Sudáfrica: ¿apartheid o melting-pot multirracial?
Por Arjun el Domingo, 20 Junio, 2010
SUDÁFRICA: EL FRACASO DEL POST-APARTHEID
Para los que entiendan el francés.
YouTube - Mondial 2010 : Bernard Lugan sur ITélé - 11 juin 2010
De momento la cosa ha empezado bien. Ya dejaron en calzoncillos a un par de periodistas del Marca en su propio hotel, atracaron a más periodistas chinos, e incluso a los propios jugadores de la selección de Grecia. Y esto no ha hecho nada más que empezar.
¡Disfrutad, progres meapilas...! Y luego habrá algún trastornado que cuando en mitad de la calle lo dejen como Dios lo trajo al mundo, le echará la culpa "a los blancos"
Sudáfrica: ¿apartheid o melting-pot multirracial?
Por Arjun el Domingo, 20 Junio, 2010
SUDÁFRICA: EL FRACASO DEL POST-APARTHEID
Para los que entiendan el francés.
YouTube - Mondial 2010 : Bernard Lugan sur ITélé - 11 juin 2010
Aun con lagunas importantes, como que el tráfico de esclavos ya lo iniciaron los holandeses en el XVIII a base de malayos, indios y malgache; o que no entiendo que se entrecomille el "blancos" para referirse a los británicos, creo de interés este par de artículos para el hilo que nos compete:
Orania: por la autodeterminación afrikaner (I)
16 de junio de 2010 - Categoría MUNDO
Presentado de forma insistente como un maniqueo problema de “negros” buenos contra “blancos” malos y acompañado de conciertos en homenaje a exterroristas convertidos en presidentes, merchandaising para jóvenes europeos etnomasoquistas, el problema sudafricano ha pasado a la sección de “olvidos” de los grandes periódicos occidentales por la dificultad de explicar desde una óptica políticamente correcta, el caótico momento actual.
Su auténtica realidad es totalmente ignorada por la población europea. La estupidez con que es tratado el tema queda reflejada en esta cita del libro escrito por el periodista Alfonso Rojo, obra de obligada lectura para todo el que quiera formarse una idea de la realidad sudafricana más allá de ñoñerías y prejuicios simplistas: “Un acendrado hábito de los intelectuales europeos ha sido considerar que la raza sólo es relevante a los ojos de los xenófobos furibundos. Sudáfrica era un país a la deriva, poblado por caricaturescos villanos blancos y víctimas negras. El conflicto era esencialmente político y una vez eliminado el corsé del apartheid, la convivencia amistosa y la armonía racial estaban garantizadas. Los perros, las pistolas y las alambradas (de los blancos) eran la “reacción histérica” de una clase social, que presentía el fin de sus enormes privilegios. Los autores de estos optimistas análisis no habían tenido nunca la oportunidad de visitar un twonship (negro) en días de furia. De haberlo hecho, por el nimio detalle de haber nacido con la piel blanca, hubieran sido asesinados” (1)
Imposible de reducir a una dialéctica racista y primaria la realidad del, o de los conflictos, es mucho más polimorfa y compleja, para empezar tenemos que definir una serie de términos sin cuyo conocimiento es imposible saber de qué estamos hablando:
¿Quién es quién?
- Bóers: del holandés boer = granjero. Población blanca de origen mayoritariamente holandés, alemán y hugonote que constituye la primera oleada de habitantes llegada de Europa al África austral. Los hugonotes son los descendientes de las familias nobles francesas de confesión protestante que, después de la revocación del Edicto de Nantes en 1685 se vieron obligados a abandonar Francia, algunos lo hicieron en Ámsterdam desde donde se les propuso emigrar a El Cabo con la condición de prestar juramento de fidelidad a los Países Bajos algo que hicieron sin ningún problema; su peso en la formación de la conciencia afrikaner fue muy importante. A ellos se debe el cultivo del vino en este país. También un importante número de familias de origen polaco forman parte del pueblo bóer.
Pueblo tradicional, precapitalistas y antimercantilista, fueron víctimas del Imperialismo británico (también éste “blanco”).
- Británicos: También llamados britons y uitlanders (extranjeros) por los afrikaners. Los primeros en llegar fueron las compañías comerciales con intereses en la explotación del oro y demás minerales recién descubiertos en la zona. Lucharon cruelmente contra los bóers. Posteriormente llegaron nuevas oleadas de británicos no tan ligados a la explotación capitalista. Introdujeron un sistema casi esclavista en las explotaciones mineras y utilizaron en gran número mano de obra xhosa.
Hoy son casi dos millones de personas, y la parte más rica de la sociedad surafricana.
- Zulúes: Pueblo ancestral del África austral, su lugar de origen está al norte del desierto del Kalahari (es decir fuera de los límites de la actual República Sudafricana). En el XIX se convirtieron en la gran tribu negra de la zona y se expandieron por todos los territorios vecinos, durante esta época se enfrentaron bélicamente a británicos y afrikaners.
Como pueblo tradicional y conservador también exigen su derecho a la autodeterminación, para poder regirse con sus leyes ancestrales. Están agrupados mayoritariamente en el partido político Inkhata, que dirige el príncipe Buthelezhi.
Recientemente han empezado a colaborar con los bóers en varios aspectos. Sus enemigos acérrimos son la tribu también negra de los xhosas, agrupados en el CNA de Mandela, los enfrentamientos mutuos suelen acabar en ríos de sangre.
- Xhosas: tribu bantú del centro de África, llegaron en torno al siglo XVII al este de la actual Sudáfrica. Su llegada en masa al país se debe en un primer momento al uso que de ellos hacían los británicos como mano de obra barata, y luego voluntariamente buscando en Sudáfrica una salida a la brutal pobreza de las naciones negras originarias.
La prensa occidental tiene la tentación de presentarlos como los “negros nativos con derecho a la tierra en la que viven hace milenios…”, lo que constituye una gran falsedad. Durante mucho tiempo su organismo político el Congreso Nacional Africano (CNA), y su brazo armado, Umkhonto we Sizwe, asesinó sin muchos miramientos a granjeros blancos pero especialmente a zulúes. También la lista de atrocidades del CNA también incluye a muchos xhosas, el caso más conocido es el protagonizado por Winnie Mandela, nominada a premio Nobel de la Paz, y durante mucho tiempo “Mamá Mandela” para la prensa bienpensante occidental, quien fue juzgada y sentenciada a 6 años de cárcel por participar personalmente en el asesinato a golpes y puñaladas de un joven negro de Soweto al que pretendían arrancarle la confesión de mantener relaciones homosexuales con un pastor metodista blanco. Esto unido a la sospecha de que su matrimonio con Nelson (75) fue para ella (57) un simple trampolín a la fama, lo que parece confirmarse por su relación extra conyugal con un joven abogado (30) llamado, Daluxolo Mpofu, ha provocado que “Mamá Mandela” haya desaparecido de la lista, eso sí sin ruidos ni estridencias, de los mitos con los que se bombardea y paraliza mentalmente a la juventud europea.
El CNA estuvo financiado desde Moscú. Otro aparato político-terrorista xhosa, el Congreso Panafricano (CPA) lo era desde China, los encontronazos entre el CNA y el CPA solían acabar con varios “camaradas” de uno y otro lado sometidos al ritual del ‘necklace’ es decir introducir a alguien en un neumático, rociarlo con gasolina y quemarlo vivo. Un tercer grupo típicamente xhosa fue la Organización del Pueblo de Azania (AZAPO) que proponía la instauración del un régimen “popular, comunista y racista negro”, abogaban cambiar el nombre del país por el de Azania, en un intento de “recuperar” la negritud de Sudáfrica, -el nombre también fue usado temporalmente por el CNA y el CPA-, lo triste es que Azania es simplemente el nombre árabe de la costa de Zanzíbar, no pudiendo encontrar nada más propio de la “negritud” tuvieron que conformarse con éste. Durante el proceso de democratización actual se exigió a los xhosas que abandonasen el nombre de Azania, para quedar como definitivo el del República Sudafricana, así como también debieron renunciar a la bandera que proponía el CNA negra, verde y amarilla, la definitiva salió de un diseño particular en el que se combinaban esos colores con los de la bandera oficial hasta al fin del apartheid: naranja, blanco y azul celeste.
