Búsqueda avanzada de temas en el foro

Resultados 1 al 20 de 233

Tema: ¿Pero ya hay cisma de facto o no lo hay?

Ver modo hilado

  1. #17
    Avatar de Hyeronimus
    Hyeronimus está desconectado Miembro Respetado
    Fecha de ingreso
    16 ene, 07
    Mensajes
    20,843
    Post Thanks / Like

    Re: ¿Pero ya hay cisma de facto o no lo hay?

    Textos leídos en la conferencia de prensa que siguió a la Acies Ordinata




    Michael Matt

    El camino sinodal hacia un holocausto espiritual


    Por mi condición de germano-estadounidense cuyos abuelos nacieron cerca de aquí,
    agradezco esta oportunidad de hablar de la situación en la Iglesia Católica alemana,
    que no podría ser más calamitosa, y que ha suscitado considerable preocupación entre
    muchos católicos de EE.UU.


    El camino sinodal de los obispos da la impresión de ser un intento de crear una iglesia a
    imagen y semejanza de los prelados de Alemania, que por lo visto se consideran
    capaces de definir doctrina y fundar una iglesia nacional propia, una especie de
    nacionalismo elitista que se opone a la Iglesia Católica universal, que tiene una sola fe,
    un único sistema de sacramentos y una disciplina común en todo el mundo.
    Unos estatutos elaborados en colaboración con el Comité Central de Católicos
    Alemanes suponen un peligro al plantear la ordenación de mujeres y la abolición del
    celibato sacerdotal como medidas para remediar la crisis ocasionada por los abusos
    sexuales. Ahora bien, sin duda alguna los prelados alemanes son conscientes de que la
    ordenación de mujeres vulnera abiertamente la Ley de Dios, reafirmada con autoridad
    por la carta apostólica Ordinatio sacerdotalis de Juan Pablo II en 1994: «La Iglesia no
    tiene en modo alguno la facultad de conferir la ordenación sacerdotal a las mujeres, y
    este dictamen debe ser considerado como definitivo por todos los fieles de la Iglesia».
    ¿Se han enterado bien los obispos alemanes de que la Iglesia no tiene autoridad para
    incumplir la Palabra de Dios? Toda iniciativa destinada a ordenar mujeres sería un acto
    de rebeldía contra la Esposa de Cristo digno de un Lutero. Por eso no tenemos otra
    alternativa que resistir el proceso sinodal de Alemania, que de dejarse continuar sentaría
    peligrosos precedentes para toda la Iglesia.


    Durante la Segunda Guerra Mundial, mi padre, germano-estadounidense, dedicó tres
    años de su vida a luchar en el ejército de los EE.UU. contra un nacionalsocialismo que


    aspiraba a transformar el mundo según conceptos de superioridad germánica. Por el
    amor de Dios, no permitan que los obispos alemanes avergüencen nuevamente a su
    patria estableciendo en la Iglesia un nuevo orden basado en ideas de supremacía
    germánica sobre la Palabra de Dios y el magisterio infalible de su Iglesia.
    Ojalá la historia demuestre que hubo una resistencia alemana a lo de ahora como la
    hubo entonces. En 1956, mi abuelo Joseph Matt, caballero de San Gregorio Magno, se
    tomó tan en serio su deber de resistir parecidas agresiones alemanas que el gobierno
    germano de posguerra lo condecoró con la Cruz Federal al Mérito por su defencosa
    contra el nazismo.
    Con el mismo espíritu, he venido hoy a hablar contra el azote de un totalitarismo
    eclesiástico orquestado por alemanes. Lo que menos necesita hoy en día el mundo es
    otra rebelión en la Iglesia Católica como la llevamos viendo desgarrarla desde hace
    cincuenta años. Y aun así, la Asamblea Sinodal promete ni más ni menos eso al
    pretender actualizar el magisterio de la Iglesia, que sólo se puede cambiar mediante una
    revolución contra la propia Iglesia.


