Por desgracia, hemos tenido que dedicar en estas fechas demasiado tiempo a hablar de un intento de colar una falsificacion de documentos de temática divisionaria.
Pero no solo hay quienes falsifican cosas de coleccionismo de militaria, consolaros los coleccionistas del tema, ya que los que coleccionamos libros tambien somos victimas de algun engaño.
Hace ya varios años llegó a las librerías el libro que comentare más abajo. Como ya sabemos que el tema "Waffen SS" atrae con pasión, hubo un señor que perpetró el libro que sigue. Realicé su "crítica" en el boletin Blau Division, y esa misma reseña salió después en APORTES.
Pero me temo que muchos del foro no conozcan el libro.
El editor, en un detalle que le honra, en cuanto fue consciente de que había sido engañado, retiró el libro del mercado, así que no tuvo demasiada difusión. Y si hubiera podido enviar al autor a la carcel lo hubiera hecho, me imagino.
El "post" que sigue sera muy largo, no apto para los que solo gustan de mensajes cortitos. Pero si teneis paciencia y lo vais leyendo hasta el final, quizas hasta os riais. Tened en cuenta que se publicó en 2003.
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CUANDO LOS DEFENSORES DEL BUNKER DE HITLER LLEVABAN CHAPELA Y BARRETINA, BAILABAN SARDANAS Y TENIAN RH NEGATIVO. CATALANES Y VASCOS EN LAS WAFFEN SS
Publicado en Blau División.
El tema de los voluntarios españoles que, retirada la Legión Azul, siguieron combatiendo integrados en las Fuerzas Armadas alemanas ha estado durante muchos años rodeado de la mayor confusión. Las primeras noticias en prensa, dispersas y confusas, y el “testimonio” de Miguel Ezquerra (“Lutei ate ao fim”, Lisboa 1947; y “Berlín, a vida o muerte”, Madrid 1975), donde la verdad y la fantasía mas delirante se mezclaban, en general a favor de esta última, contribuyeron a que todo el tema apareciera rodeado de un halo de misterio. Sin embargo, de un tiempo acá, sucesivos libros y artículos (de investigación y / o divulgación) han ido haciendo luz sobre el tema y entre los autores españoles que han contribuido a ello con libros o artículos hay que citar a José A. Alcaide, Carlos Caballero, Augusto Ferrer-Dalmau, Erik Norling, Ángel G. Pinilla, Ricardo Recio, Gregorio Torres y Fernando Vadillo, por citar a los españoles y en orden alfabético. Entre las aportaciones de autores extranjeros son dignas de mención las del tandem norteamericano formado por Gerald Kleinfeld y Lewis Tambs, pero también las de otros compatriotas suyos como Wayne H. Bowen, Kenneth Estes, Antonio Muñoz, y Raymond L. Proctor. Entre los autores europeos que se han ocupado del tema es imprescindible citar al belga Eddy De Bruyne y al alemán Hans W. Neulen. La presencia de los españoles en el frente italiano fue descrita por Teodoro Francesconi y Marco Novarese. De manera más o menos precisa, por tanto, hoy tenemos una idea cabal de quienes, cuantos, donde y como combatieron esos españoles que, entre 1944 y 1945 decidieron continuar su lucha anticomunista bajo la bandera de guerra del Reich, aunque algún detalle concreto aún no esté totalmente esclarecido. Todos los autores hasta aquí citados, que no son pocos, han trabajado en base a Archivos (alemanes y españoles) y en base a testimonios personales debidamente contrastados. Como es de esperar, en sus publicaciones han dado a conocer al público lector el origen de sus fuentes.
De pronto, llega a nuestras librerías un libro titulado
"Waffen SS. Los Templarios de Hitler en combate", firmado por
David Odalric de Caixal. (Ediciones Almena, Madrid 2003) La inevitable curiosidad que provoca a cualquier estudioso de historia militar el tema de las Waffen SS, dado su carácter de tropa de elite, nos lleva a echar una ojeada al prólogo. Y en él se nos informa por el autor del prólogo, un General español, que el nuevo libro contiene información sobre las unidades “catalanas” y “vascas” de las Waffen SS. En la Introducción, que suponemos de los Editores, se señala explícitamente: “Se aporta en la obra una novedosa información sobre la actuación de los voluntarios españoles en las SS, su organización, unidades, estructura de mandos, acciones de combate, etc.” Es irremediable que nuestra curiosidad se despierte, así que acabamos adquiriendo el libro. A medida que avanzamos en su lectura, empieza a sorprender el gran número de errores que comete el autor, siendo así que el tema de las Waffen SS ha sido estudiado con detenimiento en numerosos libros. Es cierto que la bibliografía en castellano es limitada: (las obras de George Stein, Henri Landemer (alias de Jean Mabire), John Keegan, Gordon Williamson, en el capítulo de historias globales, aunque alguna de ellas sea casi inencontrable, más una serie de títulos sobre unidades concretas, con autores como Carlos Caballero, Erik Norling, Otto Skorzeny y Alan Wykes, entre otros. Pero el volumen de bibliografía disponible en inglés, francés y alemán es tremendo y puesto que el autor incluye en la bibliografía de su libro textos en idiomas distintos del castellano, cabía esperar una información más precisa.