- Hotentotes: una tribu de bosquimanos que serían los primeros habitantes de Sudáfrica, de piel color cobre, técnicamente pertenecen a la raza amarilla, desaparecieron prácticamente como grupo racial a principios del siglo XVIII diezmados por el virus de la viruela traídos por los europeos. Hoy sólo quedan unos pocos bosquimanos en las zona fronteriza entre Botswana (en el desierto del Kalahari, de donde el gobierno les está intentando desalojar), Namibia y Sudáfrica, algunos se establecieron en Ciudad del Cabo, que dieron origen a la comunidad mestiza local (los coloured).
- Otras comunidades: judía y la india, fue esta última la que curiosamente, a principios del siglo pasado, puso las bases de la resistencia negra, tanto teórica como tácticamente, no hay que olvidar que Gandhi residió en Sudáfrica durante unos cuantos años.
(continúa)
Orania: por la autodeterminación afrikaner (II)
16 de junio de 2010 - Categoría MUNDO
El nacimiento de una nación.
Los primeros afrikaner llegaron al África austral antes de que los primeros colonos blancos llegasen a lo que después serían los Estados Unidos, con lo que cualquier tipo de paralelismo con el colonialismo europeo del siglo XIX es simplemente ridículo. En el caso sudafricano, ni los blancos son “colonos”, ni los negros son “nativos”.
Sin pretender dar un repaso a la génesis de la República Sudafricana (para lo que recomendamos la obra anteriormente citada), sí queremos resaltar algunos hechos clave que nos permitan comprender la evolución de los acontecimientos y la difícil situación actual. El primer europeo que puso sus pies en el sur del continente africano fue el portugués Bartolomé Díaz en la lejana fecha de 1488, constituyendo allí un simple enclave comercial en la ruta hacia Goa y la India, pero en 1647 un barco perteneciente a la Compañía Holandesa de las Indias Orientales naufragó frente al Cabo, fueron rescatados por otro buque de su misma nacionalidad, y al regresar a Ámsterdam empezaron a contar lo que allí habían visto, lo que movió a Jan van Roebeeck y un nutrido grupo de colonos calvinistas holandeses a emigrar e instalarse en la zona, fue el nacimiento del pueblo bóer. Durante todo el XVIII los bóers inician su expansión hacia el interior del país librando feroces guerras contra las tribus negras, bantúes y zulúes que se inmersos también en un periodo expansivo hacia el sur, si bien es a principios del XIX cuando los bóers, presionados por la presencia británica en la zona costera que por esos años empezó a ser numerosa, comienzan el mítico Gran Trek, o la gran aventura de colonización del interior del país.
El imperialismo británico, sólo interesado en la extracción de materias primas y el tráfico de esclavos se hace fuerte en el litoral, dejando a los, para ellos, atrasados y rudos bóers, el interior del país, permitiéndoles proclamar la independencia de Orange y Transvaal. El problema surgió cuando en 1866 se descubre también la existencia de grandes yacimientos de oro en Transvaal, material que para una economía rural, autosuficiente y, por decirlo de algún modo, anticapitalista, como era la bóer no tenía mayor importancia, pero que los mercantilistas británicos no podían dejar perder, la tensión entre ambas comunidades se hizo insoportable por la continua presión inglesa, y se llegó al estallido de la guerra anglo-bóer.
Dos son los acontecimientos que marcan el nacimiento de la nación y del nacionalismo bóer: el triunfal Gran Trek y la guerra anglo-bóer, que además de suponer una derrota demostró una crueldad con la población civil por parte del imperialismo británico hasta esa fecha nunca conocida. Fue durante este conflicto bélico (1899-1902) cuando el ejército británico creó una modalidad de reclusión para soldados, mujeres y niños, que se haría tristemente famosa a lo largo de todo el siglo XX: los campos de concentración, por otra parte ya experimentados durante la Guerra Civil Norteamericana,
Los británicos retuvieron en campos de concentración a 116.572 personas, la mayoría mujeres y niños. Dicha cifra constituía aproximadamente un cuarto de la población bóer. Después de la guerra, las cifras oficiales del gobierno daban por muertos en los campos de concentración del ejército británico a 27.927 personas, de los cuales 26.251 eran mujeres y niños, y más concretamente 22.074 niños por debajo de los 16 años.
La guerra finalizó en 1912 con la creación de la Unión Sudafricana. Los años posteriores permitieron cierta reconciliación entre británicos y afrikaners, cuyas lenguas el inglés y el afrikaans (2) fueron co-oficiales. Si bien hubo fuertes tensiones internas, sobre todo durante las guerras mundiales en las que los británicos impusieron su voluntad luchar junto con los aliados, mientras que los afrikaners, vinculados a Prusia (y luego a Alemania) desde que ésta les ayudó en la guerra anglo-bóer preferían dar apoyo al otro bando. Una institución que resultó determinante para el renacimiento afrikaner fue la Broederbond, fundada en 1918, y constituida como sociedad secreta y la que se accedía después de una ceremonia iniciática, no fue refugio de débiles mentales y aficionados a las estrellas, sino que por el contrario, se nutrió de la elite sudafricana, tanto es así que todos los primeros ministros, dirigentes militares y altos funcionarios salieron de esta Broederbond. Desde ella se diseño el apartheid, pero también fueron sus miembros, no como tales, obviamente, sino desde sus respectivas funciones de dirección social, los que preconizaron un estado solamente para afrikaners, y también estados propios para cada una de las demás etnias, en los que pudieran desarrollarse según sus costumbres y tradiciones, de esta proposición nacieron los famosos bantustanes.
Desde 1983 y ante los cambios que ya se preveían inevitables, el líder de la Broederbond (La Hermandad), Pieter Lange, volvió a incidir con fuerza en la idea de un Volkstaat sólo para afrikaners, proyecto del que se han hecho eco todos los partidos nacionalistas después del final del apartheid.
Durante el siglo XX se consolida la Sudáfrica que conocemos con la instalación del famoso apartheid en 1948, cuyo final coincide con las primeras elecciones libres y la instalación de un régimen democrático aparentemente normal, pero que efectivamente ha llevado a Sudáfrica a una situación prácticamente insostenible, con unos niveles de criminalidad insólitos, convirtiendo a Johannesburgo en una de las ciudades más peligrosas del planeta. Ante este nuevo régimen político, tutelado por los xhosas, los demás grupos han lanzado una fuerte oposición reclamando su propio derecho a la autodeterminación.
La nueva perspectiva del nacionalismo afrikaner.
“Un colono, una bala…” y “¡Matemos a los bóers!”, “¡Matemos a los granjeros!” eran los poco tranquilizadores lemas que se solían oír en los meetings del CNA, hoy en el poder.
La llegada al poder de Mandela, vino inmediatamente seguida de un aumento de la inseguridad, política y también física de la población de origen europeo, también de los xhosas y de la comunidad hindú.
Desde 1945 el poder estaba de forma casi perpetua e institucional en manos del Partido Nacional, aunque ya en 1982 sufrió una importante escisión de sus sectores más derechistas quienes fundaron el Partido Conservador, nada contentos de los gestos aperturistas del Partido Nacional. Poco antes del referéndum sobre el final del apartheid, el Partido Conservador contaba con un apoyo cercano el 40% de la población blanca, sus líderes postularon por un no en dicha consulta pero finalmente se impuso el sí preconizado por el Partido Nacional de De Klerk. Una vez instalado un sistema democrático abierto a toda la población, el Partido Nacional intentó abrirse a todos los sectores de la sociedad: mestizos, hindúes, xhosas, convirtiéndose cada vez más en un partido multirracial, urbano y anglófono, aún así no pudo evitar ser derrotado por el CNA de Mandela en las primeras elecciones y definitivamente pasó a un segundo plano de la vida política. Blancos en el CNA hay muy pocos, algún “briton” y algún “blanco de kippá”, pero más del 90% de la militancia es xhosa (negros)
Acostumbrados a dirigir la nación, los blancos” aceptaron de mal grado pasar a desempeñar un papel secundario, pero más aún los afrikaners que se sintieron desplazados en una Sudáfrica multirracial y mercantilista, y que consideraban al Partido Nacional como un traidor, empezaron a nutrir grupos afrikaners fuertemente nacionalistas. Negros en la oposición, sí los hay y muchos. La práctica totalidad de los zulúes agrupados en su partido Inkhata, enemigo mortal del CNA. La inmensa mayoría de los blancos “britons” y la práctica totalidad de los afrikaners, están también en la oposición.
