En efecto, ahí está el origen de los chistes de pastusos que se cuentan en Colombia y en el vecino Ecuador, y que suelen exactamente los mismos que se cuentan de los gallegos en Argentina o los leperos en España. Es una venganza histórica, una especie de damnatio memoriae aunque hoy en día ni ellos mismos saben su origen. Y lo mismo se podría decir de los chistes de los ingleses sobre los irlandeses (la católica Irlanda, a la que han oprimido y tratado de aplastar durante siglos, incluso adelantándose a Stalin en el empleo del Holodomor como arma). O de los chistes de italianos sobre los torroni, como llaman despectivamente a los del sur, precisamente por su tenaz oposición a la unificación masónica de Italia. El sur, tan próximo a nosotros, tan hermano, por haber sido parte de la Corona de Aragón durante siglos (sobre lo que también suelen escribir la historia al revés en Italia). ¡Viva Pasto! ¡Viva Agualongo!
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