    Los obispos alemanes quieren hacernos creer que suprimir el celibato clerical reduciría
    los abusos sexuales por parte del clero. Pero ello no es sólo comprobadamente falso,
    sino que entraña el peligro de anteponer una ideología liberal a la protección de futuras
    víctimas. Los llamados a la vocación de la vida célibe --las vírgenes consagradas y los
    sacerdotes-- no son unos reprimidos sexuales. Han hecho del celibato una ofrenda de
    todo corazón a su Dios. La sola idea de que necesiten casarse para sofocar la tentación
    de abusar de menores equivale a un satánico insulto al concepto mismo de la vocación
    religiosa. Y tampoco tiene en cuenta los millones de menores que son objeto de abuso
    por parte de alguno de sus padres casados, o por ambos.


    No sólo eso. Teniendo en cuenta que en la mayoría de los casos los abusos de menores
    por parte del clero tienen que ver con sacerdotes que acosan a varones que han llegado a
    la pubertad (estudiantes de secundaria y seminaristas), insinuar que eliminando el
    celibato se reduciría en la mayoría de los casos la atracción hacia personas del mismo
    sexo revela una vez más una abyecta ignorancia tanto de lo que es la homosexualidad
    como de la naturaleza de la crisis de los abusos.


    Por último, ¿insinúan realmente los prelados alemanes que la salud de la Iglesia
    Católica --aquejada de una grave escasez de sacerdotes-- mejorará cuando los pocos que
    queden estén casados y tengan la casa llena de criaturas a las que criar? Sólo un varón
    soltero que no sepa lo que es el matrimonio puede proponer semejante absurdo.
    La conclusión es la siguiente: suprimir el celibato no tendrá el menor efecto para reducir
    la plaga de abusos sexuales por parte del clero. Y sin embargo los obispos de Alemania
    lo proponen a pesar de todo, como si sus planes particulares tuvieran precedencia sobre
    la autoridad magisterial de la Iglesia, la Palabra de Dios y el carisma singular del
    sacerdocio.


    Dado que las mujeres y los sacerdotes sexualmente activos contribuirían también a
    protestantizar el sacerdocio, el proyecto en cuestión acarrearía inevitablemente
    deserciones entre los fieles, que verían en ello una concesión más de la Iglesia al mundo
    moderno y una falta de resolución para mantener la lealtad a sus propias enseñanzas y
    mandamientos. Y si a los sacerdotes ya no se les exige estar a la altura de su vocación,
    ¿por qué motivo iban a hacerlo otros? No podemos consentir otro holocausto, que en
    esta ocasión sería un holocausto de almas desilusionadas por la revolución eclesiástica
    contra la autoridad de las Escrituras y la Tradición.


    Así pues, añado mi voz a la de quienes exhortan al pueblo alemán a actuar con el
    espíritu de Stauffenberg, Sophie Scholl y el cardenal Von Faulharber, haciendo frente al
    nuevo régimen que se instaura en la Iglesia Católica alemana, negándose a pagar el
    impuesto eclesiástico y comprometiéndose a ser fiel a las enseñanzas inmutables de la
    Iglesia.


    Lo que necesita hoy este mundo en que vivimos, sofocado en sexo e inmundicia, es que
    se restablezca la autoridad moral de la Iglesia Católica, la cual se basa en la Ley de Dios
    y la Ley Natural, defendidas por el abnegado ejemplo de los sacerdotes célibes que
    están dispuestos a negarse a sí mismos a fin de iluminar con la Luz de Cristo un mundo
    en tinieblas.


    Como católico alemán y estadounidense, insto a los obispos alemanes a no dar marcha
    atrás, al pueblo alemán a resistir y al Papa a condenar esto con todo el peso de su autoridad.



    [La siguiente declaración es del joven que tiró las pachamamas al Tíber:]



    Alexander Tschuggel
    ¡La Iglesia no es una ONG!


    La Iglesia no puede convertirse en una ONG. Iglesias y parroquias tienen que salir a la
    calle si no nos queremos convertir en una ONG.


    Eso lo dijo el papa Francisco en la Jornada Mundial de la Juventud de Río de Janeiro
    en 2013. Forma parte del famoso discurso en que exhortó a los jóvenes católicos a hacer
    lío.


    La estrategia para impedir que la Iglesia se convierta en una ONG incluye, por lo que se
    ve, los proyectos que se estudiaron durante el reciente Sínodo para la Amazonía. En
    general, las ONG se definen como grandes organizaciones activas a nivel internacional,
    en su mayoría de izquierda. Por ejemplo Greenpeace, Amnistía Internacional, Open
    Society, la Fundación Gaia Amazonas y otras entidades que defienden una
    interpretación izquierdista y liberal de los derechos humanos, la inmigración
    incontrolada o la lucha contra el «cambio climático provocado por el hombre».