Todos los nacionalistas afrikaners reclaman su derecho a la autodeterminación y la constitución de un estado propio, como pueblo diferenciado que es. Si bien el emplazamiento, dimensiones y composición de ese futuro estado, al que muchos llaman Orania (3), son todavía objeto de discusión. Los más nostálgicos mantienen que el nuevo estado debe ser simplemente la resurrección de una Unión Sudafricana dirigida por los afrikaners, exceptuando los bantustanes ya libres. El famoso Movimiento de Resistencia Afrikaner (Afrikaanse Weerstandsbeweging AWB) de Terre Blanche (2), habla más propiamente de un estado bóer con los límites que tuvo antes de la guerra con los ingleses, es decir Orange y Transvaal, poblado exclusivamente por bóers, es decir los afrikaners granjeros que han seguido fieles al estilo de vida tradicional, y del que quedarían excluidos los afrikaners “cosmopolitas” de ciudad de El Cabo y los anglosajones. Otro propuesta, es la del Partido Conservador, en la que se reclama un estado para todos los afrikaners, y los angloparlantes eran bienvenidos y tratados como iguales, con el único requisito de aprender el afrikaans.
Enrique Ravello
Publicado originalmente en la revista "Terra Nostra", nº 17, octubre 2002
(1)- Alfonso Rojo, La tribu blanca, p. 193. Ed. Planeta, Barcelona 1993.
2)- Derivación del holandés con una pronunciación muy particular, menos rico en sus formas gramaticales, y que incorporó algunas palabras de los nativos hotentotes, especialmente de los que incorporados al servicio doméstico, estuvieron en estrecho y familiar contacto con afrikaners.
(3) Orania es el nombre que ha adoptado un “experimento” de microestado independiente bóer, fundado por el pastor calvinista y profesor de Teología en el Universidad de Petroria, Carel Boshoff
(4) Recientemente asesinado por negros
Más detalles
Más detalles
Ahora que sale a colación os recomiendo para un mejor acercamiento a los diferentes grupos étnicos de la raza negra hay un libro imprescindible de Francisco Elías de Tejada titulado Sociología del África Negra.
Hasta cierto punto es logico lo que pasa, aunque lamentablemente creo que con los afrikaners de sudafrica va a suceder como con los blancos de zimbabwe, que se tendran que acabar marchando y el pais quedara envuelto en el caos. Es Africa.
Roy Campbell
Roy Campbell. Poeta a redescobrir. Sul-africano anglófono. Zulu branco. Convertido ao Catolicismo. Participante na Cruzada Espanhola. Tradutor de Camões e Fernando Pessoa.
Christ in Uniform
Close at my side a girl and boy
Fell firing, in the doorway here,
Collapsing with a strangled cheer
As on the very couch of joy,
And onward through a wall of fire
A thousand others rolled the surge,
And where a dozen men expire
A hundred myrmidons emerge -
As if Christ, our Solar Sire,
Magnificient in their intent,
Returned the bloody way he went,
Of so much blood, of such desire,
And so much valour proudly spent,
To weld a single heart of fire.
Roy Campbell, in "Selected Poems - Edited and introduced by Joseph Pearce", London, The Saint Austin Press, 2001
A Casa de Sarto
Granjeros agredidos en Zimbawehttp://www.elmanifiesto.com/articulos.asp?idarticulo=3479
JUAN PABLO VITALI
Respecto a cómo están las cosas en Sudáfrica, me imagino que si pueden entrar a robar impunemente a periodistas y delegaciones deportivas fuertemente custodiadas, lo que debe estar pasando afuera, en las calles, debe ser bastante más grave. Pero ese es un tema de los sudafricanos. Yo que soy nacido y criado en Sudamérica, puedo imaginármelo bastante bien, aunque el tema central que me ocupa es el racismo y el odio racial en Sudáfrica.
Terrè Blanche está muerto, y ese es un tema de la justicia penal sudafricana, porque un homicidio es un homicidio, y si a cada uno que no le paga a sus empleados (suponiendo que sea el caso) lo asesinan, las calles del mundo estarían regadas de cadáveres. No, el problema no es ni Terrè Blanche, de quien no voy a emitir un juicio alguno, ni cómo se visten sus seguidores o qué bebida toman. El problema es mucho más profundo. El problema es si existe un pueblo Boer y si tiene derecho a subsistir.
La cosa parece sencilla y el razonamiento que rige y que no se puede contradecir es el siguiente: los blancos del mundo, o más precisamente los europeos, han oprimido a los demás pueblos del mundo, por lo tanto deben pagar el precio de la venganza. Los europeos y sus descendientes son blancos, por lo tanto son los que van a pagar esa deuda sufriendo un justo racismo anti blanco. ¿Qué no es así? ¿A usted le parece que los militantes radicales de la negritud revolucionaria van a escuchar razones? Yo vivo en un país en el que casi todos somos descendientes de europeos y ya nadie quiere decirlo porque resulta políticamente incorrecto y cuanto menos incómodo. ¿Usted se imagina lo que les puede pasar a los granjeros Boer? Sí, sí, a los granjeros y no a los banqueros, que son cualquier cosa menos Boer, aunque puedan ser en muchos casos también blancos.
La teoría siempre es muy linda, pero no cuando lo matan a uno. Entonces cabe preguntarse: ¿de qué pueblo formo parte yo? ¿Con qué pueblo tengo parentesco o cercanía? Es que a veces la teoría se acaba y hay que decidir de qué lado se va a poner uno. A veces las personas con las que hablamos no saben demasiado de derechos humanos, y se lo cargan a uno porque es blanco, porque es negro, o porque se les da la gana. En ese caso, cuando las cosas se ponen mal, los que pueden correr corren, se vuelven a sus países de origen o se exilian, pero siempre hay aquellos que no pueden o que son muy valientes y deciden pensar de otro modo diciendo: Yo formo parte de este pueblo (el Boer por ejemplo) estoy aquí desde hace siglos, no conozco otra tierra que esta y quieren borrarme del mapa. Eso que les ha pasado a muchos en la historia, blancos, negros o amarillos, y parece no tener importancia según la ideología vigente que dice: Europa fue una mierda imperialista, y cualquier pueblo de origen europeo merece ser pasado por arriba por cualquier pueblo de origen no europeo, sin más análisis que ese.
Y conste que como toda la vida defendí como peronista la idea, de que todos los pueblos tienen derecho a su identidad y existencia de acuerdo con esa misma identidad, es que cuando digo todos digo también los de origen europeo.
Y si nos ponemos a hilar finito con la misma lógica que los ultras del progresismo, como todos los pueblos tuvieron en mayor o menor medida migraciones a lo largo de la historia, llegaríamos a la conclusión de que todos han ocupado alguna vez un territorio vacío o ajeno para poder sobrevivir. ¿Entonces porque no son todos iguales, a los ojos de ese mapa histórico que manejan sólo los progresistas oficiales? Así tenemos que una “etnia” negra que mato un millón de personas de otra “etnia” igual de negra, no realiza por eso un hecho criminal, sino que es considerado: un arreglo interno entre oprimidos, algo más o menos normal dentro del progreso de la humanidad. Si por el contrario un pueblo como los Boer, que desde hace siglos ocupa el mismo territorio y que ha sido asesinado y enviado a campos de concentración por el imperialismo blanco inglés reclama vivir, ese pueblo es una mierda imperialista por el manual sagrado del racismo anti blanco.
Claro que mucha gente –por no decir la mayoría- sólo quiere formar parte del pueblo individualista de sí mismo, y pasarla lo mejor posible consumiendo waka waka mundial y mucho alcohol. Los revolucionarios africanos, bien harían en cambiar la letra de la canción “matar al Boer” que después de todo es un simple granjero, por una letra mucho más revolucionaria y comprometida que diga: a matar al banquero por ejemplo, a ver cómo les va con esa. ¿O sólo quieren matar por matar? ¿O sólo quieren el asesinato racial del diferente a ellos mismos? ¿O sólo se meten con el que no tiene poder?
Terrè Blanche murió violentamente como quizá había vivido, pero matar a un anciano en una cama a machetazos, está muy lejos de ser un acto de justicia. De todos modos, que lo recuerden los que lo hayan querido y conocido. Este no es el problema de un hombre, sino de tomar la siguiente decisión: ¿Tienen todos los pueblos derecho a subsistir, o sólo algunos? ¿Formo yo mismo parte de un pueblo o de ninguno? ¿Debo defender a mi pueblo o no me importa nada de él? ¿Será distinto en el futuro el destino de los pueblos europeos al del pueblo Boer, o es sólo cuestión de tiempo para que pase lo mismo?
