Búsqueda avanzada de temas en el foro

Resultados 1 al 16 de 16

Tema: La Nueva Iglesia se diseñó en las Logias

Ver modo hilado

  1. #2
    Gothico está desconectado Miembro Respetado
    Fecha de ingreso
    17 abr, 06
    Ubicación
    Madrid
    Mensajes
    952
    Post Thanks / Like

    Re: La Nueva Iglesia se diseñó en las Logias

    C) El ex-sacerdote visionario Paul Roca (1830-1893)

    Ordenado sacerdote en 1858, canónigo en Perpiñán desde 1869, viajó a España, Estados Unidos, Suiza e Italia.
    Muy versado en ciencias ocultas emprendió una espantosa propaganda entre los eclesiásticos; suspendido por Roma, continuaba hablando y predicando el próximo advenimiento de la “divina sinarquía” bajo la autoridad de un papa convertido al cristianismo científico.
    Prosélito de una nueva iglesia iluminada, que él califica de “socialismo de Jesús y de los Apóstoles”, Paul Roca es un apóstata de la peor especie: frecuenta las altas sociedades secretas, martinista, ocultista y cabalista, aportando a ellas el prestigio del sacerdote renegado al servicio de las doctrinas malditas, viviendo en intimidad con los Maestros: Chamuel, Papus, del abate Jeannin, Barlet, etc.

    Oswald Birth le felicitó, cuando Roca publicó una revista (de vida efímera), “El socialista cristiano, órgano del socialismo de Jesús y de los Apóstoles”. Roca le contestó:
    Mi revista no tiene otro objetivo sino favorecer la iniciación de los sacerdotes y de los católicos al conocimiento de ese esoterismo que es la ciencia oculta y trascendenteno ya de la letra sino del Espíritu, cuyo reinado empieza” (23-VIII-1891)

    Palabras terribles. Roca nos advierte que el socialismo, en manos de las altas sociedades secretas es la capa sentimental del cristianismo esotérico parodiando al Evangelio con un lenguaje infernal. Desde aquella época algunos eclesiásticos se orientarán hacia el socialismo como la eclosión de un paraíso material que sustituiría a la felicidad eterna.

    Roca recibe de Saint-Yves d’Alveydre la visión de la sociedad sinárquica en la cual una revolución silenciosa encerrará a la Iglesia romana. Comprende que, para realizarla, hay que conducir al clero, o al menos a cierto número de sacerdotes, a otro concepto de los dogmas; insuflarles, sin que lo noten, el espíritu del universalismo masónico, de la trascendencia de la gnosis sobre la fe; de la traición al Evangelio por parte del Vaticano, culpable de traicionar el Magisterio inicial de Pedro por los honores y riquezas de un imperialismo latino que deberá caer bajo los golpes de un nuevo clero; de que una Nueva Iglesia será instaurada por un futuro Pontífice que reunirá los cargos de papa y mago de la sinarquía.

    Todo ello consta en las obras de este clérigo (“El cristianismo, el Papa y la democracia”, “El final del mundo antiguo”, “El glorioso centenario”, “La crisis fatal”) tan tristemente célebre en su época como rodeado hoy de un silencio cómplice, ocultando el origen secreto del neo-cristianismo y sus bases gnósticas.
    Se introducirá en el seno de las logias la idea de un extraño ecumenismo supraconfesional, extendido bajo los rasgos de un falso cristianismo inmanente en la “conciencia universal”:

    “Un cristianismo nuevo, sublime, amplio, profundo, universalista, enciclopédico, que terminará por hacer descender sobre la Tierra todo el Cielo, como dijo Victor Hugo, por suprimir las fronteras, los sectarismos, las iglesias locales, étnicas y celosas, los alveolos que retienen, prisioneras del César, a las moléculas doloridas del gran Cuerpo social de Cristo”
    (Glorioso centenario, p.123)

    “Lo que la Cristiandad quiere edificar no es una pagoda sino un culto universal que englobará todos los cultos”
    (Glorioso centenario, p.77)

