Pues yo sí he viajado, D. Cosme, y estado en bastantes países hispanoamericanos, y vivido en varios de ellos (si bien no en Guatemala, aunque no creo que haya tanta diferencia), y a pesar de las influencias indias y de otras naciones europeas, siempre me he sentido más en mi casa en Iberoamérica que en Inglaterra o cualquier otro país de Europa. Y siendo además sevillano, he notado siempre mucha más afinidad en la forma de hablar y aun en la manera de ser de la gente. Y aunque repitan como loros las tonterías liberales de la emacipación y todo eso, siempre me han acogido con mucha cordialidad y respeto y hablan de España como de la Madre Patria. Otra cosa es que con el discurso indigenista estén engañando en algunos lugares a la gente de poca cultura. Y algunos son tan brutos como el cateto de Huevo Morales, que no se da cuenta (o se lo disimula) de que con ese apellido es tan hispano como indio, de modo que se está rebelando contra sus propios antepasados.
Y es cierto lo que dice Ordóñez de que hay muchos que son mejores católicos que los españoles de hoy. La mayoría siguen siendo católicos todavía a pesar de lo rápido que se expande el protestantismo entre los sectores de más bajo nivel cultural. No queremos delincuentes, pero no todos los hispanoamericanos que se van a España son latin kings, ñetas y otras puñetas. Muchos simplemente emigran en busca de mejores condiciones de vida, o se van huyendo de Chávez o de Evo. Mientras estén totalmente integrados y se porten bien, yo los recibo con los brazos abiertos. Además, nunca me parecieron extranjeros ni me sentí extranjero en la América Hispana. Son de los nuestros, hijos que regresan a la casa de la madre, y una madre no le cierra las puertas a un hijo. Y ojalá que esos hijos nos traigan de vuelta la cultura católica que hemos perdido. Los que más me preocupan son los rumanos, los moros, los negros e incluso algunos europeos de más para arriba, que llegan a riadas ahora y no se asimilan. El problema está en los que no se quieren integrar. En España nunca había habido ghettos hasta estos últimos años. Los japoneses que llegaron a Sevilla en el siglo XVII llegaron bautizados o se bautizaron enseguida y se casaron con sevillanas. Nunca hemos tenido un barrio japonés, y sí tenemos hasta el día de hoy sevillanos de rasgos levemente achinados que se apellidan Japón. Ya ves, se integraron tanto que hasta renunciaron a sus apellidos originales para facilitarles la pronunciación a los españoles. Y he conocido a peruanos descendientes de chinos que al llegar adoptaron nombres y apellidos españoles por la misma razón, y se casaron con peruanas. Eso de los barrios negros y chinos es cosa de EE.UU., de segregacionistas protestantes, de gente racista. Y también le doy la razón a Ordóñez en lo que decía hace poco de los gitanos. No todos son delincuentes ni evangélicos. Aunque actualmente hay muchos más de estos por desgracia, yo también conocí toda la vida a gitanos que no eran nómadas ni vivían en barrios aparte, y eran gente sencilla y buena y devotos católicos, y a veces hasta se casaban con payos.
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