Es obvio que, para males de la humanidad existen esas diferencias, mi apreciado Hyerónimus.
Pero, acaso nosotros, los que nos tenemos por buenos Cristianos

¿Debemos reducirlas o fomentarlas?

En cuanto a las metáforas y alegorías bíblicas en el asunto que nos ocupa, no quiero discutir contigo, pues aquí nunca llegaríamos a estar de acuerdo en su interpretación . Un Saludo.