Re: Conozcamos cuales son nuestras aficiones.
Muchísimas gracias por obserquiarnos con estas fotografías. Los castillos me gustan tanto que viviría en alguno, desde luego más modesto y real que el del avatar pero, por no tener dinero ni para comprarlo y mantenerlo, no lo hago y doy gracias a Dios por hacerlo en un chalet anticuado ( me encanta), con resabios medievales en una parte de su decoración. Y ello incluye la ironía, cuando alguna persona impertinente me recuerda que en ese o aquél rincón hay una tela de araña, ya que suelo responder que no hay castillo o casona que se precie u quiera pasar por auténtico, que no tenga un pedazo de tierra a su alrededor y algunos colgagillos aracnoides en techumbres, esquinas y quicios de puertas. La respuesta inmediata suele ser " déjate de historias, eso es porquería"
Pero es que estos "urbanícolas" de hoy en día no entienden.
Te recomiendo encarecidamente que leas ese ensayo de Ortega, te dará una perspectiva totalmente nueva del tema.
Última edición por Valmadian; 21/12/2008 a las 16:57
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
Marcadores