    Para ser universal, ese culto debe dirigirse a un dios único, invisible bajo los velos de cada una de las religiones; la propia Humanidad que, por una inaudita blasfemia, sustituirá a Cristo:

    la Humanidad que, a mis ojos, se confunde con Cristo de un modo mucho más real de lo que los místicos habían creído hasta ahora

    Ese es el punto de vista tradicional de las sociedades secretas: un panteísmo emanatista que asimila equívocamente la letra de la Escritura a las cosmogonías de la Cabala y de la Gnosis, pretendiendo profesar el verdadero espíritu del Evangelio, contrario a la Iglesia romana. De ahí una sutil subversión de la Fe, que escapará a eclesiásticos de formación no muy sólida. El Cristo “cabeza y alma de todo el Cosmos” se convierte en el Cristo-Universo, en el Cristo-Social, la masa cristificada:

    Si Cristo-Hombre es, como el Verbo encarnado, Hijo único de Dios, es también, pues, el Universo entero”, y especialmente toda la Humanidad

    Ya que el Verbo encarnado, el Hijo de la Virgen María no sería el verdadero Cristo; así se le describe, mezclando cabalismo, simbolismo y Apocalipsis:

    “Encarnación de la Razón increada en la razón creada, de lo absoluto en lo relativo, Cristo en persona es un símbolo central, un jeroglífico de carne y hueso... Es el Hombre-Libro citado conjuntamente por la Cabala y el Apocalipsis”.
    (El fin del mundo antiguo, pag 12)

    Se observa el sentido inverso dado al misterio cristiano por esa definición que expresa mucho menos el supuesto de la naturaleza humana en la personalidad Divina, que la inserción de la “Razón increada” (¡como si Dios razonara!) en una persona humana. Su diabólica tendencia a inocular un simbolismo obsesivo en el pensamiento cristiano tiende sólo a hacer perder de vista las realidades contenidas en los divinos misterios.

    “El Evangelio, con el drama sangriento que constituye su fondo, es una parábola trascendental en la cual se desarrollan, bajo unas formas alegóricas y reales al mismo tiempo, los destinos de nuestro globo y de la Humanidad.”
    (El fin del mundo antiguo, pag 12)

    En resumen, dirá todavía Roca (al Congreso Espiritualista Internacional, 1889):
    “Mi Cristo no es el del Vaticano”.

    Su sentido de la Historia y de la evolución

    Con el mundo, y porque es el mundo, Cristo evoluciona y se transforma:
    “Nadie detendrá el torbellino de Cristo, nadie frenará el tren de la evolución que Cristo conduce por los mundos y que lo arrastrará todo”.

    Los dogmas evolucionan con él, ya que son “algo vivo como el mundo, como el hombre, como todo ser orgánico”.
    Ecos de la conciencia colectiva, siguen como ella “la marcha de la Historia”, y por medio de este sesgo sacrílego, Roca identifica a Cristo con los ídolos del siglo.

    La Iglesia-El Papado

    Por tanto, es inevitable la rebelión contra la estructura y la autoridad de la Iglesia romana, contra su disciplina sacramental, y aquí es donde Roca nos interesa especialmente.
    Impresiona su voluntad fríamente subversiva de modernismo sobre unos temas que hoy son de actualidad, unida a un convencimiento de iluminado de que se realizarán, y de que un día la “sublime sinarquía” llevará a cabo la conquista de la Iglesia. Estaba demasiado bien situado en las sociedades secretas para no conocer los planes de las altas masonerías e incluso para no haber intervenido en la elaboración de aquellos planes, cuya puesta en práctica nos la da la realidad presente:

    ¿Lo que se prepara en la Iglesia Universal? No es una reforma, es, no me atrevo a decir una revolución, ya que el vocablo sonaría mal y no sería exacto, sino una evolución.”
    (El fin del mundo antiguo, pag 327)

    “En su forma actual, el papado desaparecerá... El nuevo orden se implantará al margen de Roma, sin Roma, a pesar de Roma, contra Roma”

    El viejo papado, el viejo sacerdocio, abdicará de buena gana y los sacerdotes del futuro, que serán los del pasado convertidos y transfigurados con vistas a la organización científica del planeta a la luz del Evangelio.

