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Tema: Hernán Cortés; Conquistador de la Nueva España

  1. #141
    Avatar de Triaca
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    Re: Hernán Cortés; Conquistador de la Nueva España

    Vamos a ver, o nos situamos "intramuros" o "extramuros". En vista de que parece que usted está situado en la segunda de las posiciones, me despido con dolor.
    Ojalá, ojalá, no tenga que pedirle de rodillas a la Virgen María por algún asunto de extrema gravedad.
    Respete, se lo ruego, a los millones de personas que la veneramos, sea cual sea su advocación.
    Ojalá, ojalá, no necesite que interceda por usted.
    Cada vez que a una persona se le abren los ojos del alma se celebra una gran fiesta en el Cielo.
    Las leyes humanas no tienen nada que ver con las establecidas por la Divinidad.
    Última edición por Triaca; 27/02/2011 a las 23:41
    "Solo Dios sabe hacer de los venenos remedio".
    Francisco de Quevedo

  2. #142
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    Re: Hernán Cortés; Conquistador de la Nueva España

    Cita Iniciado por Zunzu Ver mensaje
    Bueno pues: el mexicano que quiera ser descendiente de indios conquistados, que levante la mano. YO, que hablo ESPAÑOL, entiendo mi raíz hispana. Francisco Rubio: claro que no muerieron TODOS los indígenas, per vamos a datos fríos; entre 1521 y 1630 murió el 97% de la población indígena, en NÚMEROS: de unos 25 millones a unos 750 mil. la mayor mortandad se dio en EL UNICO LUGAR DE POBLACIÓN MEXICA (azteca): la cuenca de Texcoco. El mexicano puede ser descendiente de los hispanos y de una serie de pueblos indígenas, pero NO DE LOS AZTECAS, SINO DE LOS PUEBLOS QUE, UNIDOS A DON HERNÁN CORTÉS, SE LIBERARON DE LOS AZTECAS.

    Editado

    México, el mayor país hispanohablante del mundo, es heredero de España mucho más que de los pueblos indígenas: lengua española, religión católica, arte barroco y neoclásico..., ¿qué de esto se le debe a los purépechas o a los mayas?. PENSAMOS EN ESPAÑOL PORQUE VENIMOS DE ESPAÑA, cierto, con mestizaje, pero la raíz más profunda de México y el mexicano comienza en Tenochtitlan y se hunde en lo más profundo de la Península Ibérica.
    Señor informese mejor no murio el 97% de donde saca tal dato?


    En cuanto a lo de "el mexicano que quiera ser descendiente de indios conquistados, que levante la mano" no es lo que uno quiera ser es lo que uno es, yo estoy muy orgulloso de ser descendiente de indigenas y de españoles.
    Nuestra nacion se la debemos a la Virgen y al mestizaje entre españoles y purepechas(sangre que porto por linea materna que se remonta a mi bisabuelo) y demas etnias indigenas.

    Editado
    Última edición por Donoso; 28/02/2011 a las 00:27
    ¡ VIVA MÉXICO VIVA SANTA MARÍA DE GUADALUPE VIVA MÉXICO !

    Adelante soldado de Cristo
    Hasta morir o hasta triunfar
    Si Cristo su sangre dio por ti
    No es mucho que tu por ÉL
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  3. #143
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    Re: Hernán Cortés; Conquistador de la Nueva España

    La cuestión de la Virgen de Guadalupe está fuera de este tema, hay otros para eso, cualquier mensaje que haga referencia a partir de aquí será borrado.

    Por otro lado, Zunzu, este es un foro católico por lo que ciertas cosas o se respetan o mejor no se mencionan.
    Aquí corresponde hablar de aquella horrible y nunca bastante execrada y detestable libertad de la prensa, [...] la cual tienen algunos el atrevimiento de pedir y promover con gran clamoreo. Nos horrorizamos, Venerables Hermanos, al considerar cuánta extravagancia de doctrinas, o mejor, cuán estupenda monstruosidad de errores se difunden y siembran en todas partes por medio de innumerable muchedumbre de libros, opúsculos y escritos pequeños en verdad por razón del tamaño, pero grandes por su enormísima maldad, de los cuales vemos no sin muchas lágrimas que sale la maldición y que inunda toda la faz de la tierra.

    Encíclica Mirari Vos, Gregorio XVI


  4. #144
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    Re: Hernán Cortés; Conquistador de la Nueva España

    El Guadalupanismo es también una cuestión de hispanismo, ya que el mundo hispano incluye a LAtinoamerica donde es todo un tema de identidad..., de una virgen originaria de españa..., por que nadie comenta eso.

    Y reiteré para ustedes el dogma católico, y deje claro que no hay falta de respeto por decirle mito a algo que hasta la Iglesia considera mito: las advocaciones.

    Con tanto historiador por aquí presente me extrala que nadie defienda una CIENCIA histórica, en las que las apariciones no son hechos comprobables

  5. #145
    Avatar de Valmadian
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    Re: Hernán Cortés; Conquistador de la Nueva España

    Cita Iniciado por Zunzu Ver mensaje
    vamos a datos fríos; entre 1521 y 1630 murió el 97% de la población indígena, en NÚMEROS: de unos 25 millones a unos 750 mil. la mayor mortandad se dio en EL UNICO LUGAR DE POBLACIÓN MEXICA (azteca): la cuenca de Texcoco.

    Si, vamos a por los datos fríos, y a captar "numéricamente" lo que se dice:

    -. Entre 1521 y 1630 transcurrieron 109 años.

    -. Unos 25 millones de muertos, eso significa: 229.358 fallecidos por año de modo consecutivo año tras año en tal periodo. Es decir, cada año desaparecía el equivalente a la población completa de ciudades como Donostia, La Coruña, Córdoba, Tarrasa o Alcalá de Henares, todas en España, y así hasta 109. Peculiarmente en 1630, y después de esos 109 años mencionados, la carnicería se interrumpió de pronto.

    -. Lo que, a su vez, suponen: 628 muertos al día...

    Y ¿cuáles fueron las causas? explíquelas bien desglosadas y documentadas. Y es una exigencia lógica, pues los promedios mencionados antes obviamente no se dieron, sino que habría algún punto de inflexión, ascendente antes de él, y en descenso después. Así que, ¿cuántos fallecieron en el año correspondiente al "pico" o máximo?

    Esto si que es un mito.
    "He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.

    <<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>

    Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.

    Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."

    En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47


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  6. #146
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    Re: Hernán Cortés; Conquistador de la Nueva España

    Editado: Este tipo de suposiciones se informan al moderador no se ponen en público.
    Última edición por Donoso; 28/02/2011 a las 03:18
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  7. #147
    Avatar de Valmadian
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    Re: Hernán Cortés; Conquistador de la Nueva España

    Cita Iniciado por Zunzu Ver mensaje
    El Guadalupanismo es también una cuestión de hispanismo, ya que el mundo hispano incluye a LAtinoamerica donde es todo un tema de identidad..., de una virgen originaria de españa..., por que nadie comenta eso.

    Y reiteré para ustedes el dogma católico, y deje claro que no hay falta de respeto por decirle mito a algo que hasta la Iglesia considera mito: las advocaciones.

    Con tanto historiador por aquí presente me extrala que nadie defienda una CIENCIA histórica, en las que las apariciones no son hechos comprobables
    ¿De modo tan científico como usted expone sus argumentos?

    La Iglesia Católica jamás ha dado la consideración de mitos a las advocaciones. Por otro lado, ha sido habitual el surgimiento de identidades étnicas y nacionales alrededor de muchos mitos: por ejemplo, los mitos antropogónicos. Un ejemplo válido sería el relativo a la fundación de Roma, con Rómulo y Remo como descendientes directos de Eneas, superviviente de Troya y que a través de su linaje ambas ciudades quedan entroncadas.

    Un mito viene a ser una "reunión de imágenes de idéntica orientación", que, a su vez, se transmiten generacionalmente y se acumulan en el subconsciente, expresándose en símbolos muy diversos, en determinados aspectos de la vida y reproduciéndose en los ritos que reproducen el acto primero que da lugar al mito, y que no necesariamente tiene naturaleza religiosa. Hay muchos mitos sociales, políticos, económicos, ideológicos, culturales. Por tanto, puede usted atribuir los mitemas que le de la gana, yo podré hacer lo mismo también con el materialismo científico, por ejemplo.
    "He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.

