Con la venia, Don Cosme. Es muy interesante el hilo. Lo que propone Litus es algo que, creo haberlo entendido, nada tiene que ver con una evasión bucólica. Es un pensamiento propio de "emboscados" a la manera de Jünger: sin romanticismo alguno. Pero la envergadura de un proyecto así abruma al más pintado. De todas formas podríamos aseverar que sería más fácil repoblar pueblos abandonados con gentes de bien que convertir ciudades infectadas de hedonismo, relativismo, conformismo y rebaño.

Como amante -más que platónico- de la Historia, propongo que hagamos un ejercicio entre todos. Pensemos en otras épocas, otros pueblos, otras latitudes que también sufren, como nosotros, la invasión. Enriqueceríamos el hilo trayendo a la memoria casos de migración planificada con propósitos parecidos. Y no hay que restringirse a la Historia de la Patria. Pensemos en Grecia. La "sténochôria" (concepto que se aproxima mucho al de "espacio vital"). Pensemos en los "Peregrinos" (disidentes religiosos ingleses -puritanos) que embarcaron en el "Mayflower". Y si queremos pensar en los casos propios, traigamos a las mientes, por poner dos ejemplos, la instalación de los mozárabes meridionales en Aragón y Navarra o la repoblación castellano-leonesa de las franjas de tierra, tan estudiadas por D. Claudio Sánchez-Albornoz. En todas ellas hay, como mínimo, consentimiento oficial del Estado emisor, cuando no se trata de una decisión política del mismo Estado (como en el caso de las colonias griegas).

En definitiva, no creamos nunca inventar nada nuevo. Los tradicionalistas hemos de saber los primeros que, aunque olvidadas, todas las cosas están inventadas: también las soluciones. Hay situaciones similares en la Historia. De ellas tendríamos que aprender. Lo que propone Litus no tendría que ser entendido como una evasión ni como una bucólica creación de la "República platónica". Los inconvenientes son muchos.

Magallanes apuntaba con mucha sensatez la indisposición del común de los mortales: ¿quién será capaz de cortar amarras con su circunstancia, su trabajo, su familia, su ciudad natal?

Una migración de familias a un territorio idóneo, protagonizada por una facción humana de ideario afín, con el propósito de fundar un Estado independiente -y una sociedad con valores antitéticos a los vigentes-es una empresa harto difícil. Y no confundamos lo difícil con lo imposible.

De todas formas. La lucha tendrá que continuar en la sociedad "anormal" en que nos ha tocado vivir, entreverados con nuestros contemporáneos y conterráneos. La formación de asociaciones, círculos, grupos de intereses diversos es fundamental. Pero hasta la presente, la mayor parte de estas líneas de acción se han visto frustradas o menoscabadas por falta de "algo": la constitución de un núcleo invisible -no me gusta hablar de sociedades secretas- capaz de articularlo todo, aunar a todas las familias patriotas que hacen su guerra por libre -por eso se pierde eficacia. Dar un puñetazo con el dedo es imposible; cerrar el puño con todos los dedos ya permite un puñetazo. Solo una entidad invisible, pero activa, podría dar consistencia a un auténtico bloque que, respetuoso con la diversidad de sensibilidades patriotas y en perfecta unanimidad de principios irrenunciables, sea capaz de asestar golpes como un solo puño.

También de proyectar una repoblación de despoblados -lo ideal sería que en cada provincia hubiera algunos, y no muy lejos de ciudades infectadas. Pueblos abandonados los hay por doquier. La repoblación de enclaves abandonados anejos a ciudades infectadas podría ser la mejor forma de allegar vecinos que, ante el ejemplo de esos núcleos sanos, podrían abandonar sus ciudades instalándose unos kilómetros más allá; o bien forzar desde dentro la conversión de sus ciudades infectadas. Eso no contradice la formación de un "Estado" dentro del Estado en la idea original que propone Litus.

Nota Bene: Entiendo por "ciudad infectada" cualquier ciudad al uso, invadida, corrompida por la droga y por la tontería ambiente.