Yo siempre he dicho que un referéndum sobre si se separa Cataluña de España es inadmisible e impensable, no cabe ni plantearlo, pero que si quieren hacerlo a la consulta debemos ir todos los españoles. Porque cuando un matrimonio se quiere separar, o peor aún divorciar, el juez tiene que escuchar a AMBAS PARTES, no sólo a una. Pero claro, los separatistas nunca admitirían eso, porque saben que aun en la pasota España actual tendrían las de perder. De todos modos, tampoco son tantos los separatistas. Lo que pasa es que copan los puestos principales en sus regiones y disponen de millonarias financiaciones y medios de difusión. También que envenenan a los niños y los jóvenes con ideas antiespañolas y reinventando la historia a su gusto. Pero la mayor parte de los catalanes no es sececionista. Su mayor pecado es la despreocupación, el pasotismo, el no decir nada. El 55% de los catalanes es castellanohablante, por lo que difícilmente será separatista, aunque algún despistado y descerebrado habrá que lo sea. Y del 40 ó 45% restante, no todos lo son tampoco naturalmente, aunque el porcentaje sea más o menos alto. Es muy significativo que ya antes del escándalo de Pujol surgieran movimientos como SOMATEMPS, Sociedad Civil Catalana y otros, con sus respectivas (y muy visitadas) páginas de Internet. A esto habría que añadir dolcacatalunya, a la cual estoy suscrito y recomiendo encarecidamente y de la cual he publicado algunas cosas en Hispanismo. Por cierto, los videos YouTube de Dolça Catalunya superan con muchísima diferencia en vistas a los de todos los separatistas juntos. Parece que los catalanes están despertando, y desde luego lo de Pujol ha dado mucho más impulso a la resistencia contra el separatismo.