En mi humilde opinión, comparto lo dicho por Hyeronimus, lo ha explicado a la perfección. Añado que el orbe moderno es la patria del príncipe del mundo, el ángel caído. Lo ha sido siempre, pero si hay un mundo que se ha amoldado a la perfección a su filosofía, ése es el mundo moderno: se odia pues todo lo que representa, pues en sí mismo es un gran pecado, un desafío constante a la obra virtuosa de Dios que pretende derribar por completo. Es hoy mas que nunca cuando se ha levantado e izado la bandera de lucifer con mas desparpajo y de un modo mas visible. Si hay un mundo que le pertenezca quasi en exclusividad, ése es el mundo moderno. A la legión de zombis hedonistas y superficiales que se arrastran por dicho mundo, no se les odia, se les compadece.
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