    <<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>

    Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.

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    En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47


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  8. #148
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    Re: Hernán Cortés

    Cita Iniciado por Valmadian Ver mensaje

    "Nadie que esté versado en la historia de las relaciones España-américa ignora que a Santa María de GUADALUPE le corresponde por derecho propio, genuino e intransferible el título de Reina de la Hispanidad. De antiguo le viene esta realidad a la Señora de Extremadura por la influencia que su advocación tuvo en sus relaciones con América y con los hechos fundamentales que integran el concepto de Hispanidad: descubrimiento, conquista, culturización y evangelización del Nuevo Mundo.


    (...) Su título de Reina de la Hispanidad se fundamenta en derechos históricos de notable importancia:

    .- La condición de lugar colombino que actualmente de Extremadura, por las visitas que durante los años 1486-1496, realizó, antes y después del descubrimiento, Cristobal Colón a Nuetra Señora de Guadalupe.

    .- La imposición del nombre de Guadalupe a la isla Turuqueira, en las Antillas Menores del Caribe el 4 de noviembre de 1493, en el segundo viaje y como atestigua el mismo Colón en una carta escrita en la Española en enero de 1494 dirigida a los Reyes Católicos.

    .- El bautizo en el templo de Guadalupe de los indios, criados de Cristobal Colón, el 29 de julio de 1496, que señala este lugar, con documentación oficial, como el primer lugar de cristianización de indios traídos, como ofrenda espiritual a Nuestra Señora de Guadalupe.

    .- Las íntimas relaciones, que durante el tiempo de la incorporación de América a la Corona de España, tuvieron con Guadalupe los más insignes conquistadores...

    .- Los santuarios, ermitas y altares alzados en toda América a Nuestra Señora de Guadalupe de Extremadura... etc.


    ( El Libro de La Virgen Manuel CELADA GARCÍA. EDICEL. Centro Bíblico Católico. 5ª edición, Madrid 2003. Pág., 704)

    ¿Nadie lo ha comentado antes? ¿seguro?
    "He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.

    <<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>

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  9. #149
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    Re: Hernán Cortés; Conquistador de la Nueva España

    Cita Iniciado por Zunzu Ver mensaje
    Con tanto historiador por aquí presente me extrala que nadie defienda una CIENCIA histórica, en las que las apariciones no son hechos comprobables
    Al respecto algunas precisiones:

    1.- No es misión de los historiadores investigar las "presuntas apariciones". Tales son terreno específico de teólogos, sacerdotes miembros de comisiones nombradas "ad hoc", y también de investigadores laicos como antropólogos, psicólogos sociales y médicos, particularmente, que están especializados en "sistemas de creencias" así como para dictaminar que no se trate de casos de histeria. Unos y otros pueden colaborar o investigar por separado. En el caso de los primeros se aplican lo que se denomina "criterios de credentidad", que es una larga y severa serie de preguntas, comprobaciones, etc., ajustadas a la Doctrina Cristiana. Los segundos se ajustan a patrones sociales relacionados con las creencias, las tradiciones religiosas y las conductas de grupos humanos y de individuos.

    Por otra parte, si se quieren historiar acontecimientos, es otra cuestión. Pero a los historiadores, en la condición de tales, no corresponden este tipo de investigaciones.

    Desde hace unas décadas, también se han incorporado a los análisis de elementos físicos o materiales, los análisis químicos. Pero cuando los resultados de éstos no convienen a ciertas corrientes ideológicas de todos archiconocidas, son rechazados como fraude científico, ¿qué curioso que solamente admitan aquéllas que si favorecen a sus fines?

    Por último, la Iglesia Católica no ha dado su aquiescencia a las apariciones marianas desde hace muchísimo tiempo. Simplemente, aquellas que responden positivamente a los criterios, y cuyos efectos son considerados beneficiosos, son admitidas como válidas para la devoción privada.
    "He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.

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  10. #150
    Avatar de Hyeronimus
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    Re: Hernán Cortés; Conquistador de la Nueva España

    HERNÁN CORTÉS 464 ANIVERSARIO DE SU FALLECIMIENTO

    30 agosto, 2011

    tags: HISTORIA RELIGION MEXICO
    por cristero07

    Hernán Cortés

    El próximo 2 de diciembre de 2011, se cumplen 462 años en que aquella noche lluviosa y fría, fallecía en la casa de campo del jurado y escribano real don Juan Rodríguez de Medina, situada en la Villade Castilleja de la Cuesta, en la orilla derecha del río Guadalquivir, opuesta a la gran ciudad de Sevilla, “El notable y valeroso Hernán Cortés, engrandecedor de la honra e imperio de España” en palabras del Obispo de Navarra.
    Hernán Cortés acababa de entregar el alma a la edad de 62 años rodeado, de su hijo, el sucesor de 15 años, Martín Cortés Ramírez de Arellano, de su primo fray Diego Altamirano y del prior fray Pedro de Zaldivar quienes le ayudaron a bien morir. Su cuerpo quedó sobre una cama del piso alto de la casa, que aún hoy en día la muestran a los turistas, las monjas encargadas del colegio en que se ha convertido la antigua morada. Menos de dos meses antes de su muerte, sintiéndose desfallecer por la grave disentería que le había impedido embarcase parala Nueva España, como había sido su intención primera, había dictado su Testamento en el cual asentaba, con minucia y lucidez todo lo relativo a sus negocios, a las personas que beneficiaba, y aún, lo relacionado con sus exequias.
    “En el nombre de la Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, que son tres personas y un Dios verdadero, el cual tengo, creo y confieso por mi verdadero Dios y Redentor, y de la gloriosísima y bienaventurada Virgen, su bendita madre, Señora y Abogada nuestra, Sepan que cuantos esta carta de Testamento vieren, como yo D. Fernando Cortés, marqués del valle de Oaxaca, Capitán general de la Nueva España y mar del Sur, por la majestad cesárea del emperador D. Carlos Vo, de ese nombre, rey de España, mi soberano príncipe y señor. Estando enfermo, y en mi libre y natural juicio, cual Dios Nuestro Señor fue servido de me lo dar, temiéndome de la muerte, como sea cosa natural a toda criatura,, queriendo estar aparejado para cuando la voluntad de Dios sea de me llevar, y de lo que conviene al bien de mi alma, seguridad y descargo de mi conciencia, otorgo e conozco por esta carta que hago e otorgo y ordeno este mi Testamento, última y postrimera voluntad en la forma y manera siguiente…………”. Primera cláusula: “Primeramente mando, que si muriese en estos reinos de España, mi cuerpo sea puesto e depositado en la iglesia de la parroquia donde estuviere la casa donde yo falleciere, e que allí esté en depósito e hasta que sea tiempo e a mi sucesor le parezca de llevar mis huesos a la Nueva España, lo que le encargo e mando que ansí haga dentro de diez años e antes si fuere posible e que los lleven a la mi villa de Coyoacán, y allí le den tierra en el monasterio de monjas que mando hacer e edificar en la dicha mi villa…y…..constituyo por mi enterramiento y de mis sucesores”.
    Por lo anterior hemos visto que la primera preocupación, aparte de estar bien con Dios, es que sus restos descansaran en la tierra de su Conquista, en el país que robó su corazón y que con tan grande empeño lo había liberado del paganismo y tan sabiamente lo había gobernado emitiendo directivas que duraron por muchos años. Los restos de Hernán Cortés no pudieron quedar en Coyoacán como había sido su deseo. Actualmente permanecen, tras diez consecutivos traslados, en la Iglesia aneja al Hospital de Jesús Nazareno, del Centro Histórico de la ciudad de México. Una simple placa de bronce consigna: HERNÁN CORTÉS, 1485-1547. En el muro lateral del presbiterio al lado del Evangelio a un altura de 2.50 metros descansan los restos del hombre sin igual, fundador de un país y de un pueblo nuevos, como resultado de su Conquista. A continuación, para terminar esta breve reseña, consignaré el elogio que hace del Fundador un contemporáneo suyo y testigo de muchos de sus actos. Se trata de un hombre santo, protagonista como él, del nacimiento de la nueva nación que con los años sería México: Fray Toribio de Benavente, alias Motolinía.
    El historiador don Alfonso Trueba escribe en sus comentarios sobre Motolinía: “Nos parece que es el elogio más bello que ha recibido Cortés porque es el elogio de un santo. Si alguna duda tuviésemos acerca de la grandeza de Hernán Cortés, nos bastaría el testimonio de Motolinía para desvanecerla”
    Este elogio fue escrito después de muerto don Hernando, así que no puede atribuirse a ningún interés, es, por tanto, de un hombre que lo conoció y trató, además, de que nunca dijo mentira alguna.
    “Algunos que murmuran del Marqués del Valle, que Dios tiene, y que quieren ennegrecer y oscurecer sus obras, y yo creo que delante de Dios las obras de ellos, no son tan aceptas como lo fueron las del Marqués; aunque como hombre fuese pecador, tenía fe y obras de buen cristiano, y muy gran deseo de emplear la vida y la hacienda en ampliar y aumentar la fe de Jesucristo, y morir por la conversión de los gentiles….” “Dios lo visitó con grandes aflicciones, trabajos y enfermedades para purgar sus culpas y limpiar su ánima, y creo que es hijo de salvación y que tiene mayor corona que otros que lo menosprecian….. trabajó de decir la verdad y de ser hombre de su palabra, lo cual mucho aprovechó con los indios….” “Traía por bandera una Cruz colorada en campo negro, en medio de unos fuegos azules y blancos, y la letra decía: Amigos, sigamos la Cruz de Cristo, que si en nosotros hubiera Fe, con esta señal venceremos….” “¿Quien así amó y defendió a los indios en este mundo nuevo como Cortés?. Amonestaba y rogaba mucho a sus compañeros que no tocasen a los indios ni a sus cosas, y porque un español llamado Juan Polanco, cerca del Puerto, entró en casa de un indio y tomó cierta ropa, le mandó dar cien azotes…..” “Por este Capitán nos abrió Dios la puerta para predicar el Santo Evangelio, y éste puso a los indios que tuvieran reverencia a los Santos Sacramentos, y a los ministros de la Iglesia en acatamiento; por esto me he alargado, ya que es difunto, para defender en algo de su vida….”
    He aquí pues, estimados amigos, algunos contundentes conceptos, asentados en documentos irrefutables que, lamentablemente, cierto sector de los historiadores oficiales mexicanos, tendenciosos y partidistas ocultan, para que el ciudadano común no conozca el heroico y luminoso despertar de su patria.


