Hay que tener en cuenta otro factor que podría explicar en parte estas muertes naturales.
La crisis separatista en Cataluña ha producido un impacto emocional muy fuerte en la sociedad española. Pero es de imaginar que habrá tenido un impacto todavía más fuerte en el estamento fiscal, más si tiene que andar preparando escritos de acusación y coordinando a su equipo en interminables sesiones de trabajo. El estrés se aguanta relativamente bien a los veinte años. Pero una situación fuerte de estrés, sumada al inicio de los rigores invernales, puede ser fatal para una persona de 70 años.
En el fondo el tema separatista sí podría tener relación con la muerte, pero no en el sentido que imaginan los teóricos de la conspiración. A lo mejor estos dos fiscales han soportado una situación de estrés tan grande en estas últimas semanas que se les han complicado algunas dolencias que padecían previamente y eso les ha llevado a su muerte. O quizá no. Pero como es perfectamente posible esta hipótesis, no hay razón para creer que estas dos muertes se han provocado de manera artificial. Si hubiese alguna muerte más, quizá podríamos revisar este planteamiento, pero de momento me parece más seguro.
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