden su honor y su hogar frente al malvado.
¿O acaso sois del otro bando? Deberíamos combrobar quiénes soís, ¿no os parece? Pero vosotros os ponéis el pegamento en la yema de los dedos, para que no se os identifique. ¿Escondéis algo acaso? Debemos comprobar, y si tenéis causas
contra las vidas y los bienes de los sirios, es justo se os devuelva y saldais las cuentas. Mientras, debéis ser identificados de alguna manera, aunque a los checos los llamen racistas por ello. ¿Acaso no tenemos todos un DNI?
Reflexiones finales
¿Pero por qué este extraño comportamiento de Francisco? Sacaron nueve vídeos escandalosos y animales de Planned Parenhood, y él no dijo ni media palabra. En cambio, ¡se muestra yendo de compra de unas gafas!
Esto es surrealismo. Esto es la ralidad para él, eso parece. No hay cosas en el mundo y en la Iglesia de las que ocuparse y a las que dedicar el tiempo, y él, sabiendo que le van a hacer miles de fotos, ¡va a comprarse unas gafas!
La implicación de Israel en la creación de ISIS es más que sospechosa. Como es significativo que allí no hay refugiado que entre, ni a nadie se le ocurrirá hacer este planteamiento (en los medios de siempre, claro está). Allí en todo caso serán solidarios y hasta curarán los «soldados» de Al Nusra, islamistas que combaten a Assad. A algún que otro rabi se le escapará unos pensamientosraros:
Y la postura de Francisco frente a sus hermanos mayores es notoria:
¿Dirá algo Francisco en contra del gusto e intereses de los judíos?
¿Pero es posible que un Vicario de Cristo se avergüence, escondaintencionadamente la cruz frente a los judíos? ¿Las manos de quién están hoy al frente de la Iglesia Católica?
[Nada con Francisco es evidente y tal cual; siempre deja un espacio de interpretación, como si las cosas ocurren por casualidad. El saludo se parece, pero no es exactamente. La estrella de cinco puntas, el pentalfa masónico, aparece en su escudo, pero se dirá que representa a la Virgen María (con todo, se ha cambiado, ahora es de ocho puntas). Llama la atención el uso al principio del anillo del pescador – por poco tiempo, antes de dejar de usarlo. El autor del anillo era Enrico Manfrini, encargado todavía por Pablo VI. Manfrini a su vez era el Consultor de la Comisión Pontificia del Arte Sagrado.Su nombre apareció en la lista Pecorelli, de los eclesiásticos y personas relacionadas con la Iglesia, pertenecientes a la masonería. Su apodo era “MANE”.]
¿Quién es este hombre?
Pero sea quién sea, no perdamos jamás una cosa de vista: no podrá destruir la Iglesia, que es indefectible por la irrevocable promesa de Cristo. El desenlace lo veremos pronto.
Si nos mantenemos fieles, en la gracia de Dios y en oración, Dios será de nuestra parte. El mal no podrá nunca tener victoria final, solamente hacer daño con sus escaramuzas. Como en el caso de este país torturado, elevemos nuestras miradas, en confianza inquebrantable, hacia nuestro único Salvador.
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