    Ecce Christianus

  11. #151
    Avatar de Hyeronimus
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    Re: Hernán Cortés; Conquistador de la Nueva España

    LA FE DE HERNÁN CORTÉS




    Cuando Hernán Cortés desembarcó en la isleta de San Juan de Ulúa, el jueves Santo 21 de’ abril de 1519, al frente de casi 600 hombres de guerra; habían pasado solamente 27 años desde la toma de Granada por los Reyes Católicos y 26 años y medio desde el descubrimiento del continente americano por Cristóbal Colón. Por lo tanto, Cortés y sus seguidores continuaban el impulso natural de la España de entonces, primera potencia europea, que junto a Portugal, abrían las rutas marinas al comercio y a la Fe cristiana.

    Frente al pequeño grupo de exploradores se dibujaba la línea costera de un mundo desconocido.
    Solamente, dos breves exploraciones anteriores habían tocado ese litoral; la de Hernández de Córdoba en 1517 y la de Juan de Grijalva en 1518.
    México, nuestro país no existía todavía, el pueblo mexicano estaba aún por nacer y el territorio que Cortés contemplaba era ocupado por muy diversas tribus paganas que hablaban más de 50 lenguas y dialectos diferentes guerreando continuamente unos contra otros. De entre ellos el mas fuerte era la tribu culhúa, casta guerrera seguidora de una religión cruelísima con la cual esclavizaba a muchos pueblos oscureciendo su espíritu. Cada comunidad sometida debía entregar, entre otros, un tributo de jóvenes y doncellas para el sacrificio a sus dioses. Cada cacique temblaba con solo escuchar el nombre del gran “tlatoani” (el que habla más fuerte, el mandamás) Moctezuma.
    Para entender la FE de Hernán Cortés y de sus compañeros hay tomar en cuenta los antecedentes históricos que habían formado su carácter. En los españoles de los siglos XV Y XVI palpitaba la sangre de más de 30 generaciones de luchadores contra el musulmán, infiel invasor de Iberia por casi 800 años. Todos esos siglos de guerra templaron el valor y la FE de los cristianos, cualidades que no tenían los otro pueblos europeos.
    Por lo tanto, para los hijos de la casta hidalga, empuñar la espada o la lanza era la única manera de ganarse el pan y hacer morada. El hidalgo, no podía ejecutar otro trabajo, deshonra era, hacerlo por otros medios que no fuesen arriesgar con valor la propia vida, hacer fortuna, mantener su linaje o crear otro con las armas en la mano; todo esto, era lo correcto y digno para los jóvenes cristianos. El ancestral llamado de la cruzada medieval estaba en el alma de los conquistadores del nuevo mundo.
    La Cruz y la Espada eran el signo de la FE.
    Salvar las almas de los paganos de América, aún contra su voluntad, extender el reinado de Jesucristo, eran los principales motivos de la Conquista; el llamado venía de Dios, los medios, de esos jóvenes, muchos de los cuales morirían en la aventura.
    Hernán Cortés esa el prototipo de esa casta de guerreros natos, para quienes la vida no tenía otro sentido que empuñar la espada, montar a caballo y arriesgar su vida con valor. Ganar la fortuna del infiel y del pagano a cambio de llevar la luz de la verdadera FE, protegiendo a los religiosos en su labor evangelizadora.
    A los 19 años de edad el joven hidalgo Hernán, se precipitó en el tumultuoso torrente humano que buscaba fortuna y honra o tal vez la muerte. Como tantos otros cruzó el océano tormentoso obedeciendo al llamado divino que marcó en Descubrimiento y la Conquista del nuevo mundo. SERVIR A DIOS Y AL REY era el lema.
    Los hidalgos y gente llana que se embarcaban en Sevilla para las nuevas tierras descubiertas debían registrarse en La Casa de Contratación, estupendo filtro, que no permitía el ingreso de forajidos, perseguidos por la Justicia, dudosos cristianos, mujeres de mala vida y de quienes no pudiesen pagar su pasaje. Con los cientos de miles de documentos del Archivo sevillano se derriba la Leyenda Negra confeccionada por los enemigos de España con la que afirman maliciosamente, que los conquistadores del continente eran una banda de maleantes. La Corona española controló muy bien a sus emigrantes durante los 330 años que dominó en toda la Tierra Firme americana.
    Todo lo contrario de la Corona inglesa, que desde principios del siglo XVII, vació sus cárceles y calles de sus ciudades de toda laya de indeseables, embarcando a cientos de miles para poblar las costas de Norteamérica. Propiciando, con esto, la extinción de los indios y la trata de esclavos negros arrancados del África.
    En la mente de los conquistadores, los seres humanos se dividían en cristianos, infieles y: paganos; convertir a éstos a la FE de Jesucristo, a la luz de Su Revelación y someterlos al Rey Emperador de las Españas era un deber primordial. Al Rey se le debía lealtad por ser ministro de Dios en la Tierra para defender a los cristianos de sus enemigos jurados y visibles: los musulmanes; mientras que al Papa se le obedecía por ser el representante de Cristo para velar por la salud espiritual de los fieles y defenderlos de los enemigos de la FE: los judaizantes, los infieles y los herejes.
    Hernán Cortés era hombre de FE probada; el soldado cronista Bernal Díaz del Castillo escribe en su “Historia Verdadera”:
    “Cortés era muy religioso, rezaba todas las mañanas en su libro de oraciones y oía la Santa Misa con devoción”.
    Antes de entrar en batalla con los nativos les hacía leer por medio de sus intérpretes, el Requerimiento legal; si aceptaban ser amigos se les daba la paz, en caso contrario, se les hacía la guerra.
    Para entender a los conquistadores y, con ellos, a su más insigne representante hay que ser consciente de esta circunstancia: Toda la actuación de Cortés como conquistador, gobernante, político, poblador y constructor de la nueva nación mexicana, estaba impregnada del ideal medieval que creó la civilización cristiana, del amor que sentía por la tierra de su conquista, de la que hoy formamos parte y de su fidelidad al Rey. Hernán Cortés estaba convencido de la santidad de su empresa.
    En noviembre de 1547 en Castilleja de la Cuesta, poco antes de fallecer, pide en la primera cláusula de su testamento que sus restos sean trasladados la villa de Coyoacán. Actualmente, éstos se encuentran ella iglesia anexa al Hospital de Jesús por él fundado en el centro de la ciudad de México.
    Los hombres y mujeres del siglo XXI, sobre todo los que pontifican de historiadores oficiales, no ven o no quieren ver los antecedentes del nacimiento de la nación mexicana. Influenciados, como están, por los anti valores del cristianismo, como son: el ateísmo, el liberalismo, la indiferencia religiosa y el hedonismo; permeados por las corrientes destructoras de la mente y del espíritu; del mundialismo apabullante y su secuencia sensiblera, romántica, debilitadora de la educación y del carácter heredados de nuestros ancestros.
    A los intelectuales que desprecian la verdad histórica, qué la han sustituido por otra falsa, fantasiosa y subjetiva, hago un llamado urgente: recobremos el conocimiento y la difusión de nuestro pasado mediterráneo. Somos el resultado de la Conquista española.
    El nacimiento de lo que sería México comenzó cuando Cortés derribó los ídolos del templo mayor culhúa y luego el 13 de agosto de 1521 (la Conquista). Su FE de Bautismo se escribió el 12 de diciembre de 1531 (Aparición de la Virgen Santísima en el cerro del Tepeyac) y su Confirmación sería el 27 de septiembre de 1821 (La entrada del Ejército Trigarante con Agustín de Iturbide al frente).