    “Y esa nueva Iglesia... recibirá de Roma la consagración y la jurisdicción canónica”
    (Glorioso centenario, pp.452 y 466)

    “Por bien sellada que esté la losa de esa tumba, por muy vigilada que sea por los cardenales que montan guardia alrededor, la losa funeraria será apartada por el ángel de la resurrección, o sea, por la fuerza viva de la Evolución o de la Redención que la sangre de Cristo ha depositado en su cuerpo social”

    ¿Quienes serán esos “nuevo curas”?

    La pregunta no es de Michel de Saint-Pierre. La formuló Roca en 1889: la revolución será llevada al seno de Iglesia romana por una parte del clero, progresista, contra los llamados retrógados, ultramontanos o integristas:

    “la escisión va a producirse: habrá un anillo de retrógrados y otro de progresistas”

    “y nosotros, sacerdotes, oremos. Bendigamos, glorifiquemos estos maravillosos trabajos de los que surgirá la transfiguración científica, económica y social de nuestros misterios religiosos, de nuestros dogmas y de nuestros sacramentos. ¿Acaso no os dáis cuenta de que nuestras formas han envejecido... abandonadas por el espíritu, y de que estamos solos, con las manos llenas de cáscaras vacías y de letras muertas?
    (Glorioso centenario, p. 102)

    Ese lenguaje tiene un eco actual: la Ciencia, lo económico, lo social, desvelando los “misterios” y condenando el inmovilismo doctrinal, sacramental y litúrgico, llena de satisafacción a esos nuevos curas de trepidante progresismo.
    Pero ¿en nombre de qué “Espíritu” profiere sus anatemas el sacerdote apóstata? Roca repite el de su maestro, Guaita, el cristianismo esotérico de ese poeta de Satanás:

    “Oh ritos, Oh símbolos difuntos, vuestra alma se os devolverá cuando el cristianismo, revigorizado por la savia de su fuente se transfigure en la eterna religión que manifiesta, emitiendo un soplo reparador de su esoterismo íntimo, resucitará la letra muerta con el beso del espíritu inmortal”
    (S. de Guaita, “Essai des sciences maudites)

    Sacramentos y Liturgia

    Esas formas han envejecido porque, para él, lo sobrenatural no explica ya nada:

    “Mientras las ideas cristianas permanecían en estado de incubación sacramental entre nuestras manos y bajo los velos de la liturgia, no podían ejercer ninguna acción social eficaz y científicamente decisiva sobre la constitución orgánica y sobre el gobierno de las sociedades humanas
    (Glorioso centenario, p. 162)

    ¡Cuántos sacerdotes de hoy día subscribirían de buena gana las enormidades de Roca acerca del puro simbolismo de los sacramentos (idea condenada por la Pascendi) y de la primacía de la acción humana, social y científica!
    ¡Si supieran hasta qué punto éste no reniega de los sacramentos más que para profanarlos por otro culto sacrílego! Retrocederían horrorizados ante aquellas declaraciones del teólogo satanista dogmatizando sobre las horribles liturgias de los grupos ocultistas reclutados entre la juventud católica de la época:

    “Saben que nuestra liturgia es teúrgica, y que nuestro rito sacramental es una compilación de magia blanca, de un poder no menos temible que aquel de que disponía Moisés. Esos nuevos curas [ocultistas] pronuncian temblando las palabras sacramentales que afectan a las cosas santas. ¿Se tiembla igual allí donde la rutina y la inconsciencia han desvirtuado los signos cabalísticos y se farfulla el “amén”, el “fiat”, el “hoc est”?”
    (Glorioso centenario, p. 442)

    Aun tratándose de círculos de adeptos muy restringidos, se comprueba el origen secreto y el objetivo del simbolismo sacramental, la adoración del Sentido de la Historia, de la primacía de la acción humana, el “Cristo social” opuesto al cuerpo místico, insinuando poco a poco el escepticismo que por parte del sacerdote tendrá repercusiones incalculables en los fieles y conduce a la indisciplina y el vandalismo litúrgico.

