Estimado, Donoso:
Tú sabes igual que yo que, "hubo muchos errores", y lo sabes porque lo has leído en distintos anales de la historia, pues, ni tú ni yo estuvimos allá para verlo. De modo que, nuestra opinión, más o menos acertada, se basa en eso; y es sólo una opinión personal de lo leído, al menos lo es la mía.
Hombre, decir "construcción política más formidable que halla existido" me parece algo exagerado.
Lo que sí hubo y lo hubo en demasía es política religiosa (religiosa terrenal)
que diría nuestro admirado Hyerónimus; de ésta sí que hubo.
Y este precisamente, sería el primer error a tener en cuenta, para no repetirlo en el futuro; si es que este futuro se presenta...
Luego está la apatía, cuando no el fanatismo, de nuestros reyes Austrias; reyes, no lo olvidemos, de origen extranjero, a los que el pueblo tardó en aceptar como legítimos, sobre todo a los dos primeros.
El segundo de ellos se impuso por la fuerza de las armas, en los campos de Villalar. ¡Ay! Si estos reyes hubieran continuado el ímpetu y el buen hacer de sus predecesores hispanos ya con el imperio embastado por Isabel y Fernando... ¡Otro gallo nos hubiese cantado!
Pero no, quizá porque estos reyes tuvieran la cabeza aquí y el corazón allá, embarcaron a España en una serie de guerras para defender los intereses de la Casa de Borgoña y los del Papado en Europa. Sin escarmentar de las continuas traiciones que, tanto la una como los otros le hacían a España constantemente.
(Enrique VIII de Inglaterra, nuestra mortal enemiga desde siempre, lo vio más clero, y dijo por ahí no paso)
Tres bancarrotas sufrió la hacienda española durante el reinado del tercer Austria. Perece mentira que la ingente cantidad de oro y plata que llegaba a Sevilla procedente de las Indias no bastase para sufragar los gastos de aquellas espantosas guerras que, al fin y al cabo, se perdieron.
Nada quedó en Europa del imperio español, sino el terror, que hoy aún perdura, que causaron aquellos Tercios heroicos, que en condiciones extremas se debatían entre la vida y la muerte, luchando por su Rey y su fe, y cuyos hombres privados en más de una ocasión de su correspondiente paga a causa de la mala administración, se veían obligados a recurrir al pillaje y al saqueo para poder subsistir.
Mas, como España fue grande "No a causa de los Austrias, sino a pesar de ellos" de aquel imperio español quedó en América, llevado por los auténticos españole, hombres del pueblo llano, con sus defectos y sus virtudes, a más de una legión de religiosos, muchos de buena fe, quedó digo nuestra hermosa lengua castellana y nuestra fe en Cristo, nuestro Señor.
Esto, estimado Donoso, es una pequeña muestra de lo que piensan hoy la mayoría de los hombres de mediana cultura en nuestro país con respecto a lo que fue nuestro imperio.
¿Estamos pues, con ellos, o contra ellos?
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