    TIERRA DE HISTORIA

  12. #152
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    Re: Hernán Cortés; Conquistador de la Nueva España

    Segunda carta-relación de Hernán Cortés al Emperador Carlos V. Segura de la Frontera 30 de octubre de 1520


    Enviada a su sacra majestad del emperador nuestro señor, por el ca-
    pitán general de la Nueva España, llamado don Fernando Cortés, en
    la cual hace relación de las tierras y provincias sin cuento que ha
    descubierto nuevamente en el Yucatán del año de diez y nueve a esta
    parte, y ha sometido a la corona real de Su Majestad. En especial
    hace relación de una grandísima provincia muy rica, llamada Culúa,
    en la cual hay muy grandes ciudades y de maravillosos edificios y
    de grandes tratos y riquezas, entre las cuales hay una más maravi-
    llosa y rica que todas, llamada Tenustitlan, que está, por maravi-
    lloso arte, edificada sobre una grande laguna; de la cual ciudad y
    provincia es rey un grandísimo señor llamado Mutezuma; donde le acae-
    cieron al capitán y a los españoles espantosas cosas de oír. Cuenta
    largamente del grandísimo señorío del dicho Mutezuma, y de sus ri-
    tos y ceremonias y de cómo se sirven.
    Muy alto y poderoso y muy católico príncipe, invictísimo emperador
    y señor nuestro:


    En una nao que de esta Nueva España de vuestra sacra majestad des-
    paché a diez y seis días de julio del año de quinientos y diez y
    nueve, envié a vuestra Alteza muy larga y particular relación de las
    cosas hasta aquella sazón, después que yo a ella vine, en ella suce-
    didas. La cual relación llevaron Alonso Hernández Portocarrero y
    Francisco de Montejo, procuradores de la Rica Villa de la Vera Cruz,
    que yo en nombre de vuestra alteza fundé. Y después acá, por no ha-
    ber oportunidad, así por falta de navíos y estar yo ocupado en la
    conquista y pacificación de esta tierra, como por no haber sabido
    de la dicha nao y procuradores, no he tornado a relatar a vuestra
    majestad lo que después se ha hecho; de que Dios sabe la pena que
    he tenido. Porque he deseado que vuestra alteza supiese las cosas
    de esta tierra, que son tantas y tales que, como ya en la otra re-
    lación escribí, se puede intitular de nuevo emperador de ella, y
    con título y no menos mérito que el de Alemaña, que por la gracia
    de Dios vuestra sacra majestad posee. Y porque querer de todas las
    cosas de estas partes y nuevos reinos de vuestra alteza decir todas
    las particularidades y cosas que en ellas hay y decir se debían, se-
    ría casi proceder a infinito.


    Que a ocho leguas de esta ciudad de Churultecal están dos sierras

    muy altas y muy maravillosas, porque en fin de agosto tienen tanta

    nieve que otra cosa de lo alto de ellas si no la nieve, se parece.

    Y de la una que es la más alta sale muchas veces, así de día como
    de noche, tan grande bulto de humo como una gran casa, y sube encima
    de la sierra hasta las nubes, tan derecho como una vira, que, según
    parece, es tanta la fuerza con que sale que aunque arriba en la sie-
    rra andaba siempre muy recio viento, no lo puede torcer. Y porque yo
    siempre he deseado de todas las cosas de esta tierra poder hacer a
    vuestra alteza muy particular relación, quise de ésta, que me pare-
    ció algo maravillosa, saber el secreto, y envié diez de mis com-
    pañeros, tales cuales para semejante negocio eran necesarios, y
    con algunos naturales de la tierra que los guiasen, y les encomendé
    mucho procurasen de subir la dicha sierra y saber el secreto de a-
    quel humo, de dónde y cómo salía. Los cuales fueron y trabajaron lo
    que fué posible para la subir, y jamás pudieron, a causa de la mu-
    cha nieve que en la sierra hay y de muchos torbellinos que de la
    ceniza que de allí sale andan por la sierra, y también porque no
    pudieron sufrir la gran frialdad que arriba hacía, pero llegaron
    muy cerca de lo alto, y tanto que estando arriba comenzó a salir
    aquel humo, y dicen que salía con tanto ímpetu y ruido que parecía
    que toda la sierra se caía abajo, y así se bajaron y trajeron mucha
    nieve y carámbanos para que los viésemos, porque nos parecía cosa
    muy nueva en estas partes a causa de estar en parte tan cálida, se-
    gún hasta ahora ha sido opinión de los pilotos, especialmente, que
    dicen que esta tierra está en veinte grados, que es en el paralelo
    de la isla Española, donde continuamente hace muy gran calor.



    Pasada esta puente, nos salió a recibir aquel señor Mutezuma con

    hasta doscientos señores, todos descalzos y vestidos de otra librea
    o manera de ropa asimismo bien rica a su uso, y más que la de los
    otros, y venían en dos procesiones muy arrimados a las parede de
    la calle, que es muy ancha y muy hermosa y derecha, que de un abo
    se parece el otro y tiene dos tercios de legua, y de la una parte
    y de la otra muy buenas y grandes casas, así de aposentamientos co-
    mo de mezquitas, y el dicho Mutezuma venía por medio de la calle con
    dos señores, el uno a la mano derecha y el otro a la izquierda, de
    los cuales el uno era aquel señor grande que dije que había salido a
    hablar en las andas y el otro era su hermano del dicho Mutezuma,
    señor de aquella ciudad de Ixtapalapa de donde yo aquel día había
    partido, [...].
    Y allí me tomó de la mano y me llevó a una gran sala que estaba fron-
    tera del patio por donde entramos, y allí me hizo sentar en un estra-
    do muy rico que para él lo tenía mandado hacer, y me dijo que le es-
    perase allí y él se fué.





