Pío Moa: Putin, Theresa May y los intereses de España

Opinión

Pío Moa / 20 marzo, 2018






Las tiranteces entre Putin y May son parte de otras más amplias de la UE y la OTAN por un lado, y Rusia por otro. El conflicto actual es uno de tantos como se vienen produciendo y seguramente seguirán produciéndose, pues en la estrategia de la OTAN y la UE no es deseable una Rusia potente y próspera. Pero la agravación de las tensiones por Theresa May, coincidiendo con las elecciones rusas y a cuento de un espía y su hija supuestamente envenenados por los rusos, tiene especial interés para nosotros.

Está claro que Rusia no amenaza a España, mientras que Inglaterra no solo amenaza, es que agrede permanentemente a España invadiendo un trozo particularmente estratégico de su territorio. Puede decirse que Inglaterra viola a España, dándose el caso de que la clase, casta o chusma política española, muy satisfecha tal injuria, considera amiga y aliada a la potencia violadora. Cosa inaceptable incluso para un país del tercer mundo.

Solo esta evidencia debe bastar para que España se abstenga en el conflicto con Rusia. La política española más justa y beneficiosa para España ha sido la neutralidad, que también ha beneficiado indirectamente al resto de Europa. Pero nuestra clase, casta o chusma política privilegia a la potencia invasora de nuestro país, y usa al efecto sus poderosos medios de manipulación de masas. Para colmo, ha convertido al ejército español en una tropa lacaya dedicada a operaciones de interés ajeno, bajo mando ajeno y en lengua ajena. Dedicada, también, a hostigar y provocar a Rusia.

Por otra parte, sea cualquiera el fundamento de las denuncias inglesas, debemos recordar la ya larga tradición de falsas acusaciones para justificar agresiones mortíferas. España tiene buen recuerdo de ellas cuando la guerra de 1898, que terminó en el paso de las posesiones españolas al poder o la influencia de Usa. Y más recientemente hemos visto las “armas de destrucción masiva” en Irak, los “ataques de Gadafi a su propio pueblo” en Libia, o el “empleo de gases” en Siria. En todos estos casos, el resultado ha sido la agresión directa o indirecta, el auge del terrorismo y la creación de caos y guerras civiles con muchos cientos de miles de muertos y otros tantos huidos y refugiados. Lo cual no parece haber causado el menor sentimiento a estos “defensores de la democracia”; porque todo lo han hecho en nombre de ella. “No queremos una democracia como la que han llevado a Irak”, ha dicho Putin. Es de suponer que la experiencia debería significar algo para los políticos españoles, pero la experiencia, precisamente, demuestra lo contrario.






En suma, Rusia no es nuestra amiga ni nuestra enemiga. Inglaterra, en cambio, y a través de ella la OTAN, sí son enemigas nuestras. Quiero decir, enemigas de la invadida España, no de la clase, casta o chusma política española, que algún beneficio sacará de la invasión, y que al mismo tiempo viene financiando los separatismos, entre otras fechorías nada casuales.

Gibraltar define una situación interna y externa de España que no debe continuar olvidada y sin resistencia. Es preciso un partido que plantee abiertamente volver a una política de neutralidad



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Cómo Negrín trató de mantener la guerra civil a toda costa para enlazar con la mundial. Comisión de la verdad sobre el PSOE:

https://www.youtube.com/watch?v=9wXD9Anf03Q



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Parece que su reivindicación del Manifiesto por la Historia y la Verdad ha suscitado cierta irritación entre algunas personas, que la ven como una usurpación y un desprestigio para el manifiesto.

–Son dos cosas distintas. Usurpación, ninguna, y pueden comprobarse las fechas y contenidos del proceso que llevó al manifiesto. Lo cual no niega que en su coordinación y trabajo para allegar firmas yo haya tenido poco que ver. Creo que fueron Jesús Palacios y Hermann Tertsch quienes lo hicieron fundamentalmente. Y desprestigio, ¿por qué? Se dice que muchos, sobre todo de izquierda, tipo Savater, Leguina, etc., no habrían firmado de saber que el manifiesto y su texto nacen de una iniciativa en gran parte mía. Por eso no he dicho nada hasta que se consiguieron las primeras y significativas doscientas firmas. Pero una vez dado el primer paso, la verdad sobre el asunto no hay por qué ocultarla. Yo no sé si realmente habrían ocurrido esas negativas, pero en todo caso el manifiesto sigue recogiendo firmas, que ya van por 13.000 o así.
Pero le acusan de personalismo, de querer figurar…

–Sí hay algo de personalismo, claro, porque yo no tengo por qué aceptar que unos pocos o unos muchos sectarios e ignorantes o mediocres pretendan ningunearme. Claro que no. Bastante boicot vengo sufriendo desde hace años por parte de los poderosos, de izquierda o de derecha, y de sus medios de prensa, para que vaya encima a rendirles pleitesía. No tengo el menor respeto por ellos, pese a su poder, porque no se debe respetar lo que no es respetable. Y no es que quiera figurar. Señalar la verdad no es querer figurar. Figurar lo hacen constantemente políticos, periodistas e intelectuales atribuyéndose méritos que no les corresponden.

El hecho es básicamente este: a mí me alarmó enormemente el proyecto de ley, y me alarmó todavía más el que a muy poca gente pareciera alarmarle. Traté de dar un toque de alerta y lo hice. Claro está que sin la intervención de otras personas con más medios y facilidades, la cosa habría podido quedarse, como otras veces, en un artículo de blog muy poco leído y sin apenas efecto. Afortunadamente hubo colaboración muy significativa, y lo demás vino por sus pasos. Si la democracia significa algo para nosotros, debemos alegrarnos todos del efecto, trabajar por ampliarlo al máximo, a millones de personas para que despierten del semiletargo en que tienen sumida a la población los ilusionismos y las farsas de los políticos. Y eso es todo.




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Fuente:

https://gaceta.es/opinion/theresa-ma...20180320-1705/