Ya que se han tomado como referencia a los angloamericanos para resaltar algunas características del legado hispano, me gustaría señalar algunos paralelismos y curiosidades con relación a la otra sociedad latina y católica de orígen colonial en Norteamérica: Quebec.
Para empezar allí como en todo Canada, los "indios" son llamados "amerindios" y en la historia oficial son nombrados " las primeras naciones". Allí, la superioridad técnica y militar de los europeos siempre fue puesta en duda por hurones e iroqueses -que comparados con los mayas o los incas, nos parecerían "salvajes" o "muy inferiores"-y dada su debilidad táctica y demográfica, se considera que los franceses se incorporaron al mapa político de la región casi como otra tribu. En efecto, llevaron a cabo con éxito la evangelización católica y hubo un momento en que los gobernantes de facto eran los jesuitas -lo cual era lo más razonable ya que eran la gente más intruida, más organizada y más comprometida que se encontraba a la mano, pues la monarquía se desinteresó muy pronto de los asuntos de su remota colonia; cuando se decretó la expulsión de la orden de todos los dominios de la corona de Francia, la colonia perdió un valioso capital humano. Allí también también se produjo el mestizaje, pero debido a la falta de resistencia biológica de la mayoría de la población a las enfermadades europeas se produjo un colapso demográfico (por esto acabó predominando el fenotipo europeo) lo que a la larga operó en contra de la Nueva Francia y la volvió todavía más vulnerable para la contienda decisiva que se avecinaba contra ingleses e iroqueses. Allí también se habla de la conquista. Pero los conquistados son ellos, los descendientes católicos de los colonos franceses, y los conquistadores son los ingleses protestantes. Los nuevos colonizados se vieron sometidos al desprecio y a la discriminación por parte de la población anglosajona, en su propia tierra. Ni siquiera puede imputarse esta actitud prepotente a su nuevo monarca inglés; luego de la pérdida de las 13 colonias, este entendió que lo que necesitaba era leatad, la cual consiguió por parte de la población francofona reinstaurando a la iglesia católica y negociando con ella para mantener el orden establecido. La iglesia garantizo la supervivencia de la educación, la lengua, y los usos y costumbres. Pero la población de orígen anglosajón los miro siempre con recelo y los relegó. A estos les parecía -y les sigue pareciendo- una actitud ridícula y retrógrada esa "manía" que tienen los francófonos por conservar los rasgos propios de su identidad (speak white, speak english!), algo que los quebequenses de nuestros dias, católicos o no, siguen defendiendo a capa y espada -ellos no reniegan ni de sus orígenes franceses ni "amerindios". Por otra parte, se puede constatar que el desarrollo del capitalismo en esta región, tiene un antecedente en la economía mercantil de la Nueva Francia, pero es, sin lugar a dudas, de impronta británica -lo cual asignó a los francófonos durante mucho tiempo el papel subordinado de proletarios y empleados de segunda categoría dentro del nuevo marco económico y jurídico aportado por los vencedores, con toda la segregación socioeconómica que eso implica. Finalmente, en siglo XX, en la postguerra, la visita del General De Gaulle enciende los animos nacionalistas y separatistas, y los autorevindicados quebequenses (ya no "francocanadienses" ni "franceses de América") llevaron a cabo su propia versión "tranquila" de la revolución cultural.
Creo yo que en todo esto, se pueden hallar elementos para reforzar, invalidar, ampliar o desmitificar varios de los puntos de vista aqui expuestos.
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