Yo no vivo en Europa ni en Sudáfrica, y aunque estoy rodeado de millones y millones de descendientes de europeos, puedo ver y sentir que el proceso es el mismo en los tres continentes, desarrollándose más rápido o más despacio. Al menos a algunos el odio los unifica, a nosotros ya parece no haber nada que nos haga entender que pertenecer a un pueblo y defenderlo, no es racismo en ningún caso, sino el sano ejercicio de una ley natural.
Pero para ser cobarde no se necesita justificación, es más, en general los cobardes tienen más suerte, mientras haya un lugar donde se puedan esconder.
No se ve el enlace directo, es Racismo antiblanco
Pues no, no es del Mundial de lo que aquí se habla
¿Qué pasa en Sudáfrica?
El asesinado Eugene Terre´BlancheEDUARDO ARQUES
Hace unos meses, en abril exactamente, Sudáfrica despertaba con la noticia del asesinato de Eugene Terre’Blanche, líder del ultraderechista Movimiento de Resistencia Afrikáner, acaecida justo días después de que l’enfant terrible de la política sudafricana, Julius Malema, adalid de las Juventudes del Congreso Nacional Africano, cantara “matad al granjero (Kill the böer!)” en un acto público organizado en la Universidad de Witwatersrand.
A Blanche y a Malema quizá les separe la estética: Blanche con su rifle cabalgando en Pretoria sobre hordas de negros junto a su armada de Boys Scouts vestiditos de caqui; Malema en el asiento de cuero de un Mercedes clase E, con su traje a la medida de su barriga, no tan distante de la de Eugene, el oro luciente sobre su piel de cacao. Blanche sentado en una mecedora de esparto en su granja del Estado Libre, la planicie Fordiana del Gran Karoo sudafricano en sus ojos, el brandy con coca-cola finiquitado sobre una mesa de piedra deslucida, la barba mesiánica mecida por el viento; Malema sentado en el sillón de cuero del jardín de su mansión en la burbuja de Sandton City, un negro hermano adecentando su edén soñado, un gran muro electrificado guardándolo de chusma, cabeza y rostro afeitados y sudados, habano y Laphroaig en boca y mano.
A Blanche y a Malema quizá les una la esencia: Eugene Terre-Blanche soñaba con un estado independiente afrikáner donde comer carne a la brasa y beber brandy con coca-cola hasta caerse al suelo, abofetear a negros desobedientes y rezar al dios de Calvino en Afrikaans, la última lengua conocida, nacida en los establos y las cocinas de la Ciudad del Cabo primigenia. Soñaba una tierra de y para hombres rosados y bigotudos con pantalones cortos y ceñidos y camisas caquis de manga corta con bolsillo para el tabaco. Julius Malema sueña con un estado independiente africano donde comer alitas de pollo y beber cerveza hasta disipar la pupila de sus ojos, patear el trasero de negros cochambrosos y rezar al poderoso caballero de Quevedo en zulú o xhosa, lenguas ancestrales llegadas a las costas orientales de Sudáfrica para horror de sus primigenios moradores.
El asesinato
El 3 de abril de 2010, el país leía u oía conmocionado que Eugene Terre’Blanche había muerto degollado en su cama espartana por dos jovenzuelos, uno de ellos aún menor de edad, y las pesadillas de antaño se aparecieron todas en sus retinas. El motivo fue, es y será un misterio. Poco después leí consternado que un corresponsal de El Mundo, al que probablemente habré conocido personalmente en algún momento dado, afincado él temporalmente en Ciudad del Cabo, a dos horas y media en avión del suceso, escribía un cúmulo de tonterías acerca del suceso. Entre ellas, una frase que me heló por la insensatez y deliberada intención de provocar zozobra a los potenciales e ignorantes visitantes durante el mundialito de marras. Era algo como: “Un numeroso grupo de negros exaltados degüellan al líder afrikáner Eugene Terre’Blanche, etc.”. Obviamente, la referencia al Mundial, fricción social, dicotomía blanco/negro, y un sinfín de todo tipo de soplapolleces, si no las recuerdo mal, serían inevitables por parte de este especulador de la realidad, recién salido probablemente de la innecesaria y vacua Facultad de Periodismo, y que nada sabe, nada entiende de la realidad sudafricana, apenas aterrizado como, si no me equivoco en el rostro que mi memoria se empeña en otorgar al autor de semejante patraña, estaba.
La realidad fue, al parecer, menos glamurosa y sonora para el aprendiz de periodista, deseoso de colgar en su féisbuc sus aventurillas varias y variopintas con las que impresionar a las mujeres impresionables. La realidad se presentó oscura y controvertida. Rencillas económicas tras: a) no pagar el salario del día o de semanas a los trabajadores de su finca (publicados como han sido los problemas económicos de Eugene tras su fenecer); b) no pagar el “servicio” otorgado por los dos esbeltos y jóvenes locales al macilento anciano. Las apuestas se abrieron al respecto. Sin embargo, muchos deseosos del caos aprovecharon la coyuntura del olvidado para espetar consignas varias, de las cuales quienes tienen acceso a los estupefacientes medios locales en Sudáfrica, famélicos de sangre, se descojonaron sonoramente, por fortuna.
La muerte de Eugene viene a completar el ciclo vital de un ser que a nadie dejó indiferente. Amado y odiado como pocos, dijo e hizo lo que quiso oportuno, independientemente de juicios de valor, moralidades y status quo. Su exaltada oratoria inflamó el discurso político y social de finales de los 80, principios de los 90, en un tiempo en el que algunos blancos, al ver el advenimiento del negro como nuevo bastón de mando en Sudáfrica, pensaban que la sombra del ocaso de Rhodesia era alargada.
Sin embargo, nada pasó, y su figura se olvidó, como todo lo que es, en el fondo, irrelevante. Tan sólo volvió de las penumbras del olvido cuando, tras apalear a uno de los trabajadores de una gasolinera y a un guardia de seguridad, fue sentenciado a seis años de trabajos forzados en los que, según comentó en una entrevista ofrecida al diario local Mail & Gurdian, encontró a Dios. Durante esos años nada se supo de su existencia y su imagen cabalgando, barrigudo y barbudo, junto a su armada de Boys Scouts, se perdió en la memoria colectiva, sólo retornando al relanzarse su partido de liberación afrikáner, poco antes de su asesinato.
La existencia de Eugene y de su tropilla bigotuda bebedora de brandy con coca-cola completaba la del mozuelo Malema, exaltado por algo que apenas conoció, heredero de la sombría y siempre oportuna Winnie Mandela, hambrienta de cámaras y de opinión pública. La pérdida esperpéntica de Eugene, más el vacío político que algunos intentaron llenar con su muerte, ha servido para que Julius, de tan sólo 29 años, se haya difuminado, al menos de manera momentánea, que ya volverá su espuma, tras la berlanguinana visita de Mr Fifa. Tras su marcha, todo se verá.
Aqui explican parte del genocidio afrikaner, con imagenes duras.
FORO DE GUINEA ECUATORIAL - GENOCIDIO AFRIKANER EN SUDAFRICA. LA MATANZA DEL BLANCO SUDAFRICANO - Subforo Principal
FORO DE GUINEA ECUATORIAL - GENOCIDIO AFRIKANER EN SUDAFRICA. LA MATANZA DEL BLANCO SUDAFRICANO - Subforo Principal
Más imagenes de la brutalidad negra contra los blancos sudafricanos.
Sudáfrica y el Mundial
Bienvenido, Mister FIFA
EDUARDO ARQUES
Sobre la mesa de uno de mis colegas en la Universidad de Witwatersrand descansaba, casi anodina, una de las revistas oficiales que la FIFA ha ido distribuyendo por el país. En el interior, dos breves salutaciones: una de Sepp Blatter, la cara pública de la FIFA (Federación Internacional de Fornicadores de Almas), y otra de su bufón local, Jacob Zuma, Primer Ministro de Sudáfrica, vox populi, vox dei. El mensaje irrelevante de Zuma apenas llamó mi atención. Tampoco lo hizo el de Blatter. La retórica vomitada en tales discursos de bienvenida resulta más que trillada. Fue algo más sutil lo que reclamó mi atención. Una foto. En ella, Blatter sonreía abierto y miraba velado. En cuclillas, los brazos extendidos, como ofreciendo/pidiendo, a su espalda el esplendoroso fondo del estadio Soccer City, en Soweto. Una mano, la diestra, ofrecía abierta una pelota de fútbol; la siniestra permanecía igualmente abierta, vacía, expectante, salivante.
