En Hispanismo.org, muy buen foro de internet vinvulado a una organización política católica española, catalana en particular, uno se encuentra con barbaridades, no del foro ni producto del mismo, como la que a cotinuación vamos a comentar. Movido de buena voluntad, un forista recurre, al verse limitado en sus conocimientos sobre una discusión acerca del Motu Proprio, a una fuente externa teológica. Bien es verdad que es preferible, hoy en día, la respuesta del místico a la del teólogo en cuestiones de dogmática, pero sea como sea, nunca está de más saber que la "nouvelle teologie" domina el espectro de la Iglesia de la publicidad.
Empieza la contestación del neoteólogo:
Si bien es cierto que no todas las definiciones del Vaticano II son de carácter dogmático (pero Lumen Gentium, Dei Verbum y Gaudium et Spes sí lo son),..
Vamos a ver, ¿cómo que no todas las definiciones del Vaticano II? Un Concilio ecuménico, por ser ecuménico (universal, que no pancristiano o interrreligioso como se suele entender por mito del lenguaje este vocablo), es infalible y, por tanto, cuando define lo hace con carácter de dogma, a no ser que el Concilio no sea ecuménico, o que se renuncie expresamente al carácter dogmático, y si eso se hace, se hace con todo, no con la parte. Y, ya que, S.S. Paulo VI precisó, en discurso en la audiencia general del 12 de enero de 1966, y en el discurso de clausura del propio Concilio, que: "el Concilio Vaticno II evitó dar definiciones dogmáticas solemnes, que empeñasen la infalibilidad del magisterio eclesiástico", está claro que el Concilio Vaticano II es magisterio ordinario no infalible, y por ello, no libre del error en todo aquello que sea nuevo o no concuerde con la enseñanza de la Tradición. Es más, en la propia página del Vaticano, http://www.vatican.va/, las constituciones conciliares "Dei Verbum", "Lumen Gentium", "Sacrosanctum Concilium" y "Gaudium et Spes", que antes aparecían con el título de "Constituciones Dogmáticas", ahora aparecen con la denominación única de "Constituciones".
...la estrecha relación entre liturgia y fe (dogma), expresada en el principio lex orandi lex credendi, hace que no pueda ser herética la Misa celebrada según un Misal aprobado por un Papa, a instancias de un Concilio; herético sería, más bien, sostener algo semejante.
¿Qué hace que lo declarado como dogma no sea erróneo, si no es precisamente el carácter dogmático? Es de perogrullo, pero encierra un sofisma, y es que el Misal de Paulo VI no fue aprobado por el Concilio, sino que fue la mala aplicación, o la aplicación ambigua y modernista, de la Constitución "Sacrosanctum Concilium". Al efecto valgan las protestas de Ottaviani, a la sazón nada más y nada menos que el Prefecto del Santo Oficio, sobre el susodicho misal. Si bien el misal de Paulo VI no pueda considerarse herético, nada obsta para que no pueda declararse libre de error, con lo que si bien es válido no prueba ser legítimo. Y a más redundancia, no olvidar que los misales posteriores al Concilio Vaticano II, antes de 1965, recogían las aspiraciones de la Constitución conciliar (y así se expresaba en el nihil obstat correspondiente) que significaba la supresión del Confíteor de los fieles en el rito de la comunión. Asimismo, insistir, que la modificación del Ordinario, recomendación conciliar, para nada incluía la variación del tiempo litúrgico que fue lo que apareció con el nuevo misal, por lo tanto, no es el misal lo que la instancia del Concilio recogía.
Como sostiene Pío XII en la Mediator Dei (cuya lectura le recomiendo), ?toda la liturgia tiene, pues, un contenido de fe católica, en cuanto atestigua públicamente la fe de la Iglesia?
Por supuesto, y ahí está el quid, que al cambiar la liturgia, para acercar el culto a los protestantes, en famoso apotegma "ver lo que nos une y no lo que nos separa" (error condenado en Mortalium Animos), es donde se atenta contra el dogma.
La Iglesia tiene derecho de regular en materia litúrgica, y puede cambiar aquello que crea oportuno conservando siempre la sustancia del rito.
Obviamente, y así fue en una historia dos veces milenaria, pero la sustancia, la esencia es la que es contrariada en el nuevo misal de S.S. Paulo VI. La forma ha sido tan modificada que a comprometido la esencia, eso y no otra cosa es la crisis conciliar litúrgica.
