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Tema: Virreinato del Río de la Plata

  1. #61
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    Re: Virreinato del Río de la Plata

    La guerra de policía.


    El interior en general se revela contra el gobierno nacional, y quieren romper la alianza con Brasil. Se levanta entre otros el Chacho y Felipe Varela. Solamente Urquiza se mantiene en San José, haciendo sus “negocios con la guerra”. Se reúne el congreso y declara una “guerra de policía”.


    “Todos los individuos que tomaran las armas o hayan tomado parte en la ejecución de atentados cometidos por los revolucionarios de Mendoza…y todos los que en cualquier punto del territorio sujeto a la jurisdicción nacional contribuyan con actos deliberados a estimular, fomentar o mantener aquel estado de anarquía, serán considerados como rebeldes y traidores a la patria, y sometidos por la fuerza a la justicia nacional para ser juzgados como tales con toda severidad de las leyes” (19-01-1867)


    Pero Mitre ni siquiera se conforma con esta ley, y lejos de cumplirla, nombra a Sarmiento director de la guerra y le dice: “quiero hacer una guerra de policía. La Rioja es una cueva de ladrones que amenaza a todos los vecinos y donde no hay gobierno que haga la policía. Declarando ladrones a los montoneros sin hacerles el honor de considerarlos como partidarios políticos ni elevar sus depredaciones al rango de reacciones, lo que hay quehacer es muy sencillo” Tal vez para no comprometerse, no se lo dice directamente, se lo insinúa, pero el loco Sarmiento, que además de buen entendedor, resentido y racista como es, siente un odio visceral hacia el gauchaje, no necesita mucho para embalarse, comienza una masacre salvaje contra el gauchaje de las provincias.


    Siendo Sarmiento director de la guerra y gobernador de San Juan, declara la intervención de las provincias vecinas. Como no tenía atribuciones para eso, recibe la queja del ministro Rawson, y Sarmiento le contesta a Mitre (presidente): “Todo lo que nos divide es que yo he sido siempre hombre de gobierno y usted no. Ni quiere, ni acaso pueda serlo”


    Sarmiento declara el estado de sitio en las provincias vecinas y se dedica a confiscar bienes y exterminar opositores y a los que supone cómplices de los federales.


    Como Mitre trata de pararlo Sarmiento dice “Yo mande a ejecutar Baouna (estanciero de tradición federal), el gobernador de Mendoza por mi orden ha hecho ejecutar la sentencia a un Fonsalida (también estanciero), Sandes (uruguayo al servicio del ejército de línea) ejecutó a Minuel (un paisano) en las Lagunas”.


    Amparado en el estado de sitio manda a matar por abigeato a un pobre paisano “a la pena ordinaria de muerte que se ejecutará a tiro de fusil en la plaza principal de la ciudad, debiendo ser descuartizado su cadáver y puesta su cabeza y cuartos en los diversos caminos públicos” (J. Victorica) y se jacta ante Mitre “Es de admirar la pasión con que la chusma ha entrado en el movimiento, fusilaré media docena de pícaros”


    Irrazábal (del ejército de línea) toma a siete paisanos partidarios del Chacho Peñaloza (retirado de la lucha) “y acto seguido se les tomó declaración” en el “cepo colombiano”, (que consiste en poner al hombre en cuclillas y con un fusil al hombro atarlo con cuero mojado hasta que muere descoyuntado). Seis mueren en el tormento y el séptimo revela el paradero del Chacho, retirado de la lucha en casa de una familia.


    La partida de Vera lo sorprende desayunando con la familia: “¿Quien es el bandido del Chacho?” preguntan; “Yo soy el general Peñaloza, pero no soy un bandido” y entrega su cuchillo. (Peñaloza tenía el grado de general otorgado por Urquiza) Sin mediar palabra Irrazával toma una lanza y la clava en el vientre del Chacho que se entregaba desarmado, en presencia de la familia y la hijastra menor. Le saca una oreja y se la manda de regalo a Natal Luna (de La Rioja) y le corta la cabeza y la pone en una pica en la plaza de Olta. Sarmiento premia a Irrazával y Vera con un ascenso.


    Es tan alevosa la muerte que en Buenos Aires se levanta una protesta por la forma, pero “el loco” Sarmiento, descontrolado, refiriéndose a la muerte del Chacho le escribe a Mitre: “he aplaudido la medida precisamente por su forma” ya que “es legal matar a lanza y cuchillo” y “sin cortarle la cabeza a aquel inveterado pícaro y ponerla a la expectación, no se habrían quietado las chusmas en seis meses” (Sarmiento. Carta a Mitre, 18.11.1862.) Doña Victorica Romero de Peñaloza es llevada encadenada a San Juan y obligada a barrer la plaza. Luego serian confiscados todos sus bienes.








    "Necesitamos entrar por la fuerza en la nación, la guerra si es necesario" (año 1861).


    "Los sublevados serán todos ahorcados, oficiales y soldados, en cualquier numero que sean" (año 1868).


    "Es preciso emplear el terror para triunfar. Debe darse muerte a todos los prisioneros y a todos los enemigos. Todos los medios de obrar son buenos y deben emplearse sin vacilación alguna, imitando a los jacobinos de la época de Robespierre"


    "A los que no reconozcan a Paz debiera mandarlos ahorcar y no fusilar o degollar. Este es el medio de imponer en los ánimos mayor idea de la autoridad" (año 1845).


    “Sandes ha marchado a San Luis... Si va, déjelo ir. Si mata gente, cállense la boca. Son animales bípedos de tan perversa condición que no sé qué se obtenga con tratarlos mejor”. (Carta de Sarmiento a Mitre, marzo de 1862.)


    El prestigioso caudillo sanjuanino Nazario Benavídez, fue gobernador de San Juan. Por ley de 1855 no podía ser reelecto y apoyó la candidatura de Manuel José Gómez, respetado vecino quedando el con la comandancia del ejército. Su ministro liberal Saturnino Laspiur, apoyado de través de Sarmiento por los liberales de Buenos Aires derroca al gobernador Gómez y encarcela a Benavidez. “La Tribuna” y “El nacional” (redactado por Sarmiento) instigan la eliminación del “tirano” y simulando una fuga es asesinado en la cárcel. La crónica de Victorica da cuenta que “El general Benavidez medio muerto fue enseguida arrastrado con sus grillos y casi desnudo precipitado desde los altos del Cabildo a la balaustrada de la plaza donde algunos oficiales se complacieron en teñir sus espadas con su sangre atravesando repetidas veces el cadáver, profanándolo, hasta escupirle y pisotearlo”. Sarmiento dirá “es acción santa sobre un notorio malvado. !Dios sea loado" (El Nacional, 23/10/1858). ( Ver: Nazario Benavídez )




    "Córteles la cabeza y déjelas de muestra en el camino" (Carta a Arredondo, 12/4/1873).


    "Si el coronel Sandes mata gente (en las provincias) cállense la boca. Son animales bípedos de tan perversa condición (esos provincianos que defienden sus autonomías) que no sé que se obtenga nada con tratarlos mejor" (Informe a Mitre, 1863).


    Las opiniones de Sarmiento no dejan lugar a dudas: sobre el fusilamiento en masa de un batallón correntino: "brillante conducta". A los sublevados entrerrianos en 1868. "Proceda a diezmarlos, pasando por las armas a los que le toque en suerte". El degüello de Santa Coloma : "acto de que gusté" (año 1852). Asesinato del gobernador Virasoro que él instigó desde Buenos Aires: "San Juan tenia derecho a deshacerse de su tirano" (año 1860).


    Aprobó el asesinato en masa en Villamayor el 2/2/1856 y como presidente ofreció $100.000 por la cabeza de López Jordán y entre las cabezas valuadas a 1.000 patacones estaba la de José Hernández, que acababa de publicar el "Martín Fierro".
    La Iglesia es el poder supremo en lo espiritual, como el Estado lo es en el temporal.

    Antonio Aparisi

  2. #62
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    Re: Virreinato del Río de la Plata

    Sarmiento Masón.


    El 29 de septiembre de 1868, en un banquete que la masonería le ofrece a Sarmiento y Mitre, éste, agitando un instrumento masónico dice: “¿Qué es Sarmiento? un pobre hombre como yo, un instrumento como este…” (Mitre. Discurso masónico. Arengas Selectas. p.83). Mitre, como de costumbre, para decir las verdades a medias, le puso "pobre hombre". (Yo le hubiera puesto otra cosa.)


    “¿Que somos ahora? No somos sino agentes serviles y pagados a módico precio de las plazas extranjeras” (Vicente F. López en la Cámara de Diputados. Diario de sesiones 1873.p.261)


    Se inicia masón en al Logia Union Frataernal de Valparaíso el 31/07/1854. En 185 es fundador de la Logia Unión del Plata N.1. El 18/04/1882 se afilia a la Logia Obediencia- El 12 de mayo de 1882 asume el aro Gran Maestre la la Masonería Argentina.


    En la tenida secreta del Supremo Consejo de Masónica del 21 de julio de 1860, es la que otorga el Grado 33 a Mitre, Urquiza, Sarmiento y Juan Gelly y Obes; El Gran Comendador era José Roque Pérez. Es notable la actuación directa que tuvieron en la guerra del Paraguay todos ellos, incluido Roque Pérez que representó a Sarmiento en la ceremonia de instalación del gobierno títere en Asunción, luego de la guerra del Paraguay. (JMR.Hist.Arg. / A.G.Mellid. Proceso a los falsificadores de la Historia. t.I.p.335 y A.Lappas. La masonería en la Argentina”.)




    Sarmiento no quería a nadie.


    Fue un renegado social. Renegó de su sangre, de su patria y de su raza. Para Sarmiento los Argentinos son "una dañosa amalgama de razas incapaces e inadecuada para la civilización" (Sarmiento, Obras completas. Ed Belin Hnos. Parias 1909)


    Tampoco quería a los italianos y los llamaba "bachichas" "palurdos" "ignorantes".


    A los Árabes los despreciaba porque "son una canalla que los franceses corrieron a bayonetazos al Sahara".


    De los Irlandeses decía que eran "la chusma irlandesa organizada por los curas, que además son fanáticos y borrachos"


    Tampoco quería a los judíos, que los echa "Fuera esa raza semítica ¿ o es que no tenemos derecho como alemanes y polacos para hacer salir a estos gitanos bohemios que han hecho del mundo su patria" (Sarmiento, Obras completas. Ed Belin Hnos. Paris 1909)


    ¨... El pueblo judío. Esparcido por toda la tierra ejerciendo la usura y acumulando millones, rechazando la patria en que nace y muere por un ideal que baña escasamente el Jordán, y a la que no piensa volver jamás. Este sueño que se perpetua hace veinte o treinta siglos, pues viene del origen de la raza, continua hasta hoy perturbando la economía de las sociedades en que viven, pero de las que no forman parte. Y ahora mismo en la bárbara Rusia como en la ilustrada Prusia se levanta el grito de repulsión contra este pueblo que se cree escogido y carece de sentimiento humano, el amor al prójimo, el apego a la tierra, el culto del heroísmo, de la virtud, de los grandes hechos donde quiera que se producen.(D.F. Sarmiento; 'Condición del extranjero en América'; en: "OBRAS DE SARMIENTO, publicadas bajo los auspicios del gobierno argentino", tomo XXXVI. Editor A. Belin Sarmiento. Imprenta y Litografía "Mariano Moreno" - Bs. As., 1896 ) ( D.F. Sarmiento; 'Condición del extranjero en América'; Obras completas, tomo XXXVI. Luz del Día, Bs. As., 1953 )( artículo titulado "Somos extranjeros", en el Censor, Buenos Aires, 1886)


    Sarmiento fue un renegado, un racista, un vendepatria y un terrorista de estado, admirador de la civilización del hombre europeo de ojos azules, racista y opresor. Sarmiento reniega de la herencia hispánica, reniega de la América libre y pretende la penetración cultural europea y norteamericana.


    Rivadavia, Sarmiento y Mitre fue lo peor que nos pasó. Su acción engañosa y perversa perdura. El engaño a generaciones enteras, tiende a destruir la nacionalidad y la patria, sometiéndola a culturas y poderes económicos extraños.




    Sarmiento y San Martín.


    En 1844, seis años antes de su muerte, San Martin en su testamento, otorga a Rosas el sable libertador:


    “El sable que me ha acompañado en toda la Guerra de la independencia de la América del Sud, le será entregado al General de la República Argentina Don Juan Manuel de Rosas, como prueba de satisfacción que como argentino he tenido al ver la firmeza con que ha sostenido, el honor de la República contra las injustas pretensiones de lso extranjeros que tratan de humillarla”


    Esto no fue reconocido por Mitre y los unitarios, que trataron de ocultarlo, como lo demuestra la carta que Valentín Alsina de dirige a Don Felix Frías el 9 de noviembre de 1850 desde Montevideo, y refiriénse a San Matin le dice: “...como militar fue intachable; pero en lo demás era muy mal mirado de los enemigos de Rosas. Ha hecho un gran daño a nuestra causa con sus prevenciones caso agrestes y cerriles contra el extranjero, copiando el estilo y la fraseología de aquel; prevenciones tanto más inexcusables, cuanto que era un hombre de discernimiento. Era de los que en la causa de América no ven más que la independencia del extranjero, sin importarle nada de la libertad y sus consecuencias...Nos ha dañado mucho fortificando allá y acá la causa de Rosas, con sus opiniones y con su nombre; y todavía lega a Rosas, tan luego su espada. Esto aturde, humilla e indigna y...pero mejor no hablar de esto. Por supuesto en el diario me he guardado de decir nada de esto...” (JS.Op.Cit.p.77)


    Asi escribienron nuestra "historia oficial". Tampoco se lo perdonará Sarmiento, quien había visitado a San Martín en Europa, y ante expresiones adversas que Sarmiento trató de hacer sobre Rosas, es interrumpido por el dueño de casa:


    “Ese tirano de Rosas que los unitarios odian tanto, no debe ser tan malo como lo pintan cuando en un pueblo tan viril se puede sostener veinte años...me inclino a creer que exageran un poco y que sus enemigos lo pintan mas arbitrario de lo que es...y si todos ellos y lo mejor del país, como ustedes dicen, no logran desmoronar a tan mal gobierno, es porque la mayoría convencida está de la necesidad de un gobierno fuerte y de mano firme, para que no vuelvan las bochornosas escenas del año 20 ni que cualquier comandante de cualquier batallón se levante a fusilar por su orden al Gobernador del Estado” (Galvez, Manuel. “Vida de Sarmiento”. Emece Edit. 1945)


    Sarmiento, despechado, le comenta en carta del 4 de septiembre de 1846 a su amigo Antonio Aberastain:


    “...va Ud. a buscar al opinión de los americanos mismos (en Europa) y por todas partes encuentra la misma incapacidad de juzgar. San Martín es el ariete desmontado ya que sirvió a la destrucción de los españoles; hombre de una pieza; anciano batido y ajado por las revoluciones americanas, ve en Rosas el defensor de la independencia amenazada y su ánimo noble se exalta y ofusca...San Martín era hombre viejo, con debilidades terrenales, con enfermedades de espíritu adquiridas en la vejez; habíamos vuelto a la época presente nombrando a Rosas y su sistema. Aquella inteligencia tan clara en otro tiempo, declina ahora; aquellos ojos tan penetrantes que de una mirada forjaban una pagina de la historia, estaban ahora turbios y allá en la lejana tierra veía fantasmas extranjeros, todas sus ideas se confundían, los españoles y las potencias extranjeras, la Patria, aquella Patria antigua, la estatua de piedra del antiguo héroe de la independencia, parecía enderezarse sobre el sarcófago para defender la América amenazada...” (Soler Cañas, Lusi: “San Martín, Rosas y la falsificación”)


    Sarmiento calumniaba de esta forma a San Martín y lo acusaba de disminuido mental por la vejez, seis años antes de su muerte, siendo que San Martín mantuvo hasta su muerte más lucidez que todos aquellos que trataron de degradarlo.




    Sarmiento y Urquiza.


    ¡ Como camban las opiniones de algunos con el tiempo y con las circunstancias !


    Sarmiento temía y odiaba a Mitre:


    "Urquiza es el verdugo vendido a Rosas. Su historia es negra y salpicada de sangre. Un reguero de sangre señala su camino. Después de despoblar la tierra con sus atrocidades, la despuebla con sus rapiñas. Suscita secuaces donde quiera haya un bárbaro. Es un escuerzo, un viejo montonero, un ambicioso, un cacique y soldado desvergonzado, un padrillo inmundo, un gaucho mazorquero e insolente: monstruo de carnicerías humanas". (Sarmiento. Tomo 17, p. 93 y 121 y Tomo 49, p. 295)


    Más tarde, para Sarmiento, Urquiza ya no sería el “monstruo”, y participa junto a Mitre como observador de la batalla de El Tonelero, pero a bordo de las naves brasileras.


    Luego, haciéndose nombrar coronel, integra el ejército de Urquiza que derrota a Rosas en Caseros, como boletinero del ejército, disfrazado con uniforme europeo y botas de goma.


    No pasó mucho tiempo de Caseros y "el loco" ya no era más Urquicista. "No deje cicatrizar la herida de Pavón. Urquiza debe desaparecer de la escena, cueste lo que cueste. Southampton o la horca. El es la única nube negra que queda en el horizonte". (Sarmiento en carta a Mitre, diciembre 1861). "Además es preciso acogotar a Alberdi, del Carril, Gutiérrez y Fragueiro con Vicente F. López, Cané, Luis Domínguez y Tejedor". (Carta a J. Posse, mayo 1860).


    Y encima le alcahuetea todos los manejos turbios de Urquiza. (Y por escrito, para que no queden dudas). Sabe que Urquiza fue comprado por el Brasil para que traicionara a su Patria en ese 1852 . Lo atestigua el mismo el mismo Sarmiento, quien escribe el 13.10.1852 a Urquiza desde Chile y le enrostra:


    "Yo he permanecido dos meses en la corte de Brasil, en el comercio casi íntimo de los hombres de estado de aquella nación, y conozco todos los detalles, general, y los pactos y transacciones por los cuales entró S. E. en la liga contra Rosas. Todo esto, no conocido hoy del público, es ya del dominio de la Historia y está archivado en los ministerios de Relaciones Exteriores del Brasil y del Uruguay.” (...) “Se me caía la cara de vergüenza al oírle a aquel Enviado (Honorio Hermeto Carneiro Leão, o Indobregavel) referir la irritante escena, y los comentarios: <¡Sí, los millones con que hemos tenido que comprarlo para derrocar a Rosas!> Todavía después de entrar a Buenos Aires quería que le diese los cien mil duros mensuales, mientras oscurecía el brillo de nuestras armas en Monte Caseros para atribuirse él solo los honores de la victoria." (Domingo Faustino Sarmiento, Carta de Yungay, 13.10.1852)


    Diós los crìa y el viento los amontona, y los separa.
    La Iglesia es el poder supremo en lo espiritual, como el Estado lo es en el temporal.

    Antonio Aparisi

  3. #63
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    Re: Virreinato del Río de la Plata

    ¿El Gran Educador?


    ¿Fue realmente Sarmiento el “padre del aula”?


    Su ministro de instrucción pública, Nicolás Avellaneda, en un Apunte de 1874, que se editó en 1910 en sus Escritos y discursos, se atribuyó el mérito único, pero reconociendo que el presidente facilitaba su nombre de educador:


    "Bajo mi ministerio – dice Avellaneda – se dobló en número de los colegios, se fundaron las bibliotecas populares, los grandes establecimientos científicos como el Observatorio, se dio plan y organización a los sistemas escolares, y provincias que encontré como La Rioja sin una escuela pública llevaron tres mil o cuatro mil alumnos... Es la página de honor de mi vida pública y la única a cuyo pie quiero consignar mi nombre. ¿Cuál fue la intervención del señor Sarmiento en estos trabajos, que absorbieron mi vida por entero durante cinco años? El nombre del señor Sarmiento al frente del gobierno era por sí solo una dirección dada a las ideas y ala opinión en favor de la educación popular; su firma al pie de los decretos era una autoridad que daba prestigio a mis actos. Su intervención se redujo, sin embargo, a esta acción moral. Supo el señor Sarmiento que había bibliotecas populares y una ley nacional que las fundaba cuando habían aparecido los primeros volúmenes del Boletín de las Bibliotecas, y éstas convertídose en una pasión pública. El señor Sarmiento no se dio cuenta de la ley de subvenciones y de su mecanismo sino en los últimos meses de su gobierno. Esto es todo y es la verdad". ( Nicolás Avellaneda, Escritos y discursos, VIII, 397. ) (El Apunte de Avellaneda no estaba destinado a la publicidad; es un desahogo íntimo de quien ve a otro atribuirse un mérito propio)


    "En Buenos Aires solo logré fundar dos escuelas" (Carta a M. Mann, 15/5/1866).


    "De treinta jóvenes que era la dotación de la Escuela de Preceptores que dirigía en Chile, veintiocho fueron expulsados" (El Monitor, 15/8/1852).


    "En Santa Rosa de Chile fui real maestro de escuela, no habiéndolo sido antes ni después" (8/4/1884) .


    "En la ciudad de Buenos Aires se han construido solo dos edificios de escuelas en estos veinte años (de 1858 a 1878). Mientras tanto no se intenta nada. En la única escuela normal de varones el 95% son ineptos; el 30% debió ser expulsado, y el resto solo concurre por el aliciente del viático con que se premia su asistencia a clase. De las dos escuelas normales de mujeres se debió suprimir una" (Informe de 1878).


    Tampoco quiere a los universitarios:"Si algo habría de hacer por el interés publico seria tratar de contener el desarrollo de las universidades... En las ciudades argentinas se han acumulado jóvenes que salen de las universidades y se han visto en todas las perturbaciones electorales... Son jóvenes que necesitan coligarse en algo porque se han inutilizado para el comercio y la industria. La apelación de ´Doctor´ contribuye a pervertirles el juicio... El proyecto de anexar colegios nacionales a la universidad es ruinoso y malo, pues contribuirá a perturbar las cabezas de los estudiantes secundarios e inutilizarlas para la vida real que no es la de las universidades ni de los doctores. La educación universitaria no interesa a la nación ni interesa a la comunidad del país... Generalmente en todo el mundo las universidades son realmente libres. Nada tiene que ver ni el estado ni nadie con las universidades" (Senado Nacional, 27/7/1878 y 19/9/1878)
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    Antonio Aparisi

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    Re: Virreinato del Río de la Plata

    En la tenida secreta del Supremo Consejo de Masónica del 21 de julio de 1860, es la que otorga el Grado 33 a Mitre, Urquiza, Sarmiento y Juan Gelly y Obes; El Gran Comendador era José Roque Pérez. Es notable la actuación directa que tuvieron en la guerra del Paraguay todos ellos, incluido Roque Pérez que representó a Sarmiento en la ceremonia de instalación del gobierno títere en Asunción, luego de la guerra. (JMR.Hist.Arg. / A.G.Mellid. Proceso a los falsificadores de la Historia. t.I.p.335 y A.Lappas. La masonería en la Argentina”.)






    TERRORISMO DE ESTADO


    Después de Caseros y Pavón, el gobierno centralista de Buenos Aires no se contentó con reemplazar y aplastar los gobiernos provinciales sino que se dedicó a exterminar sistemáticamente a opositores políticos, sospechosos y hasta a los pobres gauchos.


    Sarmiento fue un terrosita de estado. Y Mitre usó el odio y el resentimiento de Sarmiento. "Hemos jurado con Sarmiento que ni uno solo ha de quedar vivo" (Mitre en 1852).


    En 1856, en los campos de Villamayor, Mitre hace fusilar al ilustre general el ejército Jerónimo Costa y todo su estado mayor, oficiales y suboficiales en número de 126, que se habían rendido. Y después dice representar la “civilización”


    "Tengo odio a la barbarie popular... La chusma y el pueblo gaucho nos es hostil... Mientras haya un chiripá no habrá ciudadanos, ¿son acaso las masas la única fuente de poder y legitimidad?. El poncho, el chiripá y el rancho son de origen salvaje y forman una división entre la ciudad culta y el pueblo, haciendo que los cristianos se degraden... Usted tendrá la gloria de establecer en toda la República el poder de la clase culta aniquilando el levantamiento de las masas". (En Buenos Aires, 1853; Sarmiento en carta a Mitre del 24 de Septiembre 1861)
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    Antonio Aparisi

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    Re: Virreinato del Río de la Plata

    Expedición "pacificadora" del ejército de Buenos Aires.


    Mitre y Sarmiento utilizan en la matanza a un grupo de orientales: Sandes, Arredondo, Paunero, Rivas, Conesa y Venancio Flores, que ganó el mote de “degollador de Cañada de Gómez” donde hizo pasar por las armas en Cañada de Gómez a cuatrocientos vencidos, entre oficiales, suboficiales y soldados. Y esta matanza no era el producto del desborde o “excesos” de horda de delincuentes, sino parte de un plan dirigido a “uniformar el interior”, como lo demuestran los partes de batalla, como el de Sandes después de Aguaditas (11 de marzo de 1862) donde dice “Entre los prisioneros se encuentran el sargento Cicerón Quiroga, capitán don Policarpo Lucero, ayudante mayor don Carmelo Rojas, Tenientes don Ambrosio Medina, don Ignacio Bilbao, don Juan N. Vallejo y alféres don Ramón Gutiérrez y don Juan de Dios Videla. Todos ellos han sido pasados por las armas, según orden de V.E.”


