EL RACISMO DEL BUEN REY LUIS XVI HACIA LOS NEGROS
Luis XVI, llamado Luis el mártir, nació en 1754 y fue asesinado el 21 de enero de 1793 por la escoria republicana cuyo propósito era el fin del orden, de la monarquía y de la Iglesia.
Resulta que el monarca hizo una declaración real llena de sentido común en 1777 y un decreto en 1778 sobre "negros, mulatos y otras personas de color" sobre el que nos gustaría conocer la opinión de los "pretendientes" y "realistas" actuales que generalmente son antirracistas, antifascistas y que finalmente sueñan con regresar a la monarquía para poder lucir pelucas y calzas...
Esta declaración del 9 de agosto de 1777 dada en Versalles contiene 13 artículos, pero publicamos solo los primeros 3 que son, en nuestra opinión, los más interesantes y reveladores de una buena gestión política de su reino.
PROHIBICIÓN DE LA ESTANCIA DE ESCLAVOS EN FRANCIA
Luis, por la gracia de Dios Rey de Francia y Navarra: a todos, presentes y futuros, saludos.
Por medio de nuestras cartas de patente del 3 de septiembre, ordenamos la suspensión de toda causa o juicio concerniente a la condición de los negros de uno u otro sexo, que trajeron los habitantes de nuestras colonias a Francia para su servicio; hoy estamos informados de que la cantidad de negros se ha multiplicado tanto, gracias a la facilidad de comunicación de Estados Unidos con Francia, que las colonias se ven privadas de la mayor parte de estas gentes para el cultivo de las tierras, al mismo tiempo que su estancia en las ciudades de nuestro reino, especialmente en la capital, causa el mayor desorden; y cuando regresan a las colonias, llevan el espíritu de independencia e indocilidad, y se vuelven más dañinos que útiles .
Por lo tanto, nos pareció que era nuestra sabiduría aplazar las peticiones de los habitantes de nuestras colonias, previniendo de la entrada en nuestro reino de todos los negros.
Sin embargo, no queremos privar a los citados habitantes que regresan a sus negocios en Francia, de la ayuda de un sirviente negro para que les sirva durante el regreso, siempre que dichos sirvientes no puedan salir del puerto donde han sido desembarcados, para volver a la colonia de donde fueron traídos.
También proporcionaremos el estado de los sirvientes negros que se encuentran actualmente en Francia.
Finalmente, conciliaremos, con todas estas disposiciones, el bien general de nuestras colonias, el interés particular de sus habitantes y la protección que debemos a la preservación de los modales y al buen orden en nuestro reino. A estas causas, etc.
Artículo 1. Haremos prohibición expresa a todos nuestros súbditos, cualquiera que sea su calidad y condición, incluidos los extranjeros, de entrar en nuestro reino, después de la publicación y el registro de nuestra presente declaración, con negro, mulatos u otras personas de color de ambos sexos, y de retenerlos a su servicio; bajo pena de 3.000 libras de multa, incluso mayor penalización si se reincide.
Artículo 2. - También prohibiremos, bajo las mismas penas, a todos los negros, mulatos u otras personas de color de ambos sexos, que no estén en servicio, ingresar a nuestro reino en el futuro, bajo cualquier causa o pretexto alguno.
Artículo 3. - Los negros o mulatos que han sido traídos a Francia, o que han ingresado en ella desde la publicación mencionada, serán arrestados y devueltos al puerto más cercano, a solicitud de nuestros fiscales, para luego embarcarlos nuevamente a nuestras colonias, a nuestra costa, de acuerdo con las órdenes particulares que enviaremos para este propósito.
Además, nuestro rey ilustrado "reincidió" el 5 de abril de 1778 con un decreto que prohibía esta vez los matrimonios interraciales.
PARADA DEL CONSEJO DEL REY QUE PROHIBE BLANQUEAR TODOS LOS MATRIMONIOS CON NEGROS, MULATOS U OTRAS PERSONAS DE COLOR
El Rey, al estar en su Consejo, prohibió a todos sus súbditos blancos de ambos sexos, contraer matrimonio con negros, mulatos u otras personas de color, salvo los ya contraídos con dichos negros, mulatos u otras personas de color de ambos sexos, que se encontraran en Francia antes de la declaración del 9 de agosto pasado; prohíbe a cualquier notario celebrar un contrato matrimonial entre ellos, bajo pena de una multa: quiere Su Majestad que si alguno de sus súbditos contraviene dichas prohibiciones, los contrayentes sean enviados inmediatamente a las colonias.
Este es el tipo de realismo que apreciamos: ¡sanas medidas fascistas antes de que sea demasiado tarde!
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