Extraído del libro «Sentido y causas de la tragedia española» del P. Antonio José Gutiérrez, 1942:
(viene de aquí: El insólito caso de los “católicos vascos” (Maritain) frente a Pío XI y al Episcopado )
... El racismo de Maritain no se sustenta como el de los separatistas vascos en una hipótesis destituida de fundamento histórico-científico, sino en un hecho cierto: en la raza judía, existente en el mundo con historia y civilización antiquísimas.
No creemos, sin embargo, que la semejanza del fanatismo por la respectiva raza haya juntado a Maritain con los separatistas vascos; unióse a ellos sin irle ni venirle en el asunto por el odio mortal a otro racismo, al cual creyó combatir con su defensa de la causa separatista vasca: el racismo de los hitlerianos, emergentes de las ignominias de Versalles, opuestos con germana tenacidad a la expansión y predominio en Alemania de la raza judía.
Si no hubiera estado Hitler con la España nacional, no se hubiese adherido Maritain a los separatistas vascos.
Todo católico verdadero ha de sentir acerca de los judíos como siente la Iglesia, aunque su magnánima y caritativa conducta no haya sido siempre correspondida.
Pero la palabra antisemitismo se presta en los conflictos de la vida real a sentidos muy elásticos. Todo antisemitismo indudable y sistemático implica por esencia oposición a los judíos; pero toda oposición a los judíos no es por esencia verdadero antisemitismo.
Llamar antisemitismo a toda cortapisa o limitación interpuesta a Israel, como a gente en muy diversos países no asimilada, no sería queja justa.
1. Injustas extravagancias de Maritain al defender a los judíos.
No parece darse cuenta exacta de esa observación Maritain en su trabajo «Antisemitismo», lleno de llamadas al sentimiento religioso y en el fondo tan seco y tan apasionada y furiosamente político...
Luego de estigmatizar a cuantos defienden los temas antisemitas, como, por ejemplo, que estén unidos los judíos como un solo hombre para corromper en el orden moral y subvertir en el político a la Cristiandad, según se describe en los «Protocolos de los sabios de Sión», dice: “parecen nacidos para atestiguar que es imposible odiar al pueblo judío y ser inteligente”.
¡Ya han existido personas que han odiado muchas veces al Cristianismo en su Fundador, por ejemplo, Caifás, con los sacerdotes y príncipes de los judíos, y eran inteligentes según el mismo Maritain nos dirá enseguida!
Al encomiar las virtudes actuales del pueblo judío, cuya existencia efectiva sería conforme a su descripción un principio de felicidad para todo el género humano, escribe: “Si es verdad, como decía Psichari, que Dios prefiere el pecado a la estupidez, se comprende la inclinación que siente por los judíos y por los franceses”.
Nadie le puede limitar a un hijo el afecto filial a su raza propia o adoptiva, pero es preciso saberlo expresar para no infamarla con él al escribirlo, porque si una raza perciba la inclinación especial que Dios siente por ella y no le corresponde, cae de lleno en la estupidez sin desprenderse del pecado.
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