    La sotana

    “Cuando (la sociedad) ve en la plaza pública nuestra vestimenta arcaica y rara, le produce el efecto de una mascarada y un carnaval”

    “se nos ridiculiza; en las publicaciones satíricas y en los escenarios de los teatros, la sotana y el bonete sirven de pasto al sarcasmo de la multitud”
    (Cristo, el papa y la democracia, pp 105 y 107)

    Matrimonio de los sacerdotes

    Si Cristo y el mundo se identifican, ¿qué necesidad hay de que el sacerdote se distinga? ¿Por qué imponerle un estilo de vida que le marcará con la señal de la segregación? ¡No más sotana ni más celibato!:

    “Soy un proscrito, un sacerdote romano, un paria, un eunuco. No hay lugar para mí en el hogar de la familia. No tengo lugar en la civilización; soy juguete de la fatalidad”

    “Por la triste fama que el celibato nos ha valido y que nos pone en la picota, por la humillante herencia que nos ha legado y en la que nos coloca, nos encontramos miserablemente relegados de todas las esferas vivas y fecundas de este mundo”.

    “Solitarios, despreciados, desterrados, aislados sobre la Tierra, confinados en nuestros presbiterios como en una especie de lazareto, nos concentramos noche y día en el Yo, que es aborrecible y que nos deforma en el egoísmo
    (Cristo, el papa y la democracia, p 103)

    Curas sindicados y comunistas

    Para convertirse en los verdaderos sacerdotes del Cristo-cosmos-social, sólo les faltará cambiar las fatigas del ministerio pastoral por las marcas stajanovistas en la competencia económica que llevará las masas hacia
    “el reino divino de la Humanidad de Comte, el falansterio de Charles Fourier, el siglo de oro futuro de Saint-Simon, la sinarquía de Saint-Yves d’Alveydre, el socialismo y comunismo... los sacerdotes se convertirán en directores de uniones sindicales, mutualidades, de asistencia oficial...
    (Glorioso centenario, p. 452)

    Siguiendo ese camino, el nuevo cura habrá demostrado que el Paraíso no se encuentra más allá de este mundo, sino aquí abajo:

    “el reino de los cielos, es decir, el reinado impersonal y divino de la Verdad en la Libertad, de la Justicia en la Igualdad, de la Economía social en la Fraternidad, que constituye el trinomio sagrado de la sinarquía evangélica”
    (Glorioso centenario, p. 20)

    Que el mundo se “descurice”

    Tal será, según el ex-canónigo Roca, el cura deseado, previsto, el cura del futuro, conforme a los planes elaborados en el fondo de las oficinas de la contra-iglesia a fines del siglo XIX. Estremece oír a aquel sacerdote ocultista saboreando de antemano el fruto de sus propagandas difundidas en el clero y profiriendo el grito de triunfo:

    “¡¡No no!!, Monsieur Veuillot: la Humanidad no se descristianiza, sino que se “descuriza”, a fin de que el sacerdote se humanice, y ambos se cristianicen en el verdadero sentido del Evangelio”
    (Cristo, el papa y la democracia, p 103)

    El Concilio

    Por las divulgaciones de Cretineau-Joly, se conocen los proyectos de la Alta Venta de los Carbonarios para alcanzar Roma con la ayuda de sacerdotes conjurados contra la Iglesia.
    El método sinárquico, como veremos, será muy distinto. Pero ya incluso Renan presentía su naturaleza, había sin duda oído hablar de él, ya que en su obra “La abadesa de Jouarre” escribía que las “reformas” religiosas se realizarán por personalidades de la misma Iglesia completamente en regla con las observancias.
    Es decir, que el clero regular influido por el neo-cristianismo abierto a las corrientes de pensamiento modernas acabaría, en un Concilio del futuro, imponiendo a la Iglesia la degradación dogmática y disciplinaria favorable a su integración en el “ecumenismo” de las Logias.
    En la época en que escribía Roca, la formación de una inmensa y discreta red de sutil infiltración se creía tan eficaz que las altas sociedades secretas no dudaban de un éxito que Saint-Yves d’Alveydre y el propio Roca daban por seguro; todos los esfuerzos en contra no impedirían
    “nada de lo que ha de cumplirse”
    (Saint-Yves d’Alveydre).