    Desde la perspectiva actual es difícil saber si en 2013 existía el peligro de que la Iglesia
    pudiera llegar a volverse imposible de distinguir de las organizaciones mencionadas.
    Con todo, si nos fijamos en el marcado compromiso político actual de la Santa Sede,
    sobre todo a partir de la encíclica Laudato sii, salta a la vista que ha habido un
    acercamiento, en vez de un distanciamiento entre la Iglesia y las ONG escoradas hacia
    la izquierda. Desde el Sínodo para la Amazonia, cada vez se oye hablar más de una
    Iglesia nueva de rostro amazónico.


    A primera vista, ese rostro amazónico se manifiesta mediante cambios efectuados o
    efectuables en la liturgia y en muchos aspectos de la vida diaria de la Iglesia. Por
    ejemplo, según monseñor Kräutler, en la vida de los católicos de la región se deberían
    incorporar elementos paganos. Según la prensa, una ONG conocida como Fundación
    Gaia Amazonas, dirigida por el estadounidense nacionalizado colombiano Martin von
    Hildebrandt, parece haber desempeñado una papel destacado tanto antes como durante
    el Sínodo para la Amazonía.


    Von Hildebrandt defiende una idea que ya existía desde hacía décadas: que la región
    amazónica debería dejar de estar bajo soberanía brasileña y pasar a estar bajo
    administración internacional. Entre los que promovían la idea se encuentran François
    Mitterrand, Mijail Gorbachov, John Major y Al Gore. Según el periodista británico
    Edward Pentin, en vísperas del Sínodo se temía que la Iglesia respaldase abiertamente
    este proyecto político. Hasta después de reunirse con destacadas autoridades brasileñas
    no garantizó el cardenal Hummes que el Sínodo no haría ninguna declaración en ese
    sentido.


    Con respecto a la inmigración procedente de África y Asia, el papa Francisco ha
    asumido posturas mucho más próximas a las de las ONG (y a las deal gobierno de
    Merkel y la Conferencia Episcopal Alemana) que a las de sus predecesores.


    Esto nos lleva a preguntarnos qué quiso decir el Papa al afirmar que la Iglesia no debe
    convertirse en una ONG. La Iglesia de rostro amazónico centra al parecer sus esfuerzos
    en promover una política de corte ecológico, verde e izquierdista y en glorificar
    prácticas paganas de Sudamérica, al tiempo que mira con malos ojos las actividades
    misioneras.


    Hace poco el Papa lo confirmó al decirles a unos escolares italianos que la Fe no debe
    proclamarse de palabra. ¿Qué es una Iglesia que ya no predica, que ya no obedece el
    mandato de Cristo de llevar el Evangelio a todos los pueblos, una Iglesia que se limita a
    realizar las actividades políticas y sociales mencionadas? A todos los efectos, sería una
    ONG.


    Parecer ser que los principales partidarios de esa Iglesia de rostro amazónico que asume
    más cada vez las características de una ONG son los prelados de Alemania. Sobre todo,
    el vicepresidente de la Conferencia Episcopal germana, Franz-Josef Bode, ha dejado
    claro en más de una ocasión que las decisiones que se tomaron en el Sínodo para la
    Amazonía deberían también ponerse en práctica en Alemania.


    La introducción del camino sinodal supondrá, sin duda, que el proceso avance con
    mucha rapidez en Alemania. La Iglesia alemana está tratando de abrir camino en ese
    sentido.


    Al examinar más detenidamente estos acontecimientos se hará bastante evidente que los
    supuestos problemas de la región amazónica no son más que un pretexto. Hace muchas
    décadas que en Alemania se alzan voces pidiendo la abolición del celibato y la
    ordenación de mujeres, mucho más que en la propia Amazonía, donde --según han
    demostrado sondeos realizados localmente-- la mayoría de la gente los encuentra
    incomprensibles.