    Tratando de disimular lo evidente, Mitre le dice a Urquiza, “Aunque yo ni ninguno de los míos haya promovido ni aprobado de antemano la revolución de San Juan…yo me hago un deber en proclamar justa y santa esa revolución” pero Sarmiento lo deschaba en el Senado de la Nación, “En el caso de Virasoro, y debo explicarlo con justicia a mis compatriotas, estaba mezclado todo el partido liberal” (Se refería al depuesto gobernador de San Juan, asesinado con su hijo en brazos.) El partido liberal eran los descendientes de Rivadavia, “el partido de los principios, de las luces, de la Gente decente”


    A esto llamó Mitre “Expedición pacificadora del ejército de Buenos Aires”, y declarará alborozado en la Legislatura “La mayoría de las provincias hermanas han uniformado su política con la de Buenos Aires”


    Elizalde, Ministro de R.E. de Mitre, opinará ante Lamas sobre “el degollador de Cañada de Gómez": “El general Flores había prestado la República los servicios más distinguidos que le colocaban en la altura del más notable de sus conciudadanos (...) y rodearlo de las consideraciones que la República le debía y que el Gobierno se habría honrado en tributarle” (Elizalde a Lamas. 13 de mayo de 1863)(AGM.t1.p47o)


    El 29 de septiembre de 1868, en un banquete que la masonería le ofrece a Sarmiento y Mitre, éste, agitando un instrumento masónico “¿Qué es Sarmiento? un pobre hombre como yo, un instrumento como este…”(Mitre. Discurso masónico. Arengas Selectas. p.83). “¿Que somos ahora? No somos sino agentes serviles y pagados a módico precio de las plazas extranjeras” (Vicente F. López en la Cámara de Diputados. Diario de sesiones 1873.p.261)


    Domingo Faustino Sarmiento. Maestro educacion padre del aula docentes docencia racismo guerra civil presidente guerra del Paraguay. El loco Sarmiento. Cipayos y vendeparias. Entrega del Esrecho de Magallanes y la Patagonia Argentina. Facundo Quiroga
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    Antonio Aparisi

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    Re: Virreinato del Río de la Plata

    La participación de la masonería el 25 de Mayo de 1810


    La Plata - Durante años, la participación de la masonería -organización discreta no secreta- en los sucesos de mayo de 1810, ha sido objeto de múltiples discusiones y no menos desencuentros. Sin embargo, se puede afirmar sin temor a equívoco, que a la Masonería Rioplatense de la época, no sólo le cupo una decidida acción en dichos acontecimientos, sino además, que su intervención resultó decisiva para el éxito del movimiento revolucionario. Sus lemas fueron la Libertad, la Igualdda y la Fraternidad.


    Conmemorar la Revolución de Mayo de 1810, conlleva la necesidad de rescatar los tres aspectos etimológicos del vocablo: Hacer memoria, Honrar la memoria y Hablar de esa memoria.
    Tradicionalmente, los homenajes a la fecha patria, reconocen sólo dos de estos aspectos: el honrar y el hablar -triada filofófica y básica-. En efecto si se repasan tanto los desarrollados a nivel educativo como luego los institucionales, observamos que, básicamente se dirigen a reivindicar la figura de los protagonistas, honrando así su memoria o a mencionar circunstancias, las más de las veces anecdóticas y pueriles sobre el acontecimiento, hablando de esta manera del acontecimiento, sin llegar casi nunca al tercer y más importante aspecto, es decir el Hacer o el Construir la memoria del hecho Revolucionario.
    Se advertirá que, a esta última finalidad se aviene con particular eficacia no sólo la definición vulgar de la voz “triada”, sino la complementaria y enriquecida del neoplatonismo, que ve en la misma, a más del conjunto de tres cosas o personas, la unión del ser, la inteligencia y el alma de las cosas y los acontecimientos (4).
    La utilización del ternario, sus diversas acepciones y derivaciones en el trabajo de esta noche, no han de verse únicamente como juego dialéctico, etimológico o simbólico, sino como un medio particularmente masónico de edificar la memoria de la Revolución de Mayo 1810, a partir de un conjunto de triadas, usualmente pasadas por alto, y de las cuales, la primera, está dada por la propia estructura del acta suscripta entonces que consta en el Cabildo, la que analiza sólo tres aspectos del hecho histórico, en el siguiente orden: antes que nada, sus antecedentes, en segundo lugar la Revolución en sí, y finalmente, la participación en dicho movimiento.


    Algunos de sus Antecedentes.
    Razón le asiste a Felipe Pigna cuando afirma que “los hechos de Mayo son absolutamente inexplicables sin la comprensión necesaria de la situación europea”(5).
    Una triada de nombres, usualmente no mencionados, pueden constituir un primer modo de acercamiento a la comprensión de aquella situación. Nos referimos a JAMES WATT, MANUEL GODOY y a Doña CARLOTA JOAQUINA.
    El primero, nacido en Birmingham, Inglaterra, el 19 de enero de 1.736, aprendió de su padre el uso de las herramientas y útiles náuticos. A la vez, su pasión por las matemáticas lo trasladó a Londres, lugar donde a más de la docencia, pudo dedicarse al estudio de los usos y aprovechamiento del vapor, logrando desarrollar la “máquina de vapor” que le daría celebridad. La genial invención habría de difundirse inmediatamente en Gran Bretaña, pasando luego a Francia y al resto del continente europeo. Este hecho tecnológico significó el nacimiento de la industrialización a gran escala, de la producción en masa, a la vez que cimentó el afianzamiento del capitalismo; circunstancias todas que confluyeron a gestar el fenómeno universalmente conocido como “revolución industrial”, operándose a partir de la misma los más profundos cambios no sólo en lo económico, sino también en lo político y en lo social.
    En lo que hace al tema que nos ocupa, creemos que lejos habría de estar nuestro James Watt de tal siquiera imaginar que este movimiento, derivado de su inventiva y amor a la mecánica, devendría en lo inmediato en el conflicto entre Inglaterra y Francia por el control de los mercados y tendiente a plasmar la preeminencia económica de alguna de las dos potencias. La necesidad de ubicar los productos, ahora fabricados masivamente, y la de asegurar las materias primas necesarias para su elaboración, involucran en la disputa a la América Hispana, tanto como potencial adquirente de los primeros, como proveedora de las segundas.
    El segundo, Don Manuel Godoy, natural de Badajoz, nacido el 12 de mayo de 1.767 supo desde joven granjearse la simpatía de la Corte Española, al extremo de que a los 22 años se erige en el favorito del Rey Carlos IV y amante de su esposa, la reina María Luisa. Desde tan privilegiada posición, puede decirse que desde 1.789 maneja los destinos de España para contento de sus amigos y desgracia de sus enemigos. Entre aquellos deben contarse a los partidarios de las luces y de la educación y entre los últimos a los ultramontanos, sostenedores del poder eclesiástico. A la vez que puso freno a la inquisición, permitió el regreso a España de los judíos, propulsó la educación creando Colegios y Universidades entre las que destacan el real Colegio de Medicina, el Cuerpo de Ingenieros y la Escuela de Veterinaria. Sin embargo, la posteridad ha de recordarlo como el responsable directo de la caída del reino español en manos de Napoleón, luego de las vergonzosas abdicaciones de Bayona que culminaron con el alejamiento de Carlos IV y posteriormente de su hijo Fernando VII.
    Tampoco creemos que por la mente del “favorito” Godoy, pasara que tras la pérdida de España, de alguna manera por él permitida, se facilitaría en gran medida la tarea emancipadora americana, al darle a los patriotas su más sólido argumento ideológico-jurídico, basal de la civilización occidental: La desaparición de la metrópoli revertía la soberanía en el pueblo, el que a partir de ese momento, tenía el derecho de darse un nuevo gobierno.
    La tercera, Doña Carlota Joaquina, hija de Carlos IV, hermana de Fernando VII, nacida en 1.755 y casada con Juan VI de Portugal, en la idea, concebida por Floridablanca, de afianzar la unión entre España y Portugal, supo distinguirse como mujer enérgica, interesada en los asuntos públicos y de grandes ambiciones. La invasión napoleónica a Portugal en 1.807 hizo que la Corte Portuguesa se trasladase a Brasil, instalándose en Río de Janeiro e intentando extender sus dominios al Virreinato del Río de la Plata. Su condición de única miembro de la familia real española en libertad, alimentaron sus ansias en tal dirección, no habiendo sido pocos sus partidarios entre los patriotas de mayo.(6)
    No pensamos que la Infanta haya presupuesto, que la prodigalidad de sus ambiciones, señalase a los Americanistas del Plata la necesidad de acortar los plazos y acelerar las decisiones, en vistas de una situación europea que, a 1.810 se presentaba como inmejorable a sus designios independentistas.
    El análisis de los antecedentes, obliga a considerar también la influencia que sobre los acontecimientos de Mayo de 1.810 debe atribuirse al “absolutismo español”. El estudio del mismo nos permite arriesgar una nueva “triada”, ya que como bien señala Juan González Calderón, el absolutismo de España se manifestaba en lo político, lo económico y lo religioso. (7)
    El absolutismo político, instrumentado por el nombramiento de las autoridades ejecutivas y administrativas por el rey; la legislación de Indias dictada en la Metrópoli, con expresa prohibición de representación popular alguna que significase la participación de los naturales, tendía a la formación de dóciles vasallos en vez de ciudadanos libres. Esto, sumado al desprecio de que eran objeto los americanos por parte de los españoles europeos, fue produciendo una diferenciación en dos clase sociales que tendrían la oportunidad de enfrentarse en el movimiento de mayo.
    El absolutismo económico, caracterizado por restricciones injustificadas al comercio y un sistema fiscal opresivo, imponía a las colonias el peso de una metrópoli que se reservaba para sí altos lucros en la intermediación con la nueva Europa industrial, negando a sus dominios americanos la posibilidad de un contacto directo con ella, con la consiguiente doble ventaja que este hecho hubiese implicado, primero en cuanto al pago de menores precios de importación, y segundo por la mayor ganancia derivada de la exportación de los productos locales.
    El tercer elemento de esta triada, el absolutismo religioso, implantado a través de la legislación indiana, que hería al americano en lo más profundo de su ser, violentando arbitrariamente su libertad de conciencia. Basta recordar la Ley 28, lib. 1º, tít. 1 que establecía la confiscación de la mitad de los bienes a todo aquel que muriese sin “confesar devotamente sus pecados y recibir el santísimo sacramento de la Eucaristía, según lo dispone nuestra Santa Madre Iglesia”. En sentido similar, la Ley 15, lib. 1º, tít. 24, disponía “que no se concedan licencias para imprimir libros en sus distritos y jurisdicciones, de cualquier materia o calidad que sean, sin proceder la censura, conforme está dispuesto y se acostumbra”.


    La Revolución
    A modo de introito, vaya una triada de citas:
    “En el mes de mayo, me mandaron llamar mis amigos de Buenos Aires, diciéndome que era llegado el caso de trabajar por la patria para adquirir la libertad e independencia deseada, volé a presentarme y hacer cuanto estuviese a mis alcances”. Manuel Belgrano.(8)
    “La Revolución de Mayo de 1810, es el acontecimiento más importante ocurrido en estas tierras en el siglo XIX . . . marcó el comienzo de trascendentes transformaciones políticas, sociales, culturales e ideológicas en la sociedad rioplatense”. Félix Luna. (9)
    “Los sucesos de Mayo merecen ser estudiados en sus menores detalles. Anuncian la alborada espléndida de una nación de inmenso porvenir”. Alberto Palcos.(10)
    Remarcada por los citados la importancia del tema, antes de su desarrollo, concédaseme una licencia a fin de poder remontarme brevemente a la etimología de la voz “mayo”. Es posible que estas breves separatas del tema principal aparezcan como ociosas, pero al rescatar la importancia de esta ciencia como “historia de las palabras”, de hecho que la misma puede ayudarnos a desentrañar los primeros conceptos de los vocablos. En tal sentido, recordemos que el mes de mayo es el tercero del calendario masónico y quinto del gregoriano. De sus orígenes latinos rescatamos la voz “maius” de significación mes de “maia”, Diosa de la primavera entre los antiguos romanos, lo que aseguraba a su mes la prodigalidad en dones. De allí, la tal vez inconsciente coincidencia con la precedente cita de Palcos en cuanto a la palabra “alborada”, utilizada por éste a modo de nacimiento o génesis de la nueva Nación.
    Disgresiones aparte, cabe ahora adentrarnos en el tema de fondo: “La Revolución”.
    En aras del orden propuesto en el epígrafe, se propone a los lectores una primera triada para la consideración del hecho revolucionario. Partiendo de la llegada al Puerto de Montevideo de la fragata inglesa “John Paris” el día 13 de mayo, con la noticia de la caída de Sevilla en manos de Napoleón, se precipitan los acontecimientos en Buenos Aires, en una sucesión cronológica de tres fechas de cuyo análisis no podemos prescindir: el Cabildo Abierto del día 22, la Contrarrevolución y el Cabildo del 25.
    La primera, la del cabildo del 22. Antes y más allá de su trascendencia en orden al resultado de su decisorio, debe rescatarse por su valor como expresión primigenia de la soberanía popular en esta parte de la América. De los 450 invitados, concurrieron 251, de los cuales 94 eran comerciantes, vecinos y hacendados, 93 empleados y funcionarios, 60 jefes y oficiales de mar y tierra, 27 profesionales liberales y 25 clérigos y frailes. La cuestión medular a determinar era responder al interrogante de saber “si se ha de subrogar otra autoridad a la superior” que ejercía el virrey en nombre de Fernando VII, y en caso afirmativo, ¿en quién debía recaer la designación?. No viene a cuento reseñar las largas discusiones sobre el particular, sino enfocar la atención sobre los aspectos más relevantes del debate, rescatando al efecto una triada de oradores, que resumen las distintas posiciones. Al primero que nos referimos es al Obispo Benito de Lué y Riega, quien enfáticamente negó el derecho de los americanos para hacer innovaciones en el gobierno, rescatando el hecho de que las Indias eran propiedad de España y de sus hijos quienes eran los únicos con derecho a gobernarlas. La soberanía del gobierno residía en España y era privativa de españoles. Correspondió a los masones Castelli y Paso rebatir dichas argumentaciones y sentar con singular acierto la doctrina de la autodeterminación soberana de los pueblos. Castelli, formado en Chuquisaca, ilustrado tanto en las doctrinas de la soberanía popular de Domingo de Soto, Francisco Suarez y Francisco de Vitoria, conocía por otro lado las más modernas concepciones contractualistas de Rousseau, Hobbes y Locke. Sostuvo en la oportunidad que habiendo caducado la España, con ella también lo han hecho sus autoridades, correspondiendo en consecuencia al pueblo reasumir la soberanía y designar las autoridades que estime convenientes a sus intereses. Como bien señala González Calderón (11), correspondió a Paso completar la exposición fundando la legitimación de Buenos Aires para actuar en nombre de todo el Virreinato, cuando sobre el particular señaló que “así como los hermanos o los amigos podían tomar legítimamente el negocio ajeno para beneficiar al ausente . . ., así una capital o un pueblo enterado del peligro común, tenía la facultad y el derecho de tomar la gestión del asunto, sin perjuicio de someterse después a la aprobación de sus condóminos o consocios . . .”. Las exposiciones reseñadas, fundantes de una nueva concepción referida al ejercicio de los derechos políticos, fue aprobada con amplitud, estableciéndose que el virrey debía cesar en el mando.
    El segundo aspecto de la triada se vincula con la contrarrevolución orquestada desde el Cabildo, el que desconoció el pronunciamiento del pueblo a instancias de elementos realistas y reaccionarios, estableciendo en contra de lo expresamente decidido, una Junta de Gobierno encabezada por el Virrey antes depuesto.
    Si bien los sucesos del 25 son ampliamente conocidos, no podemos dejar de remarcar que sólo la decidida acción del grupo patriota impidió la concreción de la maniobra contrarrevolucionaria, instaurando lo que la posteridad ha conocido como el “primer gobierno patrio”, objeto de esta conmemoración.
    No podemos cerrar el capítulo revolucionario, sin mencionar una triada de sus efectos, que como principios básicos informan la Constitución de la Nación y constituyen los pilares sobre los que descansa nuestro sistema republicano: la soberanía popular, el sistema federal y el principio representativo.


    La Participación Masónica.
    Durante años, la participación de la masonería en los sucesos de mayo de 1810, ha sido objeto de múltiples discusiones y no menos desencuentros. Sin embargo, se puede afirmar sin temor a equívoco, que a la Masonería Rioplatense de la época, no sólo le cupo una decidida acción en dichos acontecimientos, sino además, que su intervención resultó decisiva para el éxito del movimiento revolucionario.
    La aparición de nuevas obras sobre el tema, la reconsideración de antiguas fuentes documentales y la tarea de jóvenes investigadores deseosos de profundizar esta cuestión, han contribuido grandemente a echar luz sobre el particular. Así por ejemplo, un muy documentado trabajo de Enrique de Gandía, el examen minucioso de la autobiografías de Saavedra, Belgrano y Guido y los más recientes estudios de Patricia Pasqualli, permiten arribar a la ya esbozada conclusión de que: la actuación de las logias y de los masones del Río de la Plata fueron determinantes en los acontecimientos de Mayo de 1.810.
    Para el estudio del tema, podríamos arriesgar una última triada, siguiendo el orden siguiente: -El Estado de la Masonería en el Río de la Plata a principios del siglo XIX-; -La Actuación de los Patriotas Masones- y -la Identidad entre el Ideario Revolucionario y el Masónico-.
    En la “Independencia de América y las Sociedades Secretas”, Enrique de Gandía (12) realiza un pormenorizado análisis sobre el primer aspecto. Sostiene que para 1810, la masonería había adquirido importante desarrollo en Buenos Aires. Entre los testimonios citados, figura el del General Enrique Martínez, el que en carta a Andrés Lamas declara que “desde época remota existía la sociedad masónica y Peña y Vieytes pertenecían a ella”. La época a la que refiere es la del Virrey Sobremonte, cuando la logia fue descubierta a raíz de una fuerte tormenta que arrastró mandiles y demás ornamentos. Agrega el General que la Jabonería de Vieytes era el lugar donde se reunía la logia “Amigos de la Libertad”.
    Tales circunstancias hacen que Gandía arriesgue que ya para 1.795 existían trabajos masónicos en la capital del virreinato. Menciona a la muy conocida Logia San Juan de Jerusalén fundada en 1.804 por Juan de Silva Cordeiro, y cita a Ignacio Núñez, que en sus recuerdos afirma que las Invasiones Inglesas contribuyeron grandemente al fortalecimiento de la labor masónica.
    Por su parte, Francisco Grilló, en sus “Episodios Patrios”, revela una comunicación de la Gran Logia de Versalles de 1795, dirigida a la Logia Independencia de Buenos Aires. Sobre esta misma Logia, el Coronel inglés Santiago Burke, narra que cuando se iba de la ciudad en 1809, fueron a despedirlo “un número de las principales personas del lugar, mis viejos amigos de Independencia”.
    El General Miller, de hecho poco afecto a la masonería, escribe en sus “Memorias”: “un club, llamado la logia, se ha introducido con el objeto ostensible de promover la emancipación de la América Española . . .”(14).
    Los testimonios citados, revelan que a la fecha del movimiento emancipador, la masonería era importante en Buenos Aires y se expresaba a través de varias logias, entre las cuales, las más conocidas históricamente han sido la San Juan de Jerusalén, la Independencia o Amigos de la Libertad y la Sociedad de los Siete, todas anteriores a la Lautaro..
    La importancia del estudio de la segunda cuestión, referida al accionar de los patriotas masones, queda de manifiesto por el protagonismo que los mismos tuvieron durante los sucesos revolucionarios y en la conformación de la Primera Junta de Gobierno.
    Los autores citados, a los que podemos sumar el Dean Funes, Zinni y Alcibíades Lappas, coinciden en cuanto a la pertenencia masónica de: Saavedra, Belgrano, Moreno, Matías Irigoyen, Donado, Chiclana, Paso, Castelli, Nicolás Rodríguez Peña, Berutti, Guido y Vieytes, entre otros muchos (15). Muchos atentos lectores podrán advertir que los masones enunciados fueron los principales protagonistas del cabildo del 22, se los sucesos posteriores y del gobierno emanado del movimiento revolucionario.
    Más que ilustrativo respecto al rol de la Orden y de los masones resulta el testimonio del General Tomás Guido, quien en sus Memorias revela tales circunstancias de modo insuperable, atendiendo a su condición de protagonista. Dice el ilustre militar y masón respecto a la tarea de los masones al tomar éstos conocimiento de la pretendida contrarrevolución: “En la tarde del mismo día fue publicado por bando el acuerdo clasificado de popular, proclamando una junta compuesta del Virrey Cisneros como presidente y de los señores Saavedra, Castelli, Sola e Inchaurregui. El pueblo pareció satisfecho de esta elección y los españoles se felicitaron de haber salvado del peligro de un trastorno fundamental viendo triunfante la autoridad del Virrey. Muy diferente sensación produjo tal inesperado desenlace en el club reunido a las ocho de la noche en la casa del señor Peña… Era pues necesario deshacer lo hecho, convocar nuevamente al pueblo y obtener del cabildo se prestase a reconsiderar ante otra reunión popular la sanción de la víspera… Se aproximaba el alba sin que aún se hubiese convenido sobre los elegibles. Hubo un momento en que se desesperó de encontrarlos. Gran zozobra y desconsuelo para los congregados en ese gran complot de donde nació la libertad de la República. La situación cada vez presentaba un aspecto más siniestro. En estas circunstancias el señor Don Manuel Belgrano, mayor del Regimiento de Patricios, que vestido de uniforme escuchaba la discusión en la sala contigua, reclinado en un sofá, casi postrado por largas vigilias, observando la indecisión de sus amigos, púsose de pie y súbitamente y a paso acelerado y con el rostro encendido de su sangre generosa, entró en la sala del club (el comedor de la sala del señor Peña), y lanzando una mirada altiva en rededor de sí y poniendo la mano derecha sobre la cruz de su espada: ¡ Juro dijo, a la Patria, y a mis compañeros, que si a las tres de la tarde el Virrey no hubiese sido derrocado, a fe de caballero yo lo derrocaré con mis armas¡… Luego todos volvieron a ocuparse de los candidatos y cuando parecía agotada la esperanza, don Antonio Berutti pidió se le pasase papel y tintero y como inspirado de lo alto, trazó sin trepidar los nombres de los que compusieron la Primera Junta.”(16).
    El tercer aspecto de esta última triada, refiere a la identidad entre el ideario de Mayo y el masónico.
    Si reflexionamos un minuto sobre el simbólico y bello aserto del Libro de la Ley Sagrada - la Biblia-: “. . .por sus frutos los conoceréis”, no ha de resultar una temeridad afirmar que lo que el movimiento revolucionario de mayo produjo y plasmó en la sociedad civil, no fue más que la manifestación externa del ideario humanístico de la masonería, sintetizado en su lema de LIBERTAD, IGUALDAD y FRATERNIDAD.
    El denominado “Espíritu de Mayo”, como ya se dijera, base y programa del ordenamiento constitucional argentino, reconoce como su más importante fuente a las enseñanzas de la masonería vinculadas con la soberanía popular, la autodeterminación de los pueblos, la igualdad jurídica, la división de poderes, la representación, las libertades de pensamiento, expresión y conciencia, tan largamente trabajadas y estudiadas en la serenidad de los templos y bellamente labradas en el corazón de cada masón.
    Para los masones, el “Espíritu de Mayo”, encarnación político-institucional del “Espíritu Masónico”, debe ser motivo de permanente recordación entre nosotros; de la misma forma en que la conducta de quienes precedieron ha de ser motivo de emulación; pero como la obra comenzada en mayo de .810 lejos está aún de ser terminada, es obligación de la ciudadanía argentina, preparada para ser del mundo y abierta a los desafíos de sus tiempos, continuar con esos trabajos.


    CITAS:
    (1) Gómez de Silva, Guido, Breve Diccionario Etimológico de la Lengua Española, Fondo de Cultura Económica, Méjico, p. 691.
    (2) Diccionario Universal Enciclopédico, Plaza y Janes editores, Barcelona, 1995.
    (3) Bazot, M. , Manual de la Francmasonería, Angeres, 1845, Tomo II.
    (4) Frau Aubrines y Rosendo Arúst Arderiú, Diccionario Enciclopédico de la Masonería, Editorial Kier, Buenos Aires, 1962, T 2, p. 862.
    (5) Pigna, Felipe, Los Mitos de la Historia Argentina, Grupo Editor Norma, Buenos Aires, 2004, p. 218.
    (6) Idem., p 220.
    (7) González Calderón, Juan, Derecho Constitucional Argentino, J. Lajouane Editores, Buenos Aires, 1930, T 1, p. 3.
    (8) Belgrano, Manuel, Autobiografía, en Los Sucesos de Mayo, Ed. Jackson, Buenos Aires, 1945, p. 117.
    (9) Luna, Félix, Historia Integral de la Argentina, Ed. Planeta, T 5, p. 380.
    (10) Palcos, Alberto, Prólogo a los Sucesos de Mayo, op.cit., p. XVIII.
    (11) González Calderón, Juan, op.cit., p.17.
    (12) De Gandía, Enrique, La Independencia de América y Las Sociedades Secretas, Ed. Sudamérica - Santa Fe, 1994, p. 118 y ss.
    (13) Idem., p. 125.
    (14) Miller, John, Memorias del General Miller, Ed. Emecé, 1997, p. 259.
    (15) Lappas, Alcibíades, La Masonería Argentina a Través de sus Hombres, Buenos Aires, 1966.
    (16) Guido, Tomás, Reseña Histórica de los Sucesos de Mayo, en Los Sucesos de Mayo, op.cit., p. 185 y ss.





    Conmemorar la Revolución de Mayo de 1810, conlleva la necesidad de rescatar los tres aspectos etimológicos del vocablo: Hacer memoria, Honrar la memoria y Hablar de esa memoria.
    Tradicionalmente, los homenajes a la fecha patria, reconocen sólo dos de estos aspectos: el honrar y el hablar -triada filofófica y básica-. En efecto si se repasan tanto los desarrollados a nivel educativo como luego los institucionales, observamos que, básicamente se dirigen a reivindicar la figura de los protagonistas, honrando así su memoria o a mencionar circunstancias, las más de las veces anecdóticas y pueriles sobre el acontecimiento, hablando de esta manera del acontecimiento, sin llegar casi nunca al tercer y más importante aspecto, es decir el Hacer o el Construir la memoria del hecho Revolucionario.
    Se advertirá que, a esta última finalidad se aviene con particular eficacia no sólo la definición vulgar de la voz “triada”, sino la complementaria y enriquecida del neoplatonismo, que ve en la misma, a más del conjunto de tres cosas o personas, la unión del ser, la inteligencia y el alma de las cosas y los acontecimientos (4).
    La utilización del ternario, sus diversas acepciones y derivaciones en el trabajo de esta noche, no han de verse únicamente como juego dialéctico, etimológico o simbólico, sino como un medio particularmente masónico de edificar la memoria de la Revolución de Mayo 1810, a partir de un conjunto de triadas, usualmente pasadas por alto, y de las cuales, la primera, está dada por la propia estructura del acta suscripta entonces que consta en el Cabildo, la que analiza sólo tres aspectos del hecho histórico, en el siguiente orden: antes que nada, sus antecedentes, en segundo lugar la Revolución en sí, y finalmente, la participación en dicho movimiento.


