El régimen de Fulgencio Batista era autoritario, sin embargo, en ese régimen, existían suficientes libertades públicas como para que circularan más de 120 publicaciones, para que existieran partidos legales de oposición, para que hubiera decenas de estaciones de radio y canales de televisión independientes del Estado y para que los ciudadanos, incluidos los revolucionarios, pudieran entrar y salir de la isla libremente.