Mister FIFA es ese dios invisible que todo lo mira, todo lo da, todo lo quita. Es la esperanza eterna de que algo mejor ha de suceder, así en la tierra como en el cielo. Mister FIFA posó su mano en África con sus esperanzas de desarrollo y progreso, con la esperanza del dólar y del euro, todo mediante el ofrecimiento del espectáculo más grande del mundo, afirman los predicadores de este inmenso circo que, como la Palabra, todo lo toca, todo lo puede. Y a Dios y a sus portavoces no se les discute, se acata su fallo y se les lame la mano, perro bueno.
Mister FIFA se muestra Mister Marshall berlanguiano, y el pueblo ya se viste de gala para el paso de su comitiva que vestirá de polvo a los engañados soñadores; y ese polvo será bofetada en cuanto sus manos aprieten los 2 $ con los que han de sobrevivir cada día y todo se lo haya llevado el viento, o lo que es lo mismo, Mister FIFA y las empresas elegidas que se esconden o no tras el acrónimo.
Unos pequeños datos ocultados por los medios de masas y sus predicadores, todos afines a Mister FIFA.
El primer mundial africano ha resultado ser el más exitoso para la insaciable gula de Mister FIFA. Las cifras así lo demuestran: oficial y abiertamente, se estima que los beneficios van a alcanzar o ya han alcanzado los 4.000 millones de dólares, tan sólo mediante los derechos de televisión. Los datos extraoficiales son aún más espectaculares, por usar un adjetivo algo más objetivo que el que dicta mi impulso. Imaginar la cantidad final resultaría un imposible similar al de imaginar a Dios.
El Gobierno de Sudáfrica, por su parte, ha gastado, oficialmente, alrededor de 6.000 millones de dólares en preparativos al mundialito. El dinero, como siempre, ha salido de los bolsillos del pasivo y aborregado contribuyente/sirviente. La mayoría de este dinero irá, por supuesto, directamente a los bolsillos de Mister FIFA y sus empresas como comisión por otorgar el susodicho espectáculo al populacho. Motivos no les sobran ni a unos ni a otros, como ahora se dirá, para haber organizado el evento en Sudáfrica.
Szymanski y Kuper, en su libro Soccernomics, ofrecen escandalosas revelaciones sobre las mentiras del mayor espectáculo del mundo. Según Szymanski, en una entrevista reciente ofrecida al canal de TV Al-Jazeera, si Sudáfrica no hubiera gastado 6.000 millones de dólares en innecesarios a la par que esplendorosos nuevos estadios de fútbol, cuando podía simplemente haber acondicionado las eficientes y prácticas infraestructuras existentes, especialmente las de Ciudad del Cabo, Durban y Johannesburgo (recuérdese que el país ya albergó hace 15 años todo un Mundial de Rugby), se habría, a priori, invertido en el sistema educativo, en el sanitario y en viviendas dignas, con agua potable y electricidad, los tres pilares básicos para el futuro de cualquier país. Son estas promesas antiguas e incumplidas que provienen desde los tiempos del ya senil Mandela. Lo único positivo de la inversión se ha visto reflejado en el sistema de carreteras, ya de por sí eficiente y bien estructurado en general.
El gobierno ha ido vendiendo a sus ciegos seguidores que la venida de Mister FIFA iba a traer prosperidad, que el número de turistas iba a generar ingresos incalculables para todos, que la benévola mano de FIFA no se olvidaría de nadie y a todos acariciaría el lomo. Sin embargo, se ha demostrado que, aunque es cierto que la llegada de futboleros ha sido significativa, sobre todo durante las primeras semanas, y que ciertos sectores (la hostelería, principalmente) han experimentado un importante aumento en sus beneficios, la mayoría de los visitantes eran de por sí asiduos al país durante sus vacaciones que, en oleadas, ya solían aterrizar cada año. La diferencia estriba en que, esta vez, decidieron cambiar sus habituales vacaciones para hacerlas coincidir con el mundialito. Así sucedió, por ejemplo, durante las Olimpiadas de Grecia o el mundialito alemán. Nada nuevo, the same old song.
Según Szymanski, un mundial de fútbol supone la ocasión perfecta para desviar la mirada de los problemas esenciales que cada nación participante arrastra e, incluso, para elevar el nivel de autoestima, incluso de patriotismo, fundamentales para afrontar periodos de crisis o para perpetuarse un poco más como líder de una nación. En el caso sudafricano, como país organizador, este axioma se ha manifestado con especial énfasis. Todo el país adornando sus autos con banderitas made in China, cantando al unísono, mano en el corazón, Nkosi Sikelel´ iAfrika, y un largo etc. Szymanski advierte, sin embargo, que, a este periodo de exaltación nacional, a este chute de patriotismo desmesurado, le sigue una profunda depresión en todos los sentidos: depresión económica, debido a que sólo unos privilegiados, acólitos y protegidos de Mister FIFA, han visto engordar sus cuentas, mientras la inmensa mayoría no sólo no ha visto un ochavo sino que, durante años, pagarán la cuenta; depresión espiritual, un problema que aflorará pronto, incluso antes que la depresión económica, el cual, en el fondo, apenas cambiará para la mayoría de los que ya de por sí sobreviven con a penas 2 dólares al día. Esta depresión será duradera y, temo, cruel en su manifestación pública. Lo podrían pagar foráneos como yo, y no el gobierno, en un principio. Sin embargo, será fundamental para que un potencial cambio político y social se aparezca real en el horizonte. Tiempo al tiempo.
Y aun así, sin catarsis, ¿qué cambio puede haber?
Epílogo a Mister FIFA: acerca de otro Manifiesto
El pasado 16 de junio se cumplieron 34 años de los sucesos de Soweto que inflamaron a la Sudáfrica de finales de los 70 e inició un cambio inevitable y necesario. Todo sucedió cuando numerosos estudiantes de secundaria redactaron un manifiesto de protesta a la nueva política educativa que el viejo régimen calvinista y racista pretendía imponer. Los estudiantes protestaron pacíficamente, pretendiendo leerlo frente a las instalaciones del clásico estadio de fútbol de los Piratas de Orlando, muy cercano al que ahora se alza esplendoroso para albergar a las casi cien mil personas deseosas de otorgar el dinero de su entrada a Mister FIFA. Aquel día, la policía del régimen abrió fuego a los cientos de adolescentes deseosos de ser educados bajo el paradigma occidental, no bajo el acta de educación Bantú que el gobierno afrikáner quería imponerles.
El pasado 16 de junio, más de 3 mil personas se manifestaron en Durban, muy cerca de donde Ghandi iniciara sus protestas no violentas, hace ya más de un siglo, quemando el pasaporte que lo calificaba como escoria a él y al resto de la población original de la India que aquellas costas poblaban y aún pueblan, se manifestaban bajo el grito de “Get out, FIFA mafia!!!”. Su protesta no iba solo contra Mister FIFA, iba hacia el partido gobernante desde hace ya 16 años, eminentemente negro, al igual que los participantes de la manifestación eran, casi todos, negros. "El gobierno ha robado el dinero a los ciudadanos y se lo ha dado a Fifa," afirmó con convicción Desmond D´sa, uno de los organizadores de la protesta. Bajo el brazo traían otro manifiesto, latigazo verbal hacia el gobierno. La protesta fue silenciada local e internacionalmente, pero su mecha ha prendido. Palabra.
¿Será un síntoma del principio del fin para el Congreso Nacional Africano, tan lejano de la realidad que prometieron cambiar?
La catarsis huele cercana en el horizonte. La traen los vientos del Cabo de las Tormentas, la traen el Índico, la trae la propia África. La trae Mister FIFA, la traen los dos Obamas. La catarsis huele cercana. ¿Vendrá con el horror que vio el Marlow conradiano? Quién lo sabe, tan sólo vendrá.
Nota 1:
Aquellos interesados, pueden acceder al contenido formal de la protesta de Durban aquí:
http://www.amandlapublishers.co.za/special-features/will-hosting-the-world-cup-2010-benefit-south-africa/333-memorandum-of-grievances
Pobreza blanca en la Sudáfrica post-apartheid
Por Cruzado Negro el Domingo, 11 Julio, 2010
Cuando se cuentan historias sobre la pobreza de África, la raza a menudo parece jugar un rol muy importante. Con sede en Senegal, el fotógrafo de Reuters Finbarr O’Reilly viajó a Sudáfrica a principios de este año y visitó una de un creciente número de campamentos de ocupantes ilegales poblada principalmente por los afrikaners – sudafricanos blancos – para documentar su historias y ayudar a mostrar que, a pesar de que los negros pobres de la región superan en número a los blancos, la pobreza es un problema humano, no necesariamente racial.