Con todo, venciendo el deseo de dejar arrinconado un texto tan flojo, donde los errores son tan frecuentes y desafortunados, llegamos hasta la página 156 y ahí empiezan nuestras sorpresas, bajo un rótulo que dice: “Un Episodio desconocido: los Catalanes en las Waffen SS”. El señor Caixal empieza por narrar brevemente la retirada de la Legión Azul, la creación por los alemanes en el sur de Francia de la “Sonderstab F” para reclutar nuevos voluntarios, la concentración de estos en Stablack (445 según él) y en “Halt Tirol” (otros 256, según esta fuente). Con todo, los errores que comete el Señor Caixal son cómicos. Por ejemplo, el capitán Edwin Haxel, de la Plana Mayor de Enlace alemana en la Legión Azul, es convertido por Caixal en Edwin Maxwel, “antiguo subjefe de la Policia Militar, o Policía de Campaña de enlace alemana con la División Azul”, error debido a que Caixal alegremente transforma las siglas PM, de Plana Mayor, en Policía Militar. Y si habla del campamento de Stablack como destino inicial de los españoles, cita también su presencia en otro campamento llamado “Truppenburgplatz” (sic). En realidad se trataba de un único lugar, el“Truppenübungsplatz Stablack” (Campamento de Instrucción de Stablack). Citemos de paso que el autor elude sistemáticamente utilizar en todos estos párrafos la palabra “españoles” para calificar a la División o la Legión Azul o el origen de estos nuevos voluntarios clandestinos. Más adelante volverá a mezclar datos medio verdaderos, con deformaciones y mentiras completas. La población de Solbad Hall Tirol se transforma así en Halt Tirol, y dos oficiales alemanes del Ejército regular, que formaban parte del personal de encuadramiento de los españoles, Graeffe y Panther, son convertidos por el autor, por su capricho, en oficiales SS. Pero llega un momento en que el autor empieza a delirar y nos habla de que los reclutas agrupados en el Tirol compondrán el llamado “Batallón Almogávares”. Todos los nombres de personas que va dando tienen un eco catalán indudable: Organyá, D’Arsegull, D’Aristat, Puigsseguer, Castellltarçal, Mirabell... Vamos, que eran catalanes de familias que ya lo eran desde antes de Vilfredo el Velloso, porque mira tu que casualidad, ni uno llamarse Pérez... El tal Puigsseguer, “de aspecto extrañamente germano”, nos cuenta el señor Caixal, es encargado por Von Faupel en persona de organizar a esos voluntarios. Su tarea debió ser un éxito, ya que al parecer formó tres batallones: “Almogávares”, reclutado en un 95 % en “Catalunya”; “Fantasma”, formado por trabajadores españoles (en este caso si cita que son españoles...) en Alemania; y “Eizaguirre”, compuesto por vascos y navarros que habían servido en la División Azul. Tras citar de pasada las acciones de estos voluntarios en el frente rumano y en Eslovaquia, Caixal vuelve a hablarnos del papel de los catalanes en la reorganización de esas unidades, ahora en los campamentos de Stockerau y Hollabrun. Se trataría del “Kampfgruppe Mir de Tost”, pues su comandante, que tampoco podía llamarse Fernández, claro está, tiene otro apellido que nos retrotrae a la época de la Marca Hispánica: Joan Mir de Tost. Estaba integrado en una extraña unidad SS croata que nadie conoce, pero poco importa porque según parece los catalanes desertaron de allí para unirse al “Kampfgruppe Tallaferro” a las órdenes del comandante D’Uxo. Pero había más catalanes por ahí danzando, ya que Josep Amat de Giscart fue quien indujo a Degrelle a incorporar catalanes en sus filas. No uno ni dos soldaditos, sino dos Batallones completos de la División SS valona habrían estado compuestos por catalanes. Pero vayamos a Berlín. Allí, el ya mentado Puigsseguer, al frente de un Kampfgruppe con su nombre, se bate denodadamente para frenar al Ejército Rojo. Menudean los héroes en su unidad, y todos tienen nombres que parecen sacados de una crónica medieval del Principado: D’Escornalbou, Molló, Claramunt, Riells... Todos caen. Caixal es preciso en los datos: De 360 mueren todos, menos un sargento y 16 hombres. Sin embargo, los catalanes luchan en todas partes. Está a punto de acabar la guerra pero, según Caixal, en el norte de Italia resiste el capitán Alberich, con una unidad “mixta”: 176 catalanes, 91 vascos y 86 navarros que, claro está, realizó unas proezas casi inimaginables. El autor dice que por desgracia todos estos combates están poco documentados, pero vamos, que se puede asegurar que unos 4.800 catalanes lucharon en las Waffen SS y tan solo 298 se salvaron de las garras de los soviets. Hubo otros grupos de combate, “formados por navarros, vascos y castellanos” con cerca de 7.000 hombres en sus filas.