    Algunos de sus Antecedentes.
    Razón le asiste a Felipe Pigna cuando afirma que “los hechos de Mayo son absolutamente inexplicables sin la comprensión necesaria de la situación europea”(5).
    Una triada de nombres, usualmente no mencionados, pueden constituir un primer modo de acercamiento a la comprensión de aquella situación. Nos referimos a JAMES WATT, MANUEL GODOY y a Doña CARLOTA JOAQUINA.
    El primero, nacido en Birmingham, Inglaterra, el 19 de enero de 1.736, aprendió de su padre el uso de las herramientas y útiles náuticos. A la vez, su pasión por las matemáticas lo trasladó a Londres, lugar donde a más de la docencia, pudo dedicarse al estudio de los usos y aprovechamiento del vapor, logrando desarrollar la “máquina de vapor” que le daría celebridad. La genial invención habría de difundirse inmediatamente en Gran Bretaña, pasando luego a Francia y al resto del continente europeo. Este hecho tecnológico significó el nacimiento de la industrialización a gran escala, de la producción en masa, a la vez que cimentó el afianzamiento del capitalismo; circunstancias todas que confluyeron a gestar el fenómeno universalmente conocido como “revolución industrial”, operándose a partir de la misma los más profundos cambios no sólo en lo económico, sino también en lo político y en lo social.
    En lo que hace al tema que nos ocupa, creemos que lejos habría de estar nuestro James Watt de tal siquiera imaginar que este movimiento, derivado de su inventiva y amor a la mecánica, devendría en lo inmediato en el conflicto entre Inglaterra y Francia por el control de los mercados y tendiente a plasmar la preeminencia económica de alguna de las dos potencias. La necesidad de ubicar los productos, ahora fabricados masivamente, y la de asegurar las materias primas necesarias para su elaboración, involucran en la disputa a la América Hispana, tanto como potencial adquirente de los primeros, como proveedora de las segundas.
    El segundo, Don Manuel Godoy, natural de Badajoz, nacido el 12 de mayo de 1.767 supo desde joven granjearse la simpatía de la Corte Española, al extremo de que a los 22 años se erige en el favorito del Rey Carlos IV y amante de su esposa, la reina María Luisa. Desde tan privilegiada posición, puede decirse que desde 1.789 maneja los destinos de España para contento de sus amigos y desgracia de sus enemigos. Entre aquellos deben contarse a los partidarios de las luces y de la educación y entre los últimos a los ultramontanos, sostenedores del poder eclesiástico. A la vez que puso freno a la inquisición, permitió el regreso a España de los judíos, propulsó la educación creando Colegios y Universidades entre las que destacan el real Colegio de Medicina, el Cuerpo de Ingenieros y la Escuela de Veterinaria. Sin embargo, la posteridad ha de recordarlo como el responsable directo de la caída del reino español en manos de Napoleón, luego de las vergonzosas abdicaciones de Bayona que culminaron con el alejamiento de Carlos IV y posteriormente de su hijo Fernando VII.
    Tampoco creemos que por la mente del “favorito” Godoy, pasara que tras la pérdida de España, de alguna manera por él permitida, se facilitaría en gran medida la tarea emancipadora americana, al darle a los patriotas su más sólido argumento ideológico-jurídico, basal de la civilización occidental: La desaparición de la metrópoli revertía la soberanía en el pueblo, el que a partir de ese momento, tenía el derecho de darse un nuevo gobierno.
    La tercera, Doña Carlota Joaquina, hija de Carlos IV, hermana de Fernando VII, nacida en 1.755 y casada con Juan VI de Portugal, en la idea, concebida por Floridablanca, de afianzar la unión entre España y Portugal, supo distinguirse como mujer enérgica, interesada en los asuntos públicos y de grandes ambiciones. La invasión napoleónica a Portugal en 1.807 hizo que la Corte Portuguesa se trasladase a Brasil, instalándose en Río de Janeiro e intentando extender sus dominios al Virreinato del Río de la Plata. Su condición de única miembro de la familia real española en libertad, alimentaron sus ansias en tal dirección, no habiendo sido pocos sus partidarios entre los patriotas de mayo.(6)
    No pensamos que la Infanta haya presupuesto, que la prodigalidad de sus ambiciones, señalase a los Americanistas del Plata la necesidad de acortar los plazos y acelerar las decisiones, en vistas de una situación europea que, a 1.810 se presentaba como inmejorable a sus designios independentistas.
    El análisis de los antecedentes, obliga a considerar también la influencia que sobre los acontecimientos de Mayo de 1.810 debe atribuirse al “absolutismo español”. El estudio del mismo nos permite arriesgar una nueva “triada”, ya que como bien señala Juan González Calderón, el absolutismo de España se manifestaba en lo político, lo económico y lo religioso. (7)
    El absolutismo político, instrumentado por el nombramiento de las autoridades ejecutivas y administrativas por el rey; la legislación de Indias dictada en la Metrópoli, con expresa prohibición de representación popular alguna que significase la participación de los naturales, tendía a la formación de dóciles vasallos en vez de ciudadanos libres. Esto, sumado al desprecio de que eran objeto los americanos por parte de los españoles europeos, fue produciendo una diferenciación en dos clase sociales que tendrían la oportunidad de enfrentarse en el movimiento de mayo.
    El absolutismo económico, caracterizado por restricciones injustificadas al comercio y un sistema fiscal opresivo, imponía a las colonias el peso de una metrópoli que se reservaba para sí altos lucros en la intermediación con la nueva Europa industrial, negando a sus dominios americanos la posibilidad de un contacto directo con ella, con la consiguiente doble ventaja que este hecho hubiese implicado, primero en cuanto al pago de menores precios de importación, y segundo por la mayor ganancia derivada de la exportación de los productos locales.
    El tercer elemento de esta triada, el absolutismo religioso, implantado a través de la legislación indiana, que hería al americano en lo más profundo de su ser, violentando arbitrariamente su libertad de conciencia. Basta recordar la Ley 28, lib. 1º, tít. 1 que establecía la confiscación de la mitad de los bienes a todo aquel que muriese sin “confesar devotamente sus pecados y recibir el santísimo sacramento de la Eucaristía, según lo dispone nuestra Santa Madre Iglesia”. En sentido similar, la Ley 15, lib. 1º, tít. 24, disponía “que no se concedan licencias para imprimir libros en sus distritos y jurisdicciones, de cualquier materia o calidad que sean, sin proceder la censura, conforme está dispuesto y se acostumbra”.


    La Revolución Iluminista
    A modo de introito, vaya una triada de citas:
    “En el mes de mayo, me mandaron llamar mis amigos de Buenos Aires, diciéndome que era llegado el caso de trabajar por la patria para adquirir la libertad e independencia deseada, volé a presentarme y hacer cuanto estuviese a mis alcances”. Manuel Belgrano.(8)
    “La Revolución de Mayo de 1810, es el acontecimiento más importante ocurrido en estas tierras en el siglo XIX . . . marcó el comienzo de trascendentes transformaciones políticas, sociales, culturales e ideológicas en la sociedad rioplatense”. Félix Luna. (9)
    “Los sucesos de Mayo merecen ser estudiados en sus menores detalles. Anuncian la alborada espléndida de una nación de inmenso porvenir”. Alberto Palcos.(10)
    Remarcada por los citados la importancia del tema, antes de su desarrollo, concédaseme una licencia a fin de poder remontarme brevemente a la etimología de la voz “mayo”. Es posible que estas breves separatas del tema principal aparezcan como ociosas, pero al rescatar la importancia de esta ciencia como “historia de las palabras”, de hecho que la misma puede ayudarnos a desentrañar los primeros conceptos de los vocablos. En tal sentido, recordemos que el mes de mayo es el tercero del calendario masónico y quinto del gregoriano. De sus orígenes latinos rescatamos la voz “maius” de significación mes de “maia”, Diosa de la primavera entre los antiguos romanos, lo que aseguraba a su mes la prodigalidad en dones. De allí, la tal vez inconsciente coincidencia con la precedente cita de Palcos en cuanto a la palabra “alborada”, utilizada por éste a modo de nacimiento o génesis de la nueva Nación.
    Disgresiones aparte, cabe ahora adentrarnos en el tema de fondo: “La Revolución”.
    En aras del orden propuesto en el epígrafe, se propone a los lectores una primera triada para la consideración del hecho revolucionario. Partiendo de la llegada al Puerto de Montevideo de la fragata inglesa “John Paris” el día 13 de mayo, con la noticia de la caída de Sevilla en manos de Napoleón, se precipitan los acontecimientos en Buenos Aires, en una sucesión cronológica de tres fechas de cuyo análisis no podemos prescindir: el Cabildo Abierto del día 22, la Contrarrevolución y el Cabildo del 25.
    La primera, la del cabildo del 22. Antes y más allá de su trascendencia en orden al resultado de su decisorio, debe rescatarse por su valor como expresión primigenia de la soberanía popular en esta parte de la América. De los 450 invitados, concurrieron 251, de los cuales 94 eran comerciantes, vecinos y hacendados, 93 empleados y funcionarios, 60 jefes y oficiales de mar y tierra, 27 profesionales liberales y 25 clérigos y frailes. La cuestión medular a determinar era responder al interrogante de saber “si se ha de subrogar otra autoridad a la superior” que ejercía el virrey en nombre de Fernando VII, y en caso afirmativo, ¿en quién debía recaer la designación?. No viene a cuento reseñar las largas discusiones sobre el particular, sino enfocar la atención sobre los aspectos más relevantes del debate, rescatando al efecto una triada de oradores, que resumen las distintas posiciones. Al primero que nos referimos es al Obispo Benito de Lué y Riega, quien enfáticamente negó el derecho de los americanos para hacer innovaciones en el gobierno, rescatando el hecho de que las Indias eran propiedad de España y de sus hijos quienes eran los únicos con derecho a gobernarlas. La soberanía del gobierno residía en España y era privativa de españoles. Correspondió a los masones Castelli y Paso rebatir dichas argumentaciones y sentar con singular acierto la doctrina de la autodeterminación soberana de los pueblos. Castelli, formado en Chuquisaca, ilustrado tanto en las doctrinas de la soberanía popular de Domingo de Soto, Francisco Suarez y Francisco de Vitoria, conocía por otro lado las más modernas concepciones contractualistas de Rousseau, Hobbes y Locke. Sostuvo en la oportunidad que habiendo caducado la España, con ella también lo han hecho sus autoridades, correspondiendo en consecuencia al pueblo reasumir la soberanía y designar las autoridades que estime convenientes a sus intereses. Como bien señala González Calderón (11), correspondió a Paso completar la exposición fundando la legitimación de Buenos Aires para actuar en nombre de todo el Virreinato, cuando sobre el particular señaló que “así como los hermanos o los amigos podían tomar legítimamente el negocio ajeno para beneficiar al ausente . . ., así una capital o un pueblo enterado del peligro común, tenía la facultad y el derecho de tomar la gestión del asunto, sin perjuicio de someterse después a la aprobación de sus condóminos o consocios . . .”. Las exposiciones reseñadas, fundantes de una nueva concepción referida al ejercicio de los derechos políticos, fue aprobada con amplitud, estableciéndose que el virrey debía cesar en el mando.
    El segundo aspecto de la triada se vincula con la contrarrevolución orquestada desde el Cabildo, el que desconoció el pronunciamiento del pueblo a instancias de elementos realistas y reaccionarios, estableciendo en contra de lo expresamente decidido, una Junta de Gobierno encabezada por el Virrey antes depuesto.
    Si bien los sucesos del 25 son ampliamente conocidos, no podemos dejar de remarcar que sólo la decidida acción del grupo patriota impidió la concreción de la maniobra contrarrevolucionaria, instaurando lo que la posteridad ha conocido como el “primer gobierno patrio”, objeto de esta conmemoración.
    No podemos cerrar el capítulo revolucionario, sin mencionar una triada de sus efectos, que como principios básicos informan la Constitución de la Nación y constituyen los pilares sobre los que descansa nuestro sistema republicano: la soberanía popular, el sistema federal y el principio representativo.


    La Participación Masónica
    Durante años, la participación de la masonería en los sucesos de mayo de 1810, ha sido objeto de múltiples discusiones y no menos desencuentros. Sin embargo, se puede afirmar sin temor a equívoco, que a la Masonería Rioplatense de la época, no sólo le cupo una decidida acción en dichos acontecimientos, sino además, que su intervención resultó decisiva para el éxito del movimiento revolucionario.
    La aparición de nuevas obras sobre el tema, la reconsideración de antiguas fuentes documentales y la tarea de jóvenes investigadores deseosos de profundizar esta cuestión, han contribuido grandemente a echar luz sobre el particular. Así por ejemplo, un muy documentado trabajo de Enrique de Gandía, el examen minucioso de la autobiografías de Saavedra, Belgrano y Guido y los más recientes estudios de Patricia Pasqualli, permiten arribar a la ya esbozada conclusión de que: la actuación de las logias y de los masones del Río de la Plata fueron determinantes en los acontecimientos de Mayo de 1.810.
    Para el estudio del tema, podríamos arriesgar una última triada, siguiendo el orden siguiente: -El Estado de la Masonería en el Río de la Plata a principios del siglo XIX-; -La Actuación de los Patriotas Masones- y -la Identidad entre el Ideario Revolucionario y el Masónico-.
    En la “Independencia de América y las Sociedades Secretas”, Enrique de Gandía (12) realiza un pormenorizado análisis sobre el primer aspecto. Sostiene que para 1810, la masonería había adquirido importante desarrollo en Buenos Aires. Entre los testimonios citados, figura el del General Enrique Martínez, el que en carta a Andrés Lamas declara que “desde época remota existía la sociedad masónica y Peña y Vieytes pertenecían a ella”. La época a la que refiere es la del Virrey Sobremonte, cuando la logia fue descubierta a raíz de una fuerte tormenta que arrastró mandiles y demás ornamentos. Agrega el General que la Jabonería de Vieytes era el lugar donde se reunía la logia “Amigos de la Libertad”.
    Tales circunstancias hacen que Gandía arriesgue que ya para 1.795 existían trabajos masónicos en la capital del virreinato. Menciona a la muy conocida Logia San Juan de Jerusalén fundada en 1.804 por Juan de Silva Cordeiro, y cita a Ignacio Núñez, que en sus recuerdos afirma que las Invasiones Inglesas contribuyeron grandemente al fortalecimiento de la labor masónica.
    Por su parte, Francisco Grilló, en sus “Episodios Patrios”, revela una comunicación de la Gran Logia de Versalles de 1795, dirigida a la Logia Independencia de Buenos Aires. Sobre esta misma Logia, el Coronel inglés Santiago Burke, narra que cuando se iba de la ciudad en 1809, fueron a despedirlo “un número de las principales personas del lugar, mis viejos amigos de Independencia”.
    El General Miller, de hecho poco afecto a la masonería, escribe en sus “Memorias”: “un club, llamado la logia, se ha introducido con el objeto ostensible de promover la emancipación de la América Española . . .”(14).
    Los testimonios citados, revelan que a la fecha del movimiento emancipador, la masonería era importante en Buenos Aires y se expresaba a través de varias logias, entre las cuales, las más conocidas históricamente han sido la San Juan de Jerusalén, la Independencia o Amigos de la Libertad y la Sociedad de los Siete, todas anteriores a la Lautaro..
    La importancia del estudio de la segunda cuestión, referida al accionar de los patriotas masones, queda de manifiesto por el protagonismo que los mismos tuvieron durante los sucesos revolucionarios y en la conformación de la Primera Junta de Gobierno.
    Los autores citados, a los que podemos sumar el Dean Funes, Zinni y Alcibíades Lappas, coinciden en cuanto a la pertenencia masónica de: Saavedra, Belgrano, Moreno, Matías Irigoyen, Donado, Chiclana, Paso, Castelli, Nicolás Rodríguez Peña, Berutti, Guido y Vieytes, entre otros muchos (15). Muchos atentos lectores podrán advertir que los masones enunciados fueron los principales protagonistas del cabildo del 22, se los sucesos posteriores y del gobierno emanado del movimiento revolucionario.
    Más que ilustrativo respecto al rol de la Orden y de los masones resulta el testimonio del General Tomás Guido, quien en sus Memorias revela tales circunstancias de modo insuperable, atendiendo a su condición de protagonista. Dice el ilustre militar y masón respecto a la tarea de los masones al tomar éstos conocimiento de la pretendida contrarrevolución: “En la tarde del mismo día fue publicado por bando el acuerdo clasificado de popular, proclamando una junta compuesta del Virrey Cisneros como presidente y de los señores Saavedra, Castelli, Sola e Inchaurregui. El pueblo pareció satisfecho de esta elección y los españoles se felicitaron de haber salvado del peligro de un trastorno fundamental viendo triunfante la autoridad del Virrey. Muy diferente sensación produjo tal inesperado desenlace en el club reunido a las ocho de la noche en la casa del señor Peña… Era pues necesario deshacer lo hecho, convocar nuevamente al pueblo y obtener del cabildo se prestase a reconsiderar ante otra reunión popular la sanción de la víspera… Se aproximaba el alba sin que aún se hubiese convenido sobre los elegibles. Hubo un momento en que se desesperó de encontrarlos. Gran zozobra y desconsuelo para los congregados en ese gran complot de donde nació la libertad de la República. La situación cada vez presentaba un aspecto más siniestro. En estas circunstancias el señor Don Manuel Belgrano, mayor del Regimiento de Patricios, que vestido de uniforme escuchaba la discusión en la sala contigua, reclinado en un sofá, casi postrado por largas vigilias, observando la indecisión de sus amigos, púsose de pie y súbitamente y a paso acelerado y con el rostro encendido de su sangre generosa, entró en la sala del club (el comedor de la sala del señor Peña), y lanzando una mirada altiva en rededor de sí y poniendo la mano derecha sobre la cruz de su espada: ¡ Juro dijo, a la Patria, y a mis compañeros, que si a las tres de la tarde el Virrey no hubiese sido derrocado, a fe de caballero yo lo derrocaré con mis armas¡… Luego todos volvieron a ocuparse de los candidatos y cuando parecía agotada la esperanza, don Antonio Berutti pidió se le pasase papel y tintero y como inspirado de lo alto, trazó sin trepidar los nombres de los que compusieron la Primera Junta.”(16).
    El tercer aspecto de esta última triada, refiere a la identidad entre el ideario de Mayo y el masónico.
    Si reflexionamos un minuto sobre el simbólico y bello aserto del Libro de la Ley Sagrada - la Biblia-: “. . .por sus frutos los conoceréis”, no ha de resultar una temeridad afirmar que lo que el movimiento revolucionario de mayo produjo y plasmó en la sociedad civil, no fue más que la manifestación externa del ideario humanístico de la masonería, sintetizado en su lema de LIBERTAD, IGUALDAD y FRATERNIDAD.
    El denominado “Espíritu de Mayo”, como ya se dijera, base y programa del ordenamiento constitucional argentino, reconoce como su más importante fuente a las enseñanzas de la masonería vinculadas con la soberanía popular, la autodeterminación de los pueblos, la igualdad jurídica, la división de poderes, la representación, las libertades de pensamiento, expresión y conciencia, tan largamente trabajadas y estudiadas en la serenidad de los templos y bellamente labradas en el corazón de cada masón.
    Para los masones, el “Espíritu de Mayo”, encarnación político-institucional del “Espíritu Masónico”, debe ser motivo de permanente recordación entre nosotros; de la misma forma en que la conducta de quienes precedieron ha de ser motivo de emulación; pero como la obra comenzada en mayo de .810 lejos está aún de ser terminada, es obligación de la ciudadanía argentina, preparada para ser del mundo y abierta a los desafíos de sus tiempos, continuar con esos trabajos.


    CITAS:
    (1) Gómez de Silva, Guido, Breve Diccionario Etimológico de la Lengua Española, Fondo de Cultura Económica, Méjico, p. 691.
    (2) Diccionario Universal Enciclopédico, Plaza y Janes editores, Barcelona, 1995.
    (3) Bazot, M. , Manual de la Francmasonería, Angeres, 1845, Tomo II.
    (4) Frau Aubrines y Rosendo Arúst Arderiú, Diccionario Enciclopédico de la Masonería, Editorial Kier, Buenos Aires, 1962, T 2, p. 862.
    (5) Pigna, Felipe, Los Mitos de la Historia Argentina, Grupo Editor Norma, Buenos Aires, 2004, p. 218.
    (6) Idem., p 220.
    (7) González Calderón, Juan, Derecho Constitucional Argentino, J. Lajouane Editores, Buenos Aires, 1930, T 1, p. 3.
    (8) Belgrano, Manuel, Autobiografía, en Los Sucesos de Mayo, Ed. Jackson, Buenos Aires, 1945, p. 117.
    (9) Luna, Félix, Historia Integral de la Argentina, Ed. Planeta, T 5, p. 380.
    (10) Palcos, Alberto, Prólogo a los Sucesos de Mayo, op.cit., p. XVIII.
    (11) González Calderón, Juan, op.cit., p.17.
    (12) De Gandía, Enrique, La Independencia de América y Las Sociedades Secretas, Ed. Sudamérica - Santa Fe, 1994, p. 118 y ss.
    (13) Idem., p. 125.
    (14) Miller, John, Memorias del General Miller, Ed. Emecé, 1997, p. 259.
    (15) Lappas, Alcibíades, La Masonería Argentina a Través de sus Hombres, Buenos Aires, 1966.
    (16) Guido, Tomás, Reseña Histórica de los Sucesos de Mayo, en Los Sucesos de Mayo, op.cit., p. 185 y ss.

    La participación de la masonería el 25 de Mayo de 1810
    La Iglesia es el poder supremo en lo espiritual, como el Estado lo es en el temporal.

    Antonio Aparisi

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    Re: Virreinato del Río de la Plata

    La participación de la masonería el 25 de Mayo de 1810


    La Plata - Durante años, la participación de la masonería -organización discreta no secreta- en los sucesos de mayo de 1810, ha sido objeto de múltiples discusiones y no menos desencuentros. Sin embargo, se puede afirmar sin temor a equívoco, que a la Masonería Rioplatense de la época, no sólo le cupo una decidida acción en dichos acontecimientos, sino además, que su intervención resultó decisiva para el éxito del movimiento revolucionario. Sus lemas fueron la Libertad, la Igualdda y la Fraternidad.


    Conmemorar la Revolución de Mayo de 1810, conlleva la necesidad de rescatar los tres aspectos etimológicos del vocablo: Hacer memoria, Honrar la memoria y Hablar de esa memoria.
    Tradicionalmente, los homenajes a la fecha patria, reconocen sólo dos de estos aspectos: el honrar y el hablar -triada filofófica y básica-. En efecto si se repasan tanto los desarrollados a nivel educativo como luego los institucionales, observamos que, básicamente se dirigen a reivindicar la figura de los protagonistas, honrando así su memoria o a mencionar circunstancias, las más de las veces anecdóticas y pueriles sobre el acontecimiento, hablando de esta manera del acontecimiento, sin llegar casi nunca al tercer y más importante aspecto, es decir el Hacer o el Construir la memoria del hecho Revolucionario.
    Se advertirá que, a esta última finalidad se aviene con particular eficacia no sólo la definición vulgar de la voz “triada”, sino la complementaria y enriquecida del neoplatonismo, que ve en la misma, a más del conjunto de tres cosas o personas, la unión del ser, la inteligencia y el alma de las cosas y los acontecimientos (4).
    La utilización del ternario, sus diversas acepciones y derivaciones en el trabajo de esta noche, no han de verse únicamente como juego dialéctico, etimológico o simbólico, sino como un medio particularmente masónico de edificar la memoria de la Revolución de Mayo 1810, a partir de un conjunto de triadas, usualmente pasadas por alto, y de las cuales, la primera, está dada por la propia estructura del acta suscripta entonces que consta en el Cabildo, la que analiza sólo tres aspectos del hecho histórico, en el siguiente orden: antes que nada, sus antecedentes, en segundo lugar la Revolución en sí, y finalmente, la participación en dicho movimiento.


