A mi parecer hay un error de base en que el vascuence es un idioma españolísimo, y no sólo por el superlativo. El vascuence será un idioma, o lo que sea, ibérico y si se le concede la primogenitura de los idiomas peninsulares todavía se le podría hasta decir iberísimo. Pero de español, nada de nada. El idioma españolísimo no es otro que el español. Y decir esto, aparte de ser perogrolluda, no es centralismo o jacobinismo revolucionario, es la pura realidad. Realidad de la que se huye constantemente en busca de la piedra filosofal que resuelve todos los problemas patrios, refugiándose en las más disparatadas teorías. Lo dramático no es la desaparición del vascuence, que en buen recaudo quede su sepultura, sino la destrucción de España y la ignorancia supina recubierta de rencor no ya de su reciente Historia falsificada, sino de su destino.