Injustas extravagancias del judeoconverso Maritain al defender a los judíos

Re: Injustas extravagancias del judeoconverso Maritain al defender a los judíos

7. Judíos “carnales” y “espirituales”. El drama de los marranos españoles.

Fueron clasificados los judíos autorizadamente y desde muy antiguo en dos grupos: carnales y espirituales.

Si no se negase, o al menos no se olvidase, la existencia, peligrosa siempre, del primer grupo, se explicaría mejor “el drama de los marranos y de la Inquisición española”, recordado por Maritain en un inciso. (Maritain, O. c. págs. 90)

Nadie forzó en España a los judíos a adquirir la condición de marranos. Fueron ellos los que por cálculo erróneo se constituyeron en condición tan ingrata.

Sin su propósito premeditado de burlar la ley, convirtiéndose con sinceridad para asimilarse a su nueva patria o marchándose del territorio nacional en el plazo generosamente concedido, hubieran evitado la dura situación y nada habría tenido que ver con ellos la Inquisición española.

En España hubo siempre judíos conversos insignes rodeados del respeto social en posiciones eminentes. España no expulsó a los judíos por prejuicios antisemitas, sino por el peligro que representaban para la seguridad interior y exterior del Estado.

Última edición por ALACRAN; 02/08/2019 a las 17:37

“España, evangelizadora de la mitad del orbe; España, martillo de herejes, luz de Trento, espada de Roma, cuna de San Ignacio...; ésa es nuestra grandeza y nuestra unidad: no tenemos otra. El día en que acabe de perderse, España volverá al cantonalismo de los reyes de Taifas.

A este término vamos caminando: Todo lo malo, anárquico y desbocado de nuestro carácter se conserva ileso. No nos queda ni política nacional, ni ciencia, arte y literatura propias. Cuando nos ponemos a racionalistas lo hacemos sin originalidad, salvo en lo estrafalario y grotesco. Nuestros librepensadores son de la peor casta de impíos que se conoce, pues el español que deja de de ser católico es incapaz de creer en nada. De esta escuela utilitaria salen los aventureros políticos y salteadores literarios de la baja prensa, que, en España como en todas partes, es cenagal fétido y pestilente”. (Menéndez Pelayo)