    Algunos de sus Antecedentes.
    Razón le asiste a Felipe Pigna cuando afirma que “los hechos de Mayo son absolutamente inexplicables sin la comprensión necesaria de la situación europea”(5).
    Una triada de nombres, usualmente no mencionados, pueden constituir un primer modo de acercamiento a la comprensión de aquella situación. Nos referimos a JAMES WATT, MANUEL GODOY y a Doña CARLOTA JOAQUINA.
    El primero, nacido en Birmingham, Inglaterra, el 19 de enero de 1.736, aprendió de su padre el uso de las herramientas y útiles náuticos. A la vez, su pasión por las matemáticas lo trasladó a Londres, lugar donde a más de la docencia, pudo dedicarse al estudio de los usos y aprovechamiento del vapor, logrando desarrollar la “máquina de vapor” que le daría celebridad. La genial invención habría de difundirse inmediatamente en Gran Bretaña, pasando luego a Francia y al resto del continente europeo. Este hecho tecnológico significó el nacimiento de la industrialización a gran escala, de la producción en masa, a la vez que cimentó el afianzamiento del capitalismo; circunstancias todas que confluyeron a gestar el fenómeno universalmente conocido como “revolución industrial”, operándose a partir de la misma los más profundos cambios no sólo en lo económico, sino también en lo político y en lo social.
    En lo que hace al tema que nos ocupa, creemos que lejos habría de estar nuestro James Watt de tal siquiera imaginar que este movimiento, derivado de su inventiva y amor a la mecánica, devendría en lo inmediato en el conflicto entre Inglaterra y Francia por el control de los mercados y tendiente a plasmar la preeminencia económica de alguna de las dos potencias. La necesidad de ubicar los productos, ahora fabricados masivamente, y la de asegurar las materias primas necesarias para su elaboración, involucran en la disputa a la América Hispana, tanto como potencial adquirente de los primeros, como proveedora de las segundas.
    El segundo, Don Manuel Godoy, natural de Badajoz, nacido el 12 de mayo de 1.767 supo desde joven granjearse la simpatía de la Corte Española, al extremo de que a los 22 años se erige en el favorito del Rey Carlos IV y amante de su esposa, la reina María Luisa. Desde tan privilegiada posición, puede decirse que desde 1.789 maneja los destinos de España para contento de sus amigos y desgracia de sus enemigos. Entre aquellos deben contarse a los partidarios de las luces y de la educación y entre los últimos a los ultramontanos, sostenedores del poder eclesiástico. A la vez que puso freno a la inquisición, permitió el regreso a España de los judíos, propulsó la educación creando Colegios y Universidades entre las que destacan el real Colegio de Medicina, el Cuerpo de Ingenieros y la Escuela de Veterinaria. Sin embargo, la posteridad ha de recordarlo como el responsable directo de la caída del reino español en manos de Napoleón, luego de las vergonzosas abdicaciones de Bayona que culminaron con el alejamiento de Carlos IV y posteriormente de su hijo Fernando VII.
    Tampoco creemos que por la mente del “favorito” Godoy, pasara que tras la pérdida de España, de alguna manera por él permitida, se facilitaría en gran medida la tarea emancipadora americana, al darle a los patriotas su más sólido argumento ideológico-jurídico, basal de la civilización occidental: La desaparición de la metrópoli revertía la soberanía en el pueblo, el que a partir de ese momento, tenía el derecho de darse un nuevo gobierno.
    La tercera, Doña Carlota Joaquina, hija de Carlos IV, hermana de Fernando VII, nacida en 1.755 y casada con Juan VI de Portugal, en la idea, concebida por Floridablanca, de afianzar la unión entre España y Portugal, supo distinguirse como mujer enérgica, interesada en los asuntos públicos y de grandes ambiciones. La invasión napoleónica a Portugal en 1.807 hizo que la Corte Portuguesa se trasladase a Brasil, instalándose en Río de Janeiro e intentando extender sus dominios al Virreinato del Río de la Plata. Su condición de única miembro de la familia real española en libertad, alimentaron sus ansias en tal dirección, no habiendo sido pocos sus partidarios entre los patriotas de mayo.(6)
    No pensamos que la Infanta haya presupuesto, que la prodigalidad de sus ambiciones, señalase a los Americanistas del Plata la necesidad de acortar los plazos y acelerar las decisiones, en vistas de una situación europea que, a 1.810 se presentaba como inmejorable a sus designios independentistas.
    El análisis de los antecedentes, obliga a considerar también la influencia que sobre los acontecimientos de Mayo de 1.810 debe atribuirse al “absolutismo español”. El estudio del mismo nos permite arriesgar una nueva “triada”, ya que como bien señala Juan González Calderón, el absolutismo de España se manifestaba en lo político, lo económico y lo religioso. (7)
    El absolutismo político, instrumentado por el nombramiento de las autoridades ejecutivas y administrativas por el rey; la legislación de Indias dictada en la Metrópoli, con expresa prohibición de representación popular alguna que significase la participación de los naturales, tendía a la formación de dóciles vasallos en vez de ciudadanos libres. Esto, sumado al desprecio de que eran objeto los americanos por parte de los españoles europeos, fue produciendo una diferenciación en dos clase sociales que tendrían la oportunidad de enfrentarse en el movimiento de mayo.
    El absolutismo económico, caracterizado por restricciones injustificadas al comercio y un sistema fiscal opresivo, imponía a las colonias el peso de una metrópoli que se reservaba para sí altos lucros en la intermediación con la nueva Europa industrial, negando a sus dominios americanos la posibilidad de un contacto directo con ella, con la consiguiente doble ventaja que este hecho hubiese implicado, primero en cuanto al pago de menores precios de importación, y segundo por la mayor ganancia derivada de la exportación de los productos locales.
    El tercer elemento de esta triada, el absolutismo religioso, implantado a través de la legislación indiana, que hería al americano en lo más profundo de su ser, violentando arbitrariamente su libertad de conciencia. Basta recordar la Ley 28, lib. 1º, tít. 1 que establecía la confiscación de la mitad de los bienes a todo aquel que muriese sin “confesar devotamente sus pecados y recibir el santísimo sacramento de la Eucaristía, según lo dispone nuestra Santa Madre Iglesia”. En sentido similar, la Ley 15, lib. 1º, tít. 24, disponía “que no se concedan licencias para imprimir libros en sus distritos y jurisdicciones, de cualquier materia o calidad que sean, sin proceder la censura, conforme está dispuesto y se acostumbra”.


    La Revolución
    A modo de introito, vaya una triada de citas:
    “En el mes de mayo, me mandaron llamar mis amigos de Buenos Aires, diciéndome que era llegado el caso de trabajar por la patria para adquirir la libertad e independencia deseada, volé a presentarme y hacer cuanto estuviese a mis alcances”. Manuel Belgrano.(8)
    “La Revolución de Mayo de 1810, es el acontecimiento más importante ocurrido en estas tierras en el siglo XIX . . . marcó el comienzo de trascendentes transformaciones políticas, sociales, culturales e ideológicas en la sociedad rioplatense”. Félix Luna. (9)
    “Los sucesos de Mayo merecen ser estudiados en sus menores detalles. Anuncian la alborada espléndida de una nación de inmenso porvenir”. Alberto Palcos.(10)
    Remarcada por los citados la importancia del tema, antes de su desarrollo, concédaseme una licencia a fin de poder remontarme brevemente a la etimología de la voz “mayo”. Es posible que estas breves separatas del tema principal aparezcan como ociosas, pero al rescatar la importancia de esta ciencia como “historia de las palabras”, de hecho que la misma puede ayudarnos a desentrañar los primeros conceptos de los vocablos. En tal sentido, recordemos que el mes de mayo es el tercero del calendario masónico y quinto del gregoriano. De sus orígenes latinos rescatamos la voz “maius” de significación mes de “maia”, Diosa de la primavera entre los antiguos romanos, lo que aseguraba a su mes la prodigalidad en dones. De allí, la tal vez inconsciente coincidencia con la precedente cita de Palcos en cuanto a la palabra “alborada”, utilizada por éste a modo de nacimiento o génesis de la nueva Nación.
    Disgresiones aparte, cabe ahora adentrarnos en el tema de fondo: “La Revolución”.
    En aras del orden propuesto en el epígrafe, se propone a los lectores una primera triada para la consideración del hecho revolucionario. Partiendo de la llegada al Puerto de Montevideo de la fragata inglesa “John Paris” el día 13 de mayo, con la noticia de la caída de Sevilla en manos de Napoleón, se precipitan los acontecimientos en Buenos Aires, en una sucesión cronológica de tres fechas de cuyo análisis no podemos prescindir: el Cabildo Abierto del día 22, la Contrarrevolución y el Cabildo del 25.
    La primera, la del cabildo del 22. Antes y más allá de su trascendencia en orden al resultado de su decisorio, debe rescatarse por su valor como expresión primigenia de la soberanía popular en esta parte de la América. De los 450 invitados, concurrieron 251, de los cuales 94 eran comerciantes, vecinos y hacendados, 93 empleados y funcionarios, 60 jefes y oficiales de mar y tierra, 27 profesionales liberales y 25 clérigos y frailes. La cuestión medular a determinar era responder al interrogante de saber “si se ha de subrogar otra autoridad a la superior” que ejercía el virrey en nombre de Fernando VII, y en caso afirmativo, ¿en quién debía recaer la designación?. No viene a cuento reseñar las largas discusiones sobre el particular, sino enfocar la atención sobre los aspectos más relevantes del debate, rescatando al efecto una triada de oradores, que resumen las distintas posiciones. Al primero que nos referimos es al Obispo Benito de Lué y Riega, quien enfáticamente negó el derecho de los americanos para hacer innovaciones en el gobierno, rescatando el hecho de que las Indias eran propiedad de España y de sus hijos quienes eran los únicos con derecho a gobernarlas. La soberanía del gobierno residía en España y era privativa de españoles. Correspondió a los masones Castelli y Paso rebatir dichas argumentaciones y sentar con singular acierto la doctrina de la autodeterminación soberana de los pueblos. Castelli, formado en Chuquisaca, ilustrado tanto en las doctrinas de la soberanía popular de Domingo de Soto, Francisco Suarez y Francisco de Vitoria, conocía por otro lado las más modernas concepciones contractualistas de Rousseau, Hobbes y Locke. Sostuvo en la oportunidad que habiendo caducado la España, con ella también lo han hecho sus autoridades, correspondiendo en consecuencia al pueblo reasumir la soberanía y designar las autoridades que estime convenientes a sus intereses. Como bien señala González Calderón (11), correspondió a Paso completar la exposición fundando la legitimación de Buenos Aires para actuar en nombre de todo el Virreinato, cuando sobre el particular señaló que “así como los hermanos o los amigos podían tomar legítimamente el negocio ajeno para beneficiar al ausente . . ., así una capital o un pueblo enterado del peligro común, tenía la facultad y el derecho de tomar la gestión del asunto, sin perjuicio de someterse después a la aprobación de sus condóminos o consocios . . .”. Las exposiciones reseñadas, fundantes de una nueva concepción referida al ejercicio de los derechos políticos, fue aprobada con amplitud, estableciéndose que el virrey debía cesar en el mando.
    El segundo aspecto de la triada se vincula con la contrarrevolución orquestada desde el Cabildo, el que desconoció el pronunciamiento del pueblo a instancias de elementos realistas y reaccionarios, estableciendo en contra de lo expresamente decidido, una Junta de Gobierno encabezada por el Virrey antes depuesto.
    Si bien los sucesos del 25 son ampliamente conocidos, no podemos dejar de remarcar que sólo la decidida acción del grupo patriota impidió la concreción de la maniobra contrarrevolucionaria, instaurando lo que la posteridad ha conocido como el “primer gobierno patrio”, objeto de esta conmemoración.
    No podemos cerrar el capítulo revolucionario, sin mencionar una triada de sus efectos, que como principios básicos informan la Constitución de la Nación y constituyen los pilares sobre los que descansa nuestro sistema republicano: la soberanía popular, el sistema federal y el principio representativo.


    La Participación Masónica.
    Durante años, la participación de la masonería en los sucesos de mayo de 1810, ha sido objeto de múltiples discusiones y no menos desencuentros. Sin embargo, se puede afirmar sin temor a equívoco, que a la Masonería Rioplatense de la época, no sólo le cupo una decidida acción en dichos acontecimientos, sino además, que su intervención resultó decisiva para el éxito del movimiento revolucionario.
    La aparición de nuevas obras sobre el tema, la reconsideración de antiguas fuentes documentales y la tarea de jóvenes investigadores deseosos de profundizar esta cuestión, han contribuido grandemente a echar luz sobre el particular. Así por ejemplo, un muy documentado trabajo de Enrique de Gandía, el examen minucioso de la autobiografías de Saavedra, Belgrano y Guido y los más recientes estudios de Patricia Pasqualli, permiten arribar a la ya esbozada conclusión de que: la actuación de las logias y de los masones del Río de la Plata fueron determinantes en los acontecimientos de Mayo de 1.810.
    Para el estudio del tema, podríamos arriesgar una última triada, siguiendo el orden siguiente: -El Estado de la Masonería en el Río de la Plata a principios del siglo XIX-; -La Actuación de los Patriotas Masones- y -la Identidad entre el Ideario Revolucionario y el Masónico-.
    En la “Independencia de América y las Sociedades Secretas”, Enrique de Gandía (12) realiza un pormenorizado análisis sobre el primer aspecto. Sostiene que para 1810, la masonería había adquirido importante desarrollo en Buenos Aires. Entre los testimonios citados, figura el del General Enrique Martínez, el que en carta a Andrés Lamas declara que “desde época remota existía la sociedad masónica y Peña y Vieytes pertenecían a ella”. La época a la que refiere es la del Virrey Sobremonte, cuando la logia fue descubierta a raíz de una fuerte tormenta que arrastró mandiles y demás ornamentos. Agrega el General que la Jabonería de Vieytes era el lugar donde se reunía la logia “Amigos de la Libertad”.
    Tales circunstancias hacen que Gandía arriesgue que ya para 1.795 existían trabajos masónicos en la capital del virreinato. Menciona a la muy conocida Logia San Juan de Jerusalén fundada en 1.804 por Juan de Silva Cordeiro, y cita a Ignacio Núñez, que en sus recuerdos afirma que las Invasiones Inglesas contribuyeron grandemente al fortalecimiento de la labor masónica.
    Por su parte, Francisco Grilló, en sus “Episodios Patrios”, revela una comunicación de la Gran Logia de Versalles de 1795, dirigida a la Logia Independencia de Buenos Aires. Sobre esta misma Logia, el Coronel inglés Santiago Burke, narra que cuando se iba de la ciudad en 1809, fueron a despedirlo “un número de las principales personas del lugar, mis viejos amigos de Independencia”.
    El General Miller, de hecho poco afecto a la masonería, escribe en sus “Memorias”: “un club, llamado la logia, se ha introducido con el objeto ostensible de promover la emancipación de la América Española . . .”(14).
    Los testimonios citados, revelan que a la fecha del movimiento emancipador, la masonería era importante en Buenos Aires y se expresaba a través de varias logias, entre las cuales, las más conocidas históricamente han sido la San Juan de Jerusalén, la Independencia o Amigos de la Libertad y la Sociedad de los Siete, todas anteriores a la Lautaro..
    La importancia del estudio de la segunda cuestión, referida al accionar de los patriotas masones, queda de manifiesto por el protagonismo que los mismos tuvieron durante los sucesos revolucionarios y en la conformación de la Primera Junta de Gobierno.
    Los autores citados, a los que podemos sumar el Dean Funes, Zinni y Alcibíades Lappas, coinciden en cuanto a la pertenencia masónica de: Saavedra, Belgrano, Moreno, Matías Irigoyen, Donado, Chiclana, Paso, Castelli, Nicolás Rodríguez Peña, Berutti, Guido y Vieytes, entre otros muchos (15). Muchos atentos lectores podrán advertir que los masones enunciados fueron los principales protagonistas del cabildo del 22, se los sucesos posteriores y del gobierno emanado del movimiento revolucionario.
    Más que ilustrativo respecto al rol de la Orden y de los masones resulta el testimonio del General Tomás Guido, quien en sus Memorias revela tales circunstancias de modo insuperable, atendiendo a su condición de protagonista. Dice el ilustre militar y masón respecto a la tarea de los masones al tomar éstos conocimiento de la pretendida contrarrevolución: “En la tarde del mismo día fue publicado por bando el acuerdo clasificado de popular, proclamando una junta compuesta del Virrey Cisneros como presidente y de los señores Saavedra, Castelli, Sola e Inchaurregui. El pueblo pareció satisfecho de esta elección y los españoles se felicitaron de haber salvado del peligro de un trastorno fundamental viendo triunfante la autoridad del Virrey. Muy diferente sensación produjo tal inesperado desenlace en el club reunido a las ocho de la noche en la casa del señor Peña… Era pues necesario deshacer lo hecho, convocar nuevamente al pueblo y obtener del cabildo se prestase a reconsiderar ante otra reunión popular la sanción de la víspera… Se aproximaba el alba sin que aún se hubiese convenido sobre los elegibles. Hubo un momento en que se desesperó de encontrarlos. Gran zozobra y desconsuelo para los congregados en ese gran complot de donde nació la libertad de la República. La situación cada vez presentaba un aspecto más siniestro. En estas circunstancias el señor Don Manuel Belgrano, mayor del Regimiento de Patricios, que vestido de uniforme escuchaba la discusión en la sala contigua, reclinado en un sofá, casi postrado por largas vigilias, observando la indecisión de sus amigos, púsose de pie y súbitamente y a paso acelerado y con el rostro encendido de su sangre generosa, entró en la sala del club (el comedor de la sala del señor Peña), y lanzando una mirada altiva en rededor de sí y poniendo la mano derecha sobre la cruz de su espada: ¡ Juro dijo, a la Patria, y a mis compañeros, que si a las tres de la tarde el Virrey no hubiese sido derrocado, a fe de caballero yo lo derrocaré con mis armas¡… Luego todos volvieron a ocuparse de los candidatos y cuando parecía agotada la esperanza, don Antonio Berutti pidió se le pasase papel y tintero y como inspirado de lo alto, trazó sin trepidar los nombres de los que compusieron la Primera Junta.”(16).
    El tercer aspecto de esta última triada, refiere a la identidad entre el ideario de Mayo y el masónico.
    Si reflexionamos un minuto sobre el simbólico y bello aserto del Libro de la Ley Sagrada - la Biblia-: “. . .por sus frutos los conoceréis”, no ha de resultar una temeridad afirmar que lo que el movimiento revolucionario de mayo produjo y plasmó en la sociedad civil, no fue más que la manifestación externa del ideario humanístico de la masonería, sintetizado en su lema de LIBERTAD, IGUALDAD y FRATERNIDAD.
    El denominado “Espíritu de Mayo”, como ya se dijera, base y programa del ordenamiento constitucional argentino, reconoce como su más importante fuente a las enseñanzas de la masonería vinculadas con la soberanía popular, la autodeterminación de los pueblos, la igualdad jurídica, la división de poderes, la representación, las libertades de pensamiento, expresión y conciencia, tan largamente trabajadas y estudiadas en la serenidad de los templos y bellamente labradas en el corazón de cada masón.
    Para los masones, el “Espíritu de Mayo”, encarnación político-institucional del “Espíritu Masónico”, debe ser motivo de permanente recordación entre nosotros; de la misma forma en que la conducta de quienes precedieron ha de ser motivo de emulación; pero como la obra comenzada en mayo de .810 lejos está aún de ser terminada, es obligación de la ciudadanía argentina, preparada para ser del mundo y abierta a los desafíos de sus tiempos, continuar con esos trabajos.


    CITAS:
    (1) Gómez de Silva, Guido, Breve Diccionario Etimológico de la Lengua Española, Fondo de Cultura Económica, Méjico, p. 691.
    (2) Diccionario Universal Enciclopédico, Plaza y Janes editores, Barcelona, 1995.
    (3) Bazot, M. , Manual de la Francmasonería, Angeres, 1845, Tomo II.
    (4) Frau Aubrines y Rosendo Arúst Arderiú, Diccionario Enciclopédico de la Masonería, Editorial Kier, Buenos Aires, 1962, T 2, p. 862.
    (5) Pigna, Felipe, Los Mitos de la Historia Argentina, Grupo Editor Norma, Buenos Aires, 2004, p. 218.
    (6) Idem., p 220.
    (7) González Calderón, Juan, Derecho Constitucional Argentino, J. Lajouane Editores, Buenos Aires, 1930, T 1, p. 3.
    (8) Belgrano, Manuel, Autobiografía, en Los Sucesos de Mayo, Ed. Jackson, Buenos Aires, 1945, p. 117.
    (9) Luna, Félix, Historia Integral de la Argentina, Ed. Planeta, T 5, p. 380.
    (10) Palcos, Alberto, Prólogo a los Sucesos de Mayo, op.cit., p. XVIII.
    (11) González Calderón, Juan, op.cit., p.17.
    (12) De Gandía, Enrique, La Independencia de América y Las Sociedades Secretas, Ed. Sudamérica - Santa Fe, 1994, p. 118 y ss.
    (13) Idem., p. 125.
    (14) Miller, John, Memorias del General Miller, Ed. Emecé, 1997, p. 259.
    (15) Lappas, Alcibíades, La Masonería Argentina a Través de sus Hombres, Buenos Aires, 1966.
    (16) Guido, Tomás, Reseña Histórica de los Sucesos de Mayo, en Los Sucesos de Mayo, op.cit., p. 185 y ss.





    Conmemorar la Revolución de Mayo de 1810, conlleva la necesidad de rescatar los tres aspectos etimológicos del vocablo: Hacer memoria, Honrar la memoria y Hablar de esa memoria.
    Tradicionalmente, los homenajes a la fecha patria, reconocen sólo dos de estos aspectos: el honrar y el hablar -triada filofófica y básica-. En efecto si se repasan tanto los desarrollados a nivel educativo como luego los institucionales, observamos que, básicamente se dirigen a reivindicar la figura de los protagonistas, honrando así su memoria o a mencionar circunstancias, las más de las veces anecdóticas y pueriles sobre el acontecimiento, hablando de esta manera del acontecimiento, sin llegar casi nunca al tercer y más importante aspecto, es decir el Hacer o el Construir la memoria del hecho Revolucionario.
    Se advertirá que, a esta última finalidad se aviene con particular eficacia no sólo la definición vulgar de la voz “triada”, sino la complementaria y enriquecida del neoplatonismo, que ve en la misma, a más del conjunto de tres cosas o personas, la unión del ser, la inteligencia y el alma de las cosas y los acontecimientos (4).
    La utilización del ternario, sus diversas acepciones y derivaciones en el trabajo de esta noche, no han de verse únicamente como juego dialéctico, etimológico o simbólico, sino como un medio particularmente masónico de edificar la memoria de la Revolución de Mayo 1810, a partir de un conjunto de triadas, usualmente pasadas por alto, y de las cuales, la primera, está dada por la propia estructura del acta suscripta entonces que consta en el Cabildo, la que analiza sólo tres aspectos del hecho histórico, en el siguiente orden: antes que nada, sus antecedentes, en segundo lugar la Revolución en sí, y finalmente, la participación en dicho movimiento.


    Algunos de sus Antecedentes.
    Razón le asiste a Felipe Pigna cuando afirma que “los hechos de Mayo son absolutamente inexplicables sin la comprensión necesaria de la situación europea”(5).
    Una triada de nombres, usualmente no mencionados, pueden constituir un primer modo de acercamiento a la comprensión de aquella situación. Nos referimos a JAMES WATT, MANUEL GODOY y a Doña CARLOTA JOAQUINA.
    El primero, nacido en Birmingham, Inglaterra, el 19 de enero de 1.736, aprendió de su padre el uso de las herramientas y útiles náuticos. A la vez, su pasión por las matemáticas lo trasladó a Londres, lugar donde a más de la docencia, pudo dedicarse al estudio de los usos y aprovechamiento del vapor, logrando desarrollar la “máquina de vapor” que le daría celebridad. La genial invención habría de difundirse inmediatamente en Gran Bretaña, pasando luego a Francia y al resto del continente europeo. Este hecho tecnológico significó el nacimiento de la industrialización a gran escala, de la producción en masa, a la vez que cimentó el afianzamiento del capitalismo; circunstancias todas que confluyeron a gestar el fenómeno universalmente conocido como “revolución industrial”, operándose a partir de la misma los más profundos cambios no sólo en lo económico, sino también en lo político y en lo social.
    En lo que hace al tema que nos ocupa, creemos que lejos habría de estar nuestro James Watt de tal siquiera imaginar que este movimiento, derivado de su inventiva y amor a la mecánica, devendría en lo inmediato en el conflicto entre Inglaterra y Francia por el control de los mercados y tendiente a plasmar la preeminencia económica de alguna de las dos potencias. La necesidad de ubicar los productos, ahora fabricados masivamente, y la de asegurar las materias primas necesarias para su elaboración, involucran en la disputa a la América Hispana, tanto como potencial adquirente de los primeros, como proveedora de las segundas.
    El segundo, Don Manuel Godoy, natural de Badajoz, nacido el 12 de mayo de 1.767 supo desde joven granjearse la simpatía de la Corte Española, al extremo de que a los 22 años se erige en el favorito del Rey Carlos IV y amante de su esposa, la reina María Luisa. Desde tan privilegiada posición, puede decirse que desde 1.789 maneja los destinos de España para contento de sus amigos y desgracia de sus enemigos. Entre aquellos deben contarse a los partidarios de las luces y de la educación y entre los últimos a los ultramontanos, sostenedores del poder eclesiástico. A la vez que puso freno a la inquisición, permitió el regreso a España de los judíos, propulsó la educación creando Colegios y Universidades entre las que destacan el real Colegio de Medicina, el Cuerpo de Ingenieros y la Escuela de Veterinaria. Sin embargo, la posteridad ha de recordarlo como el responsable directo de la caída del reino español en manos de Napoleón, luego de las vergonzosas abdicaciones de Bayona que culminaron con el alejamiento de Carlos IV y posteriormente de su hijo Fernando VII.
    Tampoco creemos que por la mente del “favorito” Godoy, pasara que tras la pérdida de España, de alguna manera por él permitida, se facilitaría en gran medida la tarea emancipadora americana, al darle a los patriotas su más sólido argumento ideológico-jurídico, basal de la civilización occidental: La desaparición de la metrópoli revertía la soberanía en el pueblo, el que a partir de ese momento, tenía el derecho de darse un nuevo gobierno.
    La tercera, Doña Carlota Joaquina, hija de Carlos IV, hermana de Fernando VII, nacida en 1.755 y casada con Juan VI de Portugal, en la idea, concebida por Floridablanca, de afianzar la unión entre España y Portugal, supo distinguirse como mujer enérgica, interesada en los asuntos públicos y de grandes ambiciones. La invasión napoleónica a Portugal en 1.807 hizo que la Corte Portuguesa se trasladase a Brasil, instalándose en Río de Janeiro e intentando extender sus dominios al Virreinato del Río de la Plata. Su condición de única miembro de la familia real española en libertad, alimentaron sus ansias en tal dirección, no habiendo sido pocos sus partidarios entre los patriotas de mayo.(6)
    No pensamos que la Infanta haya presupuesto, que la prodigalidad de sus ambiciones, señalase a los Americanistas del Plata la necesidad de acortar los plazos y acelerar las decisiones, en vistas de una situación europea que, a 1.810 se presentaba como inmejorable a sus designios independentistas.
    El análisis de los antecedentes, obliga a considerar también la influencia que sobre los acontecimientos de Mayo de 1.810 debe atribuirse al “absolutismo español”. El estudio del mismo nos permite arriesgar una nueva “triada”, ya que como bien señala Juan González Calderón, el absolutismo de España se manifestaba en lo político, lo económico y lo religioso. (7)
    El absolutismo político, instrumentado por el nombramiento de las autoridades ejecutivas y administrativas por el rey; la legislación de Indias dictada en la Metrópoli, con expresa prohibición de representación popular alguna que significase la participación de los naturales, tendía a la formación de dóciles vasallos en vez de ciudadanos libres. Esto, sumado al desprecio de que eran objeto los americanos por parte de los españoles europeos, fue produciendo una diferenciación en dos clase sociales que tendrían la oportunidad de enfrentarse en el movimiento de mayo.
    El absolutismo económico, caracterizado por restricciones injustificadas al comercio y un sistema fiscal opresivo, imponía a las colonias el peso de una metrópoli que se reservaba para sí altos lucros en la intermediación con la nueva Europa industrial, negando a sus dominios americanos la posibilidad de un contacto directo con ella, con la consiguiente doble ventaja que este hecho hubiese implicado, primero en cuanto al pago de menores precios de importación, y segundo por la mayor ganancia derivada de la exportación de los productos locales.
    El tercer elemento de esta triada, el absolutismo religioso, implantado a través de la legislación indiana, que hería al americano en lo más profundo de su ser, violentando arbitrariamente su libertad de conciencia. Basta recordar la Ley 28, lib. 1º, tít. 1 que establecía la confiscación de la mitad de los bienes a todo aquel que muriese sin “confesar devotamente sus pecados y recibir el santísimo sacramento de la Eucaristía, según lo dispone nuestra Santa Madre Iglesia”. En sentido similar, la Ley 15, lib. 1º, tít. 24, disponía “que no se concedan licencias para imprimir libros en sus distritos y jurisdicciones, de cualquier materia o calidad que sean, sin proceder la censura, conforme está dispuesto y se acostumbra”.


