Revista FUERZA NUEVA, nº 74, 8-Jun-1968
Ataques a Portugal, a Fátima y al dogma
EL MONASTERIO DE MONTSERRAT, PIEDRA DE ESCÁNDALO
El monasterio de Nuestra Señora de Montserrat se ha convertido en una piedra de escándalo y de enfrentamiento en Cataluña. Bastaría el examen de sus publicaciones para constatar la gravedad de las ideas que durante años y años han propagado las publicaciones de la abadía benedictina de Montserrat.
En el número de “Serra D’Or”, de julio de 1961, no se recataba de hacer el elogio a Fidel Castro: “Fidel Castro ha derribado esta esclavitud -los trusts americanos- y en ello radica su mérito innegable, y su revolución ha tomado una significación invulnerable que ha arraigado en el corazón de la tierra y del pueblo (…)“.
En febrero de 1967, “Serra D’Or” publicaba un artículo titulado “Portugal avui” (…). Que “Serra D’Or” ataque a Portugal presenta un carácter grave desde un punto de vista patriótico. España y Portugal tienen firmado el Pacto Ibérico y varios tratados especiales. No es tolerable que, desde una revista cuya publicación depende de un monasterio, se pueda atacar impunemente a la nación hermana.
Nosotros nos unimos a las palabras del ministro de Asuntos Exteriores, don Fernando María Castiella, cuando en el debate general de la XV Asamblea de las Naciones Unidas, el 24 de septiembre de 1963, decía lapidariamente: “Al defender aquí a Portugal, no estoy defendiendo a un país con el que España tiene un vínculo fraternal irrenunciable, sino pidiendo serenidad y confianza en lo que un pueblo de su tradición histórica y cultural puede hacer y hará no frente a la violencia, sino frente a la paz y frente a su responsabilidad, de la que nunca abdicó”. ¿Defenderemos a Portugal en la ONU y la dejaremos atacar al estilo de “Informations Catholiques Internationales” por la “Serra D’Or” del monasterio de Montserrat? (…)
También contra Fátima
Otra publicación de Montserrat es “Documents de Esglesia”. En su número 22, del 15 de septiembre de 1967, se reproduce un manifiesto panfletario contra Fátima y el viaje de Pablo VI al gran santuario mariano. Reproducimos algunos párrafos dignos de los escritores más anti católicos y masónicos, que no han faltado en Portugal. Lo imprevisible es que los monjes benedictinos de Montserrat se ofrecieran como altavoces de esta literatura repugnante.
He aquí algunas muestras de cómo el padre Hilario Raguer Suñer -director de la revista- “documenta” a sus lectores para enterarles sobre la realidad de Fátima:
-“El mensaje de Fátima es presentado a menudo como un soporte a Salazar y a su régimen. Esto es una gracia de la Virgen y las plegarias tienen a menudo por objeto la permanencia y la estabilidad del régimen político actual”.
-“La represión política se apoya a menudo en la religión: los comunistas (es decir, los obreros, los campesinos o estudiantes reivindicadores) son enemigos de Dios y de la Iglesia: los católicos progresistas, malos católicos. Así, “Pragma”, asociación cultural católica legal, que tenía por objeto la difusión en los ambientes intelectuales, obreros y rurales de la encíclica “Pacem in Terris”, ha sido clausurada hace un mes por la policía política, acusada de propaganda subversiva”.
-“Soporte de la política colonial: mientras que, por un lado, los catequistas africanos destituidos y maltratados en las cárceles, acusados de propagar doctrinas subversivas, en Fátima se ora por las misiones y por la conversión de los “negritos”, como se dice, las plegarias en Fátima piden la paz, identificada con las victorias en la guerra que el Gobierno portugués hace en África. Los guerrilleros son presentados como unos terroristas malos, enemigos de Dios y de los cristianos. La estatua de la Virgen de Fátima hace un viaje de peregrinación a través de todas las regiones de las colonias no ocupadas por los nacionalistas y va acompañada de toda una propaganda nacionalista seudo-religiosa. El “movimiento nacional femenino” lanza por avión, en las regiones en guerra, medallas de la Virgen de Fátima, a fin de dar valor a los soldados, dar mayor eficacia a su acción y, eventualmente, convertir a los malos. ¡Y cuántos milagros (es decir, victorias militares) han alcanzado estas medallas!”
-“Finalmente, y sobre todo, la religión y Fátima por excelencia, a través del rosario, plegaria de los sencillos, invita al pueblo a ser humilde, paciente, dulce en la pobreza, si no es en la miseria, a no ser violento” (…).
-“En este contexto, ¿cómo se puede recordar aun la otra cara de la medalla? ¿Cómo puede comprender el pueblo portugués el viaje del Papa, sino como un soporte a aquello que Fátima ha representado siempre: el integrismo. Y la confusión política religiosa?” (…)
Frente a toda esta verborrea, expresión del detritus de más viejo anticlericalismo, Pablo VI, a su regreso de la peregrinación de Fátima, ya en Roma, dijo públicamente: “Encontré un Portugal un pueblo bueno y piadoso. Fue una experiencia maravillosa que mostró el camino para la reconstrucción del mundo, tal como lo deseamos, de oración, humildad, concordia y buena voluntad”. (…)
Pero de esto no se enteran los monjes redactores de “Serra D’Or” ni de “Documents d’Esglesia”. Ellos son especialistas en recorrer las cloacas de las más bajas difamaciones contra la acción civilizadora de Portugal y contra Fátima. Por lo visto, de Fátima, ¡ni lo que dice Pablo VI les interesa!
(…) El domingo tercero de Cuaresma de este año, la abadía de Montserrat, oficialmente, publicaba una hoja catequética de presunta explicación sobre el infierno. Con un lenguaje de caricatura, se pasa más adelante a negar en dicho texto de la responsabilidad moral del hombre que peca. (…) Según la abadía de Montserrat, el infierno sería “el conjunto de vidas absolutamente frustradas porque se han cerrado el amor y se encuentran sin amor y sin Dios, en la infelicidad de su propia cerrazón”. (…)
El problema gravísimo de que un monasterio de historia tan venerable y de influencia tan decisiva para Cataluña, como es Montserrat, se dedique a la destrucción de las verdades dogmáticas, de la piedad que merece Fátima, y que sirva de vehículo en sus publicaciones a las campañas internacionales contra Portugal, salta a la vista. (…)
Jaime TARRAGÓ |
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