    En la Amazonía, los católicos son minoría dentro de los cristianos. Aproximadamente el
    80% de los cristianos son evangélicos, not least porque la Iglesia Católica lleva
    décadas funcionando esencialmente como una ONG en desmedro de sus obligaciones
    misioneras. Además, el 80% de los católicos viven en ciudades con parroquias y tienen
    una vida religiosa reglamentada. A ello hay que añadir que en EE.UU. viven varios
    miles de sacerdotes procedentes de países como Colombia, Ecuador, Brasil, etc. Dicho
    de otro modo: la posible escasez de sacerdotes en aldeas muy apartadas en esos países
    se podría resolver de otra manera.

    Por lo que parece, la región amazónica está destinada a ser un laboratorio de
    experimentación para los católicos liberales y modernistas de Occidente, en particular
    de Alemania. Cabría plantearse si la sonrisa de la Iglesia de rostro amazónico no sería
    en realidad una tapadera para ocultar el viejo rostro de la Conferencia Episcopal
    Alemana.


    Teóricamente, la solución a la crisis de la Iglesia en Alemania, Sudamérica y el mundo
    entero es mucho más fácil, pero en la práctica es mucho más difícil que eliminar el
    celibato y ordenar sacerdotisas. Digo mucho más fácil porque bastaría con que cada
    católico hiciera sacrificios personales y resistiera los errores del espíritu de la época
    actual.


    A lo largo de sus dos mil años de historia, la Iglesia ha afrontado muchos desafíos,
    crisis y desviaciones del buen camino. Y la única forma en que siempre ha podido
    renovarse ha sido volver al magisterio verdadero. Esta vez no será de otra manera. Ha
    llegado la hora de determinar cuántos derroteros erróneos habrá de seguir todavía la
    Iglesia, cuánto más se destruirá, hasta que encontremos el camino de vuelta a la verdad, la doctrina y la Tradición.




    Jeanne Smits

    Por qué no aceptamos una revolución del papel de la mujer en la Iglesia

    En una carta enviada conjuntamente el pasado diciembre por el cardenal Reinhard Marx
    y el profesor Thomas Stenberg, presidente del Comité Central de Católicos Alemanes,
    se invitó a los fieles a «"recorrer juntos un camino de transformación y renovación»".
    Todo partió del deseo de «hacer la Iglesia más segura» a raíz de los casos de abusos
    sexuales.


    Junto con dicho camino de transformación, encaminado en una dirección única por la
    comisión que organiza el camino sinodal, uno de los cuatro temas principales fue el
    lugar de la mujer en la Iglesia y los ministerios eclesiásticos. ¿Qué tendrá que ver eso
    con los abusos sexuales al interior de la Iglesia? Poca cosa, a no ser que consideren que
    la presencia de mujeres en el presbiterio evitará que una minoría de pervertidos se sienta
    atraída hacia los jóvenes acólitos.


    Mientras leía las conclusiones de la conferencia conjunta sobre el camino sinodal, me
    llamaron la atención los ataques directos a la doctrina de la Iglesia sobre el papel de la
    mujer. De modo explícito, la cuestión es adaptar la enseñanza tradicional, en el mundo
    entero, a lo que denominan teología científica, así como la idea general y la vaga idea


    de que la situación ha cambiado y hay que permitir a la mujer ocupe todos los puestos.
    Incluido el de diácono y tal vez hasta el sacerdocio.


    En una época en que la ideología de género campa a sus anchas, puede parecer una
    buena idea proponer una forma de intercambiabilidad entre hombres y mujeres que a la
    larga llevaría a la ordenación de hombres y mujeres indistintamente de su sexo: el
    colmo de la confusión sexual.


    Quieren una Iglesia con igualdad de género, que a sus ojos sería la única Iglesia
    verdadera. En la Iglesia a la que aspiran, las mujeres seguirían haciendo cosas que ya
    hacen, en muchos casos a las mil maravillas: dar clases de catecismo, comunicar la fe y
    el amor de Dios.


    Pero desean también una Iglesia en la que ellas hagan cosas que no han empezado a
    hacer hasta tiempos muy recientes: participar activamente en la liturgia, administrar la
    Comunión, quizás predicar --como propuso hace poco el cardenal Marx-- y administrar
    en general parroquias, diócesis y, quién sabe, dicasterios enteros. Si en el ejército hay
    mujeres que ejercen el cargo de general, ¿por qué no va a haber obispas? El único
    inconveniente es que contra la idea de que haya generalas no se puede discutir sin que te
    acusen de sexismo y discriminación. Da la impresión de que el camino sinodal alemán
    quiere meter a la Iglesia en una encerrona.