    La Revolución Iluminista
    A modo de introito, vaya una triada de citas:
    “En el mes de mayo, me mandaron llamar mis amigos de Buenos Aires, diciéndome que era llegado el caso de trabajar por la patria para adquirir la libertad e independencia deseada, volé a presentarme y hacer cuanto estuviese a mis alcances”. Manuel Belgrano.(8)
    “La Revolución de Mayo de 1810, es el acontecimiento más importante ocurrido en estas tierras en el siglo XIX . . . marcó el comienzo de trascendentes transformaciones políticas, sociales, culturales e ideológicas en la sociedad rioplatense”. Félix Luna. (9)
    “Los sucesos de Mayo merecen ser estudiados en sus menores detalles. Anuncian la alborada espléndida de una nación de inmenso porvenir”. Alberto Palcos.(10)
    Remarcada por los citados la importancia del tema, antes de su desarrollo, concédaseme una licencia a fin de poder remontarme brevemente a la etimología de la voz “mayo”. Es posible que estas breves separatas del tema principal aparezcan como ociosas, pero al rescatar la importancia de esta ciencia como “historia de las palabras”, de hecho que la misma puede ayudarnos a desentrañar los primeros conceptos de los vocablos. En tal sentido, recordemos que el mes de mayo es el tercero del calendario masónico y quinto del gregoriano. De sus orígenes latinos rescatamos la voz “maius” de significación mes de “maia”, Diosa de la primavera entre los antiguos romanos, lo que aseguraba a su mes la prodigalidad en dones. De allí, la tal vez inconsciente coincidencia con la precedente cita de Palcos en cuanto a la palabra “alborada”, utilizada por éste a modo de nacimiento o génesis de la nueva Nación.
    Disgresiones aparte, cabe ahora adentrarnos en el tema de fondo: “La Revolución”.
    En aras del orden propuesto en el epígrafe, se propone a los lectores una primera triada para la consideración del hecho revolucionario. Partiendo de la llegada al Puerto de Montevideo de la fragata inglesa “John Paris” el día 13 de mayo, con la noticia de la caída de Sevilla en manos de Napoleón, se precipitan los acontecimientos en Buenos Aires, en una sucesión cronológica de tres fechas de cuyo análisis no podemos prescindir: el Cabildo Abierto del día 22, la Contrarrevolución y el Cabildo del 25.
    La primera, la del cabildo del 22. Antes y más allá de su trascendencia en orden al resultado de su decisorio, debe rescatarse por su valor como expresión primigenia de la soberanía popular en esta parte de la América. De los 450 invitados, concurrieron 251, de los cuales 94 eran comerciantes, vecinos y hacendados, 93 empleados y funcionarios, 60 jefes y oficiales de mar y tierra, 27 profesionales liberales y 25 clérigos y frailes. La cuestión medular a determinar era responder al interrogante de saber “si se ha de subrogar otra autoridad a la superior” que ejercía el virrey en nombre de Fernando VII, y en caso afirmativo, ¿en quién debía recaer la designación?. No viene a cuento reseñar las largas discusiones sobre el particular, sino enfocar la atención sobre los aspectos más relevantes del debate, rescatando al efecto una triada de oradores, que resumen las distintas posiciones. Al primero que nos referimos es al Obispo Benito de Lué y Riega, quien enfáticamente negó el derecho de los americanos para hacer innovaciones en el gobierno, rescatando el hecho de que las Indias eran propiedad de España y de sus hijos quienes eran los únicos con derecho a gobernarlas. La soberanía del gobierno residía en España y era privativa de españoles. Correspondió a los masones Castelli y Paso rebatir dichas argumentaciones y sentar con singular acierto la doctrina de la autodeterminación soberana de los pueblos. Castelli, formado en Chuquisaca, ilustrado tanto en las doctrinas de la soberanía popular de Domingo de Soto, Francisco Suarez y Francisco de Vitoria, conocía por otro lado las más modernas concepciones contractualistas de Rousseau, Hobbes y Locke. Sostuvo en la oportunidad que habiendo caducado la España, con ella también lo han hecho sus autoridades, correspondiendo en consecuencia al pueblo reasumir la soberanía y designar las autoridades que estime convenientes a sus intereses. Como bien señala González Calderón (11), correspondió a Paso completar la exposición fundando la legitimación de Buenos Aires para actuar en nombre de todo el Virreinato, cuando sobre el particular señaló que “así como los hermanos o los amigos podían tomar legítimamente el negocio ajeno para beneficiar al ausente . . ., así una capital o un pueblo enterado del peligro común, tenía la facultad y el derecho de tomar la gestión del asunto, sin perjuicio de someterse después a la aprobación de sus condóminos o consocios . . .”. Las exposiciones reseñadas, fundantes de una nueva concepción referida al ejercicio de los derechos políticos, fue aprobada con amplitud, estableciéndose que el virrey debía cesar en el mando.
    El segundo aspecto de la triada se vincula con la contrarrevolución orquestada desde el Cabildo, el que desconoció el pronunciamiento del pueblo a instancias de elementos realistas y reaccionarios, estableciendo en contra de lo expresamente decidido, una Junta de Gobierno encabezada por el Virrey antes depuesto.
    Si bien los sucesos del 25 son ampliamente conocidos, no podemos dejar de remarcar que sólo la decidida acción del grupo patriota impidió la concreción de la maniobra contrarrevolucionaria, instaurando lo que la posteridad ha conocido como el “primer gobierno patrio”, objeto de esta conmemoración.
    No podemos cerrar el capítulo revolucionario, sin mencionar una triada de sus efectos, que como principios básicos informan la Constitución de la Nación y constituyen los pilares sobre los que descansa nuestro sistema republicano: la soberanía popular, el sistema federal y el principio representativo.


    La Participación Masónica
    Durante años, la participación de la masonería en los sucesos de mayo de 1810, ha sido objeto de múltiples discusiones y no menos desencuentros. Sin embargo, se puede afirmar sin temor a equívoco, que a la Masonería Rioplatense de la época, no sólo le cupo una decidida acción en dichos acontecimientos, sino además, que su intervención resultó decisiva para el éxito del movimiento revolucionario.
    La aparición de nuevas obras sobre el tema, la reconsideración de antiguas fuentes documentales y la tarea de jóvenes investigadores deseosos de profundizar esta cuestión, han contribuido grandemente a echar luz sobre el particular. Así por ejemplo, un muy documentado trabajo de Enrique de Gandía, el examen minucioso de la autobiografías de Saavedra, Belgrano y Guido y los más recientes estudios de Patricia Pasqualli, permiten arribar a la ya esbozada conclusión de que: la actuación de las logias y de los masones del Río de la Plata fueron determinantes en los acontecimientos de Mayo de 1.810.
    Para el estudio del tema, podríamos arriesgar una última triada, siguiendo el orden siguiente: -El Estado de la Masonería en el Río de la Plata a principios del siglo XIX-; -La Actuación de los Patriotas Masones- y -la Identidad entre el Ideario Revolucionario y el Masónico-.
    En la “Independencia de América y las Sociedades Secretas”, Enrique de Gandía (12) realiza un pormenorizado análisis sobre el primer aspecto. Sostiene que para 1810, la masonería había adquirido importante desarrollo en Buenos Aires. Entre los testimonios citados, figura el del General Enrique Martínez, el que en carta a Andrés Lamas declara que “desde época remota existía la sociedad masónica y Peña y Vieytes pertenecían a ella”. La época a la que refiere es la del Virrey Sobremonte, cuando la logia fue descubierta a raíz de una fuerte tormenta que arrastró mandiles y demás ornamentos. Agrega el General que la Jabonería de Vieytes era el lugar donde se reunía la logia “Amigos de la Libertad”.
    Tales circunstancias hacen que Gandía arriesgue que ya para 1.795 existían trabajos masónicos en la capital del virreinato. Menciona a la muy conocida Logia San Juan de Jerusalén fundada en 1.804 por Juan de Silva Cordeiro, y cita a Ignacio Núñez, que en sus recuerdos afirma que las Invasiones Inglesas contribuyeron grandemente al fortalecimiento de la labor masónica.
    Por su parte, Francisco Grilló, en sus “Episodios Patrios”, revela una comunicación de la Gran Logia de Versalles de 1795, dirigida a la Logia Independencia de Buenos Aires. Sobre esta misma Logia, el Coronel inglés Santiago Burke, narra que cuando se iba de la ciudad en 1809, fueron a despedirlo “un número de las principales personas del lugar, mis viejos amigos de Independencia”.
    El General Miller, de hecho poco afecto a la masonería, escribe en sus “Memorias”: “un club, llamado la logia, se ha introducido con el objeto ostensible de promover la emancipación de la América Española . . .”(14).
    Los testimonios citados, revelan que a la fecha del movimiento emancipador, la masonería era importante en Buenos Aires y se expresaba a través de varias logias, entre las cuales, las más conocidas históricamente han sido la San Juan de Jerusalén, la Independencia o Amigos de la Libertad y la Sociedad de los Siete, todas anteriores a la Lautaro..
    La importancia del estudio de la segunda cuestión, referida al accionar de los patriotas masones, queda de manifiesto por el protagonismo que los mismos tuvieron durante los sucesos revolucionarios y en la conformación de la Primera Junta de Gobierno.
    Los autores citados, a los que podemos sumar el Dean Funes, Zinni y Alcibíades Lappas, coinciden en cuanto a la pertenencia masónica de: Saavedra, Belgrano, Moreno, Matías Irigoyen, Donado, Chiclana, Paso, Castelli, Nicolás Rodríguez Peña, Berutti, Guido y Vieytes, entre otros muchos (15). Muchos atentos lectores podrán advertir que los masones enunciados fueron los principales protagonistas del cabildo del 22, se los sucesos posteriores y del gobierno emanado del movimiento revolucionario.
    Más que ilustrativo respecto al rol de la Orden y de los masones resulta el testimonio del General Tomás Guido, quien en sus Memorias revela tales circunstancias de modo insuperable, atendiendo a su condición de protagonista. Dice el ilustre militar y masón respecto a la tarea de los masones al tomar éstos conocimiento de la pretendida contrarrevolución: “En la tarde del mismo día fue publicado por bando el acuerdo clasificado de popular, proclamando una junta compuesta del Virrey Cisneros como presidente y de los señores Saavedra, Castelli, Sola e Inchaurregui. El pueblo pareció satisfecho de esta elección y los españoles se felicitaron de haber salvado del peligro de un trastorno fundamental viendo triunfante la autoridad del Virrey. Muy diferente sensación produjo tal inesperado desenlace en el club reunido a las ocho de la noche en la casa del señor Peña… Era pues necesario deshacer lo hecho, convocar nuevamente al pueblo y obtener del cabildo se prestase a reconsiderar ante otra reunión popular la sanción de la víspera… Se aproximaba el alba sin que aún se hubiese convenido sobre los elegibles. Hubo un momento en que se desesperó de encontrarlos. Gran zozobra y desconsuelo para los congregados en ese gran complot de donde nació la libertad de la República. La situación cada vez presentaba un aspecto más siniestro. En estas circunstancias el señor Don Manuel Belgrano, mayor del Regimiento de Patricios, que vestido de uniforme escuchaba la discusión en la sala contigua, reclinado en un sofá, casi postrado por largas vigilias, observando la indecisión de sus amigos, púsose de pie y súbitamente y a paso acelerado y con el rostro encendido de su sangre generosa, entró en la sala del club (el comedor de la sala del señor Peña), y lanzando una mirada altiva en rededor de sí y poniendo la mano derecha sobre la cruz de su espada: ¡ Juro dijo, a la Patria, y a mis compañeros, que si a las tres de la tarde el Virrey no hubiese sido derrocado, a fe de caballero yo lo derrocaré con mis armas¡… Luego todos volvieron a ocuparse de los candidatos y cuando parecía agotada la esperanza, don Antonio Berutti pidió se le pasase papel y tintero y como inspirado de lo alto, trazó sin trepidar los nombres de los que compusieron la Primera Junta.”(16).
    El tercer aspecto de esta última triada, refiere a la identidad entre el ideario de Mayo y el masónico.
    Si reflexionamos un minuto sobre el simbólico y bello aserto del Libro de la Ley Sagrada - la Biblia-: “. . .por sus frutos los conoceréis”, no ha de resultar una temeridad afirmar que lo que el movimiento revolucionario de mayo produjo y plasmó en la sociedad civil, no fue más que la manifestación externa del ideario humanístico de la masonería, sintetizado en su lema de LIBERTAD, IGUALDAD y FRATERNIDAD.
    El denominado “Espíritu de Mayo”, como ya se dijera, base y programa del ordenamiento constitucional argentino, reconoce como su más importante fuente a las enseñanzas de la masonería vinculadas con la soberanía popular, la autodeterminación de los pueblos, la igualdad jurídica, la división de poderes, la representación, las libertades de pensamiento, expresión y conciencia, tan largamente trabajadas y estudiadas en la serenidad de los templos y bellamente labradas en el corazón de cada masón.
    Para los masones, el “Espíritu de Mayo”, encarnación político-institucional del “Espíritu Masónico”, debe ser motivo de permanente recordación entre nosotros; de la misma forma en que la conducta de quienes precedieron ha de ser motivo de emulación; pero como la obra comenzada en mayo de .810 lejos está aún de ser terminada, es obligación de la ciudadanía argentina, preparada para ser del mundo y abierta a los desafíos de sus tiempos, continuar con esos trabajos.


    CITAS:
    (1) Gómez de Silva, Guido, Breve Diccionario Etimológico de la Lengua Española, Fondo de Cultura Económica, Méjico, p. 691.
    (2) Diccionario Universal Enciclopédico, Plaza y Janes editores, Barcelona, 1995.
    (3) Bazot, M. , Manual de la Francmasonería, Angeres, 1845, Tomo II.
    (4) Frau Aubrines y Rosendo Arúst Arderiú, Diccionario Enciclopédico de la Masonería, Editorial Kier, Buenos Aires, 1962, T 2, p. 862.
    (5) Pigna, Felipe, Los Mitos de la Historia Argentina, Grupo Editor Norma, Buenos Aires, 2004, p. 218.
    (6) Idem., p 220.
    (7) González Calderón, Juan, Derecho Constitucional Argentino, J. Lajouane Editores, Buenos Aires, 1930, T 1, p. 3.
    (8) Belgrano, Manuel, Autobiografía, en Los Sucesos de Mayo, Ed. Jackson, Buenos Aires, 1945, p. 117.
    (9) Luna, Félix, Historia Integral de la Argentina, Ed. Planeta, T 5, p. 380.
    (10) Palcos, Alberto, Prólogo a los Sucesos de Mayo, op.cit., p. XVIII.
    (11) González Calderón, Juan, op.cit., p.17.
    (12) De Gandía, Enrique, La Independencia de América y Las Sociedades Secretas, Ed. Sudamérica - Santa Fe, 1994, p. 118 y ss.
    (13) Idem., p. 125.
    (14) Miller, John, Memorias del General Miller, Ed. Emecé, 1997, p. 259.
    (15) Lappas, Alcibíades, La Masonería Argentina a Través de sus Hombres, Buenos Aires, 1966.
    (16) Guido, Tomás, Reseña Histórica de los Sucesos de Mayo, en Los Sucesos de Mayo, op.cit., p. 185 y ss.

    La participación de la masonería el 25 de Mayo de 1810
    La Iglesia es el poder supremo en lo espiritual, como el Estado lo es en el temporal.

    Antonio Aparisi

  8. #68
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    Re: Virreinato del Río de la Plata

    MIÉRCOLES, 17 DE JULIO DE 2013
    HISTORIADOR DE LA BANDA ORIENTAL (URUGUAY) GUILLERMO VÁZQUEZ FRANCO CANTA 'LAS 40' YO,ARGENTINO.!!!
    HISTORIADOR GUILLERMO VÁZQUEZ FRANCO CANTA 'LAS 40'
    YO, ARGENTINO.

    image.jpg

    "La historia se cuenta de la forma que se contó porque la otra manera de hacerlo sería reconocer que somos el resultado de una estafa"


    Fotos. Juan Manuel López
    Por GERARDO TAGLIAFERRO
    A ver, saquemos cuentas. Messi, para empezar. Nos vendría fenómeno, tal vez no estaríamos ahora penando para clasificar al mundial. Aunque en el paquete vendría Maradona, el de antes y el de ahora... en fin.


    ¡El Papa! Para los católicos, aleluya. La polémica por Gardel sería de consumo interno, y en todo caso con los franceses. Tendríamos a Perón, Evita, Borges, la Coca Sarli y Tinelli, cambiaríamos al viejo Batlle por Yrigoyen y al Goyo por Videla. Y al Pepe por Cristina.


    A cambio entregaríamos (no sería entregar en realidad, porque igual serían nuestros, aunque compartidos): Maracaná, la selección juvenil subcampeona del mundo (aunque habríamos sido campeones varias veces antes), a Zitarrosa, a Onetti y a Benedetti que, por las dudas, nació en Tacuarembó. Botnia nunca habría estado frente a Gualeguaychú... o sí, vaya a saber. No cambiaría nada el fastidio de muchos orientales hacia los "porteños" -o en todo caso nuestro complejo de inferioridad- ni esa benevolencia paternal o de hermano mayor -sobradora- que muchos de ellos muestran hacia nosotros, porque estas cosas no tienen que ver con nacionalidades sino con rivalidades que se manifiestan a la interna de cualquier país. O en este caso con una cuestionada "lucha de puertos". Y el problema con La Cumparsita y el dulce de leche se dilucidaría dentro de fronteras.


    Algo de lo que postulamos en este juego de imaginación sucedería si el sueño de José Artigas -demostrable, documentado- se hubiera hecho realidad. Claro, no es posible 200 años después hacer este ejercicio y saltearse todo lo del medio, para empezar porque cuesta acomodar las piezas. Es solo un juego, por aquello de que si mi abuela tuviera ruedas sería una bicicleta, y no mi abuela.


    Lo que no es un juego es que el prócer de los orientales no fue uruguayo, porque el Uruguay no existía... y tampoco argentino. Pero en tren de especular con lo que Artigas "quería ser", como dijo la presidente Cristina Fernández para desatar la ira (¿o chauvinismo?) de muchos, la historia bien contada no deja dudas de su proyecto integrador de las "provincias del Plata" bajo un paraguas federal. Algo muy cercano a eso que se llamó Argentina -aunque sin Buenos Aires como capital- y que terminó excluyendo -para desdicha del prócer- lo que bastante más tarde se llamó Uruguay.
    El profesor Guillermo Vázquez Franco está de acuerdo con Cristina desde mucho antes de que ella lo dijera. Y es de los pocos historiadores uruguayos ("orientales" según él) que lo proclaman con tanta o más vehemencia, o quizás el único. Vázquez va incluso más lejos: dice que Artigas no solo quiso ser argentino, sino que lo fue.


    En 1994 publicó un libro, "La historia y sus mitos" y en 2001 otro, "Francisco Berra, la historia prohibida". En ellos argumenta su tesis. En pocas semanas verá la luz el tercer eslabón en la cadena de su pensamiento: "Adiós a la patria. La Convención Preliminar de Paz", que ya está pronto y en proceso de edición. Para Vázquez, Artigas era un "excelente caudillo" y también un "ególatra" y un "déspota". Un "lindo modelo" de caudillo rural, casi analfabeto y sin demasiados méritos políticos y militares, tan bien intencionado como errático en la mayoría de sus decisiones. Lavalleja habría ocupado quizás su lugar en la Plaza Independencia si hubiera muerto heroicamente en Ituzaingó, y Rivera... de Rivera mejor ni hablar.


    Con 89 años y el porte de un hombre 20 años menor, Vázquez Franco estudia todos los días y sigue investigando. A las siete de la tarde, en su casa invadida por libros que decoran todas las paredes, asegura que estudiar es lo que estaría haciendo ahora de no mediar esta entrevista. Tiendo a pensar que sus opiniones, polémicas, frontales, no generan las reacciones irritadas que provocan las de Cristina porque, además de las diferentes investiduras de ambos, él nació de este lado del río y no carga con el estigma de ser porteño.


    A 200 años de aquellos hechos, el país debería estar en mejores condiciones que sobre finales del siglo XIX -cuando se construyó el relato histórico dominante- para prestar atención a argumentos de este tipo y contrastarlos con la verdad oficial.


    Mientras tanto, aquí van algunos de boca de Vázquez Franco, con la expresa constancia de la casa: las opiniones vertidas por el entrevistado son de su exclusiva responsabilidad. Yo, argentino.




    1) ¿Por qué cree que causa tanto revuelo en nuestro país lo que dijo la presidente argentina sobre Artigas?
    Causó revuelo porque es como si a un ferviente creyente le hubieran tocado a Alá, a Mahoma o a Cristo. Acá tocaron a Artigas, que es una religión de los uruguayos. Y una cosa tan sensata como dijo esta señora provoca las reacciones airadas. En lo que discrepo, en lo que no estuvo correcta, es en que dijo "Artigas quiso ser argentino". ¡Artigas fue argentino! Y muere argentino.


    "Perdimos la guerra con Brasil en la mesa de negociaciones, después de haber ganado todas las batallas relevantes"


    2) Bordaberry, en su Twitter, escribió que Artigas no quería ser argentino, sino que quería Provincias Unidas. ¿Hay diferencia entre uno y otro concepto, más allá del nombre?
    Es un aspecto semántico. La palabra "argentina" es usada ya en el siglo XVI por (Martín del) Barco Centenera en un poema, pero no lo hace en el sentido político. No está probado, pero Provincias Unidas del Río de la Plata fue una designación política federal, mientras que Argentina fue una designación política unitaria. Rivadavia manda hacer una constitución en el año 1826, donde se crea la presidencia de la República Argentina. Esa constitución fue apoyada, compartida y asumida por la asamblea representativa oriental.
    3) Aun después de las leyes de agosto de 1825.
    No, gracias a las leyes de 1825, que son absolutamente unionistas. Acá tomaron justamente la fecha más contraria para celebrar la independencia. Todo lo contrario. El 25 de agosto (de 1825) lo que se inicia es el último período de reunificación nacional, que corre entre esa fecha y 1828, cuando viene la amputación de la provincia (oriental) por la Convención Preliminar de Paz. El 25 de agosto se aprueba la ley que reclama para esta provincia su condición de argentina, y dos meses después, el 25 de octubre, el Congreso Federal Constituyente reunido en Buenos Aires ratificó la reunificación, aceptando o confirmando la reunificación de la Provincia Oriental a las Provincias Unidas del Río de la Plata "a las que siempre ha pertenecido y por derecho quiere pertenecer". Eso es lo que dice la ley del 25 de octubre (de 1825). Lavalleja comunica por bando, como se comunicaban las cosas en aquella época, que ha sido reincorporada la provincia a "la gran nación argentina". Lo dice eufórico.
    4) ¿Cuándo se empieza a hablar de "uruguayos"?
    Seguramente no antes de la guerra del Paraguay. Fíjese que el himno no cita a los uruguayos sino a los orientales. Los uruguayos no existen. En tren de tener que hacer un anclaje, porque la historia tiene que tenerlos, ubico a los uruguayos a partir de 1880. El concurso del cual sale "La leyenda patria" es de 1879. A partir de ahí comienza a ganar terreno el gentilicio "uruguayos" a retirarse paulatinamente el "orientales". Hasta que ahora quedamos muy pocos orientales.
    5) Usted dice que entre 1825 y 1828, en los edificios públicos de este lado del río, flameaba la bandera argentina.
    Porque era lo lógico. Se sancionan tres leyes (el 25 de agosto): la ley de Reunificación, la ley de Independencia y la ley de Bandera. Esta ley es la menos política y la más simbólica. Por ella flameó legítimamente y legalmente la bandera argentina en los edificios públicos de la provincia.
    6) ¿La misma bandera argentina que conocemos hoy?
    La misma... la misma, la bandera de Belgrano, que asume los colores de los Borbones: Carlos IV, en el famoso cuadro de Goya, tiene una banda blanca y celeste. Y el sol, que lo aplica Belgrano, es un homenaje a los incas. Belgrano coqueteaba con los incas, en dos oportunidades sugirió constituir una monarquía con un inca al trono. Buscaba agenciarse la fortísima influencia de la población altoperuana, que era muy importante. Y los uruguayos luego no adoptan la bandera de Artigas, la rechazan y se queda Entre Ríos con ella.
    7) Aquí predominaba el sentimiento unitario, contra el federalismo de Artigas.
    Exactamente. El Obelisco que remata 18 de Julio es un obelisco a los unitarios.