    Y dende a poco rato, ya que toda la gente de mi compañía estaba apo-

    sentada, volvió con muchas y diversas joyas de oro y plata, y pluma-
    jes, y con hasta cinco o seis mil piezas de ropa de algodón, muy ri-
    cas y de diversas maneras tejidas y labradas, y después de me las
    haber dado, se sentó en otro estrado que luego le hicieron allí jun-
    to con el otro donde yo estaba; y sentado, prepuso5 en esta manera:
    "Muchos días ha que por nuestras escripturas tenemos de nuestros an-
    tepasados noticia que yo ni todos los que en esta tierra habitamos
    no somos naturales de ella sino extranjeros, y venidos a ella de par-
    tes muy extrañas; y tenemos asimismo que a estas partes trajo nues-
    tra generación un señor cuyos vasallos todos eran, el cual se volvió
    a su naturaleza, y después tornó a venir dende en mucho tiempo, y
    tanto, que ya estaban casados los que habían quedado con las mujeres
    naturales de la tierra y tenían mucha generación y hechos pueblos
    donde vivían, y queriéndolos llevar consigo, no quisieron ir ni me-
    nos recibirle por señor, y así se volvió; y siempre hemos tenido
    que los que de él descendiesen habían de venir a sojuzgar esta tie-
    rra y a nosotros como a sus vasallos; y según de la parte que vos
    decís que venís, que es a do sale el sol, y las cosas que decís de
    ese gran señor o rey que acá os envió, creemos y tenemos por cierto,
    él sea nuestro señor natural, en especial que nos decís que él ha
    muchos días que tenía noticia de nosotros; y por tanto, vos sed cier-
    to que os obedeceremos y tendremos por señor en lugar de ese gran
    señor que vos decís, y que en ello no habrá que yo en mi señorío po-
    seo, mandar a vuestra voluntad, porque será obedecido y hecho; y to-
    do lo que nosotros tenemos es para lo que vos de ello quisiéredes
    disponer. Y pues estáis en vuestra naturaleza y en vuestra casa,
    holgad y descansad del trabajo del camino y guerras que habéis te-
    nido, que muy bien sé todos los que se vos han ofrecido de Puntun-
    chán acá, y bien sé que los de Cempoal y de Tascaltecal os han di-
    cho muchos males de mí. No creáis más de lo que por vuestros ojos
    veredes, en especial de aquellos que son mis enemigos, y algunos de
    ellos eran mis vasallos y hánseme rebelado con vuestra venida, y
    por se favorecer con vos lo dicen; [...]





    Porque para dar cuenta, muy poderoso señor, a vuestra real excelen-

    cia, de la grandeza, extrañas y maravillosas cosas de esta gran ciu-
    dad de Temixtitan, del señorío y servicio de este Mutezuma, señor de
    ella, y de los ritos y costumbres que esta gente tiene, y de la orden
    que en la gobernación, así de esta ciudad como de las otras que eran
    de este señor, hay, sería menester mucho tiempo y ser muchos relato-
    res y muy expertos; no podré yo decir de cien partes una, de las que
    de ellas se podrían decir, mas como pudiere diré algunas cosas de
    las que vi, que aunque mal dichas, bien sé que serán de tanta admi-
    ración que no se podrán creer, porque los que acá con nuestros pro-
    pios ojos las vemos, no las podemos con el entendimiento comprender.
    Pero puede vuestra majestad ser cierto que si alguna falta en mi re-
    lación hubiere, que será antes por corto que por largo, así en esto
    como en todo lo demás de que diere cuenta a vuestra alteza, porque
    me parecía justo a mi príncipe y señor, decir muy claramente la ver-
    dad sin interponer cosas que la disminuyan y acrecienten. [...]
    Esta gran ciudad de Temixtitan está fundada en esta laguna salada,
    y desde la tierra firme hasta el cuerpo de la dicha ciudad, por cual-
    quiera parte que quisieren entrar a ella, hay dos leguas. Tiene cua-
    tro entradas, todas de calzada hecha a mano, tan ancha como dos lan-
    zas jinetas. Es tan grande la ciudad como Sevilla y Córdoba. Son las
    calles de ella, digo las principales, muy anchas y muy derechas, y
    algunas de éstas y todas las demás son la mitad de tierra y por la
    otra mitad es agua, por la cual andan en sus canoas, y todas las ca-
    lles de trecho a trecho están abiertas por do atraviesa el agua de
    las unas a las otras, y en todas estas aberturas, que algunas son
    muy anchas, hay sus puentes de muy anchas y muy grandes vigas, jun-
    tas y recias y bien labradas, y tales, que por muchas de ellas pueden
    pasar diez de a caballo juntos a la par. Y viendo que si los natura-
    les de esta ciudad quisiesen hacer alguna traición, tenían para ello
    mucho aparejo, por ser la dicha ciudad edificada de la manera que di-
    go, y quitadas las puentes de las entradas y salidas, nos podrían de-
    jar morir de hambre sin que pudiésemos salir a la tierra. Luego que
    entré en la dicha ciudad di mucha prisa en hacer cuatro bergantines,
    y los hice en muy breve tiempo, tales que podían echar trescientos
    hombres en la tierra y llevar los caballos cada vez que quisiésemos.
    Tiene esta ciudad muchas plazas, donde hay continuo mercado y tra-
    to de comprar y vender. Tiene otra plaza tan grande como dos veces
    la ciudad de Salamanca, toda cercada de portales alrededor, donde hay
    cotidianamente arriba de sesenta mil ánimas comprando y vendiendo;
    donde hay todos los géneros de mercadurías que en todas las tierras
    se hallan, así de mantenimientos como de vituallas, joyas de oro y
    plata, de plomo, de latón, de cobre, de estaño, de piedras, de hue-
    sos, de conchas, de caracoles y de plumas. Véndese cal, piedra labra-
    da y por labrar, adobes, ladrillos, madera labrada y por labrar de
    diversas maneras. Hay calle de caza donde venden todos los linajes
    de aves que hay en la tierra, así como gallinas, perdices, codorni-
    ces, lavancos7, dorales, zarcetas, tórtolas, palomas, pajaritos en
    cañuela, papagayos, búharos, águilas, halcones, gavilanes y cerníca-
    los; y de algunas de estas aves de rapiña, venden los cueros con su
    pluma y cabezas y pico y uñas. [...]
    La gente de esta ciudad es de más manera y primor en su vestir y
    servicio6 que no la otra de estas otras provincias y ciudades, por-
    que como allí estaba siempre este señor Mutezuma, y todos los seño-
    res sus vasallos ocurrían siempre a la ciudad, había en ellas más
    manera y policía en todas las cosas. Y por no ser más prolijo en
    la relación de las cosas de esta gran ciudad, aunque no acabaría
    tan aína, no quiero decir más sino que en su servicio y trato10 de
    la gente de ella hay la manera casi de vivir que en España, y con
    tanto concierto y orden como allá, y que considerando esta gente
    ser bárbara y tan apartada del conocimiento de Dios y de la comu-
    nicación de otras naciones de razón, es cosa admirable ver la que
    tienen en todas las cosas. [...]

    TIERRA DE HISTORIA: Hernán Cortés

  13. #153
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    Re: Hernán Cortés; Conquistador de la Nueva España

    El imperio de Huitzilopochtli. Primera Parte . HISTORIA RELIGIÓN MÉXICO


    A fines del Siglo XV el Océano Atlántico se llamaba Mar Tenebroso, considerado como algo misterioso e impenetrable.
    Tras el horizonte en el que se veía morir el sol día a día, se ocultaban profundos misterios para los europeos de la Edad Media. Misterios que atraían, e interesaban y provocaban a los buscadores de aventuras. Pero un denso velo ocultaba celosamente a un mundo nuevo y fantástico.
    Eran aquellos los años en que el navegante Cristóbal Colón recorría los caminos de Europa tratando de convencer a los monarcas de que era posible llegar hasta el Lejano Oriente navegando hacia Occidente. Eran los años en que los Reyes Católicos, Don Fernando y Doña Isabel, estrechaban el cerco del Reino Moro de Granada para poner fin a la Reconquista.
    Muy lejos de España-a miles de kilómetros y meses de navegación-en una ciudad rodeada por lagos y que por fondo tenía dos majestuosos volcanes, ocurría algo impresionante.En el fatídico año de 1487, en Tenochtitlán, el rey Ahuízotl se disponía a inaugurar un bárbaro templo gigantesco en honor a Huitzilopochtli, el siniestro dios de la guerra. En su construcción habían trabajado durante cuatro años millares de indios esclavos. Y también durante esos cuatro años guerreó Ahuízotl contra muchos pueblos vecinos con un definido propósito: Capturar prisioneros para sacrificarlos en el estreno del colosal matadero.

    Y llegó el gran día.

