5 Restablecimiento de la Jerarquía. Nicolás Wiseman, Primado de Inglaterra
En 1850, Pío IX restableció la Jerarquía católica en Inglaterra. Este suceso, de capital importancia para el resurgir del catolicismo en aquel país, se debió principalmente a Nicolás Wiseman.
Había nacido Wiseman en Sevilla en 1802, de familia inglesa. Al morir su padre, se trasladó, niño aún, a Inglaterra. En 1818 pasó al Colegio Inglés de Roma, donde se distinguió por su talento, llegando a ser profesor de hebreo y siríaco en La Sapienza y director del mismo Colegio Inglés. Por Newman y Froude, que le visitaron en 1833, conoció el movimiento de Oxford. En 1835, pasando por París, intimó con Lacordaire, que iniciaba sus famosas conferencias. En 1836 inició él otras conferencias o lecciones apologéticas en Londres, publicadas en Lecciones sobre la armonía entre la ciencia y la religión revelada; y aquel mismo año fundó con O´Connell la Revista de Dublin, preludio de nuevas actividades de los católicos.
Nombrado en 1840 vicario apostólico de Londres, asistió a la transformación del catolicismo inglés, que hasta 1850 se regía por ocho vicarios apostólicos y que desde esa fecha tuvo su jerarquía episcopal. Pío IX, por su breve Universalis Ecclesiae (29 septiembre), nombró doce obispos y un arzobispo metropolitano, vinculado éste a la sede de Westminster, y cuyo primer titular fue el propio Wiseman, que al mismo tiempo fue elevado al cardenalato.
Tal acontecimiento fue acogido con hostilidad por la opinión inglesa que, empezando por el periódico Times y por el Parlamento se revolvió contra la supuesta agresión pontificia; ni faltaron algaradas populares, prendiendo fuego a los maniquíes del papa y de Wiseman. El mismo lord Gladstone, amigo de Newman, vio en ello una pretensión de Pío IX a gobernar a los católicos ingleses, sin atender al juramento que éstos habían prestado de fidelidad al monarca.
Wiseman estuvo a la altura de las circunstancias. Con admirable serenidad y prudencia supo apaciguar los ánimos, al mismo tiempo que disipar los errores, en su Llamamiento al pueblo inglés. La autoridad del cardenal arzobispo de Westminster fue creciendo tanto entre los católicos como entre los protestantes o anglicanos. Su encantadora novela de la Iglesia romana primitiva, Fabiola, era leída por todo el mundo. Al morir, el 15 de febrero de 1865, le sucedió en la sede arzobispal Enrique Eduardo Manning.
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