. El número 610 del quincenal navarro católico
dedica varias páginas al análisis de las elecciones al Parlamento Europeo del pasado 7 de junio. Entre los varios artículos y noticias, reproduce el primer
LA FALLIDA NEGOCIACIÓN DE LO NO-NEGOCIABLE
A los equívocos del "humanismo cristiano" y de las "raíces cristianas", tocados de moderantismo, clericalismo y democristianismo, se había sumado en los últimos meses el de la "laicidad positiva",
aggiornamento de la "sana laicidad". Sus promotores, que no descansan, a partir de un discurso del papa Benedicto XVI, han hecho uso recientemente de otro nuevo: el de los "valores no negociables". Don Álvaro d'Ors decía que había que desconfiar siempre de los "valores", que son los de la Bolsa, y que en cambio había que ejercitar las "virtudes". La cursilada de la "educación en valores", a cuya difusión tanto ha contribuido el señor López Quintás, permite además aunar a toda suerte de católicos parroquiales y movimentales con masones y orientalistas como los Brama Kumaris. Los fieles lectores de
Siempre p'alante recordarán probablemente incidencias en este sentido.
¿Cuáles son los valores no negociables? Vida, familia, libertad de enseñanza y bien común. Todo eso está muy bien, pues la vida es el soporte de la política, la familia su célula primaria, que se expande en la educación libre y el bien común es el fin perfectivo de la ley y la comunidad política. Muchas gentes de buena voluntad podrían reunirse en torno de esos pilares. Es lo que han visto un enjambre de editoriales con éxito en los medios conservadores y de foros, clubs y agrupaciones de todo tipo. Es también lo que han intentado algunos pequeños partidos creando una plataforma con pretensiones de coalición, ya que --nos dicen los promotores-- "[esos valores no negociables] no se encuentran bien representados por los partidos con representación parlamentaria en España". La frase no es muy brillante, pero menos lo es el concepto. Porque, una vez más, se basa en escamotear el Estado católico y en maquillar el liberalismo católico. En esto aparece un misterioso millonario irlandés con el nombre de Declan Ganley, con la pretensión de dirigir también una coalición cristiana europea llamada
Libertas. Y a las esperanzas que da acuden los partidos que cita el señor Garralda en su colaboración de la página 14 del número de
Siempre p'alante de 1 de junio. Al final nada de nada.
La
Comunión Tradicionalista, cuyo Abanderado es Don Sixto de Borbón, ha contemplado ese espectáculo desde fuera, fiel al
Real Decreto de 23 de enero de 1936 del Rey Don Alfonso Carlos, que define como intangibles para sus sucesores y leales la confesionalidad católica del Estado y la oposición a los principios de la Revolución francesa o del mal llamado derecho nuevo. Porque hay que distinguir entre los ciudadanos corrientes que puede negociar puntos que, los carlistas comprometidos con las órdenes del Rey Don Alfonso Carlos y con los
juramentos hechos en el Monasterio de la Oliva o en Olite, así como también los que han hecho el juramento de las Jornadas de Seglares Católicos de Zaragoza, han perdido la libertad de negociar.
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