    Habría, así, una ola de anarquía litúrgica desbordando toda disciplina en nombre del retorno al cristianismo primitivo y de unas aspiraciones de la conciencia colectiva:

    “Yo creo que el culto divino, tal como lo regulan la liturgia, el ceremonial, los ritos y los preceptos de la Iglesia Romana, sufrirá próximamente en un Concilio Ecuménico, una transformación que al mismo tiempo que le devolverá la venerable sencillez de la edad de oro apostólica, la pondrá en armonía con el estado nuevo de la conciencia y de la civilización moderna
    (“L’abbé Gabriel”)

    Era también la ilusión, impulsada hasta el estado visionario, de la conversión de un futuro papa a un movimiento opuesto al Syllabus y aprobador de ese nuevo espíritu:

    “Sucederá algo que dejará estupefacto al mundo... Y ese algo será la demostración del acuerdo perfecto entre los ideales de la civilización moderna y los de Cristo y su Evangelio. Ello significará la consagración del nuevo orden social y el solemne bautismo de la civilización moderna
    (El final del mundo antiguo, p 282)

    “El convertido del Vaticano no tendrá que revelar a sus hermanos una enseñanza nueva... sino sencillamente confirmarles en aquella civilización moderna cuyos principios, esencialmente cristianos, se han convertido en los principios ideas y obras de las naciones antes de que Roma soñara en preconizarlos... Ese Pontífice... gracias al privilegio de su infalibilidad personal, declarará canónicamente urbi et orbi, que la civilización actual es hija legítima del Santo Evangelio
    (Glorioso centenario, p. 111)

    “Afirmo que estamos llegando al derrumbamiento definitivo del antiguo orden religioso, político y económico, y anuncio el comienzo de un ciclo completamente nuevo en la Iglesia, en el Estado, en la familia, en todos los círculos de la actividad humana
    (Glorioso centenario, p. 111)

    De ahí también, al igual que su maestro, Saint-Yves d’Alveydre, la amenaza proferida contra las resistencias de Pedro, al cual la Contra-Iglesia, en su furor, no ve protegido por la promesa divina:

    “Se prepara una inmolación que expiará solemnemente... El Papado sucumbirá; morirá bajo el cuchillo sagrado que forjarán los Padres del último Concilio. El César papal es una Hostia coronada para el sacrificio.”

    Todo esto se decía, se tramaba en el fondo de las sociedades secretas poco antes de 1890.

    ( tomado de Pierre Virion "Iglesia y masonería, 1966)
    Última edición por Gothico; 15/01/2008 a las 16:33

Información de tema

Usuarios viendo este tema

Actualmente hay 1 usuarios viendo este tema. (0 miembros y 1 visitantes)

Temas similares

  1. Sobre la Guerra de Secesión Norteamericana
    Por Ordóñez en el foro Hispanoamérica
    Respuestas: 30
    Último mensaje: 31/01/2020, 17:06
  2. Sancho III "el Mayor", un Rey pamplonés e hispano
    Por Lo ferrer en el foro Navarra
    Respuestas: 11
    Último mensaje: 17/08/2014, 22:26
  3. Ante el 1º de Mayo, textos del Pensamiento Social Carlista
    Por Ordóñez en el foro Política y Sociedad
    Respuestas: 9
    Último mensaje: 15/05/2008, 16:43
  4. Balmes
    Por Cavaleiro en el foro Biografías
    Respuestas: 9
    Último mensaje: 01/04/2008, 04:20
  5. Apuntes socioeconómicos de la Hispania Republicana
    Por Ordóñez en el foro Prehistoria y Protohistoria
    Respuestas: 0
    Último mensaje: 14/11/2005, 16:03

Permisos de publicación

  • No puedes crear nuevos temas
  • No puedes responder temas
  • No puedes subir archivos adjuntos
  • No puedes editar tus mensajes
  •