    Hoy en día sería políticamente incorrecto burlarse de la mujer del párroco omnipresente
    en las congregaciones protestantes, pero en esencia parece ser que los reformadores
    sinodales quieran multiplicar en el seno de la Iglesia la cantidad de esas formidables
    señoras que tal vez disuaden a los hombres para que no sean fieles practicantes...
    Se habla incluso de un número mínimo de mujeres en puestos directivos o administrativos,
    como si la Iglesia no estuviera moldeada conforme al plan de la familia, sino en el
    mundo empresarial.


    La profunda igualdad, pero también las profundas diferencias y la complementariedad
    entre hombre y mujer se han expresado a lo largo de los siglos a través de la honda
    sabiduría de la Iglesia, que quiere que los hombres sirvan a Dios como tales y las
    mujeres como mujeres. Los reformistas --mejor dicho, los revolucionarios-- que quieren
    examinar y reevaluar el Evangelio y ver si es vinculante la negativa tradicional a la
    ordenación de mujeres afirman que en ello la iglesia se equivoca.


    Como mujer, periodista --he sido directora y redactora-jefe de varias publicaciones-- y
    católica, no puedo menos que expresar lo lamentable que me resulta esta actitud
    igualitaria. Es lamentable e incluso peligrosa para mi fe y para la Iglesia que amo,
    porque no le preocupa trastornar totalmente la Redención, la verdad y la belleza de las
    misiones respectivas de Nuestro Señor Jesucristo, Hijo de Dios, y de la más perfecta de
    las criaturas humanas, su Virgen Madre.


    Ella no hizo hizo campaña para desempeñar una misión destacada. Dirigió nuestros
    ojos hacia su Hijo, y por ello sabía que todas las generaciones la llamarían
    bienaventurada. Estuvo al pie de la Cruz, no para inmolarse sino para ofrecer. Padeció
    con su divino Hijo para redimir a la humanidad, pero no sometió su cuerpo a los clavos
    ni a la lanza de los verdugos. Allí se le encomendó la misión de ser la Madre
    misericordiosa de todos nosotros. Su honor estaba en servir, así como ahora está en
    reinar sobre todo el Universo como reina hasta de los mismos ángeles. No puede haber
    mejor teóloga que Ella, que llevó al Logos en su pensamiento, en su corazón y en su
    vientre.


    Creo que no puede haber mejor ejemplo, y es muy difícil de imitar, incluso para una
    mujer. Me apena que la Iglesia Católica Alemana intente restar importancia al
    fundamental papel que tradicionalmente ha desempeñado la mujer para que jueguen a
    ser hombres. Es injusto para los hombres, y lo es también para la mujer. Y ante todo, no
    es justo para con Dios, que delineó el papel de unos y otras desde el mismo principio, y
    concedió a la mujer el mismísimo primer lugar, en razón de la humildad de ella.
    Última edición por Hyeronimus; 18/01/2020 a las 19:44

Información de tema

Usuarios viendo este tema

Actualmente hay 1 usuarios viendo este tema. (0 miembros y 1 visitantes)

Temas similares

  1. Francia legaliza de facto la pedofilia
    Por Pious en el foro Noticias y Actualidad
    Respuestas: 0
    Último mensaje: 06/08/2018, 15:24
  2. ¿Riesgo de cisma?
    Por Pious en el foro Política y Sociedad
    Respuestas: 0
    Último mensaje: 21/07/2017, 06:50
  3. Respuestas: 2
    Último mensaje: 01/09/2014, 01:52
  4. El Gran Cisma
    Por Hyeronimus en el foro Crisis de la Iglesia
    Respuestas: 0
    Último mensaje: 29/06/2013, 12:36
  5. El Cisma de Occidente.
    Por NovoHispano en el foro Historia y Antropología
    Respuestas: 7
    Último mensaje: 08/11/2011, 19:57

Permisos de publicación

  • No puedes crear nuevos temas
  • No puedes responder temas
  • No puedes subir archivos adjuntos
  • No puedes editar tus mensajes
  •