    Los sacrificios humanos en honor a Huitzilopochtli
    tenían todas las características de un culto satánico. El alto y descubierto templo se le dedicó al sanguinario ídolo: los prisioneros capturados -cuyo número excedía los 68,000- fueron ordenados en cuatro filas que llegaban al pie de las gradas del alto cu, viniendo de los cuatro distinto puntos cardinales. Al final de cada fila había un sacrificadero.Fueron subiendo las víctimas hacia los mataderos. Allí cuatro ministros sujetaban al prisionero por sus brazos y los pies, otro le aseguraba la cabeza, un topiltzin o sacerdote descargaba sobre el pecho un golpe con el cuchillo de pedernal, le sacaba el corazón, lo ofrecía al sol, y -aún palpitante- lo arrojaba a los pies del implacable Huitzilopochtli o lo colocaba en sus abiertas fauces.
    A continuación se arrojaba el cadáver escaleras abajo para que se lo disputaran bravamente muchas gentes del pueblo Azteca hasta lograr cortar algún pedazo y comérselo en el acto, aunque fuese crudo. La sangre corrió a raudales desde lo alto del artificial montículo. Los sacerdotes recogían alguna con jícaras, para untar con ella las paredes, los ídolos y sus propios rostros y cabellos. El hedor que se extendió por toda la ciudad era insoportable.
    Cuatro días duró esa terrible carnicería, desde que el sol salía hasta que se metía y, según doctos historiadores murieron en tan horrenda ceremonia 80,000 hombres.
    "Éste fue el acto más culminante de barbarie no sólo en la historia mexicana, sino en la Historia Universal"
    Y ese fue solo el comienzo, ya que una vez inaugurado el gran matadero, no había mes en que -con un pretexto o con otro- no se repitieran tan dantescas escenas. Se calcula que unas 20,000 personas perdía la vida anualmente para medio satisfacer el cruelísimo dios de la guerra.
    El atribulado pueblo Azteca gemía día y noche bajo tan infernal tiranía y no hallaba manera de liberarse de su tétrico destino. Ese era el siniestro misterio que el Océano Atlántico ocultaba celosamente a los ojos de la cristiandad europea de fines del medioevo.

    El imperio de Huitzilopochtli. Segunda Parte HISTORIA RELIGIÓN MÉXICO


    Esa era la escena, tan sangrienta y repugnante que, al decir de Schlarman, si la Reina Isabel la hubiese contemplado "se hubiese desmayado de espanto".


    "Pero Dios N.S., en el tiempo fijado por su misericordia iba a poner fin a tantas atrocidades, con un golpe maestro de su diestra y que había de repercutir en todos los tiempos, como testimonio de amor preferente para con todos los reinos del Anáhuac"
    En el plan armónico de la historia todos los hechos tienen un oculto sentido que después resplandece. Fue necesario el hundimiento de Grecia y el surgir magnífico del pueblo romano; fue preciso el poderío avasallador de su imperio dando unidad al mundo y articulando sus partes dislocadas en un solo organismo jurídico, para que el acontecimiento central de la historia humana, el advenimiento de Cristo, se produjera en el mundo en condiciones de centelleante propagación. Los acontecimientos más sublimes generados por la voluntad de Dios, enlazan maravillosamente lo divino y lo humano, el orden natural y la realidad sobrenatural.


    "En America ocurría lo mismo. Están dispuestos ya los elementos humanos. Un pueblo de Anáhuac que ignora su destino. Una raza cristiana que rebasa los mares. Un capitán denodado con la espada en la diestra y la Cruz en el pecho. El mundo expectante..., presiente algo grandioso... El drama empieza..., y la Madre de Dios, la Virgen María, sabe que el momento solemne se acerca de ganar para sí el corazón entero de un pueblo que es el objeto mismo del drama".


    Fue así como, por especial designio de Dios Todopoderoso, llegó para estos sufridos pueblos del México Precortesiano el ansiado día de su liberación.


    Desde tierras de Oriente, tal y como siglos antes lo profetizara el bondadoso Quetzalcóatl, llegaron hombres blancos y barbados dispuestos a implantar toda una era de paz, progreso, dulzura y amor.


    Era voluntad de Dios que el mal fuese vencido, que el demonio fuese desterrado y que la dulce doctrina de Nuestro Señor Jesucristo arraigase en los corazones del noble pueblo mexicano.


    Una de las escenas más impresionantes y significativas de la Conquista de México se desarrolla cuando Cortés -armado con una barreta de hierro- subió al Gran Teocalli, golpeó con ella entre los ojos al feroz Huitzilopochtli y, en pocos minutos, el ídolo demoníaco rodaba por el suelo hecho pedazos.


    El Bien - representado por la Fe de Cristo- cuyo brazo armado en esos momentos era Hernán Cortés contra el Mal -personificado por el brutal Huitzilopochtli-, el cual en esos momentos se arrastraba destrozado por las gradas del Cu, al igual que Luzbel cuando cayó vencido a los pies del Arcángel San Miguel.


    Y Cortés -de rodillas- con lágrimas de alegría en los ojos y con un Crucifijo en mano exclamó en voz alta:


    "Infinitas alabanzas te sean dadas Dios verdadero, el los siglos de los siglos, porque has permitido que al cabo de tantos años que el demonio con la abominación de sus errores, tiranizaba estas incógnitas naciones, asentado en este trono, le haya por nuestras indignas y débiles fuerzas desterrado a los abismos donde mora"


    A partir de ese momento se cerró un doloroso capítulo de la historia de nuestra patria y empezó a forjarse la verdadera nación mexicana.
    Que bien encuadran aquí aquellas sonoras frases del ilustre historiador don Alfonso de Trueba:


    "No nos cabe duda de que el demonio, el real, el auténtico demonio, había tomado posesión de los mexicanos, los había embrutecido y puesto a su servicio.
    ¡Glorioso el día en que apareció la Cruz y puso en fuga a la legión satánica!
    Entonces el indio mexicano, este indio apacible y manso, fue rescatado de las garras del Malígno y pudo al fin tener un día de paz"

    TIERRA DE HISTORIA: Hernán Cortés

  14. #154
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    Re: Hernán Cortés; Conquistador de la Nueva España

    Y volviendo a México, una serie de televisión podría cambiar la idea generalizada sobre cómo fue la conquista del imprio azteca, que lideró el español Hernán Cortés. Frente a la idea de una conquista sangrienta, la serie revisa la historia para dar otra versión: la de una rebelión de pueblos originarios que se aliaron con los españoles para enfrentar la dictadura de los aztecas, lo cual fue rigurosamente cierto: Cortes se alió con los tlaxcaltecas para derrotar a sus enemigos los aztecas, porque estos les sometían y capturaban prisioneros para ofrecérselos -tras abrirlos en canal- a sus dioses. La serie se llama 'La Conquista', y consta de cuatro capítulos de 45 minutos. Se puede ver un adelanto en este vídeo de BBC Mundo.

    Aquí no están de más las palabras del historiador español José Luis Comellas en el libro 'Páginas de la historia': "Los españoles fuimos conquistados por los romanos, que sometieron a nuestros antepasados, acabaron con su cultura, esclavizaron a un buen número, crucificaron en el monte Medulio a los más tenaces resistentes, se llevaron literalmente todos los tesoros de oro y plata que encerraban las ricas minas peninsulares y secuestraron a las célebres 'puelle gaditanae' para solazarse con ellas en Roma; y sin embargo, los españoles nos sentimos sinceramente agradecidos a aquellos invasores que nos trajeron una cultura superior, el admirable derecho romano -clave todavía de nuestra legislación-, una lengua sonora y poderosa que hoy, con las transformaciones operadas hace veinte siglos, hablamos en España y América, el concepto de municipio, las calzadas y los acueductos, la posibilidad de unas relaciones mutuas que antes, o eran imposibles o no conocían más que enemistades y guerras, la integración total en un gran imperio mediterráneo y europeo, y una religión de elevada espiritualidad que habla de amor perdón, esperanza y salvación: ¿cómo no vamos a agradecidos a los romanos por lo mucho que nos dieron?".

    Pues eso.