O’Reilly: “Aunque la mayoría de los sudafricanos blancos todavía puede disfrutar de una vida de privilegios y la riqueza relativa, el número de blancos pobres ha aumentado constantemente durante los últimos 15 años. Los investigadores estiman en unos 450.000, de una población total de 4,5 millones de blancos, los que vivien por debajo del umbral de la pobreza y 100.000 están luchando para sobrevivir en lugares tales Parque Coronación, un campamento de caravanas actualmente el hogar de más de 400 colonos blancos. Anteriormente acomodados, los afrikaners recientemente se han visto obligados a vivir en los márgenes de la sociedad, se ven a sí mismos como víctimas del <apartheid inverso> que dicen que los pone en una desventaja aún mayor que los millones de pobres sudafricanos negros.”
Fuente: The big picture.
O que o Irmão refere não é mais do que o cristalizar de duas abordagens com raízes opostas: os Boers - tal como outros - derivam de todo um conceito de "Povo Eleito" e "Terra Prometida", não fossem eles Protestantes e, consequentemente, de fortíssima influência judaica na forma como abordam estes (e outros) temas. Para Portugal, tal como para Espanha, mesmo quando se cometeram atrocidades (e foram muitas) desde o Debate de Salamanca (onde participaram também Jesuíta de Coimbra) que a evangelização e tratamentos dos nativos estava a avançar no sentido de não os considerar como animais. Isto parece pouco, mas para a época foi um grande avanço, e levou também á criação do sistema de castas, que goste-se ou não é um herdeiro dos preceitos de limpeza de sangue aplicados ás necessidades de evangelização dos gentios.
O mesmo se aplica em relação ao racismo: sem querer ferir susceptibilidades, em África o que se passava não era mais do que a concretização da teoria das castas, onde os "Reinões" (Peninsulares) estavam em primeiro, os "Casados" (criollos) em segundo, e a partir daí uma série de subdivisões consoante o tipo de mestiçagem. Na verdade havia poucos mestiços em África, sendo que a maior parte dos mesmo era de resto a "elite intelectual" do MPLA. Excepção feita, obviamente, a Cabo Verde, onde toda a população é mestiça devido ao padrão de povoamento... e lembro que para Cabo Verde foram enviadas as centenas de crianças cristãs-novas que foram raptadas aos pais antes destes serem expulsos (enfim, algo que não orgulha ninguém). O trabalhar com um negro, cumprimentá-lo, etc. não é algo que seja estranho, pois isso faz parte do reconhecimento da humanidade das pessoas, sendo que as diferenças se mantinham sem necessidade de recorrer a "apartheids", que de muitas formas violam a dignidade humana. Este é, de resto, um dos aspectos do sistema de castas ibérico: mantém a hierarquização sem significar a criação de espaços isolados.
La unica opcion posible seria la creacion de un estado de habla afrikaans , aunque los blancos tuvieran que compartir el pais con tres millones de mulatos y negros. Pero mejor estar con negros que hablan tu idioma y practican tu religion, que estar con zulus, xhoxas, setswana , etc con los que no tienes nada en comun. Este es mapa de las zonas de mayoria de habla afrikaans en color azulado:
[IMG] [/IMG]
Creo que Ordóñez se merece como mínimo un par de vítores por recordarnos algo tan horrible pero real como este tema. Por muy pocas simpatías que tengamos los españoles con los pueblos de raíz anglosajona y holandesa, no creo que eso justifique la terrible atrocidad de miles de personas asesinadas y miles de personas violadas y torturadas salvajemente antes de morir, incluyendo niñas pequeñas. Por mucho racismo anti-negro que hubiese, no creo que justifique cosas como esta.
nena-violada-300x287.jpg
En este caso es una escandinava, pero os puede servir de ejemplo visual para entender lo que le ha pasado a muchas mujeres boers. No creo que mujeres como esa tengan la culpa de lo que pasó antes.
I'm sorry
For something I didn't do
Lynched somebody
But I don't know who
You blame me for slavery
A hundred years before I was born
GUILTY OF BEING WHITE [x4]
I'm sorry
For something I didn't do
Lynched somebody
But I don't know who
You blame me for slavery
A hundred years before I was born
GUILTY OF BEING WHITE [x4]
I'm a convict
GUILTY
Of a racist crime
GUILTY
I've only served
GUILTY
19 years of my time
I'm sorry
For something I didn't do
Lynched somebody
But I don't know who
You blame me for slavery
A hundred years before I was born
GUILTY OF BEING WHITE [x4]
En efecto Adriano. Otros ejemplos son el millón de franceses -pied-noirs- que había en el norte de África y los 200.000 portugueses que llegó a haber en Angola (No tengo datos para Mozambique, Cabo Verde y Santo Tomé y Príncipe). Y desde luego, lo que se ha demostrado que todo este tercemundismo descolonizador (Que significó también un rebrote de la leyenda negra antihispana, gracias también a la teología de la liberación y compañía) ha sido un absoluto fracaso que no ha servido sino a los intereses del más puro capitalismo, llevándose en el camino la vida de muchas gentes que hicieron que África llegara a tener esperanza.
Medianamente relacionado:
Notas sobre el libro: “A la sombra de Franco”, la OAS en España | INFOKRISIS, el blog de Ernest Milà
Infokrisis.- La lectura de la obra del villenero Gastón Segura Valero, "A la sombra de Franco", subtitulada "El refugio de los activistas franceses de la OAS", nos ha inspirado algunos comentarios, que amplían el contenido de este libro -que nos parece extremadamente aceptable y bien documentada- [en la foto: Lagaillarde y Ortiz, en las jornadas de las barricadas de Argel]
Hace falta tener algo más de cincuenta años, ser un apasionado de la historia contemporánea o bien ser un “pied-noir” (un francés nacido en Argelia antes de la independencia) para saber qué fue exactamente la OAS, siglas francesas de la “Organisation de l’Armée Sécrete”. En España, en los últimos treinta años no se ha publicado ninguna sola obra sobre la OAS, por lo tanto, la obra de Segura Valero es todavía más de agradecer en la medida en que cubre un vacío documental. Ahora bien, alguien preguntará, ¿la OAS no es una organización francesa, nacida de una crisis francesa y cuyos integrantes fueron franceses? ¿Qué tiene que ver la OAS con España? Mucho: de hecho, la OAS nació en Madrid y se disolvió en tierras de España, sus dirigentes encontraron en nuestro país un precario refugio y, luego, muchos “pied noires” terminaron en nuestro país (muchos amigos nuestros todavía permanecen, ya como españoles, en las costas alicantinas, en Baleares o Canarias o han rehecho su vida en Madrid, Barcelona o Navarra. Además, muchos españoles ayudaron activamente y de manera militante a los miembros de la OAS y apoyaron la causa de la Argelia Francesa. Por tanto, la obra de Segura Valero es interesante y atañe a nuestro país. Los méritos de la obra de Segura Valero Entre los méritos de este libro de trescientas páginas, se encuentra el hacer una génesis de cómo se llegó a la crisis de Argelia y desde qué momento España empezó a interesarse por la cuestión. No hay q ue olvidar que España y Francia tuvieron intereses comunes en Marruecos hasta la independencia de ese país y, posteriormente, se vieron envueltos en las distintas ofensivas que lanzó el reino alhauita contra Ifrni español y la zona de Tinduf y Bechar en Argelia, todavía bajo control francés. Pues bien, los dos primeros capítulos de esta obra se dedican a detallar las dimensiones de la aquella crisis. Hay que decir que Segura Valero restringe al máximo valoraciones personales sobre el régimen franquista y sobre las vicisitudes, utilizando una encomiable objetividad. Recuerda, que fueron más de doscientos los soldados españoles asesinados por las bandas marroquíes del ALN (Armé de Liberation Nacional) en Ifni y describe con detalle las odiosa gestión que le cupo realizar a Mohamed V. Así mismo, la descripción de cómo se gestó el problema de Argelia es, igualmente, clara y escueta, sin que falte ni sobre una línea. La figura de De Gaulle no sale bien parada. La crisis argelina, desde luego, no fue lo mejor de su gestión, sino, precisamente, allí en donde demostró sus carencias. De Gaulle traicionó a toda una comunidad: los “pied noires” –y no solamente ellos- lo sacaron de su retiro en Colombey les-Deux-Eglises como hombre que prometió mantener a “Argelia Francesa”. Al poco de ser encumbrado en el poder y finiquitar