Si la Iglesia hubiere fijado el Canon de manera inamovible para siempre, entonces se seguiría que los otros ritos de la Iglesia que no utilizan el Canon Romano, no celebrarían válidamente.
Hipótesis falsa, pues lo otros ritos, los de más de 200 años que adquirían derecho por la costumbre, como el ambrosiano, el mozárabe, etc., nunca fueron suprimidos, se está hablando del rito romano, no de los otros. La comparación no ha lugar, es una trinchera sofista.
El hecho que la Iglesia haya declarado inmune de error el Canon Romano (Concilio de Trento, Dz 953), no significa que sea la única plegaria que pueda utilizarse, aunque tenga un lugar de privilegio.
Otra hipótesis falsa, por comparación igualitaria entre desiguales, como si el hecho de ser canonizado un misal, como lo hizo San Pío V, fuera baladí. Ojalá tuviera esa canonización el misal de S.S. Paulo VI, cosa que no tiene y con la cual podría ser legítma la comparación de la hipótesis.
De hecho, el Nuevo Misal, con algunos mínimos cambios, la ha mantenido,
Mentira. ¿Cómo que mínimos cambios? El examen crítico del Novus Ordo de Ottaviani y Bacchi demuestra que de mínimos nada, sustanciales y no formales, pues, no lo olvidemos nunca, el fin de esa nueva liturgia era el acercamiento forzado, dejando de un lado a Dios, con las sectas protestantes, el "ut sint unum" con los medios humanos.
y, precisamente por eso, quienes llevaron a cabo la reforma litúrgica prefirieron crear nuevas plegarias, tomando incluso del tesoro de las oraciones de la tradición de la Iglesia, incluso más antiguas que el mismo Canon Romano (como es el caso de la plegaria II, que sigue sustancialmente el llamado Canon de Hipólito).
Las nuevas plegarias no son fruto de un rescate de la Tradicion, del cristianismo auténtico que sólo el Concilio Vaticano II y la "nouvelle teologie" son capaces de ver y del que se jactan descubridores, sino de ese arqueologismo condenado ya por S.S. Pío XII.
En cuanto a la ?fijación? de la Misa, hay que decir que el Misal de 1570, no obstante la voluntad de S. Pío V de que el rito romano allí establecido se observe ?ne in posterum perpetuis futuris temporibus in omnibus Christiani orbis...? (Bula Quo Primum), ha sido modificado con las sendas ediciones típicas que le sucedieron. Así, Clemente VIII (1604-Cum Sanctissimum); Urbano VIII (1634-Si quid); León XIII (1884), S. Pío X (1911-Divino Afflatu) Benedicto XV (1920) y Juan XIII (1962). El mismo Pío XII, hizo una importante reforma de la Semana Santa. Lo interesante es que los mencionados Pontífices utilizan fórmulas similares, incluso iguales para expresar la voluntad de perpetuidad, previendo penas canónicas análogas.
En efecto. Y hasta San Pío V no hizo otra cosa que codificar, no inventó nada. Y las ediciones típicas del Misal nunca, nunca, supusieron ir contra la esencia del rito, sino sólo un cambio formal legítimo.
En la Missale Romanum (Bula de promulgación del Nuevo Misal, del 3/4/69), Pablo VI concluye así: ?Nostra haec autem statuta et praescripta nunc et in posterum firma et efficacia esse et fore volumus, non obstantibus quatenus opus sit, Constitutionibus et Ordinationibus Apostolicis a Decessoribus Nostris editis, ceterisque praescriptionibus etiam, peculiari mentione et derogatione dignis.?
Bien, ¿y qué? Anotemos que el "posterum" del misal de S.S. Paulo VI no es el "posterum perpetuis futuris temporis in omnibus Christiani orbis", es decir, San Pío V está comprometiendo su infalibilidad canonizando el misal.
De todos modos rige otro principio superior: es la misma la autoridad de un Papa que de otro Papa, pues la fuente es la misma: la "autoridad apostólica". En la jerga romana se dice: ?un Papa bolla e l? altro sbolla? (?un Papa emite una bula y el otro la suprime?).