    "Alvear debió ser fusilado por la espalda, porque fue un traidor"


    8) Usted ha dicho que en los orientales se dividían entre unitarios -la mayoría- y federales, pero lo que no había a esa altura era independentistas.
    Exactamente, había abrasilerados también, los que habían probado la plata dulce que les había ofrecido Lecor. Hubo mucho coimero. Uno de los mayores traidores, un insigne traidor, Pedro Trápani, le comunica a Lavalleja -y eso está en el archivo de Lavalleja, lo saqué de ahí- que Lecor recibió una partida de 300.000 patacones para atender los intereses de algunos orientales. Así nomás. ¡Mire dónde estamos parados! Se lo dice en un agregado al pie de una carta. Trapani era un traidor, y favorecía las soluciones que proponía Ponsomby. Pero esto lo dice Ponsomby además: que el tenía tres informantes importantes, que son Trápani, Manuel Moreno y Manuel José García. Tres grandes coimeros.
    9) ¿Hubo un intento posterior de Rosas de volver a anexar a la Provincia Oriental a lo que ya era Argentina?
    Anexar no es el verbo, es reunificar. No estoy muy seguro de en qué año fue porque eso está muy callado, nadie habla. Yo lo pesqué y no lo pude rastrear más, no lo he podido confirmar. Habrá sido ya en la presidencia de Oribe, en el 33 o 34. Hasta donde yo sé, Rosas le confió a un hombre de su entera confianza, el coronel Manuel Correa Morales, la ultra secreta misión de auscultar en Oribe una política de reunificación nacional. Y, pobre Oribe, no entendió la importancia que tenía el mensaje y en lugar de asumir la responsabilidad, delegó la propuesta en una comisión que es una manera de darle un entierro de segunda. Y por lo que sé, Rosas no volvió a insistir.
    10) ¿Cuál es la cosmovisión que sustenta la historia oficial, esa que usted cuestiona?
    Mire, no lo tengo documentado, pero tengo para mí que la historia se cuenta de la forma que se contó porque no tienen otra manera de hacerlo. La otra manera sería reconocer que somos el resultado de una estafa, y ¿quién se anima a decir eso? "Yo vivo en un país que es el resultado de una estafa, y el estafador fue Pedro I de Brasil". Posomby se lleva las cachetadas, pero el emperador de Brasil le saca ventaja.
    11) ¿En qué consistió la estafa?
    En independizar al país, amputarlo.
    12) Con lo cual buscaban, Brasil e Inglaterra, que el Río de la Plata no fuera interior sino internacional, y por lo tanto libremente navegable.
    Claro, que estuviera fuera de la órbita argentina. Fue el gran triunfo de Pedro I. Todo el mundo habla de Ponsomby, pero nadie dice que Pedro I sacó una gran tajada. Dicen que Pedro abandonó la Provincia Cisplatina. ¡Pero naturalmente! ¿Qué iba a hacer? La tuvo siete años ahí, prendida con alfileres, que se le escapaba en cualquier momento, bastó que Rivera se le diera vuelta a Lecor para que se le acabara el control sobre ella. No la llegó a controlar nunca. Así que no perdió la provincia, la que perdió la Provincia Oriental fue Argentina. Argentina se auto mutila con la Convención.


    "Hay un vilipendio del cadáver de Artigas poniéndolo ahí, en ese lugar en donde lo pusieron"


    13) El profesor Washington Reyes Abadie dijo en una entrevista que le hice hace algunos años que "nuestra historia fue escrita para justificar la división de los pueblos del Plata". Es bastante similar a lo que usted dice.
    Sí, pero no mucho. Yo digo que está escrita para justificar nuestra derrota. ¿En qué nos derrotaron? En que nos dividieron. Nosotros perdimos la guerra con Brasil después de haber ganado todas las batallas relevantes. Y perdimos la guerra en la mesa de negociaciones. En el libro que estoy por publicar ("Adiós a la patria. La Convención Preliminar de Paz") digo por qué perdimos la guerra. Alvear debió ser fusilado por la espalda, porque fue un traidor.
    14) ¿Por qué, si hay cosas tan evidentes como que nuestra independencia no se declaró el 25 de agosto de 1825, no hay una revisión histórica de todo esto?
    ¿Y quién la va a hacer? Quién con poder, porque yo me animo pero no tengo poder ninguno.
    15) ¿Qué pasaría si un gobierno dijera: vamos a revisar los programas de estudio, lo que estamos enseñando a las nuevas generaciones?
    Lo primero que pasaría es que Itamaratí se levanta. Ya lo dijeron en su momento, está escrito: el gobierno de Brasil tiene interés en la independencia de la Provincia Oriental.
    16) ¿Pero eso se mantendría hoy?
    Bueno no, eso no lo dijo hoy, lo dijo en el siglo XIX, en las instrucciones que da el marqués de Abrantes. Brasil tiene intereses, en el libro que voy a publicar digo que Brasil es el dueño de la independencia del Uruguay, lo cual es jurídicamente incorrecto pero da una idea de que todo fue patrocinado por Brasil. Argentina perdió una provincia que era suya, como si hubiera perdido Córdoba o Catamarca. Como si nosotros perdiéramos Cerro Largo o Paysandú. Argentina pierde presencia, gravitación internacional porque se le escapa una provincia que no sería la más rica, no sé, pero seguramente la más estratégica. Porque perdió la provincia que le daba el control del Río de la Plata, el acceso al corazón de América por la vía fluvial del Paraná y el Paraguay.
    17) ¿Cuáles son las fuentes en las que usted basa sus tesis? ¿Son diferentes a las de sus colegas?
    Los documentos son públicos, yo no ando mucho por los archivos abriendo legajos que nunca se hayan publicado. Leo mucho material del siglo XIX, mi hijo me acercó mucha literatura brasileña, por ejemplo Antonio Díaz, que es alguien que no lee nadie y publicó todos los protocolos de la Convención Preliminar de Paz.


    "Yo no daba Historia Nacional en el IPA, no estaba dispuesto a andar galgueando en la parte burocrática y que viniera un inspector a cacarearme"


    18) ¿Ha debatido esto con colegas?
    No, no lo debaten. Ninguno me dice: "Mirá Vázquez, no es como vos decís". ¿Por qué no es como yo digo? ¿Es que Artigas se expresó que quiso venir y no lo dejaron o guardó silencio? "No, pero Artigas dijo"... ¿dónde lo dijo? Eso lo decís vos, Artigas no dijo nunca que quería venir y se quedó enterrado en Asunción. Por eso ha sido una profanación de tumba sacar a Artigas en el año 55 del cementerio donde estaba enterrado. Ha sido profanada y es profanada su tumba. Hay un vilipendio de cadáver poniéndolo ahí, en ese lugar en donde lo pusieron. En vida, hubo tres ocasiones en que lo invitaron a volver. En una de ellas, no sé si en la última o la penúltima, incluso no abrió el sobre con la invitación. Que se sepa, no hay una manifestación clara de por qué no quiso volver.
    19) Usted dice que hay un "establishment" que es el que ha contado la historia, y lo sitúa en un 5% de la población. ¿De qué es representativo ese "establishment", de alguna clase social, de alguna ideología?
    No... no me lo planteé así. Son todos uruguayos, eso sí, de eso no le quepa la menor duda... uruguayos, uruguayos, barras bravas del Uruguay. Obcecados, dogmáticos. Pero esto es patrimonio de todos los países, yo recojo una expresión de (Ernest) Renan que dice que todos los países hacen su propia historia. La historia de Canadá hecha por los franceses no parece la misma que la hecha por los ingleses. La historia no es una ciencia, eso es un cuento chino.
    20) En los programas educativos de enseñanza primaria y media, ¿no ha habido cambios en todo el siglo veinte?
    Ninguno, si hubiera habido cambios habrían echado al que cambió. Cuando hubo un intento de modificar los programas, volviendo más razonable la distribución de las horas de estudio del proceso histórico y Artigas quedaba por lo tanto subsumido en una cosa más racional, el establishment se levantó. Eso fue cuando el presidente era Lacalle, así que ahí tiene la idea de cuándo fue. Y el establishment tiró para atrás ese movimiento que quería poner las cosas en su lugar. Uno de los que planteó los cambios fue Gerardo Giudice, otra una muchacha que falleció, (Carmen) Apratto y algún otro profesor más. Fíjese que siendo yo alumno y luego profesor de secundaria, el ciclo artiguista llevaba el 33 por ciento del programa, de 27 bolillas que tenía el programa de Historia, 9 eran para Artigas, una hipertrofia descomunal. Y a mí me enchufaron a Artigas al derecho y al revés, y yo lo tuve que enchufar también.
    21) Fue destituido durante la dictadura, ¿cuál fue el motivo?
    Ineptitud.
    22) ¿Ineptitud? Pero ¿qué había detrás?
    Ineptitud (se ríe). Habría que preguntarle al que puso eso. Lo que le digo es en el documento de la Universidad, en Secundaria no, no hubo argumento.
    23) ¿Cómo se define ideológicamente?
    No me defino... ¿para qué? No sé, no sabría decirle. No estoy conforme con la visión de la historia que me trasmiten y yo no la quiero trasmitir, y no la trasmito. Porque es falsa. Ahora, ¿dónde estoy ubicado? Ah, yo qué sé.


    "'Que los más infelices sean los más privilegiados' es una frase que no deja muy bien parada a la gente. ¿Hay que ser infeliz para que te privilegien? Eso es paternalismo puro"




    24) En sus clases en el IPA, ¿exponía su visión de la historia nacional?
    No, no, yo no daba Historia Nacional, no estaba dispuesto a andar galgueando en la parte burocrática y que viniera un inspector a cacarearme. Por eso dí Historia Americana en el IPA, y cuando fui profesor de preparatorios -que ahí sí dí Historia Nacional- le planteé al director del instituto donde daba clases que me permitiera dar un programa distinto. Y él me autorizó. Y en ese programa abordé la historia de la moneda, de la ganadería, Gardel, la historia del puerto, y así.
    25) Ya que lo menciona, ¿Gardel nació en Tacuarembó?
    No, no... el parto es un accidente y seguramente se produjo en Toulouse, pero era porteño. Lo que pasa es que al verbo no le damos importancia, pero el verbo "ser" es muy importante y él "era" porteño. No dice "yo soy porteño", pero en una entrevista que le hacen dice: "no hablo en francés, yo hablo español", y se corrige y dice: "yo hablo el porteño, y cada cual es lo que habla". Lo de Tacuarembó es una fantasía.
    26) En definitiva, y volviendo a Artigas, los uruguayos ¿tenemos que sentirnos orgullosos de él?
    Bueno, yo tendría que ser uruguayo para responder esa pregunta.
    27) Pero usted es nacido acá.
    Sí, soy montevideano, nunca paso de Propios. Artigas es un excelente caudillo, lindo modelo de ese fenómeno que es universal, vamos a entendernos. No vamos a creer que es nuestro: Atila era un caudillo, Moisés era un caudillo. En el género caudillo rural, ecuestre, rústico, Artigas es un lindo modelo.
    28) Usted lo ha definido como un ególatra, un déspota... ¿qué más?
    Y ¿le parece poco? Lo de déspota no es un adjetivo peyorativo ni nada por el estilo. Lo digo estudiando a un sociólogo alemán, (Karl August) Wittfogel, que estudia el despotismo asiático. Lo estudié con atención y empecé a trasegar. El despotismo es una forma muy primitiva de ejercicio del poder, donde el que lo ejerce lo hace por un consentimiento tácito de un grupo humano, no al margen o fuera de un orden jurídico sino sin la existencia de éste. Fíjese que Artigas, si usted lo analiza, nunca puede cometer ilegalidades, porque no hay una legalidad a la cual referirse. No es el caso de Lavalleja, que está inscripto en un orden jurídico y sí ejerce una dictadura cuando disuelve la asamblea en el año 27. Pero cuando Artigas desconoce al congreso de Capilla Maciel no comete ninguna ilegalidad, pero ejerce un poder despótico. Aquello de "mi autoridad emana de vosotros...", eso es retórica pura.
    29) ¿Artigas escribía sus discursos?
    Mire, me remito al estudio de Mario Cayota, que es un panegirista de Artigas y tiene un trabajo muy documentado, "Artigas y su derrota. ¿Frustración o desafío?". Allí dice que Artigas era casi analfabeto. Y el juicio de Cayota es muy ponderado y muy adecuado. No tenía cómo no ser analfabeto, la enseñanza que pudo recibir y que recibió fue mínima, de sectores docentes como los franciscanos que eran los peores pedagogos. Y luego desaparece a los 14 años, queda totalmente afuera de un circuito de educación curricular.
    30) ¿Usted cree que el Reglamento de Tierras de 1815 no hace honor precisamente a aquello de que "los más infelices sean los más privilegiados"?
    Yo digo que es todo retórica. Primero, la expresión "que los más infelices sean los más privilegiados" viene de los reyes católicos y aun desde antes, y no deja muy bien parada a la gente. "Los más infelices van a salvar el examen"... no, el examen lo van a salvar los que estudien más. ¿Hay que ser infeliz para que te privilegien? Eso es paternalismo puro, muy propio de una estructura caudillesca, no da para encandilar a nadie, y ahí no había ningún contenido revolucionario. El reparto de tierras excluía a los esclavos, a las mujeres, solo tienen derecho las viudas pobres y además si tuvieran hijos, es decir que discrimina. Hecho ese descarte, lo que queda tiene derecho. Las concubinas, que era el estado civil común en la campaña, según el texto de esa norma, no tienen derecho a tierras. Tienen derecho "los negros libres y los zambos de esta misma clase", pero los esclavos no.


    "Si Lavalleja muere en Ituzaingó, es él quien está en la Plaza Independencia, con muchos más títulos que Artigas"


    31) ¿En aquella época, otorgar tierras a los negros libres o a las viudas con hijos, no era un avance con relación a lo que había?
    No, porque en la misma época, algunos años antes, Morelos e Hidalgo, en México, proponen literalmente la abolición de la esclavitud, cosa que a Artigas ni por asomo se le ocurrió.
    32) Otro mojón importante en la vida pública de Artigas es la batalla de Las Piedras, que el ejército uruguayo considera hito fundacional de su existencia. Sin embargo, usted ha señalado que allí pelearon dos ejércitos españoles, uno de ellos al mando de Artigas.
    No sé en qué momento Artigas -lo voy a decir de una manera impropia- deja de ser español. Muy probablemente, durante el éxodo, todavía es español. ¿Qué me hace pensar esto? Durante el éxodo, Artigas hace un relevamiento, un catastro de su población, y ese relevamiento está hecho en papel membretado que dice "Carolus IV Rex Hispanorium de Gratia". Un papel membretado de la monarquía, ahí hace el censo, en 1812.
    33) En ese momento, ¿contra quién luchaba Artigas?
    No contra el rey, sino contra el mal gobierno.
    34) Pero el 25 de mayo de 1810 ya había habido un pronunciamiento independentista en la región.
    Belgrano dice: "Lo que menos pensábamos era en la independencia". Lo que precipitó la independencia fueron los sucesos españoles de 1808, la Constitución de Bayona, que nos llevaron a ser independientes. Lo dice Belgrano. Lo que había aquí era una guerra civil, y lo seguirá siendo luego, aun siendo ya Artigas un independentista, lo que queda claro en las Instrucciones del Año XIII. Si Lavalleja muere en (la batalla de) Ituzaingó, convénzase de que es él quien está en la Plaza Independencia, con muchos más títulos que Artigas.
    35) ¿Por qué si hubiera muerto en Ituzaingó?
    Porque habría sido una muerte oportuna, una muerte heroica, agarrada después por toda esa retórica que tiene Artigas. Muy pocos se mueren oportunamente. Maradona no se murió oportunamente, si se muere aquella vez hoy sería un dios, pero sobrevivió y tuvo tiempo de seguir metiendo la pata. Carlos Gardel sí, murió oportunamente, en el apogeo. Saravia también, una muerte estupenda. Ferreira Aldunate muere a tiempo. Pero son muy pocos, en general la gente se sobrevive y tiene tiempo de meter la pata.
    36) ¿Qué otros mitos hay en la historia uruguaya?
    Está lleno. En la historia contemporánea no me meto porque me aburre. Me aburre el batllismo. Pero en el siglo pasado hay muchos: la lucha de puertos es un mito, lo de la provincia pradera y frontera, otro mito. ¿Por qué la frontera tuvo que ser nuestra provincia y no Río Grande del Sur? Si lo que se quería era crear una separación territorial entre el imperio y la Argentina, ¿por qué esa separación tenía que ser nuestra provincia y no Río Grande? Podría hasta llamarse igual que nosotros: República Oriental del Uruguay Río Grande del Sur, y ser ellos los que separaban al imperio de la revoltosa Argentina. ¿Por qué tuvo que poner Argentina de su territorio el algodón entre los dos cristales y no lo puso Brasil? Ese es otro mito.


    "A Rivera no lo querría de enemigo... ni de amigo tampoco. No era un tipo confiable"


    37) Hablamos de Artigas y de Lavalleja, ¿qué me puede decir de Rivera?
    (Se ríe) Bueno, a Rivera no lo querría de enemigo... ni de amigo tampoco. No es un tipo confiable... no era un buen tipo. No sabía de lealtades, no dejó nada positivo. Bueno, fundó el Partido Colorado, muy importante en el siglo XX, pero en el siglo XIX el Partido Colorado es de terror. El propio Rivera es de terror. Todos estos caudillos son muy primitivos, por eso cuando pasan del estadio de caudillos al de hombres de Estado son un desastre, no están preparados. Los hispanoamericanos no produjimos elites sabias capaces de conducir, porque no hay masa crítica que las produzca.


    38) ¿Sigue estudiando?
    Sí, sí, ahora porque estoy con usted, si no estaría estudiando. Este libro que entregué ahora para publicar me ha ocupado mucho tiempo y ahora estoy pensando qué más. Hay un tema al que le tengo ganas pero le tengo miedo, porque me va a desbordar, que es el tema del poder. ¿Dónde está el poder, quién lo ejerce? Y no solamente quién, sino qué: la ciencia, la tecnología. Y dónde se expresa el poder. Seguramente los 33 Orientales, que sabemos que no eran 33 sino que el número responde a una denominación masónica, debajo de ellos y sobre ellos está la masonería. Los tres jefes de la cruzada son masones: Lavalleja, Oribe y Zufriategui. El número 33 está bajo el palio de la masonería. ¿En qué momento la masonería invierte el reloj de arena y en lugar de patrocinar la reunificación del 25 de agosto, patrocina la amputación del 27 de agosto del 28? ¿En qué momento? ¿En qué lugar, en Londres, en París, en Río de Janeiro?
    39) ¿La Convención Preliminar de Paz también está patrocinada por la masonería?
    Ah no me cabe la menor duda. Los cinco firmantes de la Convención son masones. El emperador era masón, Rivadavia era masón. No era masón Dorrego, y él se opone a la Convención.
    40) ¿Y Artigas era masón?
    A Artigas lo traen en el año 1855 para acá. Estanislao Vega, que es el que preside la comisión uruguaya que va a buscar los restos de Artigas a Asunción, era masón. Trajeron a Artigas y no tenían donde ponerlo, lo dejaron ahí arrumbado, y un masón como Gabriel Antonio Pereira ofreció su panteón. El que compra la espada de Artigas es un masón, Leandro Gómez. El que le da una parte de su chacra para que termine sus años en Paraguay es Carlos López, un masón. Juntando todo esto, no sé si Artigas en algún momento no fue masón. Alguien que no tiene autoridad histórica ninguna, pero que es masón, como Tabaré Vázquez, lo dijo en reserva.


    Montevideo Portal / Gerardo Tagliaferro
    Fotos Juan Manuel López


    http://unidosxperon.blogspot.com/201...ental.html?m=1
    Última edición por Michael; 20/06/2014 a las 09:03
    La Iglesia es el poder supremo en lo espiritual, como el Estado lo es en el temporal.

    Antonio Aparisi

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    Re: Virreinato del Río de la Plata

    INDICE Y SINOPSIS
    de "LA INVOLUCIÓN ARGENTINA: de Provincias Hispano-Americanas a territorio tributario: 1711-2004"



    CAPÍTULO I. Una propuesta para humillar a España. El plan oficial británico de 1711 para separar las Provincias Españolas de América de las Provincias Españolas de Europa. Metodología: 1) Divide et impera (separar territorios, idiomas y personas), 2) Trades no countries (do*minio de los negocios y no ocupación ostensible de territorios), 3) Ejercer el poder sin exhibirse, 4) Inducir a nuestros enemigos a hacer lo que necesitamos que hagan para que se destruyan solos, 5) Conquista y control básico de Buenos Aires (base de opera*ciones y enclave financiero futuro para el dominio de América del sur). La reforma constitucional de 1994 convierte a Buenos Aires en Ciudad Autónoma con facultades de celebrar tratados internacionales. Separa*ción de la zona ganadera del Río de la Plata (Pampa húmeda, compuesta hoy por la República Oriental del Uruguay, Provincias de Buenos Aires, Entre Ríos, Sur de Santa Fe, Sur de Córdoba y Este de La Pampa) del centro minero de América del Sur (hoy Perú y Bolivia). Separación de la zona yerbatera (Paraguay) de la cuenca minera del Perú y Alto Perú.





    Objeto de la separación: hacer imposible el desarrollo de la minería por falta de nutrición con carne vacuna y por falta de yerba para depu*rar las toxinas que el trabajo minero produce en el organismo de los trabajadores de estos yacimientos.





    Etapas para la conquista de América del Sur: invadir Buenos Aires, formar un ejército de nativos para conquistar Chile y desde allí, con la flota británica, ocupar el Perú. Invadir Caracas, formar un ejército de nativos para conquistar Nueva Granada, la Gran Colombia y desde allí, con la flota británica, ocupar el Perú.


    La obra del Dr. Rodolfo H. Terragno titulada “Maitland & San Martín.” La puesta en marcha del plan militar de Thomas Maitland en 1804 por el Primer Ministro William Pitt (el joven). Con el plan Pitt-Maitland de 1804 comienza la ejecución del plan de 1711 titulado “Una propuesta para humillar a España.”


    Desarticulación de la leyenda escolar referida a la Revolución de Mayo, en la cual no se disparó ni un solo tiro. Página 45





    CAPÍTULO II. José de Gálvez — Progenitor del actual Hemisferio Americano. La guerra de los siete (7) años entre Gran Bretaña y Fran*cia por el dominio de Canadá. Tratado de paz de París de febrero de 1763: el Canadá pasa a ser posesión de Gran Bretaña, las islas situadas al sur de Terranova quedan para Francia, la península de la Florida pasa de España a Inglaterra, todas las Antillas quedan para Gran Bretaña con algunas exclusiones, el territorio de la Louisiana Francesa es cedido por Francia a España. El Río Mississippi de libre navegación para Gran Bre*taña. Aparición de Belice como Honduras Británica. Misión de José de Gálvez a México: consolidación del poder español en la Alta California, posesión y emplazamiento de la fortaleza de Monterrey como base para el control marítimo español sobre el Océano Pacífico. Poder marítimo español en el Pacífico. Disuasión de la expansión rusa desde Alaska. Monterrey es ocupada en 1818 por Hipólito Bouchard como corsario del gobierno de Buenos Aires. Los países latino hispano-indianos de América quedan monolíticamente aislados del mundo y vinculados únicamente con Gran Bretaña. La acción decisiva de José de Gálvez en la diagrama*ción del Hemisferio Americano: para lograr la independencia de los Es*tados Unidos, encomienda la acción militar de los ejércitos de España a su sobrino el mariscal Bernardo de Gálvez. Para crear el Virreinato del Río de la Plata como la Provincia Española más extensa que debía equilibrar en el futuro el poder creciente de los Estados Unidos, enco*mienda la acción militar de los ejércitos de España al mariscal Don Pedro de Cevallos. Pedro de Cevallos, fundador de lo que hoy debió de haber sido la Argentina. La colonización pedagógica silencia la obra con*tinental de Cevallos y enaltece la acción municipal de su sucesor, el Virrey Juan José de Vértiz y Salcedo. “The Health of Nations” (“La rique*za de las naciones”) de Adam Smith es la respuesta británica a la crea*ción de los Estados Unidos como primera república independiente del mundo. Gran Bretaña sustituye el poder de las armas por los criterios del liberalismo económico, economía de mercado y división interna*cional del trabajo, que expande por el mundo como verdad universal. Bibliografía del Congreso de los Estados Unidos sobre la personalidad de Bernardo de Gálvez en la creación de los Estados Unidos de Norteaméri*ca. Página 78








    CAPÍTULO III. Una ocasión para humillar a Inglaterra. El plan de España para separar e independizar a los Estados Unidos de Nortea*mérica de la Corona Británica. Plan complementario de Francia para este objetivo. El Congreso Norteamericano instrumenta la alianza con Francia y con España para crear los Estados Unidos de Norteamérica. La finan*ciación de la independencia norteamericana: empréstitos de Estado a Estado: excepcionales y de perentoria cancelación, con destino a la compra de armamentos. Diferencia con Argentina: Empréstitos del Esta*do incipiente con Casas Bancarias Privadas concertados para el despilfa*rro. Página 156








    CAPÍTULO IV. La fórmula restauradora del poder británico. Cuando se pierde la batalla reconocer al enemigo la victoria, pero reteniendo el poder. Programa de conquista a largo plazo: religión, idioma, intereses y afecciones sentimentales. Política disociadora constante en la Argentina: anatema de la religión, anatema de un idioma, anatema de los intereses comunes y anatema del afecto. La ruptura espiritual, intelectual y eco*nómica con España, garantiza que Gran Bretaña y Argentina sean unila*terales: diversas religiones anglicanas, asimilación constante de voca*blos ingleses en nuestro idioma castellano, sobrevaloración de los inte*reses económicos británicos y menosprecio a cualquier vinculación económica con España, sentimientos de afecto hacia el ámbito británico y de desprecio hacia el ámbito hispánico. El 1º de junio de 1785 el Rey Jorge III, al recibir al Primer Embajador de los Estados Unidos de Norteamérica expresa que fue el último en consentir la separación y será el primero en fomentar la amistad futura con los Estados Unidos. He aquí al germen de la estructura anglosajona británica-estadounidense (sigloXXI). Página 168





    CAPITULO V. La ecuación anglo-argentina. Grilletes añosos.


    Los terroristas del mar o piratas y sus distintas categorías. Para impedir la acción del terrorismo de mar los buques mercantes debían viajar en convoyes, escoltados con buques de guerra. Esta forma de transporte genera la concentración y monopolio. La concentración y monopolio ocasiona el contrabando.


    La República Inglesa (1649-1659) y el Acta de Navegación de Oliverio Cromwell. Volumen del contrabando. Cantidad de buques que poseía Inglaterra después de Trafalgar (1805).


    Plan de José de Gálvez para unificar el Hemisferio Americano:


    -4 de julio de 1776: Independencia de los Estados Unidos de Norte América.


    -3 de agosto de 1776.: creación del Virreinato del Río de la Plata.


    Superficie del Virreinato del Río de la Plata (aproximadamente 7.000.000 km2). Ejes económicos: minería, ganadería vacuna y yerba mate.


    -Universidades.


    -Carácter bioceáníco del Virreinato del Río de la Plata: de El Callao a Fi*lipinas y de Filipinas a China, Japón e India. El rol de la Compañía de Filipinas. Su administración general estaba en Buenos Aires.


    Napoleón Bonaparte. Su rol geo-económico. Continúa la línea de Luis XVI y del Ministro de Indias de Carlos III de España, Don José de Gál*vez. El Código Civil Francés y la igualdad ante la ley.


    La conquista británica del Río de la Plata. Primera Invasión: General Wi*lliam Carr Beresford, 27 de junio a 12 de agosto de 1806.


    La posición de las autoridades eclesiásticas frente a la invasión.


    Asociaciones encubiertas. El libro del capitán Alexander Gillespie, partida de nacimiento de la oligarquía argentina.


