Yo me creo dos conspiraciones:
Una, que me abruma y no comprendo, es el secano, pues a veces llueve para ensuciar, no más; y yo en mi terrazo oigo ruido que ubico en el cielo. Pero comprendo y asumo, que es muy posible que yo misma me emparanoye. Con lo cual, digo y me desdigo sola a mi misma.

Y la segunda: que a la masonería la veo muy capaz de estar tras de muchos males políticos y sociales culturales asimilados. No ataco a todo masón o masona, pues a la persona yo no soy quien para juzgarla, ni debo ni puedo.

Pero si fueron capaces de urdir en su unión a lo largo de la historia todo un inmenso tejido productivo acorde a su visión del mundo. Y a eso, sumo, que son sincréticos y no ofrecen públicamente sus reuniones. Porque digo yo, si hay que respetar esa intimidad, es correcto, bien; pero cómo voy yo a comprender que una ingente cantidad de personas se colaboren en este mundano a cambio de nada. No existe dar sin ofrecer, no se regala nada; la vida es así y así es bueno, así esta cosida; porque incluso la persona que se regala a los demás en un lar poniendo en peligro hasta su vida, lo hace a cambio de algunas cosas admirables.

Por lo tanto, qué hay a cambio, qué se compromete, por qué no podemos saberlo.. Más allá de ceremonias, libros, creencias.. No puede en secreto ofrecer a cambio de, es imposible, sería archiconocido, la propia masonería lo habría promocionado y a estas alturas sus muchos parabienes serían conocidos por sus nobles acciones a lo largo de la vida.
Una cosa lleva a la otra. No existe una guerra entre Dios y sus hijos; sino que hay hijos muy desagradecidos, torcidos. Con sus grados, claro de más o menos torcimientos. Y por ahí ya se puede llegar al crimen de uno o muchos juntos. Por eso me parece a mí todo tan extraño....sucesos muy graves.

La mayoría de conspiraciones estrambóticas restantes, me resultan inventos para ganar dineros y adeptos. Y tengo en cuenta que siempre se me puede corregir para bien, lo más cercano a la verdad. Sino, no sería persona De Dios.
ÉL DIOS PADRE que alabamos los Católicos, naturalmente.