¡Toma ya! Modernismo en estado puro. Así, por ejemplo, la Inmaculada Concepción de María, dogma promulgado por una Bula, puede ser quitado por otro Papa con otra Bula. Pues, no. La infalibilidad no está en la categoría del documento, como quiere hacer ver aquí el neoteólogo (con ignorancia o mala fe, ni lo sé ni lo juzgo en eso), sino en la enseñanza que contiene y lo que la misma compromete. Hay que recordar el magisterio ex cathedra (siempre infalible), el magisterio ordinario infalible (cuando se reafirma en verdades creídas por todos en todo tiempo), y el magisterio ordinario no infalible (la condena de la Acción Francesa por S.S. Pío XI, v.g.).
Si uno tiene autoridad para reformar, unificar y codificar un rito, la tuvo también su antecesor y la tiene su sucesor. Por eso nunca se puede invocar la autoridad de un Papa para rebajar o poner en duda el ejercicio de la autoridad por parte de otro Papa, pues si éste último no la tiene, tampoco la tuvo el primero.
"Lo que atares en la tierra será atado en los cielos, y lo que desatares en la tierra será desatado en los cielos." Esta promesa de Nuestro Señor a Pedro, no significa que se pueda atar y desatar una misma cosa, así hoy es blanco, mañana es egro, sino en la acción distinta (atar y desatar) sobre distintas cosas. Lo otros es el absurdo del evolucionismo dogmático. Lo que se invoca no es la autoridad del Papa como sujeto, sino la infalibilidad de la Iglesia en el curso de la historia.
Lo mismo vale para los Concilios ecuménicos convocados bajo la autoridad del Sumo Pontífice.
Aquí vale lo dicho al principio por S.S. Paulo VI, sobre el compromiso dogmático del Concilio Vaticano II.
De que la sana renovación litúrgica es obra del Espíritu Santo, no pueden quedar dudas. De que muchos han utilizado la renovación litúrgica para sembrar confusión y hacer de la liturgia una propia creación, totalmente arbitraria (haciendo el caldo gordo al demonio), tampoco caben dudas, pero debemos saber distinguir las cosas. (Puede leer la Exhortación Post-sinodal Sacramentum Caritatis).
Pues sí que quedan dudas, porque la infalibilidad no está comprometida, y es más, la filosofía modernista incapaz de afirmar más allá del existencialismo es, por esa incapacidad, ciega para ver las causas que ella misma niega. Sólo ve hechos funestos y malvados, pero se niega a reconocer las causas de los efectos, el hombre es desposeído, en aras del racionalismo, de toda capacidad intelectual y es sometido a la superstición y la superchería. ¿Tenemos que creer en lo irracional de las premisas porque así lo dice el Papa? pues no, eso es servilismo no obediencia.
El uso ordinario del rito romano es no sólo totalmente válido y ortodoxo, sino también el uso propiciado por la autoridad de la Iglesia y el más acorde a los tiempos en que vivimos, para una participación más activa, fructuosa y consciente del Santo Sacrificio de la Misa.
De que es válido el Novus Ordo Missae de S.S. Paulo VI, no nos cabe ninguna duda. De que sea ortodoxo, nos caben muchas dudas que no son más que las apuntadas en ese breve examen crítico por los cardenales Ottaviani y Bacchi. Sobre la participación más activa y fructosa, ahí están los frutos y la participación en los mismos: defección de la Fe, adulteración de la doctrina, la falta de vida y coherencia evangélica de los fieles y sacerdotes, en definitiva, la "autodemolición" de la Iglesia que sufre "dolores de parto". En resumen, se ha cambiado sustancialmente la lex orandi y se ha contaminado, prostituido, la lex credendi, aquí y en Roma. Son hechos, y el que tenga ojos que vea y el que tenga oídos que oiga.
Cuente con mis oraciones y estamos a su disposición. Aprovecho la ocasión para desearle un santo 2008.
Rezaré para su conversión y para que diga las cosas como son, no como le gustaría que fueran.
En Cristo y María.
P. Jon Mikel de Arza Blanco, IVE.
El Teólogo Responde
Responsable: P. Miguel Ángel Fuentes, IVE
Instituto del Verbo Encarnado
El Chañaral 2699 - San Rafael (Mza)Argentinamail:
teologoresponde@ive.org
Publicado por F. L. de la Rosa en
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