Sí. Correcto.Realmente, en aquél sistema la obligatoriedad de afiliación a un sistema público de pensiones y sanidad estaba circunscrita únicamente al mundo del trabajo. Es decir, un rentista que no trabajara ni contratara a nadie, ni fuera autónomo, no estaba obligado a pagar las cuotas de la Seguridad Social. Y por ende... tampoco tenía derecho a disfrutar de sus prestaciones.
Pero eso no era más que una diferencia de grado con el modelo franquista. El hecho de que se ampliara el régimen de las clases pasivas (como los denominaban los tecnócratas en el franquismo a los perceptores de la Seguridad Social) también a los no cotizantes sólo agravaba el problema ya existente del sistema para cubrir todas las prestaciones. En el franquismo también se daba el problema de la insuficiencia de las prestaciones, pero el problema se maquillaba provisionalmente por la coyuntura del desarrollismo de los '60 o creando la obligación de otras cotizaciones complementarias (como las que regulaba la Ley de Mutualidades de 1941) o se absorbían dentro del sistema de la S.S. a organizaciones corporativas que ya gozaban de su propio régimen social al margen de la S.S. aprovechándose de sus fondos.Uno de los problemas vino cuando, el PSOE, allá por los años 80, se inventó la chorrada esa de la universalidad de la Seguridad Social, y se adoptó el denominado "modelo atlantista" (que no existía con Franco). De todas formas, bajo ese modelo, solo cotizaban a la Seguridad Social las rentas del trabajo de los obreros (autónomos incluídos) y los patronos. Pero el sistema nos convenció de que la sanidad era un "derecho de todos" (cotizantes y no cotizantes). Y así comenzó la ruína del actual sistema.
Bueno. Precisamente lo que yo planteaba era la posibilidad de que los que optaran por seguir dentro del régimen de la S.S. no vieran menoscabadas sus prestaciones por el hecho de no entrar otras personas en él (las cuales optan por otros mecanismos de cobertura). Esto es lo que he tratado de explicar: que sí es posible compatibilizar una cosa con la otra.Luego, volviendo al tema de la "obligatoriedad", sí es necesario ésta para los trabajadores y los patronos, ya que ese sistema se basaba en un principio de capitalización en un modelo de caja única, no de de capitalización individual y personalizada. Es decir, con las cuotas que pagaba un obrero o un empresario que le contrataba, realmente se estaban cubriendo las contigencias y las pensiones de todo el sistema, no solamente de ese obrero, como ocurriría con un plan de pensiones privado. De modo, que no es posible que un obrero, o un empresario, diga: "yo me salgo del sistema", porque entonces, éste no funcionaría. Es un modelo, como decía Don Licinio de la Fuente (ministro de trabajo con Franco) que persigue "el cambio social, la redistribución de la renta, la igualdad de oportunidades y la construcción de una sociedad mucho mas justa que si no existiera.
No. No se trata de defender aquí ni mucho menos el liberalismo individualista o comunitarista revolucionario. Se trata de defender lo que tradicionalmente siempre hemos conocido en nuestra tradición política como libertades forales.Salirse del sistema de la Seguridad Social, siendo obrero o patrono, sería equivalente a decir: "yo no pago impuestos, porque no me interesa. Ya acudiré a la "libre iniciativa" cuando necesite seguridad y contrataré policía privada, o una banda de matones cuando necesite "que se haga justicia". Y tampoco yo sufrago con mis impuestos el ejército, ya que si nos invaden los alemanes o los angoleños, en mi casa no podrán entrar y ya me haré amigo de ellos... Ni tampoco valdría que dijéramos que el estado se ocupe en regular las diversas policías privadas de todas las compañias privadas. Como Vd. ve, hasta los liberales quieren que exista la policía y que ésta sea pagada por todos por medio de los impuestos, aunque luego el corte inglés se pague también, además... su propia policía.
No se trata de una doctrina "partidista" de los legitimistas. Se trata de un principio elemental de cualquier sociedad bien constituida, a la que la Doctrina Social de la Iglesia denomina prinicipio de subisidiariedad.
La cita es del Papa Pio XI en su encíclica Quadragessimo Anno."Como no se puede quitar a los individuos y dar a la comunidad lo que ellos pueden realizar con su propio esfuerzo e industria, así tampoco es justo, constituyéndose un grave perjuicio y perturbación del recto orden, quitar a las comunidades menores e inferiores lo que ellas pueden hacer y proporcionar y dárselo a una sociedad mayor y más elevada, ya que toda acción de la sociedad, por su propia fuerza y naturaleza, debe prestar ayuda a los miembros del cuerpo social, pero sin destruirlos y absorberlos" (Q.A.79; p.93).
El hecho de que un trabajador pueda percibir una renta dineraria al margen de lo que perciba por participar en el proceso productivo de una comunidad política, es lo que le permite la posibilidad de elegir entre un tipo de cobertura u otra (o ninguna) sin que le suponga menoscabo a él ni a ningún otro que opte por integrarse voluntariamente en la S.S. (por razón de que en la S.S. los médicos que hay ahí le atienden mejor).Y esa es la tesis que yo mantengo en este tema de la Seguridad Social, que es un instrumento creado para el mundo del trabajo y que deben sufragarlo todos los productores (sean obreros o patronos), lo quieran o no lo quieran. Pero no debe de pagarlo todo el mundo... Dejemos a los rentistas y demás clases improductivas, que se paguen su propia sanidad privada... porque la sanidad pública que creó el Caudillo, entre otras muchas cosas, no les cubría (y por tanto no tenían ninguna obligación de pagarla).
Los revolucionarios, por medio de su arma favorita de control indirecto: el crédito, nos han hecho creer en la imposibilidad de un régimen político-económico en que la seguridad económica y las libertades sean compatibles. Nos hacen creer que hay que optar o por la estabilidad económica o por el ejercicio de las legítimas libertades teniendo al mismo tiempo que sacrificar o la una o las otras.
Marcadores