    La organización de los “perduellis” o enemigos internos de la Patria. Su vigencia hasta el día de hoy.


    La creación del Ejército Argentino. Cantidad de efectivos y estructura.


    La Segunda Invasión dirigida por John Whitelocke (días 3, 4 y 5 de julio de 1807).


    El proceso al Teniente General John Whitelocke, por no haber cumplido su objetivo. La sentencia. Diversas y progresivas formas para hacer ol*vidar los triunfos del Ejército Argentino contra los británicos en 1806 y en 1807.


    Estatus jurídico de Hispanoamérica. Los reinos de Indias no eran colo*nias sino Provincias de España con igualdad de derechos para su pobla*ción que los que existían en las Provincias de la Península Ibérica. Las Cortes de Cádiz de 1810 a 1814 ratifican el carácter de Provincias para Hispanoamérica. Las Cortes de Cádiz son el primer congreso universal del mundo hispánico de todos los continentes.


    La propuesta para humillar a España de 1711 halla la circunstancia apropiada para su ejecución en 1808.


    El rol de la jerarquía de la Iglesia Católica frente a la invasión de Napo*león a la Península Ibérica.


    Alianza de Gran Bretaña con las Juntas opuestas al gobierno de José Bonaparte. Las Cortes de Cádiz el 14 de octubre de 1810 estable*cen que los dominios españoles en ambos hemisferios forman una misma y sola monarquía. Los naturales de los dominios europeos o ultramarinos son iguales en derechos. Abolición de los privilegios en todo el orbe hispánico. La igualdad ante la ley como principio ge*neral es causa de la separación de América, por acción de los privilegia*dos, que consuman su separación o independencia de España, aliados a los británicos, para conservar sus privilegios. Ausencia de la presencia del pueblo en las revoluciones separatistas o secesionistas americanas de 1810.


    La invasión económica británica a Buenos Aires. El Edicto de Libre Co*mercio e Importación del 6 de noviembre de 1809. Su vencimiento el 18 de mayo de 1810 determina la creación de la Junta de Gobierno Separa*tista. Primera audiencia que concede la Junta de Mayo: al Comandante en Jefe de la Escuadra Británica en el Atlántico Sur (26 de mayo de 1810).


    La ecuación anglo-argentina. Se concede a los británicos manejar la na*vegación desde y hacia Buenos Aires.


    La creación del Ejército Argentino se realizó el 12 de agosto de 1806. Diferencias de composición entre el Ejército de Voluntarios de 1806 y 1807 y el Ejército de “levas” posterior a 1810.


    Los actos de Gran Bretaña para separar a Hispanoamérica de España en el diagrama internacional. Página 180





    CAPÍTULO VI. Gran Bretaña ejecuta la secesión y realiza la con*quista económica y financiera de las Provincias de España en Su*damérica. Repertorio documental del Archivo de Indias de Sevilla con*tenida en la obra titulada “Independencia de América — Fuentes para su estudio - Colección de documentos conservados en el Archivo General de Indias de Sevilla[1].”’ Compilación de los actos jurídicos y documentos oficiales intercambiados entre los ministerios de actuaciones exteriores de España (Madrid), Portugal (Lisboa y durante la invasión napoleóni*ca Río de Janeiro), Gran Bretaña (Londres), Francia (París), Países Bajos (La Haya), Austria (Viena), Prusia y Rusia. Esta documentación erradica el erróneo criterio de que la independencia de Hispanoamérica fue el quehacer de un movimiento genuino y vernáculo de sus poblado*res. La documentación seleccionada que se sintetiza y transcribe, evi*dencia el método inalterable de aplicar los planes ingleses de 1711 y de 1804 para verificar la secesión de las provincias de Hispanoamérica de las provincias de España Peninsular, esto es, la destrucción de la estruc*tura hispánica mundial: lingüística, espiritual, cultural y económica.


    La sublevación de Túpac Amaru de 1782 y 1783 ocurrida en el Perú es seguida detenidamente por el gobierno de Londres.


    La acción que se lleva a cabo en algunos templos para consumar la se*cesión: juntas que se realizan en el Convento de Santo Tomás de Santa Fe de Bogotá para sublevar al Reino.


    La conquista de América por Gran Bretaña se manifiesta en todas las latitudes del hemisferio. Es una verdadera guerra frontal entre Gran Bretaña y España por la posesión de América.


    José Napoleón asume la corona de España con el nombre de José I tras la deposición de Carlos IV y Fernando VII, creando el detonante para acelerar la ejecución integral de los planes ingleses de 1711 y 1804 co*ntra España Ibérica e Hispanoamérica.


    Documentación intercambiada durante 1811 sobre esta cuestión entre los ministerios de actuaciones exteriores de los países precedentemente nombrados.


    Acciones inglesas durante 1812. Documentación intercambiada entre 1S12 y 1813. Francia busca lo mismo que Gran Bretaña. La independen*cia genuina por iniciativa de la América Española no ha existido. Documentación de política exterior intercambiada entre 1.814, 1815, 1816 y 1817. La actuación de Guillermo Carr Beresford en España con motivo de las guerras napoleónicas. Las relaciones entre Beresford y San Martín. Las relaciones políticas entre Diego de Alvear y Ponce de León y sus hijos Carlos de Alvear y José de San Martín. El rol de José Artigas: hostilidad hacia Buenos Aires y fidelidad a España. Inglaterra que había trazado los planes de conquista de América de 1711 y de 1804, a partir de 1808 por el acuerdo Apodaca—Canning cumple el doble rol de “promover” la secesión de América y al mismo tiempo aparecer como “mediadora” entre España e Hispanoamérica. El accionar decisivo de Montevideo y de Buenos Aires en esta guerra. La independencia de las Provincias de Sudamérica del 9 de julio de 1816 es proclamada para imposibilitar la intervención de la Santa Alianza en la reunificación de España e Hispanoamérica. Notas intercambiadas en 1818. Planes de España para reunificar las provincias españolas de la Península Ibérica con las provincias españolas de América. Preparación de la expedición de Cádiz para lograr ese objetivo. Incidencia del gobierno de Londres sobre otras potencias para que la expedición de Cádiz no se concrete. El rol de Rusia para la reconquista de Hispanoamérica. La actitud de los Estados Unidos de Norteamérica. El accionar de Bolívar. Página 256


    La Santa Alianza: Desde la Revolución Francesa de 1789 hasta la pri*mera caída de Napoleón del 6 de abril de 1814 las guerras dejaron un saldo de 1.400.000 personas muertas. Los últimos cien días de Napo*león y de otros gobernantes en otras épocas.


    El rol de Tayllerand, servidor y traidor de todos los gobiernos y la apari*ción de Metternich, Ministro de Austria.


    Inglaterra, árbitro del Congreso de Viena y de la Santa Alianza. Intrigas cortesana para la degradación del mundo. Los pueblos siguen todavía “sin saber de qué se trata.” Página 404





    Lord Cochrane y su acción marítima decisiva para consumar la separación de Hispanoamérica de España: Verdadero ejecutor que concreta los planes de 1711 y de 1804: “independencia formal protoco*lar” y “conquista económica y financiera” afirmada con pretensiones irreversibles. La conquista de Filipinas proyectada por San Martín según las memorias de Lord Cochrane. La guerra entre Gran Bretaña y el mundo hispánico fue por lo tanto mundial.


    Los hermanos José Miguel, Juan José y Luis Carrera y Manuel Rodríguez se rebelan contra España para independizar Chile al margen de los pla*nes trazados en Gran Bretaña en 1711 y 1804. El asesinato de los her*manos Carrera y el fusilamiento de Manuel Rodríguez, oponentes de Jo*sé de San Martín. Página 410





    Los Directores Supremos: Los directores supremos desde 1814 hasta 1820. Intrigas para destruir un poder central que abarcase la conduc*ción económica y la conducción jurídica exterior de las Provincias Unidas del Río de la Plata. El puerto y la aduana de Buenos Aires, motores de transferencia de provincias españolas a enclaves económicos y tributa*rios de Gran Bretaña. La balcanización y fragmentación de las Provincias Unidas del Río de la Plata. Triunfo del principio inglés divide et impera.


    Página 418








    La intervención de Francia contra el enclave británico de Buenos Aires: Miguel Cané y su obra “La diplomacia de la revolución” publicada en 1897. Análisis documental de la política francesa contra el dominio inglés en Buenos Aires, el estratégico enclave británico de Sudamérica. Análisis de los informes del coronel Le Moyne, enviado de Francia en Buenos Aires, ante el Director Supremo Juan Martín de Pueyrredón. La total incidencia británica en los actos de gobierno de Buenos Aires. Su acción económica y financiera. La sublevación de Riego en España y la anarquía de 1820 en Buenos Aires fueron dos episodios promovidos por Gran Bretaña para imposibilitar la expedición de Cádiz que tenía por ob*jeto reunificar Hispanoamérica con España. Detalles documentales de todas las etapas de esta cuestión. Página 432





    CAPÍTULO VII. Rebeldes y renegados.


    Martín de Álzaga: sus conceptos sobre el quehacer de los ingleses en la India. Su proyecto de fundar una república independiente de España e Inglaterra con empresarios rioplatenses libres de toda dominación eco*nómica extranjera. Su fusilamiento tiene lugar el 6 julio de 1812, el día que se conmemoraba el quinto aniversario de la Defensa de Buenos Ai*res.


    Mariano Moreno: sus conceptos: “el extranjero no viene a nuestro país a trabajar en nuestro bien sino para sacar cuantas ventajas pueden pro*porcionarse.” Era el redactor y autor de todos los documentos de la Jun*ta, esto es, su Secretario Técnico. Muere envenenado.


    José Gervasio de Artigas: sus conceptos: Modelo: los Estados Unidos de Norteamérica. Industria: deben ser recargados con impuestos todos aquellos productos extranjeros que perjudiquen nuestras artes o fábri*cas para así fomentar la industria de nuestro territorio. Régimen de tie*rras y derecho a la propiedad: su proyecto de paz con España.


    José de San Martín: tratado de paz con España, Punchauca 2 de junio de 1821. Su adhesión a la Constitución de las Cortes de Cádiz de 1812. La independencia del Perú no es incompatible con la mancomuna*ción de los intereses de España e Hispanoamérica. Unión de los ejércitos hispanoamericano y español. La monarquía del Perú. La biblioteca de San Martín y su formación intelectual. Actos opuestos a los criterios an*tes citados. El primer empréstito de Hispanoamérica con Gran Bretaña lo contrae San Martín por dos millones de libras (£ 2.000.000) para el Perú. Necesidad imperiosa de sustituir al San Mar*tín de alegoría por la persona de carne y de huesos que vivió y actuó de otra manera: sus actos positivos y negativos para la independencia eco*nómica de América.


    Bernardino Rivadavia: Presidente de las Provincias Unidas del Río de la Plata, en el acuerdo general de ministros del 25 de junio de 1827 de*nuncia y repele el tratado firmado por Manuel José García para la sece*sión del Uruguay. Exhortación al pueblo de Buenos Aires: “si no abrimos los ojos, volveremos a los tiempos de Beresford.” Comunicado del 15 de julio de 1827 de Lord Ponsonby a Canning: “los diarios propagados por el Señor Rivadavia difamaban continuamente a la legación de S.M.B.” El 20 de julio de 1827 de Lord Ponsonby a Canning: “confío en que esta aparente prevención contra Inglaterra cesará cuando la influencia y el ejemplo del Señor Rivadavia sean completamente extinguidos.” Del 28 de abril de 1834: “Rivadavia regresa de la España portador de un proyecto de reconocimiento de la independencia americana por la Corte de Madrid bajo la condición de intentar dinastías monárquicas españo*las.” Su acción anterior procuró siempre un tratado de paz con España.


    La actitud de Gran Bretaña durante la guerra de Malvinas en 1982.


    Manuel Dorrego: su plan continental: una alianza con Bolívar que le permitiera reunir a los ejércitos de Colombia, Perú, Bolivia y Argentina para atacar el Brasil, destruir el imperio y luego dividir el inmenso terri*torio en cinco repúblicas. Reunificación de la Provincia Oriental a las Provincias Unidas del Río de la Plata. Lord Ponsonby comunica a su go*bierno que se habían dado pasos en ciertos sectores para deponer a Do*rrego y reemplazarlo por Rosas.


    Pedro Ferré: su pensamiento nunca reeditado en su obra “Cuestiones nacionales” (1832) y “Memorias” (1845). Su análisis elemental de la crisis económica argentina: “Gran Bretaña es dueña de una parte de las rentas que tienen en Buenos Aires cuando las armas de esa potencia ocuparon en 1806.”Comienzo del déficit presupuestario y fiscal. Su aná*lisis económico de los episodios de 1810. Buenos Aires factoría puerto de Gran Bretaña: “considero la libertad de comercio como fatalidad para la Nación. Los pocos artículos industriales que produce nuestro país no pueden soportar la competencia de la industria extranjera.” La inde*pendencia sin independencia económica es una empresa vana de pura jactancia. Buenos Aires tiene una frivolidad alienante. Es el servidor que nos lleva de Argentina continental a Argentina mu*nicipal. Págína 471








    CAPÍTULO VIII. Armazón jurídica para mutilar a un país. El Acta de Independencia del 9 de julio de 1816 declaró la independencia de todo el continente de América del Sur y declaró a Santa Rosa de Lima Patro*na de la Independencia de todo el continente. Los Libros de Actas del Congreso de Tucumán fueron perdidos: entonces ignoramos por qué y para quién se proclamó la independencia y se formó el país denominado luego República Argentina. La independencia declarada fue aparente e imprecisa. La ambigüedad política exterior tuvo por objeto subordinarse a los resultados de la situación europea que eran una puja frontal entre Gran Bretaña y Rusia, que encabezaba la Santa Alianza. Jean Adam Graaner delegado ante el Congreso de Tucumán del Rey de Suecia y del Zar de Rusia. La actuación del Coronel José Moldes, diputado por Salta, procura mantener la estructura original del Virreinato del Río de la Plata. El mismo objetivo es el de José Gervasio de Artigas. A los pocos días de haberse declarado la independencia, los comerciantes británicos de Buenos Aires piden al gobierno británico que contara con ellos para re*presentar a Gran Bretaña ante el nuevo Estado Independiente, a ¡os efectos consulares. El comercio, objetivo principal del nuevo Estado. La Legislatura de Buenos Aires procede a la balcanización del Virreinato del Río de la Plata: exclusión de ¡as Provincias del Alto Perú del ámbito terri*torial del nuevo Estado. El Virreinato del Río de la Plata, con una super*ficie de 7.000.000 km2 y bioceánico, queda reducido a la mitad de su extensión y pierde la salida al Pacífico, convirtiéndose en un país unila*teralmente vinculado con Europa a través de Inglaterra. El Tratado An*glo-Argentino del 2 de febrero de 1825 consolida los planes británicos: nuestro país quedó económicamente subordinado y geográficamente despedazado. El Ministro de Relaciones Exteriores Manuel José García resuelve separar a la Banda Oriental de las demás provincias argentinas. Para silenciar el despedazamiento del país se modifica la letra del Himno Nacional, que se refería a Potosí, Cochabamba y La Paz, las ciudades más importantes de las Provincias del Alto Perú. Página 526


    CAPÍTULO IX. La independencia adulterada. El 16 de diciembre de 1824, pocos días después de la Batalla de Ayacucho —última batalla contra los ejércitos españoles- se instala en Buenos Aires un Congreso Constituyente. La ley fundamental adjudica a Buenos Aires la suprema*cía absoluta del manejo de la política exterior. El General Las Heras, Go*bernador de Buenos Aires, dicta el decreto del 29 de enero de 1825, de*signando a Manuel José García Secretario de Relaciones Exteriores para ajustar con el Plenipotenciario de S.M.B. un tratado de amistad y comer*cio. Texto integral y análisis del Tratado del 2 de febrero de 1825 de Amistad, Comercio y Navegación entre el Reino Unido de Gran Breta*ña e Irlanda y sus súbditos y los territorios de las Provincias del Río de la Plata y sus habitantes. El artículo 2º del tratado determina que los súbditos británicos podrán arribar con sus buques y cargas para ejercer el comercio a cualquier puerto, paraje o río de las Provincias Unidas del Río de la Plata. Con esta estipulación los ríos interiores de las Pro*vincias Unidas, son de libre navegación para los británicos con exclusión de cualquier otra bandera. El artículo 7º del tratado de*termina que los buques que quieran enarbolar pabellón de las Provincias Unidas y ampararse en el Derecho de Gentes deben ser propiedad de ciudadanos y haberse construido en los territorios de las Provincias Uni*das. Con esta estipulación las Provincias Unidas no pueden alquilar bu*ques ni en Francia ni en Estados Unidos para comunicarse con el mun*do.[2] Gran Bretaña adquiere por el artículo 9º la cláusula de la Nación más favorecida. Carácter de los lazos entablados por el tratado de 1825 según los conceptos de Lord Ponsonby encargado de negocios de Gran Bretaña en Buenos Aires: se han creado lazos que ningún go*bierno, ni tampoco acaso ningún poder que el hombre posea puede ahora disolver. El artículo 11º impide en caso de guerra con Gran Bretaña tomar a la Argentina represalias económicas contra los bienes británicos: aplicación rigurosa de este principio durante la guerra de Malvinas. Página 552





    CAPITULO X. La transferencia se perfecciona. Congreso Anfictiónico de Panamá propiciado por Simón Bolívar: Panamá está en el centro del globo viendo por una parte el Asia y por otra parte el África y Europa. José Miguel Díaz Vélez es designado representante de las Provincias Unidas del Río de la Plata al Congreso de Panamá, pero no concurre. Ar*gentina queda incomunicada con el resto del continente junto con los tres Estados tapones que la separan Bolivia, Paraguay y Uruguay. Ar*gentina aislada y América desvertebrada. Gran Bretaña se incorpora al Congreso de Panamá como sí fuese un Estado Americano. Protección británica ante cualquier reivindicación de España. Beneficios otorgados a Gran Bretaña por esta protección: el Tratado Anglo - Argentino del 2 de febrero de 1825 es suscripto en marzo de 1825 por el Perú, el 18 de abril de 1825 por Colombia y el 26 de noviembre de 1825 por México. El 1º de junio de 1826 Mr. Eduardo Dawkins presenta sus credenciales como representante de Gran Bretaña ante el Congreso Anfictiónico de Panamá. Maniobra británica para impedir la concurrencia de los repre*sentantes de los Estados Unidos. Los representantes del Perú se oponen a la alianza defensiva de América del Sur con Gran Bretaña y contra Es*paña. Posición de los representantes del Perú: Inglaterra al frente de Asia y de América sería más terrible que Roma en los días de su mayor prosperidad. La participación de Gran Bretaña en el Congreso de Panamá provocó la desintegración de todo el Hemisferio. Aplica*ción contemporánea de esta situación con motivo de la guerra de Malvi*nas de 1982.


    Rusia se hace presente en el Congreso de Tucumán de 1816 y dirige sus miras al Nuevo Mundo (1816-1826).


    Rusia y Gran Bretaña frente al Congreso de Panamá de 1826.


    El Vaticano frente a América: 1816-1826.


    El Paraguay: 1826-1842. Página 609





    CAPITULO XI. El país reemplazado. Sucesivos cambios de denomina*ciones para nuestro país: de Provincias Unidas de Sur América a Repú*blica Argentina. La sustitución de la población. Heterogeneidad inmigra*toria contemporánea: tiempo del Gobierno del “Proceso” (24/3/76-10/12/83). Criterio posterior de Alberdi: “Londres y París encierran más barbarie que la Patagonia y el Chaco si se las contempla con las capas o regiones subterráneas de su población.” El censo de 1895 acredita ma*temáticamente al país reemplazado. La Revolución de Mayo conformó un patriciado de estancieros ganaderos que exportan vacunos a Gran Bretaña por el Atlántico, el “mare nostrum” del imperio inglés.


    Juan Alvarez y su “Estudio sobre las guerras civiles en la Argentina Conclusión terminante: los países de donde nos vinieron más inmigran*tes ofrecían a sus súbditos mayor posibilidad de ser propietarios que en nuestro suelo.


    En 1910 los festejos del centenario presentan internacionalmente a la Argentina reemplazada: opinión del príncipe Luis de Orleáns y Bragance y de Jules Huret. Página 639





    CAPITULO XII. Un alto en el camino — Geopolítica y empréstitos. Tesis de Henry Kissinger: “Un mundo restaurado.” Valor actual de las guerras napoleónicas. Las potencias marítimas al comenzar el siglo XIX: España, Francia y Gran Bretaña. Las potencias de la masa terrestre en la misma época: Rusia, Prusia y Austria. Tesis de Halford Mackinder: la gran masa terrestre envuelta por el mar y el gran anillo insular y de bases marítimas que rodea la masa terrestre. Ausencia de planisferios en la enseñanza universitaria, secundaria y primaria de la Argentina. El rol de América del Sur y su potencialidad decisiva en el sistema mundial (terrestre o marítimo). El rol de Rusia en las guerras napoleónicas: sean Adam Graaner enviado del Zar de Rusia y del Rey de Suecia al Congreso de Tucumán. Su obra y sus dos viajes hacia América. Ofrecimientos de San Martín a Gran Bretaña a través de Juan García del Río, Ministro de Relaciones Exteriores del Perú y del Dr. Diego Paroissien, su médico per*sonal. Concertación del primer empréstito para América del Sur. Identi*dad de la acción de Beresford en Buenos Aires en 1806 y del Lord Cochrane y de San Martín en el Perú en 1821. El edicto de libre comer*cio de Buenos Aires de 1809 y la autorización a los comerciantes ingle*ses en Lima en 1821 para vender sus mercaderías importadas. La deuda inglesa de los estados de América Latina en 1876: la independencia de*clarada se convierte en transferencia descarada. La tesis de Alberdi de 1875 sobre la deuda externa y su vigencia actual. La deuda externa en la República Argentina. Rescate de la deuda externa y no afiliación al Fondo Monetario Internacional entre 1943 y 1955. Rebeliones, golpes de Estado y deuda externa. La progresión de la deuda externa desde 1955 hasta 1973. El gobierno de 1973-76 condicionado por la deuda ex*terna y tutelado por la Junta Militar que subsistía. El cierre del Mercado Común Europeo a las importaciones de carnes argenti*nas (10 de julio de 1974). La pobreza de un país no es incompatible con su independencia patrimonial y la libertad económica de sus habitantes. Terrorismo-holocausto y deuda externa. Fronteras y deuda externa. La deuda externa como arma de exterminio masivo. Demografía y deuda


    externa. Página 660


    CAPÍTULO XIII. Inventario y avalúo. George Canning y el destino de la América del Sur, el continente conquistado por Gran Bretaña entre 1810 y 1824. La estatua de Canníng imagen mentora del Ministerio de Eco*nomía de la República Argentina. El itinerario del viaje de Charles Dar*win en 1832: 12 días en Nueva Zelanda, 20 días en Australia y más de 3 años en Argentina, Chile y Perú. Simetría del viaje de Darwin en la gole*ta “Beagle” y el itinerario de la campaña sanmartiniana. El viaje de la goleta “Beagle” que transporta a Charles Darwin y el viaje de la goleta ‘tifo”, que ocupa las Islas Malvinas. La “defensa” de las Islas Malvinas por parte del Teniente Coronel de Marina José María Pinedo. Sanción a José María Pinedo por no haber defendido las Malvinas: se le suspende en su empleo por cuatro (4) meses y es trasladado de la marina al ejér*cito. Diferencia con la sanción que recibió la Junta Militar integrada por el General Leopoldo Fortunato Galtieri, el Almirante Isaac Anaya y el Brigadier General ‘Basilio Lami Dozo. No fueron condenados por haber hecho la guerra sino por haber interrumpido el comercio con Gran Bre*taña. Las conversaciones entre Darwin y Rosas. Darwin promueve a Ro*sas como Jefe de Estado. Inglaterra necesitaba al Río de la Plata como mercado y ostentaba su poder para lograrlo, y Rosas necesitaba tener como aliada a una Nación que era una de las primeras potencias del mundo. Tras el viaje de Darwin Gran Bretaña concreta su política colo*nial en Asia, África y Oceanía. Los conceptos de Darwin sobre el hom*bre: hegemonía, el fuerte destruye al débil: tesis política. La concep*ción de Anton von Bari sobre la simbiosis o armonía universal: tesis científica. En nuestro país la tesis de Darwin bajo los medios más arte*ros fue una constante demográfica: masacre y reemplazo de los argen*tinos. Página 704


    CAPITULO XIV. Juan Manuel de Rosas — Crucero de decretos ex*traviados. Testimonio de Guillermo Enrique Hudson: “lo aborrecían mu*chos, tal vez la mayoría de los ciudadanos argentinos... Entre los admiradores figuraba la mayor parte de los ingleses residentes en el país.” Inventario de decretos de Juan Manuel de Rosas estableciendo luto obli*gatorio para los empleados civiles y militares: I) 27 de septiembre de 1830: por la muerte de Jorge IV, Rey del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda; II) 12 de mayo de 1835: por la muerte del Duque de Glowces*ter, hermano político y primo del Rey del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda; III) 23 de junio de 1837: por la muerte del tío de la Reina Vic*toria, el Rey Guillermo IV; IV) 12 de diciembre de 1840: por la muerte de la Princesa Augusta Sofía, hija mayor de su finada Majestad el Rey Jorge III; V) 11 de agosto de 1843: por la muerte del Duque de Sussex, hijo de Su Majestad, el finado Rey Jorge III; VI) 7 de mayo de 1845: por la muerte de la Princesa Sofía Matilde, hija de su finada Alteza Real Guillermo Enrique, Duque de Glowcester; VII) 5 de abril de 1850: por la muerte de Su Majestad la Reina Adelaida, viuda del finado Su Majestad Guillermo IV y tía de la Reina Victoria; VIII) 17 de noviembre de 1850: por la muerte de su Alteza Real el Duque de Cambridge, hijo menor del finado Su Majestad Jorge III, tío de Su Majestad la Reina Victoria; IX) 17 de julio de 1839: decreto otorgando a Sir Woodbine Parish Ca*ballero Comendador de la Orden Güelfa, autor del tratado del 2 de febrero de 1825, el Escudo de Armas de la República como blasón personal. Rosas no era militar de profesión. El mito Rosas-*Perón no se corresponde con la realidad de los actos de gobierno firma*dos por el Presidente Juan Domingo Perón y por el Gobernador Juan Manuel de Rosas. Página 723


    CAPÍTULO XV. Juan Manuel de Rosas — Anatema, folklore y reali*dad. Horas después de la batalla de Caseros Rosas se asila en la casa del Encargado de Negocios de Gran Bretaña, Mr. Roberto Core. Se em*barca en la fragata de guerra inglesa “Centaur” y cuatro (4) días des*pués en el vapor de guerra “Conflict.” Es recibido en Plymouth oficial*mente por las autoridades militares con una salva de cañonazos. Motivo: haber concluido con Gran Bretaña actos trascendentales y la acogida generosa que dio a los súbditos británicos. Rosas y Gran Bretaña con*forman una sociedad accidental con participación: Rosas es socio gestor y el gobierno inglés tiene carácter de socio no gestor. Aportes de Rosas como socio gestor: 1) sumisión de las provincias del mutilado virreinato al tratado de 1825. Nunca repudíó el empréstito inglés de 1824. 2) Man*tuvo inalterable la primacía indiscutible de la actividad ganadera al ser*vicio del comercio inglés. 3) Mantuvo la proscripción de un programa de industrialización como el que le exigía el gobernador de Corrientes, Bri*gadier Pedro Ferré. 4) Puso fin al reclamo reivindicatorio de los indios sobre sus tierras y de los gauchos con relación a sus derechos de parti*cipación política y social. La batalla de Caseros, la más grande que se libró en América: Rosas sumaba 22.000 y Urquiza 24.000 hombres. Ur*quiza se rodea de asesores vinculados a los Estados Unidos de Nortea*mérica, entonces rivales de Gran Bretaña. Urquiza no es confiable para el gobierno inglés. El rosismo folklórico y apologético erradica a Juan Manuel de Rosas de las hipótesis revisionistas profundas. Lo ubica como uno más en el elenco de los administradores de los intereses argentino-*británicos. El profesor David Bushmell en mayo de 1988 señala a Rosas como el “adalid de un liberalismo económico sin restricciones que debe denominarse “rosismo liberal o liberalismo rosista.”


