Cita Iniciado por CriolloArgentino Ver mensaje
Esto fue lo que me respondieron en otro foro, sobre la independencia, que me pueden decir?




la Guerra de la Independencia fue legítima, y la Revolución de Mayo no era un engendro de la subversión francesa de 1789. Los desviacionistas como Moreno y Monteagudo no fueron los verdaderos padres de la criatura, y si algo destruyó al glorioso imperio español fue la ineptitud borbónica. Tu afirmación de que no éramos una colonia es sólo válida para el período de los Austrias, no así luego del advenimiento del primer Borbón, Felipe de Anjou, que llegó a ser rey gracias a una patoteada de Luis XIV de Francia al enfermizo Carlos II "El Hechizado". El 25 de mayo de 1810 triunfa una doctrina genuinamente hispano católica, la teoría del Padre Francisco Suárez (al respecto se puede consultar un muy buen libro del Padre Furlong llamado El Padre de la Patria Saavedra, también la obra El Presidente Saavedra de Enrique Ruiz Guiñazú y Año X, de Hugo Wast). La opción eran tres formas distintas de ser franceses: primero, porque Napoleón dominaba la Península; luego, porque la resauración borbónica significaría volver a caer bajo el centralismo y la ineptitud borbónica, y tercero, porque el movimiento liberal que iba cobrando fuerza entre la oficialidad joven del ejército español era de corte iluminista francés.
Voy a responder, modestamente, a lo que te dijeron:
si algo destruyó al glorioso imperio español fue la ineptitud borbónica.

¿Por qué se habla de “ineptitud borbónica”? ¿En base a qué y sobre qué, eran “ineptos”? ¿ Don Carlos V de Borbón fue también un inepto?
¿Es que los “austrias” Felipe IV y Carlos II no fueron ineptos?
O sea, que si hubieran continuado los Austrias... ¿¿no se hubiera independizado la América española...??
Lo que hay que leer...

Tu afirmación de que no éramos una colonia es sólo válida para el período de los Austrias, no así luego del advenimiento del primer Borbón, Felipe de Anjou,
¿Se podría explicar en qué consistió ese supuesto cambio a status “colonial”?
¡¡A ver si va a resultar que en Hispanoamérica también había “fueros” y Felipe V de Borbón los eliminó!!
Felipe de Anjou, que llegó a ser rey gracias a una patoteada de Luis XIV de Francia al enfermizo Carlos II "El Hechizado".
¿¿Pero no se nos había dicho antes que los ineptos eran los Borbones???
Ahora se contradice con lo anterior: o sea, va a resultar que el “inepto” era el “Austria” Carlos II, ...y pasan a ser listos los Borbones.
Por lo que, quizás, habría de deducirse lo contrario de lo que antes se afirmaba: que de haber continuado los “ineptos” y “enfermizos” austrias, a lo mejor América se hubiera independizado de España... ¡¡un siglo antes!!...

El 25 de mayo de 1810 triunfa una doctrina genuinamente hispano católica, la teoría del Padre Francisco Suárez

“Doctrinas genuinamente hispano católicas” las hay para todos los gustos y colores. El padre Suárez formuló la suya sobre la procedencia divina de la autoridad política sólo frente al derecho divino de los reyes, y para el caso de la Inglaterra de su tiempo; pero ese no era el caso.
Si José Bonaparte era considerado tirano, con haber desobedecido sus órdenes hubiera valido. ¿Qué tiene que ver eso con el desplazamiento del Virrey, por considerarse caducado el gobierno soberano de España y la reversión de los derechos de la soberanía al pueblo de Buenos Aires?
Apelar a Francisco Suárez no es sino una mascarada político-religiosa para encubrir el pensamiento de Rousseau que subyace en todas esas apelaciones a pensadores católicos de otras épocas.

La opción eran tres formas distintas de ser franceses: primero, porque Napoleón dominaba la Península; luego, porque la resauración borbónica significaría volver a caer bajo el centralismo y la ineptitud borbónica, y tercero, porque el movimiento liberal que iba cobrando fuerza entre la oficialidad joven del ejército español era de corte iluminista francés.

¿¿Sólo tres??
Pues yo diría que le falta la cuarta “forma de ser francés”: la que se calla, y la que, a la postre, era la más moderna y ha sido la más decisiva en toda la América independiente, y (mira por dónde) la más contraria a las “doctrinas genuinamente hispano-católicas”: la de la separación de poderes de Montesquieu y la de la soberanía popular de Rousseau, que se habían plasmado en la Revolución Francesa de 1789.