–¿Cree que el carlismo es actualmente el gran desconocido de la tradición política española?
Lo peor no es que los españoles nos desconozcan a los carlistas sino que se hayan olvidado de su propia tradición política. Nosotros queremos ayudarles a recordar cómo nacieron sus propios pueblos y ciudades, qué eran las cortes o juntas regionales, de qué forma los fueros limitaban el poder real... El carlismo, no es un partido «del sistema», es un movimiento político que sirve y cree en esa Tradición. Así pues, lo que afirmamos los carlistas no son «cosas nuestras», sino ideas, principios y experiencias que pertenecen a todos los españoles.
–¿Es una ideología de otra época? ¿Es correcta la imagen que tienen algunos del carlismo como una especie de club dedicado a disputas dinásticas?
Para empezar,
no es una ideología en el sentido de sistema de pensamiento artificial. Es una forma de pensar la vida social y política que pretende ser realista y respetuosa con la tradición recibida. Le aseguro que nuestras «disputas dinásticas» son actualmente bastante escasas y más bien aburridas.
–¿El lema «Dios, patria, fueros, rey» resulta actual en el siglo XXI?
Supongo que la vigencia del lema «Dios y Patria» no necesito explicársela a alguien que sea católico y español. Si un católico no pone su concepción católica de la vida como termómetro para hacer lo que quiere -también en política-, mal vamos.
Por otra parte, nuestra idea de patria está muy unida a la de fueros. Lo que rechazamos es la idea de estado-nación. Nos parece mucho más natural pensar en España como un conjunto de familias, de municipios, de regiones... de
pequeñas patrias que todas juntas construyen la Patria grande común.
Los fueros son las leyes justas, simplemente. Un conjunto de libertades sociales originarias elevadas a categoría de Ley por quien tiene la potestad de legislar.
El liberalismo adora a la «diosa Libertad» pero en la práctica, para ordenar la masa de individuos o ciudadanos, convierte a las instituciones en una fábrica que produce leyes como si fueran salchichas. Nosotros en cambio queremos leyes que den a cada uno lo suyo, a cada cuerpo social lo suyo, que garanticen las libertades concretas.
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