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Hyeronimus
Estimado Jasarhez: Si miras bien, el artículo está firmado por Juan Manuel de Prada, no es mío. Lógicamente, si lo ha traído aquí es porque me parece bueno (como suelen ser los suyos) y estoy de acuerdo en todo o casi todo. Ya quisiera tener yo la sagacidad de Prada y el tiempo para escribir esas cosas.
En realidad, soy más bien pesimista. Ya quisiera yo que hubiera una nueva Cruzada (me apuntaba ahora mismo), pero con el transbordo ideológico tan terrible que ha sufrido la sociedad española no lo veo nada posible, lo cual no quiere decir que yo por mi parte no vaya a hacer cuanto esté en mis manos por salvar a España, por pequeña que sea mi contribución.
Es verdad, estimado Hyeronimus. Ya me pasó lo mismo en otra ocasión.. Cada vez tengo menos falta de atención
Y entre otros muchos defectos que padezco, también tengo que admitir mi tendencia pesimista. Aunque, también haya gente que diga que, a veces, también tenga un puntito de temeridad, casi suicida y unas gotas de locura pasajera (lo que quizás también sea otro defecto...). Pero quizás, por eso me gustó el artículo que colgaste de JM de Prada (quien por cierto, también se ha considerado en mas de una ocasión, públicamente, como pesimista... aunque, en este artículo, no lo parezca).
De hecho, tal y como te pasa a ti, yo tampoco veo posible en estos momentos de nuestra historia el estallido de ninguna Cruzada, a la que con los ojos cerrados, como tu dices.. yo también me embarcaría. Y si ésto fuera posible, también me gustaría que fuera España (y Portugal, nuestra hermana vecina) quien la encabezara. Comenzando por promover con el ejemplo de nuestra hispánica lucha, un cambio de cultura en el corazón de la vieja y corrupta Europa. Para crear una sociedad que estuviera mas dispuesta a sacrificar la estúpida mentira del "consumo desmedido" que ha rebajado al ser humano a la condición de cosa... y que nos han traído todas estas ideas extranjeras, paganas y paganizantes del sistema liberal y marxista, por la VERDAD y la JUSTICIA de Cristo.
Y es partiendo, precisamente, de esta idea por donde me gustaría comenzar a contestar algunas de las ideas que expone Irmão de Cá en este último mensaje suyo.

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Irmão de Cá
(.../...) Hay que cambiar mucho y mucho hay que cambiar. Pero antes de empezar la paliza se cierran las puertas de casa. Para se cambiar y devaluar la moneda hay que frenar la fuga de capitales; para frenar la fuga de capitales hay que cerrar (en parte) la economía; para cerrar parcialmente la economía hay que quitar la Unión Europea; para quitar la Unión Europea hay que plantear alternativas; para plantear alternativas es necesario tiempo y decisión; para haber decisión es necesario voluntad; para haber voluntad es necesaria otra cultura política y otra sociedad que esté dispuesta a sacrificar consumo por cambio de un modelo de economía más sustentable, más respetuoso de los recursos, más justo en la repartición de la propiedad de los medios de producción y de la renta resultante, más asiente en los valores de Cristo que en los del mercado.
Estimado Irmão de Cá,
dejando al margen las críticas de "simplismo" que haces del artículo de JM de Prada. Observación que yo no puedo compartir, pero tampoco rebatir... lamentablemente, ya que no tengo las suficientes nociones de economía para poder hacerlo, tengo que decirte que me ha gustado tu último párrafo (el cual cito). Es verdad que habría que cambiar muchas cosas, y que una de ellas; quizás la primera... sea la de cerrar nuestras puertas. Regresar a un cierto nivel sano de autarquía y fomentar la industria nacional, y el sentimiento de pertenencia a una patria común, y la ilusión por un futuro que solo nos pertenece a los que vayamos a construílo... Como tu dices, para cerrar nuestras puertas primero habría que finiquitar la nefanda Unión Europea, al menos tal y como está concevida y estructurada en estos momentos y asentarla en Cristo. Sería como poner en práctica quél: "Europa, vuelve a encontrarte. Sé tú misma. Descubre tus orígenes. Aviva tus raíces. Revive aquellos valores auténticos que hicieron gloriosa tu historia y benéfica tu presencia en los demás continentes", que decía el papa Juan Pablo II ante la tumba del Apostol Santiago, en Santiago de Compostela. Es decir, Europa deja de llamarte así y recupera de nuevo tu verdadero y único nombre, el de "Cristiandad"... que jamás debiste olvidar.
Se que suena a una empresa casi suicida, pero a mi me encantaría que tal "revolución" (que en realidad no sería mas que su contra) fuera iniciada aquí, en el interior de nuestras fronteras hispánicas. Dejemos de ser ya tan "sensatos", y aunque se nos pueda acusar de simplismo o de locura suicida, hagamos gala de nuestro espíritu quijotesco (siempre tan hispano), siempre tan nuestro... y seamos los primeros en comenzar a soñar de una vez por todas. Y comencemos primero arremetiendo contra tantos y tantos molinos de viento, sin tener miedo de los gigantes que no son.. porque nunca lo fueron, aunque aparentan serlo. Porque, aunque me llamaran necio, estúpido o loco, yo en esa lucha sí me metería de lleno.
A mí si me ha gustado, y mucho, el artículo de Juan Manuel (me suele ocurrir lo mismo con todos sus artículos). Y con este mensaje me gustaría comenzar mi particular pequeña lucha por reivindicar nuestra pronta salida del EURO. Primera batalla de una larga y feroz lucha para acabar con esta Europa sin alma que no es mas que el insípido y bobalicón "centro comercial" donde juegan al monopoli unos mercaderes sin Dios y sin escrúpulos que han enfermando nuestras almas y que tanto se han empeñado en ensuciar nuestros templos.
Si pudiera con un látigo, yo mismo los expulsaría de nuestro suelo, y solo esperaría al general que se pusiera a la cabeza de esta santa lucha, para ponerme a sus órdenes, y comenzar a hacerlo... empezando, primeramente, creyendo en ello... Y sabiendo que esta acción quizás nos llevaría a la carcel, a la ruína o al sacrificio si fracasáramos en el empeño.
Cuando Don Pelayo comenzó la Reconquista en Covadonga, jamás supuso que ésta triunfaría, ni tampoco que esa dura empresa iba a durar tantos siglos... pero, aún así, la inició, porque tenía fe y principios. Y al fin, su fe y la de tantos otros... finalmente nos llevaría a la forja de un Imperio, un Imperio asentado, como no podía ser de otro modo, en la fe de la Verdad y la Justicia de Cristo. Ninguna larga marcha de muchos miles de kilómetros se ha concluído nunca sin haberla comenzado dando primero un pequeño y tímido primer paso, solamente un primer pasito... iniciado contra el consejo de tantos y tantos agoreros. O lo que también es lo mismo, el miedo no es un buen consejero.... "quien quiera salvar su vida la perderá sin remedio".
¡Revivamos el espíritu del
insigne hidalgo Don Quixote!.

REVIVAMOS EL ESPÍRITU DE DON PELAYO
Un abrazo en Cristo a ambos
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