la IV República francesa, De Gaulle TRAICIONO a su país, TRAICIONÓ a sus compañeros de armas y TRAICIONÓ a los “pied-noires”. No solamente, no mantuvo su promesa, sino que aceleró la entrega de Argelia y abandonó a su suerte a los argelinos de origen francés y a los argelinos musulmanes que habían colaborado con Francia (los “harkis”). El hecho de que en otros terrenos, De Gaulle actuara con una encomiable lucidez –especialmente en no limitarse a ser un comparsa de los EEUU en la OTAN- no implica que durante la crisis de Argelia, se comportó como el mayor de los traidores que haya dado Francia en el siglo XX. La obra de Segura Valero, no carga las tintas en relación a De Gaulle, pero da datos suficientes como para que el lector se haga una idea del fuste del personaje. Finalmente, esta obra reconstruye – que nosotros sepamos, por primera vez- la andanza española de los dirigentes de la OAS. Las informaciones son de primera mano y el autor no se ha limitado a una habitual recopilación de datos ya publicados en otras obras editadas en Francia. Y, en esto reside su principal atractivo y, también, su principal limitación. Por que se trata de una historia incompleta de la OAS. Los episodios narrados lo son a grandes rasgos. Pero faltan algunos elementos centrales que hubieran contribuido a completar más el relato. Veamos, lo que, por nuestra parte, podemos añadir al texto de Segura Valero. Narciso Perales: el primer contacto de Raoul Salan en España En las obras sobre la OAS editadas en Francia se ignoraba la figura de Narciso Perales. Cuando el General Raoul Salan llega a España, después del episodio de las barricadas en Argelia (el porimer gesto de la insurrección de la comunidad “pied noire”), lleva varias direcciones de posibles contactos. Se las han dado amigos suyos y de los grupos civiles que apoyaron la insurrección. Quizás algún día en los archivos de las Falanges Exteriores o de la Delegación Exterior del Frente de Juventudes (si es que existen en algún oscuro almacén) den cuenta de las relaciones que ambas organizaciones tuvieron con la organización de los hermanos Sidos, “Jeune Nation”, que habitualmente suele ser calificado como el primer grupo neofascista –era más bien “nacionalista”- francés de cierta importancia en la postguerra. Esos contactos existieron. De hecho, desde los años 50, se celebraban en España “universidades de verano” y encuentros organizados por la Delegación Exterior del Frente de Juventudes, a las que asistían como invitados delegaciones de organizaciones afines de otros países: desde las Falanges Libanesas hasta la Falange Boliviana, pasando por los jóvenes del Movimiento Social Italiano o por… los estudiantes nacionalistas franceses de Jeune Nation. Es seguro que algunos amigos de Salan, sin duda, miembros de Jeune Nation, le habían pasado las direcciones con las que entró en nuestro país. De todas ellas solo una le interesó: la de Narciso Perales. Las conversaciones entre Salan y Perales fueron francas y profundas. Ambos sintinonizaron y Salan vio en Perales a un indómito predicador del ideal falangista, es decir, de las ideas que a él, le faltaban. Más tarde, cuando se incorporó Lagaillarde –el dirigente más atractivo de la insurrección “pied noire” y de las barricadas de Argel, un verdadero hombre de acción, diputado de la Asamblea Nacional, paracaidista heroico, Perales se entendió bien con él y mucho más cuando empezaron a afluir –perdida ya la esperanza de mantener el vínculo entre Francia y Argelia- los dirigentes de la OAS católicos y políticamente antidemócratas, como Dufour, el doctor Lefevbre y Château-Jobert. Armas para la OAS a través de España Una de las carencias del libro de Segura Valero es, precisamente, que no repara en uno de los temas que, desde el punto de vista periodístico sería más prometedor –el tráfico de armas para la OAS realizado a través de España-; por que ese tráfico efectivamente existió. Al parecer, la OAS había logrado sacar de Argelia ciertas cantidades de armas y explosivos y su problema era cómo dirigirlos a la metrópoli. Allí, existían comandos suficientemente dispuestos para la acción –la OAS-Metropolitaine- pero carecían de armamento suficiente y, especialmente, de explosivo plástico. Algunos “pied noires” disponían de pequeñas embarcaciones de recreo con calado suficiente como para cruzar el estrecho y situar las armas en los puertos de Málaga o Alicante. Pero más allá de Alicante, estos barcos no estaban en condiciones de llegar a los puertos franceses del Mediterráneo que, por lo demás, estaban bien vigilados. Así pues, se estableció una “ruta segura” que llegaba de los puertos del Sur de España a la frontera pirenaica. El problema era cómo pasar las armas. Hacía falta gente que conociera bien la zona fronteriza y, además, que fuera de “confianza”, sin fisuras, y con cierta identificación con la causa de la Argelia Francesa. En Lérida existía un cuadro falangista de mediana edad, en aquel momento jefe de la Falange de Sió, y que luego llegaría a ser Lugarteniente de la Guardia de Franco de la provincia de Lérida en los últimos años del franquismo y primeros de la democracia, Miguel Gómez Benet. Gómez-Benet conocía perfectamente los caminos de montaña y los pasos fronterizos no vigilados por la Guardia Civil. Por lo demás, él mismo era suficientemente conocido por los mandos de la Guardia Civil del norte de la provincia de Lérida, así que habían pocas posibilidades de que esos cargamentos de armas fueran interceptados, al menos, en la parte española. En dos ocasiones, Gómez-Benet, logró establecer contacto con el militante del partido de Pierre Poujade, encargado de recibir las armas en Francia. Como se sabe la Unión de los Comerciantes y de los Artesanos (UDCA), el partido poujadista, tenia una sección autónoma en Argelia, diriga por Pierre Ortiz, junto con Lagaillarde, alma de la insurrección de las “barricadas”. Desde el principio, la mayor parte de la UDCA tomó partido por los combatientes de la Argelia Francesa y, a pesar de su fundador, el partido pasó a ser una estructura aprovechada por los activistas de la OAS. Pues bien, Gómez Benet, en dos ocasiones consiguió establecer el contacto con el militante pujadista –cuyo nombre preferimos no citar- y las armas y los explosivos consiguieron ir a parar a manos de los activistas de la OAS. En la tercera ocasión, las cosas se complicaron, Gómez-Benet recibió las armas en cuestión, pero cuando acudió a la cita, el militante poujadista no se presentó; acababa de ser detenido y pasaría cuatro años en prisión. Este episodio coincidió con el derrumbe general de la OAS. Así que Gómez-Benet, sin comerlo ni beberlo, se encontró poseedor de un pequeño depósito de armas (pistolas y revólveres de ordenanza en el Ejército francés de la época, subfusiles MAT-42 y cierta cantidad de explosivos. De 1962 a 1976, estas armas permanecieron escondidas y no se utilizaron. También es cierto, que nadie las reclamó. En el verano de 1976, cuando Gómez-Benet ya era Lugarteniente de la Guardia de Franco, organizó, en colaboración con algunos italianos exiliados en España, un campamento paramilitar en Castell del Remei, del que la prensa dio cuenta en su momento. Sin embargo, la investigación periodística no fue capaz ni de establecer el tipo de armas que se habían utilizado, ni, mucho menos, su procedencia. Si no recordamos mal, Gómez-Benet falleció a finales de los años 80 y los restos de ese arsenal (seguramente ya deteriorados e inservibles) seguirán escondidos en donde estuvieron por espacio de 14 años. Por cierto, hay que recordar que Gómez-Benet fue el único lugarteniente provincial de la Guardia de Franco que se negó a la colaboración requerida por su superior jerárquico, Adolfo Suárez González, para ayudar a la creación de UCD. “Vamos a hacer lo mismo, pero con otra sigla”, fue lo que Suárez dijo en la reunión con los lugarteniente provinciales pocas semanas antes de la convocatoria de las primeras elecciones democráticas en junio de 1977. La pieza de enlace entre Perales y Gómez-Benet No creemos que Perales conociera a Gómez-Benet. A principios de los años 60, Narciso Perales era un exgobernador civil, falangista de toda la vida, católico, que no rehuía el contacto con los militantes falangistas disidentes del Movimiento franquista. Por su parte, Gómez-Benet era un oscuro militantes falangista de la provincia de Lérida sin