Llega uno a la página 160 al borde del infarto: ¡Dios mío! ¿como es posible que nadie supiera nada de esto antes de tan genial investigación? Pero en la página 161 el autor vuelve a la carga. Un poco sorprendentemente, nos narra ahora los combates en el frente de Narwa (frontera ruso-estonia) que habían tenido lugar mucho antes de los de Berlín. Pero le perdonamos al autor ese desliz cronológico, porque así nos vamos a enterar de más cosas. Y se trata de que en marzo de 1944 se había formado un “Kampfgruppen Freiwilligen SS Spanische”, integrado a su vez por elementos de la “Sturmbrigade Ezquerra” (compuesta por vascos y navarros) y “Sturmbrigade Tallaferro” (compuesta por catalanes). Ni que decir que allí ya destacaron especialmente, porque consiguieron aniquilar dos Brigadas rusas, apresando cerca de 5.000 soldados y destruyendo unos 67 carros T-34 y capturando otro centenar; eso si, murieron 556 hombres y 367 fueron heridos (que suerte tener al señor Caixals para darnos datos tan precisos). Los alemanes, claro está, se quitaron el sombrero y así nuestro autor recoge las declaraciones del SS Standartenführer Johannes Melek:
“Tan solo soldados como los vascos y los catalanes, con sangre aria en sus venas, pueden luchar con esta valentía, propia de los dioses”. ¡Ahí es nada!
Cuando uno acaba el libro no sabe si es que se ha vuelto loco o es que sueña. El autor se ha inventado a su gusto tantas unidades como le ha apetecido (no solo en el caso de las vascas y catalanas, también de otras nacionalidades), y ha construido un relato que tiene mucho más que ver con una novela (una mala novela) que con la historia. ¿Y si era una novela y no me he enterado de nada? Vuelve uno al prologo y se encuentra que está firmado por un general, que además es Director del Centro de Historia y Cultura Militar. No, no es una novela. Pero tampoco es, desde luego, un libro de historia. ¿Qué puede hacer comprensible un texto tan alucinante como este? Pues ni mas ni menos que la situación política de este país al que antes se llamó España. Mientras Ibarretxe planta cara sin tapujo alguno al Estado en su plan secesionista y Carod Rovira, pidiendo explícitamente la Independencia se convierte en el árbitro político de Cataluña, los nacionalismos avanzan imparables. España está en proceso de disolución, si nadie lo remedia. Así que se continua rescribiendo la Historia. Desde hace un cuarto de siglo, la historia que se escribe y se enseña en Cataluña y el País Vasco es una historia sin España y contra España. Y no solo la historia, hasta las crónicas deportivas. Si uno lee la información deportiva en un periódico “abertzale” observará como se dan los resultados de los encuentros entre los equipos vascos y aquellos contra los que compiten en cada jornada, pero sin citar para nada que se trata de la Liga española ni, claro está, dar los resultados de partidos celebrados entre clubs “maketos”. Caixal está exactamente en esa línea.