    Elecciones en Guatemala: Otto Pérez, favorito en las encuestas, incluye en su programa el "acceso a la salud sexual y reproductiva"

  15. #155
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    Re: Hernán Cortés; Conquistador de la Nueva España

    "Desde tierras de Oriente, tal y como siglos antes lo profetizara el bondadoso Quetzalcóatl, llegaron hombres blancos y barbados dispuestos a implantar toda una era de paz, progreso, dulzura y amor. "

    Coincido plenamente en que la profecia de Quetzalcoatl era un aviso de la llegada de la verdadera fe, pero lo de dulzura y amor es bastante cuestionable salvo la actuacion de la Santa Iglesia.
    ¡ VIVA MÉXICO VIVA SANTA MARÍA DE GUADALUPE VIVA MÉXICO !

    Adelante soldado de Cristo
    Hasta morir o hasta triunfar
    Si Cristo su sangre dio por ti
    No es mucho que tu por ÉL
    Tu sangre derrames.


  16. #156
    Avatar de Donoso
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    Re: Hernán Cortés; Conquistador de la Nueva España

    Ya nos quedó clara la otra vez tu adhesión a la leyenda negra sobre la conquista de México, se te dió la oportunidad de exponer lo que pensabas y ya te dijeron muchas fuentes en las que informarte. No abuses de la paciencia del foro por favor.
    Aquí corresponde hablar de aquella horrible y nunca bastante execrada y detestable libertad de la prensa, [...] la cual tienen algunos el atrevimiento de pedir y promover con gran clamoreo. Nos horrorizamos, Venerables Hermanos, al considerar cuánta extravagancia de doctrinas, o mejor, cuán estupenda monstruosidad de errores se difunden y siembran en todas partes por medio de innumerable muchedumbre de libros, opúsculos y escritos pequeños en verdad por razón del tamaño, pero grandes por su enormísima maldad, de los cuales vemos no sin muchas lágrimas que sale la maldición y que inunda toda la faz de la tierra.

    Encíclica Mirari Vos, Gregorio XVI


  17. #157
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    Re: Hernán Cortés; Conquistador de la Nueva España

    Cita Iniciado por Donoso Ver mensaje
    Ya nos quedó clara la otra vez tu adhesión a la leyenda negra sobre la conquista de México, se te dió la oportunidad de exponer lo que pensabas y ya te dijeron muchas fuentes en las que informarte. No abuses de la paciencia del foro por favor.
    No tengo ninguna adhesion a la leyenda negra por el contrario, y claro que se me han dado fuentes, cosa que agradezco pues me ha ayudado a comprender de manera mas completa muchas cosas, pero en la mayoria de los casos el modo de obrar de los vencedores no fue ni dulce ni amoroso, o va a negar los abusos en las encomiendas entre otros tantos?.
    ¡ VIVA MÉXICO VIVA SANTA MARÍA DE GUADALUPE VIVA MÉXICO !

    Adelante soldado de Cristo
    Hasta morir o hasta triunfar
    Si Cristo su sangre dio por ti
    No es mucho que tu por ÉL
    Tu sangre derrames.


  18. #158
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    Re: Hernán Cortés; Conquistador de la Nueva España

    HERNÁN CORTÉS Y LA “EMPRESA DE TITANES”

    26 septiembre, 2011

    tags: HISTORIA RELIGION MEXICO
    por cristero07


    Así como la Historia de México anterior a la Conquista se divide en dos periodos bien marcados, la del México Hispano está dividido en forma semejante.
    La primera parte es bastante corta. Duró de 1519 , cuando Cortés desembarcó, a 1521, cuando tomó la ciudad del lago texcocano. Ya para 1535 todo el territorio de México había quedado bajo el régimen virreinal español. El segundo período empieza donde acaba el primero, y termina en 1821, cuando tras la insurrección acaudillada por Agustín de Iturbide, el último virrey, O´Donojú, estampó su firma en el tratado de paz en que se reconocía la independencia mexicana. La figura dominante del primer período, es la de Hernán Cortés. Figuró también en el segundo, pero con papel diferente.
    En el primero era conquistador; en el segundo, administrador.
    También era un hombre transformado. Como la espada que llevaba al cinto y que tenía dos filos muy cortantes, pero cuya empuñadura afectaba la forma de una cruz; así el primer Cortés -la hoja de acero- era todo un capitán, mientras el otro Cortés, la empuñadura, era un misionero, de gran celo aunque no de gran prudencia. La dura necesidad de batallar mantuvo en él siempre al soldado, pero concluída la batalla, su corazón, cuando menos, era el de un fanático de Dios y de México. Hasta tenía que irle a la mano su capellán fray Bartolomé de Olmedo, por el celo rabioso con el que pretendía persuadir a Moctezuma a que aceptara la fe cristiana.
    Nunca olvidó su carácter de cruzado. Los cristianos de aquel tiempo eran, por regla general, más o menos como Cortés y los otros conquistadores. Ellos lograron asir un hecho esencial acerca del cristianismo, que los hombres de hoy solemos no advertir; me refiero a que ellos supieron que el cristianismo no es un estado de perfección, sino un camino que conduce a ella. No esperaban poder huir de todo pecado, pero aspiraban a cometer los menos posibles. Reconocían el hecho de que el alma será siempre un campo de batalla mientras le estorbe el cuerpo. La bondad era para ellos un ideal, pero los ideales a menudo interrumpen la acción durante una lucha. Se ha condenado rotunda y vigorosamente a Cortés por sus métodos de conquista. Poco se ha dicho, sin embargo, de sus labores esforzadas, de sus genuinas facultades de estadista y de su firme propósito de no desilusionar a quienes le enviaron a conquistar el Nuevo Mundo.
    Siempre vivió ofreciendo la paz a sus enemigos y se metió en extremos trabajos para introducir animales domésticos y mejores sistemas de cultivo en el nuevo país. Su política respecto a los indios, se adelantó a su tiempo en muchos siglos; y su táctica dio magníficos resultados, no como los muchos y muy diversos sistemas que adoptaron los colonizadores del Norte. A este “opresor de los indios”, parece que con mayor frecuencia lo consideraban ellos como su amigo.1
    Riva Palacio, dice
    “… y no sólo es el gran protector de los vencidos, sino que ellos mismos lo consideran más que como vencedor y su enemigo, como su jefe, al grado que él los prefería a los españoles, y ellos a sus caciques y señores naturales”.
    El aprecio de los indios por Cortés queda bien demostrado con la recepción jubilosa que le otorgaron a su regreso de Honduras.2
    Aunque derrotó a los tlaxcaltecas, se hicieron sus aliados; y cuando los españoles, vencidos y maltrechos en aquella Noche Triste, huían del valle ante las huestes de los aztecas, fueron los de Tlaxcala quienes lo socorrieron y vendaron sus heridas, prepararon con ellos una nueva acometida y les ayudaron por fin a ganar la última victoria después de un sitio de tres meses. La verdad es que a Cortés lo veían las tribus enemigas de los aztecas, como a u libertador de sangría tiranía.
    Y con razón, ya que los aztecas imponían tributo a 355 pueblos y aldeas, cuyos moradores no trataban ellos de gobernar, sino sólo de esquilmar. lo que habría sucedido si no hubiese llegado la civilización europea al Norte y Sur de América, es que todo el Continente se hubiera trocado en un vasto territorio de errantes tribus primitivas, entregadas a una burda idolatría y al canibalismo, hasta que por la ley de la lucha entre animales feroces, habría terminado el Continente por ser una gran selva poblada nada más de fieras con mayores derechos sobre el territorio, por cuanto hace a la decencia, que los humanos de quienes la heredaron.3
    El grande, el indiscutible beneficio que a Hernán Cortés debieron las razas indígenas del Anáhuac, fue haberlas libertado de la barbarie caníbal y de la práctica abominable de los sacrificios humanos. Sólo esto bastaría para justificar la Conquista, si no hubiesen ocurrido al mismo objeto la difusión de la doctrina católica y de la cultura europea, trasplantadas a la Nueva España desde los primeros tiempos del régimen creado por el conquistador a raíz de la toma de México.
    Hernán Cortés, con la clara visión de su genio, comprendió que, para dar al país conquistado una organización que corresponde a sus amplias miras y a los recursos naturales de la tierra, era necesario empezar la obra por los cimientos. Tratábase de fundar una nueva nacionalidad con los elementos de las dos razas, la española y la indígena; no de exterminar ésta al modo que lo hicieron los ingleses en sus colonias americanas, y, con la penetración del hombre que se ha echado a cuestas una empresa de titanes, buscó en la moral y en la religión las bases que habrían de sustentar tan grande obra, y pidió a Carlos V que le enviase misioneros de santidad acrisolada.
    España al conquistar y colonizar esta parte del Continente Americano que se llama México, se propuso fundar una nación con todos los atributos que a ésta corresponden. No exploró el territorio como se explota un predio de propiedad privada, hasta con el abuso (abutendi) a que da derecho la legislación clásica desde la época de Roma; no esclavizó a las tribus indígenas, ni procuró embrutecerlas, como dicen algunos, estúpida o dolosamente. Con los elementos de las dos razas, organizó una nacionalidad en toda forma, de acuerdo con los planes de Hernán Cortés, que fueron trascendentales y elevados, porque si el Conquistador se mostró durante la lucha contra los aztecas y otros pueblos digno de hombrearse con los caudillos más ilustres de la humanidad, en la organización de la corona, al establecer los cimientos de Nueva España y trazar las líneas generales de la política y la administración, más puso de relieve su grandeza y geniales arrestos, no igualados ni superados todavía en el mundo americano.
    Para vergüenza nuestra, Hernán Cortés no tiene en México un solo monumento que honre su memoria. Al revés, algunos le denigran y rebajan, mientras que a raíz de la Conquista, cuando humeaban las ruinas de la gran Tenochtitlán, los indios le veían con admiración y le veneraban como a un padre, y, en efecto, lo era, porque Corté fué, de hecho y de derecho, el “padre de la nacionalidad mexicana”. Algún día habremos los mexicanos de levantar ese monumento, en el que deberá representarse a Cortés empuñando aquel estandarte que ideó al iniciar su epopeya en México, que tenía unos fuegos azules y blancos y una cruz colorada en medio y esta inscripción:
    Amici, sequamus crucem, et si nos fidem habemus, vere in hoc signo vincemus, que significa: Amigos, sigamos la Cruz, y si tenemos fe, verdaderamente venceremos con esta bandera.