    Rosas realidad. El tratado de Mackau-Arana. El texto original completo del 29 de octubre de 1840 firmado a bordo del buque de guerra francés “Boulonnaise.” Francia pide un tratado similar al deI 2 de febrero de 1825 que se había otorgado a Inglaterra. Examen sinóptico del tratado. Tratado Arana-Southern. La independencia de Texas y su posterior anexión a los Estados Unidos juntamente con Arizona, Nueva México y California rompe la “entente cordiale” de Inglaterra y Francia. Génesis de la expedición de guerra anglo-francesa de 1845 sobre fa Confedera*ción Argentina.


    Ninguna de las guerras de Gran Bretaña contra nuestro país ha sido lla*mada por su nombre: la de 1806 y 1807 se calificó de “Invasiones”; la de 1845, “Intervención” y la de 1982, “Conflicto de Malvinas.”


    La vinculación de Rosas con los representantes británicos durante la guerra de 1845. Rosas cumple con Inglaterra. Perón, en cambio, termi*nó su tercer gobierno y su vida como un desobediente pertinaz. Los objetivos de Francia y de Inglaterra en la guerra donde se fibra la batalla de la Vuelta de Obligado fueron completamente diferentes. Texto integral del tratado Arana-Southern del 24 de noviembre de 1849. Los ríos interiores son argentinos y solamente puede navegar por ellos Gran Bretaña. El tratado de Arana-Southern ratifica las prerrogativas de Gran Bretaña adquiridas por el tratado del 2 de febrero de 1825. La Reina Victoria confirma la Convención Arana-Southern agregando que jamás permitiremos que ella sea violada por persona alguna. Tratado Arana-Le Predour del 31 de agosto de 1850; texto integral. El gobierno de la República Francesa reconoce que el Río Paraná es un río interior de la Confederación Argentina, con excepción de los derechos que sobre el mismo tiene Gran Bretaña por el tratado de 1825. El trata*do Arana-Le Predour reproduce en líneas generales los términos del tra*tado Arana-Southern. Gran Bretaña salva el tratado del 2 de febre*ro de 1825 y erradica a los franceses en sus avances económicos sobre el Río de la Plata.


    La misión de Rosas como “gestor” de los intereses británicos había terminado. Página 736





    CAPÍTULO XVI. Epílogo que ha de ser prólogo.


    El gran enigma de José de San Martín:


    A) ¿Fue un rebelde de España y un renegado de los planes de Gran Bretaña para Hispanoamérica? ¿El tratado de paz con España firma*do en 1821 en Punchauca fue la causa por la cual lo obligaron a de*legar su poder militar y retirarse?


    B) ¿Continuó en Europa al servicio de Inglaterra?





    ¿Dónde se halla el texto íntegro del tratado de paz con España que San Martín firmó con el Virrey de la Serna en Punchauca en 1821?


    ¿Dónde se halla el archivo completo de San Martín?





    Falta de respuestas a preguntas decisivas para evaluar el resultado posi*tivo o negativo de su acción sobre Hispanoamérica. Imposibilidad de permanecer en la incertidumbre. Necesidad impostergable de definicio*nes sin ambigüedades.


    Seguir de buena fe a prohombres de leyenda que no han sido lo que se cree, es el forzoso regreso al fracaso permanente. Página 795





    APÉNDICE





    I. ”El delicado umbral de la tempestad - Cuestiones de un general inglés” (marzo 2001): trasplante de la Defensa de 1807 a la mentalidad que les quieren acuñar los británicos a los argentinos del siglo XXI.


    II. La Universidad de Oxford crea una cátedra para analizar la situación argentina (La Nación 24 de junio de 1999). Los nuevos personeros de Gran Bretaña para intensificar la colonización pedagógica inglesa en los argentinos de la futura generación.


    III. Medio gobierno se mudará a Oxford (Clarín 22 de abril de 2000).


    IV. Diputados argentinos invitados por el Parlamento Británico. (La Na*ción 26 de junio de 2001).


    V. Final del siglo XX: estatuas simultáneas de San Martín y Canning (La Nación 5 de noviembre de 1994).


    San Martín: “liberal, particularmente respecto del comercio que entien*de muy bien. Siempre ha mostrado marcada predilección por Gran Bre*taña” (informe del Comodoro William Bowles al Almirantazgo en enero de 1818).


    VI. Confianza inglesa en la Argentina de 2001 (La Nación 17 de julio de 2001).


    VIl. “Gran Bretaña socio ideal para la Argentina” (La Nación 21 de octu*bre de 2001).


    VII. Brindis en la Embajada Británica (Clarín 7 de abril de 2001). Afirman que el vocero de Blair escribió el discurso de Menem (La Nación


    9 de octubre de 2000). Página 807





    POSIBLE FINAL. Los grandes hitos de la tesis del teorema que hemos demostrado en este estudio: 1) desde 1711 a 1852, II) desde 1852 has*ta 1943, III) desde 1943 hasta 1955, IV) desde 1955 hasta nuestros días en 2002.


    Hostigamiento sin tregua a todos los gobiernos que se suceden desde el 1º de mayo 1958 hasta el 24 de marzo de 1976.


    Motivos y pretextos del 24 de marzo de 1976.


    Análisis de la obra estructural realizada por el gobierno constitucional en el periodo que transcurre desde el 25 de marzo de 1973 hasta el 24 de marzo de 1976.


    El informe de Lord Franks de enero 22 de 1976 refiriendo la necesidad de un golpe de Estado en Argentina. Saludo al 24 de marzo de 1976 y al gobierno el “Proceso” realizado por los diarios ingleses y holandeses. La masacre y la devastación económica que transcurre entre el 24 de marzo de 1976 y el 10 de diciembre de 1983. a) Situación demográfica argentina, b) La desindustrialización planificada, c) El endeudamiento innecesario planificado.


    La deuda externa desde el 24 de marzo de 1976 hasta junio del año 2002: la Argentina territorio tributario.


    Demostración final al teorema. “Argentina de provincia Hispanoamerica*na a territorio tributario.” Página 848









    [1] Edición año 1924


    [2] R Rippy J. Fred: “La rivalidad entre Estados Unidos y Gran Bretaña por América Latina (1808-1830)” —EUDEBA. Buenos Aires. 1967.



    Julio C. Gonzalez: "La involucin Argentina"
    La Iglesia es el poder supremo en lo espiritual, como el Estado lo es en el temporal.

    Antonio Aparisi

  10. #70
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    Re: Virreinato del Río de la Plata

    Plano de Buenos Aires, 1713.

    Documentos Escritos. Mapoteca II-51.



    Referencias:

    Planta de la ciudad de Buenos Aires con todas sus cuadras, Iglesias, conventos, y la fortaleza que al presente tiene con la parte del Río de la Plata que le corresponde, y las cosas más particulares que hoy tiene = Delineado por José Bermudez, sargento mayor de este presidio. Ingeniero de esta provincia por su majestad.
    Año de = 1713.





    ________________________

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  11. #71
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    Re: Virreinato del Río de la Plata

    Milicias de Buenos Aires, 1802. Vestuario para el Regimiento de Infantería y Dragones. Documentos Escritos. Sala IX. Legajo 8-3-7




    ________________________

    Fuente:

    https://www.facebook.com/ArchivoGene...type=3&theater

  12. #72
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    Re: Virreinato del Río de la Plata

    Guinea Ecuatorial, nuestra olvidada provincia africana

    Producida la Revolución de Mayo de 1810, pareciera que Buenos Aires se desentendió del territorio ultramarino.

    Publicado el 13 mayo 2014






    Por Pablo Yurman

    Resultan poco conocidos, por no decir directamente ignorados, los vínculos históricos que unen a nuestro país con una porción de África, hoy un país independiente, el único hispanoparlante de ese vasto continente, Guinea Ecuatorial. No sólo formamos parte, en épocas lejanas de un mismo imperio, el español, sino que esa porción africana dependió administrativamente del Virreinato del Río de la Plata, es decir, de la actual Argentina.

    La zona del Golfo de Guinea, entre los ríos Níger y Ogooué, fue durante siglos área disputada por potencias europeas que colonizaron el continente africano. Es así que holandeses, portugueses, ingleses y españoles tomaron sucesivamente posesión de dicho territorio y, fundamentalmente dada su importancia estratégica, de las islas circundantes al mismo, entre otras, la llamadas Fernando Poo y Santo Tomé y Príncipe.

    Más allá de todos los avatares coloniales, nuestra olvidada provincia africana llegó a vincularse con nosotros casi de forma casual. Con la firma del Tratado de San Ildefonso, Portugal y España pusieron fin a una época de guerras en varios puntos de sus respectivas áreas imperiales, contienda que tuvo, no obstante, el epicentro de los conflictos en la cuenca del Río de la Plata. Así, el territorio de la Banda Oriental (del río Uruguay) e incluso todo el sur de lo que hoy es Brasil, hasta la isla de Santa Catarina, fue objeto de incursiones militares en uno u otro sentido.

    Nos dice Vicente Sierra: “Así se llegó al ‘Tratado de Límites en la América meridional ajustado entre las dos coronas y firmado en San Ildefonso el 1º de octubre de 1777’, signado por Francisco de Souza Coutinho, por Portugal, y el conde de Floridablanca, por España. Por él, Portugal cedía a España las islas de Martín García, Dos Hermanas, San Gabriel y Colonia del Sacramento, y con ellas, la navegación de los ríos de la Plata, Uruguay, Paraguay y Paraná”. Y agrega el historiador: “A los fines de asegurarse la provisión de la esclavatura negra, Portugal cedió a España la isla de Año Bueno y la de Fernando Poo, en la costa de África” (Sierra, Vicente, Historia de la Argentina, tomo III).

    En 1778, el brigadier español Felipe de los Santos Toro y Freyre, zarpó del puerto de Montevideo rumbo a Bioko, para tomar posesión de los territorios del golfo de Guinea en nombre de España, pero murió cuatro meses más tarde, tales territorios serían parte del Virreinato del Río de la Plata. El segundo gobernador fue Fernando Primo de Rivera, que lo fue del 14 de noviembre de 1778 al 30 de octubre de 1780.

    Producida la Revolución de Mayo de 1810, pareciera que Buenos Aires, pese a ser la capital del Virreinato, se desentendió del territorio ultramarino, el cual fue paulatinamente cayendo en el olvido, permaneciendo como colonia española hasta su independencia formal en 1968. Es poco probable que la Argentina como Estado independiente hubiera conservado su soberanía teórica sobre lo que hoy llamamos Guinea Ecuatorial. Pero no tanto por la distancia: piénsese que la travesía de Buenos Aires al Alto Perú tomaba, para las carretas, semanas por huellas a lo largo de la inhóspita pampa, y ese grado de dificultad y tiempo no era peor que ir en barco desde Montevideo rumbo al África.

    El verdadero motivo por el cual la Argentina se olvidó de Guinea Ecuatorial como parte de su territorio radica en la miopía ideológica de la dirigencia política unitaria que gobernó con notorio desdén al interior. En otras palabras, si para Carlos María de Alvear y Bernardino Rivadavia no había que perder ni tiempo ni recursos en conservar la extensión del antiguo Virreinato y, por tanto, podía cederse el Alto Perú, Paraguay, y la Banda Oriental, no puede menos que imaginarse que una lejana posesión ultramarina no ameritaba ni siquiera discutir al respecto.

    El unitarismo tuvo siempre una especie de gran zoncera, al decir de Jauretche, que se haría explícita con Sarmiento pero que ya estaba en estado embrionario en los hombres del puerto de Buenos Aires: el mal que aflige a la Argentina, pensaban, es su extensión.

    Precisamente lo opuesto a lo que sucedió con el Brasil que fue parido por una elite dirigente con visión de grandeza. Al respecto nos dice Marcelo Gullo que “en la estrategia política británica de dominación mundial estuvo siempre presente la idea, si bien disfrazada, de desintegrar territorialmente o desarticular a los estados periféricos. Gran Bretaña tuvo como objetivo estratégico la fragmentación de la América hispana y de la América lusitana. Inglaterra alcanzó su objetivo en una Hispanoamérica conducida por grupos dirigentes ideologizados y sin experiencia política, pero en la América portuguesa se encontró con una elite de conducción que conocía los secretos de la Realpolitik…” (Gullo, Marcelo, “Argentina – Brasil, la gran oportunidad”).

    En efecto, a diferencia de la atomización experimentada por las antiguas partes del Imperio Español, Brasil no sólo conservó su unidad territorial sino que ha sabido implementar, a la par de los procesos de integración continental, otros que lo vinculan con los antiguos pueblos que reconocen una misma matriz cultural, con afinidades lingüísticas, religiosas, artísticas y culturales, herramientas con las que se puede surcar más establemente las inestables aguas de la globalización.

    Así, Brasil encaró hábilmente la constitución de la Comunidad de Países de Lengua Portuguesa, plataforma de integración que, independientemente de Mercosur y Unasur, le permiten contactar con realidades ultramarinas como las de Angola y Mozambique, entre otras. Nuestro país debería intentar seguir ese ejemplo y estrechar vínculos con aquellos pueblos con los que se comparten historia, cultura, lengua y valores religiosos, pese a innumerables matices, para navegar el desafío de la globalización.


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    Guinea Ecuatorial, nuestra olvidada provincia africana | Diario El Ciudadano y la Gente
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  13. #73
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    Re: Virreinato del Río de la Plata

    Hace 240 años, el Rey Carlos III creaba el Virreinato del Río de la Plata, para fortalecer al Imperio Hispano en el Sur de América, y designaba como primer Virrey a Don Pedro Antonio de Cevallos Cortés y Calderón (quien –como sabemos– ya había tenido un gran desempeño al frente de la extensa gobernación de Buenos Aires, entre 1756 y 1766, y también como líder militar).

    Al llegar a fechas como éstas, no dejamos de asombrarnos al observar el contraste existente entre la altura de hombres gigantes como Don Pedro de Cevallos, y la de los miserables politiqueros que desgobiernan a los pueblos hispanos actualmente, y desde hace ya demasiado tiempo…

    ¿Y qué estamos haciendo al respecto…?

    Camaradas: Frente al actual estado de cosas, sólo nos queda una salida: ¡ORAR, ORGANIZARNOS y OPERAR!

    ¡Viva la Patria! ¡Viva Cristo Rey!





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  14. #74
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    Re: Virreinato del Río de la Plata

    Guinea Ecuatorial, nuestra olvidada provincia africana

    13 Mayo 2014





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    COMENTARIOS

    Por Pablo Yurman
    Resultan poco conocidos, por no decir directamente ignorados, los vínculos históricos que unen a nuestro país con una porción de África, hoy un país independiente, el único hispanoparlante de ese vasto continente, Guinea Ecuatorial. No sólo formamos parte, en épocas lejanas de un mismo imperio, el español, sino que esa porción africana dependió administrativamente del Virreinato del Río de la Plata, es decir, de la actual Argentina.

    La zona del Golfo de Guinea, entre los ríos Níger y Ogooué, fue durante siglos área disputada por potencias europeas que colonizaron el continente africano. Es así que holandeses, portugueses, ingleses y españoles tomaron sucesivamente posesión de dicho territorio y, fundamentalmente dada su importancia estratégica, de las islas circundantes al mismo, entre otras, la llamadas Fernando Poo y Santo Tomé y Príncipe.

    Más allá de todos los avatares coloniales, nuestra olvidada provincia africana llegó a vincularse con nosotros casi de forma casual. Con la firma del Tratado de San Ildefonso, Portugal y España pusieron fin a una época de guerras en varios puntos de sus respectivas áreas imperiales, contienda que tuvo, no obstante, el epicentro de los conflictos en la cuenca del Río de la Plata. Así, el territorio de la Banda Oriental (del río Uruguay) e incluso todo el sur de lo que hoy es Brasil, hasta la isla de Santa Catarina, fue objeto de incursiones militares en uno u otro sentido.
    Nos dice Vicente Sierra: “Así se llegó al ‘Tratado de Límites en la América meridional ajustado entre las dos coronas y firmado en San Ildefonso el 1º de octubre de 1777’, signado por Francisco de Souza Coutinho, por Portugal, y el conde de Floridablanca, por España. Por él, Portugal cedía a España las islas de Martín García, Dos Hermanas, San Gabriel y Colonia del Sacramento, y con ellas, la navegación de los ríos de la Plata, Uruguay, Paraguay y Paraná”. Y agrega el historiador: “A los fines de asegurarse la provisión de la esclavatura negra, Portugal cedió a España la isla de Año Bueno y la de Fernando Poo, en la costa de África” (Sierra, Vicente, Historia de la Argentina, tomo III).
    En 1778, el brigadier español Felipe de los Santos Toro y Freyre, zarpó del puerto de Montevideo rumbo a Bioko, para tomar posesión de los territorios del golfo de Guinea en nombre de España, pero murió cuatro meses más tarde, tales territorios serían parte del Virreinato del Río de la Plata. El segundo gobernador fue Fernando Primo de Rivera, que lo fue del 14 de noviembre de 1778 al 30 de octubre de 1780.
    Producida la Revolución de Mayo de 1810, pareciera que Buenos Aires, pese a ser la capital del Virreinato, se desentendió del territorio ultramarino, el cual fue paulatinamente cayendo en el olvido, permaneciendo como colonia española hasta su independencia formal en 1968. Es poco probable que la Argentina como Estado independiente hubiera conservado su soberanía teórica sobre lo que hoy llamamos Guinea Ecuatorial. Pero no tanto por la distancia: piénsese que la travesía de Buenos Aires al Alto Perú tomaba, para las carretas, semanas por huellas a lo largo de la inhóspita pampa, y ese grado de dificultad y tiempo no era peor que ir en barco desde Montevideo rumbo al África.
    El verdadero motivo por el cual la Argentina se olvidó de Guinea Ecuatorial como parte de su territorio radica en la miopía ideológica de la dirigencia política unitaria que gobernó con notorio desdén al interior. En otras palabras, si para Carlos María de Alvear y Bernardino Rivadavia no había que perder ni tiempo ni recursos en conservar la extensión del antiguo Virreinato y, por tanto, podía cederse el Alto Perú, Paraguay, y la Banda Oriental, no puede menos que imaginarse que una lejana posesión ultramarina no ameritaba ni siquiera discutir al respecto.

    El unitarismo tuvo siempre una especie de gran zoncera, al decir de Jauretche, que se haría explícita con Sarmiento pero que ya estaba en estado embrionario en los hombres del puerto de Buenos Aires: el mal que aflige a la Argentina, pensaban, es su extensión.
    Precisamente lo opuesto a lo que sucedió con el Brasil que fue parido por una elite dirigente con visión de grandeza. Al respecto nos dice Marcelo Gullo que “en la estrategia política británica de dominación mundial estuvo siempre presente la idea, si bien disfrazada, de desintegrar territorialmente o desarticular a los estados periféricos. Gran Bretaña tuvo como objetivo estratégico la fragmentación de la América hispana y de la América lusitana. Inglaterra alcanzó su objetivo en una Hispanoamérica conducida por grupos dirigentes ideologizados y sin experiencia política, pero en la América portuguesa se encontró con una elite de conducción que conocía los secretos de la Realpolitik…” (Gullo, Marcelo, “Argentina – Brasil, la gran oportunidad”).

    En efecto, a diferencia de la atomización experimentada por las antiguas partes del Imperio Español, Brasil no sólo conservó su unidad territorial sino que ha sabido implementar, a la par de los procesos de integración continental, otros que lo vinculan con los antiguos pueblos que reconocen una misma matriz cultural, con afinidades lingüísticas, religiosas, artísticas y culturales, herramientas con las que se puede surcar más establemente las inestables aguas de la globalización.

    Así, Brasil encaró hábilmente la constitución de la Comunidad de Países de Lengua Portuguesa, plataforma de integración que, independientemente de Mercosur y Unasur, le permiten contactar con realidades ultramarinas como las de Angola y Mozambique, entre otras. Nuestro país debería intentar seguir ese ejemplo y estrechar vínculos con aquellos pueblos con los que se comparten historia, cultura, lengua y valores religiosos, pese a innumerables matices, para navegar el desafío de la globalización.




    http://www.elciudadanoweb.com/guinea...ncia-africana/
    Última edición por Michael; 24/05/2017 a las 01:10
    La Iglesia es el poder supremo en lo espiritual, como el Estado lo es en el temporal.

    Antonio Aparisi

  15. #75
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    Re: Virreinato del Río de la Plata

    Guinea Ecuatorial, La Provincia Argentina En África



    http://www.radionacional.com.ar/guinea-ecuatorial-la-provincia-argentina-en-africa/


    00:00

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    Producción: Silvana Avellaneda / Operación técnica: Matías Arreceygor /Locución: Pablo Navarro




    http://www.radionacional.com.ar/guinea-ecuatorial-la-provincia-argentina-en-africa/
    Última edición por Michael; 24/05/2017 a las 01:13
    Mexispano dio el Víctor.
    La Iglesia es el poder supremo en lo espiritual, como el Estado lo es en el temporal.

    Antonio Aparisi

  16. #76
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    Re: Virreinato del Río de la Plata

    Interesante vídeo del historiador Guillermo Vázquez Franco, de Uruguay:



    https://youtu.be/bHHzFQ_eVb8
    Imágenes adjuntadas Imágenes adjuntadas
    La Iglesia es el poder supremo en lo espiritual, como el Estado lo es en el temporal.

    Antonio Aparisi

  17. #77
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    Thumbs up Re: Virreinato del Río de la Plata

    Vaya Michael, un gusto verte de nuevo por aquí.




    FRAY PARRAS DESCRIBE A BUENOS AIRES EN 1753.

    «...Tendrá la ciudad 20.000 almas de comunión. Tiene dos conventos de San Francisco. Dos colegios de la Compañia, convento de dominicos, de mercedarios, de betlemitas que son hospitalarios, y dos monasterios de dominicas y capuchinas.

    Tiene iglesia Catedral, con un obispo. Hay un buen castillo, con competente tropa y con su gobernador y capitán general. Los estilos de esta ciudad, en su trato, conversación, traje, gobierno, son los... mismos que en España, con poca o ninguna diferencia....».

    FRAY PEDRO JOSÉ DE PARRAS: “Diario y derrotero de sus viajes, 1749 – 1753.





    https://www.facebook.com/luis.f.laic...23605994321841

  18. #78
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    Re: Virreinato del Río de la Plata

    Cita Iniciado por Michael Ver mensaje
    Interesante vídeo del historiador Guillermo Vázquez Franco, de Uruguay:



    https://youtu.be/bHHzFQ_eVb8
    El Virreinato del Río de la Plata es Argentina (de ahí su nombre); El historiador tiene mucha razón cuando dice que los uruguayos son argentinos, porque son rioplatenses. Geográficamente estaban en lo que se llamaba Banda Oriental, en el que se incluían el actual Entre Rios, Corrientes, Misiones Guaraníes y algunos territorios que se cedieron a la República de Río Grande del Sur, Estado de Brasil.

    Uruguay siempre ha estado cerca de Buenos Aires, jamás se tenían que haber separado.
    ReynoDeGranada dio el Víctor.

  19. #79
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    Re: Virreinato del Río de la Plata

    Aqui un vídeo de la Recova de Buenos Aires, donde se recrea en 3D el edificio.




  20. #80
    Avatar de Michael
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    Re: Virreinato del Río de la Plata

    Libros antiguos y de colección en IberLibro
    Cita Iniciado por Mexispano Ver mensaje
    Vaya Michael, un gusto verte de nuevo por aquí.




    FRAY PARRAS DESCRIBE A BUENOS AIRES EN 1753.

    «...Tendrá la ciudad 20.000 almas de comunión. Tiene dos conventos de San Francisco. Dos colegios de la Compañia, convento de dominicos, de mercedarios, de betlemitas que son hospitalarios, y dos monasterios de dominicas y capuchinas.

    Tiene iglesia Catedral, con un obispo. Hay un buen castillo, con competente tropa y con su gobernador y capitán general. Los estilos de esta ciudad, en su trato, conversación, traje, gobierno, son los... mismos que en España, con poca o ninguna diferencia....».

    FRAY PEDRO JOSÉ DE PARRAS: “Diario y derrotero de sus viajes, 1749 – 1753.





    https://www.facebook.com/luis.f.laic...23605994321841

    Saludos Compatriota Novo-Hispano. Es muy interesante todo esto de Argentina. Una nación muy interesante. Si, he estado haciendo algunas investigaciones históricas que han tomado de mi tiempo, pero sigo aquí. Un abrazo compatriota.
    La Iglesia es el poder supremo en lo espiritual, como el Estado lo es en el temporal.

    Antonio Aparisi

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