Y acaban dándose resultados como este. Un autor al que manifiestamente le molesta hablar de voluntarios españoles en las Waffen SS, se inventa desde el principio al fin una historia en que solo aparecen catalanes, vascos y navarros. Que la historia sea falsa de arriba abajo, que jamás existieran esas unidades, que jamás tomaran parte en esos combates, ¿eso que más da? Inútil decir que todas las afirmaciones del Señor Caixal son gratuitas. Lógicamente no da ni una sola indicación sobre fuentes bibliográficas, hemerográficas, o archivísticas. Como el papel es tan sufrido, lo aguanta todo. Pero como hace años que se manipula y miente en la historia de Cataluña y el País Vasco, hay gloriosos precedentes. En el magma nacionalista catalán y vasco, ha habido y hay un sector declaradamente germanófilo, aunque normalmente muy minoritario y situado en los extremos del espectro político. En el caso de Cataluña, siempre ha habido quien subraye que el origen de este topónimo es Goten-Land, o sea, Tierra de Godos. Es decir, que Cataluña es más germánica que nadie. Además, Cataluña fue la Marca Hispánica del Imperio de Carlomagno, esto es, que Cataluña era europea mientras España era mora, africana. En el caso de Vascongadas, ya sabemos todos que los vasos son diferentes racialmente de los españoles, porque Arzallus y Compañía no dejan de hablarnos de su peculiar RH. Solo desde esta perspectiva racista que ve a los catalanes y vascos como “puros” europeos, frente a la morisma que serían los españoles es comprensible que se escriba una historia como la que acabo de comentar. Mentira de arriba abajo. Pero...¡cuantas mentiras se nos han contado y han acabado siendo creídas por quienes deseaban creérselas!
También es conocido de sobra que los alemanes, durante la Segunda Guerra Mundial, apoyaron en muchos casos movimientos de tipo nacionalista, que favorecían sus intereses: eslovacos, croatas, flamencos, bretones... En algunos casos, los nacionalistas de estos pueblos han gustado de “exaltar” su papel militar en la Segunda Guerra Mundial, dando mucha más importancia a su aportación que la que en realidad tuvieron El ejemplo más conocido es el de la Milicia Perrot, formada por nacionalistas bretones, que actuaron en Francia como una pequeña milicia parapolicial auxiliar del SD alemán, para la lucha contra la “Resistencia”, pero que en algún libro ha sido citada como “Bretonisches Waffenvervand der SS” (Unidad Armada Bretona de las SS), una designación enteramente caprichosa, que pretende transferir a esa pequeña milicia parapolicial el prestigio militar de que gozaron las Waffen SS.
Se señalaba más arriba que el Sr. Caixal se ha inventado, además de las unidades vascas y catalanas de las Waffen SS, otro sin fin de unidades. Por ejemplo, y hablando de voluntarios suizos, habla de la “Sturmbrigade Leman” (pág. 160), la “Sturmbrigade SS Guillermo Tell” y el “Kampfgruppe Argovia” (pág. 173), y el “Kampfgruppe Turgovia” (pág. 174). Hablando de los suecos, se inventa unidades como la “Sturmbrigade Kronoberg”, el “Kampfgruppe Sikelvörg” (pág. 162) y la División “Värmland” (pág. 175). Y subrayo el caso de suizos y suecos porque, en ambos, los contingentes aportados a las Waffen SS, en primer lugar nunca formaron unidades nacionales, y en segundo lugar se han estudiado con tanto detenimiento que se tiene publicada la biografía prácticamente de cada uno de los voluntarios. Entre otras cosas porque las cifras de voluntarios de esas nacionalidades fueron muy modestas. La bibliografía sobre las Waffen SS, aunque limitada en castellano, es extensísima en alemán, inglés, francés, etc. En vano buscará el lector en cualquiera de esos títulos las unidades que él cita.
Otro tanto cabe decir de los combates en que tomaron parte esas unidades SS de catalanes y vasco-navarros. Existen, incluso en castellano, descripciones minuciosas de la Batalla de Berlín (Ryan, Beevor, Kuby) donde nadie encontrará huella, en ninguno de esos libros, de las unidades que cita Caixal. Sorprende que Beevor, por ejemplo, nos haya hablado de los combatientes franceses en Berlín (apenas unos centenares) y no diga ni una palabra sobre “los cerca de 4.800 catalanes que lucharon en las unidades de las Waffen SS (...) (y) perecieron en su mayoría en la batalla de Berlín” (pág. 159). La batalla de Narwa, tan famosa en la historia de las Waffen SS, también ha sido objeto de excelentes estudios monográficos (Wilhelm Tieke, Richard Landwehr) que, lógicamente, no citan las unidades de que habla el Sr. Caixal. En el caso de las muy estudiadas unidades valonas de las Waffen SS, los autores que las han analizado casi a nivel microscópico (Conway y el citado De Bruyne, por ejemplo) han identificado la presencia de una Compañía española en los combates de Pomerania, que Caixal transforma alegremente en dos Batallones... eso si, catalanes.