    Bibliografía

    1 Méjico a través de los siglos, II, p. 353

    2 Historia verdadera de la conquista de la Nueva España, Bernal Díaz del Castillo, cap. CXLIX (CXC)

    3 Mons. Francis Clementte Kelly, Obispo Católico en E. U.

    Ecce Christianus

  19. #159
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    Re: Respuesta: Hernán Cortés; Conquistador de la Nueva España

    Excelente biografía, Ordoñez, se agradece el aporte!

  20. #160
    Avatar de Hyeronimus
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    Re: Respuesta: Hernán Cortés; Conquistador de la Nueva España

    Libros antiguos y de colección en IberLibro
    BREVE GAVILLA ANECDÓTICA DE HERNÁN CORTÉS
    ANÉCDOTA PRIMERA


    El carácter

    He aquí una historia mínima del «pre héroe» Hernán Cortés; de un hombre que aún no merecía, ni de lejos, pasar a la Historia, con mayúscula, pero que revela determinadas cualidades del carácter de quien muy pronto levantaría el vuelo que va de los rastrojos a las estrellas, del anonimato a la gloria.
    En el origen de la enemistad entre Hernán Cortés y Diego Velázquez, gobernador de Cuba, hubo un asunto de faldas. Hay que anticipar que Cortés, en su juventud, fue harto galán y mujeriego. Y como todos sus iguales, más amigo del cambio que del compromiso. Existe una obra titulada Las mujeres de Cortés en la que se contabilizan treinta y siete de ellas, con las que tuvo amores de cierta entidad por su duración, sin contar, ello es claro, con las innumerables aventuras esporádicas. Es el caso que de España a Santo Domingo, y de Santo Domingo a Cuba, donde se hallaba Cortés, llegó una familia, compuesta por el padre, don Diego Suárez Pacheco (que murió en seguida), su esposa, doña María Macayda, cuatro hijas casaderas de gran hermosura, y un varón llamado Juan, que hizo gran amistad con Hernán Cortés, compañeros de armas y de aventuras amorosas. Ambos alternaban el ejercicio de la espada (pues intervinieron en numerosas operaciones militares para la total pacificación de la isla), con el cultivo de la agricultura y la ganadería, ya que, según Bartolomé de las Cass, fueron los primeros que tuvieron «hato y cabaña». Con una de las hermanas de Juan Suárez Marcayda, llamada Catalina, tuvo amores Cortés bajo promesa de matrimonio. Y otra de ellas fue muy cortejada por el gobernador Diego Velázquez, aunque no existen pruebas de que llegase a ser su concubina.
    A pesar de sus promesas, Cortés no acaba de cumplirlas, y se sentía harto remiso al matrimonio. La hermana galanteada por el gobenador recurrió a éste para que conminase a don Hernando a que se casase. Y, como el galán, con diferentes pretextos eludía el compromiso, fue mandado encarcelar por el que hubiese podido ser su cuñado. A los pocos días, huyó Cortés de la prisión y se refugió en una iglesia, de donde, a altas horas de la noche, para estirar las piernas, refrescarse del fuerte calor caribeño o buscar nuevas aventuras, salió a pasear. Los secuaces del gobernador tuvieron noticia de estas escapadas nocturnas, lo volvieron a apresar y, ante la inseguridad de la cárcel de la que tan fácilmente escapó, lo encerraron en una nave. De poco sirvió la estrecha vigilancia a la que estaba sometido porque, sin que nadie lo advirtiera, se lanzó al mar por un sitio inverosímil: el tubo de la bomba de achique. A nado llegó a tierra, y volvió a refugiarse en sagrado. Desde allí, por medio de un fraile, mandó un billete a su amigo Juan Suárez Marcayda rogándole que escondiese una lanza y una ballesta en cierto lugar en descampado. Y, al saber que el encargo había sido cumplimentado, recogió las armas y, sin otra compañía, se dirigió a casa del gobernador, al tiempo que éste salía de la misma. Velázquez se espantó creyendo que iba a matarle. Pero Cortés le tranquilizó manifestándole que únicamente le visitaba para saber por qué con tanta saña le perseguía, siendo su amigo. Se intercambiaron explicaciones, y Cortés se mostró tan cortés como exigía su nombre, y tan persuasivo y diplomático, que hicieron allí mismo las paces. Y, para sellar su amistad, durmieron aquella misma noche en una misma cama y, a la mañana siguiente, comulgaron con una misma hostia partida en dos, jurándose eterna amistad. Y, para sellarla definitivamente, Cortés casó con doña Catalina, y Diego Velázquez le encomendó una armada para proseguir los descubrimientos que en la península de Yucatán había iniciado Juan de Grijalva. No viene al caso relatar aquí las vicisitudes de este matrimonio –del que hablaremos en otro lugar-- ni de la inconstancia de Velázquez al retirar a Cortés el mando que le había concedido, sino de resaltar cuatro rasgos característicos de don Hernando: la tenacidad, al huir cuantas veces fue encerrado; la astucia, al descubrir un medio tan insólito para escapar de la nave; el arrojo, al presentarse solo ante el dueño de vidas y haciendas; las dotes de persuasión y diplomacia para captarse la amistad del mismo que le perseguía y, por último, la ductibilidad para ceder en aquello que, con razón, se le demandaba y que su honor le exigía: reparar con el matrimonio de doña Catalina Suárez. Si hubiese que destacar las cualidades más sobresalientes que desplegaría Cortés más adelante –al burlar a Diego Velázquez cuando éste le retiró el mando de la Armada; al pactar con el Cacique Gordo de Zempoala, convirtiendo al más feroz adversario, en el más fiel aliado; al incorporar a su exiguo ejército a doscientos mil tlaxcaltecas; al doblegar, sin sangre, la voluntad de Moctezuma; al vencer al ejército, diez veces superior al suyo, capitaneado por Pánfilo de Narváez, que Diego Velázquez mandó en su persecución; al incorporar a su mínima tropa de españoles el ejército que fue enviado contra él—hay que convenir , que ya en esta mínima anécdota de Cuba, las cualidades que destacaban en él eran la tenacidad, la astucia, el arrojo, la persecución, la diplomacia y la ductibilidad.

    Tomado de América y sus enigmas (y otras americanerías), de Torcuato Luca de Tena. Editorial Planeta 1992
    Erasmus dio el Víctor.


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