muchos contactos en Madrid o Barcelona. Así pues, subsiste la duda, sobre cómo pudo Gómez-Benet contactar con Perales y como actuó de “transportista” de material perteneciente a la OAS. Pero las cosas se comprenden mucho mejor si tenemos en cuenta que en 1962, la Editorial Acervo, radicada en la calle Padua de Barcelona, había publicado la obra “El Occidente en Peligro”, firmada por el doctor Lefevbre. La obra es un típico alegato anticomunista escrito desde las posiciones católicas tradicionalistas que el doctor homeópata había sostenido siempre. Quizás lo más interesante es la reproducción de un “Manifiesto Corporativo” de René de la Tour Du Pin como anexo y algunas notas sobre la “Guerra Revolucionaria”. Un año después, esta misma editorial Acervo inició la publicación de una revista quincenal, titulada “Juanpérez” de la que aparecieron unos 150 números durante cuatro años. Pues bien, en el número 1, un redactor, entrevistaba al coronel Château-Jobert, como hemos dicho, último jefe de la OAS-Metro. Así mismo, esta editorial publicó la obra “El proceso al general Salán”. Hay que añadir que la editorial Acervo era propiedad de un excombatiente de la División Azul, José Antonio Llorens-Borrás, autor, por otra parte, de un libro sobre el proceso de Nuremberg, examinado desde el punto de vista jurídico (era abogado). Pues bien, Llorens-Borrás, estaba casado con la hermana de Narciso Perales. Así puede entenderse que, en esa época, su editorial se convirtiera en difusora de textos sobre el drama argelino y que en “Juanpérez” se publicaran distintos artículos (especialmente durante su primer año de vida) sobre la diáspora de los “pied noires”. Perdida Argelia, la lucha continúa El libro de Segura Valero termina con cierta brusquedad cuando un funcionario francés gaullista viene a España a proponer la “reconciliación” con los miembros de la OAS y a pactar el desarme de la organización. Hubo más. Ciertamente, la historia oficial de la OAS termina con esta “operación reconciliación”, pero entonces quedaba lo más apasionante: la historia de los militantes perdidos de la OAS surgidos de la diáspora de los “pied noires”. Personalmente hemos conocido a decenas de exOAS en las circunstancias mas diversas. No es el caso relatar estas experiencias personales, pero si recordar que, entre los “plastiqueurs” de la OAS que terminaron residiendo en España, no todos se acomodaron –como Lagaillarde- a los negocios y a recordar en las barras de bar y en las cenas entre camaradas, los que sin duda constituyeron los años en los que “vivieron peligrosamente”. Casualmente, conocimos en Madrid a Jean Pierre Cherid. Se me ocurrió preguntarle si había vuelto a Francia después de lo de Argelia; la respuesta me llamó la atención: “No, para mi Francia es como una mujer a la que se ha querido mucho, pero te ha traicionado, entonces se le da la patada y nunca más se la vuelve a ver”. Sin embargo, Cherid volvió a Francia, o al menos, al País Vasco Francés, años después. Eran los tiempos del GAL. Cherid, en ese momento, era la punta de lanza del GAL. Al parecer, Cherid creía haber localizado el piso en el que se reunía la ejecutiva de ETA y estudió las posibilidades de eliminarla de un solo golpe. Algo salió mal y Cherid, al colocar la batería de la bomba para activarla, saltó por los aires. No fue el único miembro de la OAS que colaboró con el GAL. Hay otros nombres para esta historia sin gloria y sin sentido. A Portugal fue también a parar otro grupo de franceses ex miembros de la OAS, irreductibles y dispuestos a afrontar nuevas aventuras en el campo anticomunista. Ralf Guerin-Serac y otros dieron vida a “Aginter Press”, una agencia de prensa anticomunista, radicada en Lisboa, que, en el fondo, era la cobertura para operaciones anticomunistas en todo el mundo. “Aginter Press” contaba con el apoyo de las autoridades portuguesas, hasta el 23 de abril de 1973 cuando se produjo el “Golpe de los Coroneles”. Una de las operaciones más brillantes de la agencia había consistido en infiltrarse en Suiza el Partido Comunista de los Trabajadores y su órgno de prensa “L’Etincelle”. Al mismo tiempo, Guerin-Serac había realizado su “autocrítica” en la embajada de la República Popular China en Bruselas (desde allí, los chinos contactaban con los partidos maoístas que se habían formado en Europa Occidental… la mayoría patrocinados por la CIA) renunciando a su “pasado pequeño burgués”. “L’Etincelle” tomó contacto con los representantes de los movimientos de liberación del África portuguesa y consiguió visitarlos… poco antes de que las FFAA portuguesas los arrasaran con una precisión asombrosa. Así mismo, en Portugal publicaba la revista “Decouvertes”, Jacques Ploncard d’Assac, teórico del nacionalismo, próximo a la OAS y del que Ediciones Acervo publicó su obra “Doctrinas del Nacionalismo”. La parte contratante de la segunda parte… Otros “soldados perdidos” de la OAS llegaron a Oriente Medio, África e Iberoamérica. Ninguno de ellos pudo olvidar su juventud quemada al servicio del ideal de la Argelia Francesa y ninguno de ellos, ni siquiera hoy, ha podido olvidar la traición de De Gaulle a una comunidad que pagó caro el ser europeos en Argelia y querer seguir siéndolo. Por su parte, el FNL argelino tuvo también lo que merecía: tras una campaña de masacres contra la población europea de Argelia, siguió la independencia y las venganzas contra los “harkis” que no pudieron abandonar a tiempo el país antes de la independencia. Las distintas fracciones argelinas del FLN lucharon a muerte y el propio Ben Bella, líder de la independencia, resultó luego detenido por su, hasta entonces, amigo del alma y militante fraterno, Houari Boumedian. Tras pasar largos años en prisión, fue puesto en libertad y hasta hace poco defendía, por cuenta de Saddam Hussein, una opción laica al fundamentalismo religiosa argelina. Tras un largo período de gobierno en el que Argelia estuvo bajo la férula del FLN y escorado hacia la URSS, la crisis económica y el ascenso del fundamentalismo religioso, terminaron por pulverizar el régimen surgido de la traición gaullista. Una larga guerra civil de casi ocho años, siguió y, en la actualidad se encuentra en estado de latencia. La explosión demográfica y la falta de perspectivas del país, ha obligado a tres millones de argelinos a “colonizar” Francia. De hecho, los incidentes que tuvieron lugar el otoño del 2005 en Francia, tuvo como protagonistas a los hijos de los inmigrantes argelinos. Las esperanzas que se forjaba el FLN en 1961 no se han cumplido. Un activista del FLN, que aparece en “Los centuriones”, novela de Jean Lartguy dice, tras ser detenido e interrogado por los paracaidistas franceses: “Llegará un día en que colonizaremos Francia por el vientre de vuestras mujeres”… No, la crisis de Argelia deja todavía sentir sus huellas en Francia. No es el vientre de mujeres francesas lo que va a permitir la colonización de argelina de Francia, sino el indigerible fenómeno de la inmigración masiva. Pero esta es otra historia. Jean Thiriart, escribía en su obra “Europa: un imperio de 400 millones de hombres” (traducido en España como “¡Arriba Europa!”): “Europa se defiende en Argelia”… y tenia razón en 1962. Los miembros de la OAS, defendiendo sus haciendas y su vida, defendían la presencia de Europa en el Magreb. Por eso ha valido la pena recordarlos, con la excusa de la obra de Segura Valero. ¿Y nosotros? ¿tuvimos algo que ver con la OAS? No, por supuesto. O más bien sí. Por azares del destino, en 2 de julio de 1981 tuvimos que compadecer ante la Corte de Seguridad del Estado, en Francia y fuimos condenados a tres meses de prisión por “uso de documentación falsa”. En aquel momento nos encontrábamos clandestinamente en Francia y, solamente se nos pudo acusar de pasaporte, carné de identidad y de conducir falso. Pues bien, la Corte de Seguridad del Estado se había creado en 1960 para juzgar los delitos relacionados con la resistencia europea en Argel y la actividad de la OAS. El 13 de julio de 1981, este tribunal especial fue disuelto por Mitterand. Nuestro caso figura como el último juicio que se celebró en este tribunal. Ah, por cierto, nosotros también fuimos encerrados, como los antiguos “pied noires”, en la siniestra cárcel de La Santé… © Ernesto Milá – infokrisis – infokrisis@yahoo.es
Actualmente hay 1 usuarios viendo este tema. (0 miembros y 1 visitantes)
Marcadores