Uno trata de imaginar de donde puede haber sacado el Sr. Caixal tanta información fraudulenta y, poco a poco, va imaginándoselo. Uno de los testimonios más famosos sobre los voluntarios españoles del periodo 1944-1945 es el ya citado de Miguel Ezquerra Sánchez. ¿qué queda de él en el libro de Caixal? Pues solo el nombre Ezquerra, sin el Sánchez, que así suena de lo más vasco. Otro de esos testimonios de estos combatientes es el libro que apareció firmado con el nombre de Ramón P. Eizaguirre (cuyo autor es realmente Ramón V. López Pérez-Eizaguirre). Se coge este último apellido, se le transforma en Brigada SS o Kampfgruppe, y ya está. Ni que decir tiene que lo que contaron Ezquerra o Eizaguirre no tiene nada que ver con lo que narra Caixal, empezando porque ninguno de ellos era vasco. Otro ejemplo revelador de la forma de operar el Sr Caixal es el siguiente. Las dos pequeñas unidades españolas acantonadas en Stockerau y Hollabrun dependieron administrativamente de la “Kroatische Ersatz Brigade” (Brigada de Depósito Croata), una unidad que también encuadraba los Batallones de Depósito de las Divisiones de Voluntarios Croatas 369, 373 y 392, mandada por el Coronel Klein. Pues bien, Caixal la trasforma en “Kampfgruppe Ustache Croatia” (pág. 156) o en “Sturmbrigade SS Ustache Croatia” (pág. 158) y convierte al coronel del Ejército en SS Brigadeführer... En otros casos, el Sr. Caixal se inventa sin más lo que le da la gana. Es el caso del Standartenführer Melek. En vano buscará el lector ese nombre en los índices onomásticos de obras tan exhaustivas sobre las SS como las firmadas por Mark C. Yerger, Richard Schulze-Kossens, Egon G. Kratschmer, Bernd Wegner, Kurt Mehner, Gordon Wiliamson. Robin Lumsden o Nikolaus von Preradovich, por citar las que se han consultado en vano a la búsqueda de datos sobre ese personaje, verosímilmente tan falso como las unidades SS catalanas y vascas del Sr. Caixal.
El tema de las Waffen SS, sin duda el cuerpo militar de elite más famoso de la Segunda Guerra Mundial, es lamentablemente poco conocido en España. Es comprensible el interés de los editores de este texto por dar a conocer este capítulo tan importante de la Segunda Guerra Mundial, y el del General que prologa la obra, por presentarla al publico español. Pero tanto los editores como el prologuista han visto burlada su buena fe porque en el interior de un libro, por lo demás bastante mediocre, y plagado de errores desde la primera a la última página, se han insertado una cantidad de mentiras y deformaciones que clama al cielo, debidas únicamente a un autor que, o bien se inventa todo aquello que le da la gana, o da por buena cualquier cosa que alguien le cuente o vea en alguna rocambolesca página de Internet. A la burla cometida contra los editores y el prologuista se añade la más grande, la burla contra el lector, a quien se le pretende hacer creer en un cúmulo de mentiras de proporciones casi increíbles. Es como si se hubiese tomado prestado el argumento de la peor novela de Sven Hasell y se hubieran sustituido los nombres que en ella aparecieran por nombres extraídos de la Crónica de Ramón Montaner sobre las campañas de los almogávares en Oriente...
Hace algunos meses, en las páginas de Blau División, ya tuvimos ocasión de desenmascarar a un autor, Mesado i Mañe, que se había inventado de cabo a rabo unas supuestas memorias de su paso por la División Azul, con el fin de desacreditar a esta unidad. Ahora estamos ante otro libro lleno de mentiras, que –para empezar- quiere negar y ocultar el hecho de que los españoles que en 1944 y 1945 se alistaron en el Ejército alemán y en las Waffen SS se sentían, antes que nada y por encima de todo, precisamente eso, españoles. Y que a partir de ahí se inventa una historia absurda, ridícula, tan plagada de mentiras que resulta cómica.
Nota 1º) Con estupor, descubrí después que el autor no militaba ni en Herri batasuna ni en Esquerra, sino que se proclamaba CARLISTA...
2ª) De vez en cuando el mismo autor reaparece aqui y alla, con un articulo donde da a entender que el ejército sudista estaba lleno de carlistas, te narra la batalla de Diem Bien Phu de manera irreconocible o intenta arguir que te va a explicar como funcionaba la Wehrfmacht ya que su tio abuelo era un importantisimo general alemán. Todas estas reapariciones del señor caixal son otras tantas estafas.
Bueno, si algun coleccionista de militaria divisionaria ha llegado hasta aqui ya puede consolarse: tambien a los que somos lectores compulsivos nos timan.
FUENTE:
memoriablau • Ver Tema - ANATOMIA DE UNA FALSIFICACIÓN
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