Re: La desindustrialización de España - EL DISPARATE ECONÓMICO (por Roberto Centeno)

Iniciado por
Valderrábano
Efectivamente Primo de Rivera se adelantó al propio Keynes casi en una década, lo cual sin duda es sorprendente no sólo porque su política económica fue un éxito sino porque además refleja como España se adaptaba a las circunstancias del momento aplicando correctamente las doctrinas más modernas.
Las similitudes que Vd menciona entre las dos Autarquías de Primo de Rivera y Franco son hasta cierto punto lógicas ya que Franco confesó en reiteradas ocasiones ser un admirador y continuador de las políticas económicas de Primo de Rivera. Y es lógico que esto fuese así ya que durante el periodo de Primo de Rivera España creció mucho y se fundaron las primeras empresas públicas importantes de nuestro país, algo que no se hacía prácticamente desde el siglo XVIII y que después de la IIGM harían todos los países de Europa. Entre estas empresas "públicas" tenemos las ya mencionadas CAMPSA, TELEFONICA, TABACALERA, IBERIA, PARADORES NACIONALES DE TURISMO, etc por mencionar algunas de las que han llegado hasta nuestros días aunque ya privatizadas. Además se construyeron pantanos, y vías férreas etc
De todas formas hay una diferencia entre ambas autarquías: La de Primo de Rivera fue un éxito mientras la de Franco fue un fracaso. Y no vale la excusa de la Guerra, ya que España tenía el tejido industrial casi intacto al finalizar ésta. Otra cosa es que debido al caos organizativo existente no hubiese fuentes de energía disponibles ni mercado para vender nada, más allá del extraperlo. Menciona Vd la ayuda de trigo recibida de Argentina y que España no pudo pagar. Pues bien eso nos da una idea de la situación que se vivía. El número de agricultores sin embargo aumentó durante esos años mientras que la producción agrícola se reducía debido al empleo de técnicas casi exclusivamente manuales, sin mecanización alguna, entre otras cosas porque no había ni electricidad ni carburantes para mover la maquinaria, ya que los precios no permitían pagar esa energía y era más barato contratar peones hambrientos a 4 perras.
En resumen y para no extenderme, Primo de Rivera se puso él al servicio de la economía española, sin embargo Franco hizo al revés, puso a la economía y a España a su servicio y de ahí el fracaso vivido durante años. España vivió una Gran Depresión, la más larga y profunda de Europa, entre 1939 y 1950 como consecuencia de ello.
La autarquía de Primo de Rivera inicialmente positiva acabó endeudando al Estado gravemente y no dejó de ser un fracaso por tal motivo. Si lee usted, o cualquiera que quiera hacerlo, en el enlace al artículo de la Wiki, concretamente el punto que he señalado, ahí se reflejan todos los efectos negativos, no presentando el panorama idílico que usted se empeña en sostener, inútilmente todo sea dicho de paso por cuanto la mayoría de historiadores y analistas presentan un panorama diferente y en sus justos términos. Piense usted que cuando menciona las empresas estatales nacionalizadas o intervenidas como modelo de algo, olvida que el país tiene medio millón de kilómetros cuadrados sobre los que se repartía una población entonces de unos 28 millones de personas a las que los efectos positivos de tales empresas no les llegaban ni las migas. Así que hablar de grandes logros al referirse a unas cuantas empresas mal contadas es patético, porque el país estaba hundido hasta en la miseria moral, y todo ello gracias a las nefastas políticas de los liberales implantadas durante decenios. Mire, lo que usted viene a afirmar se traduce en la expresión favorita de Aznar en su etapa de presidente: "España va bien" O sea, iba bien en macroeconomía -vamos, la del Estado-, pero la microeconomía era otro cantar -es decir, la del bolsillo de todos nosotros-, pues en tiempo de Primo de Rivera pasaba algo similar, de ahí esos grandes logros en cuatro cosas muy llamativas, aunque escasamente productivas, similares a las grandes obras del régimen soviético en su industria pesada que no logró jamás sacar a su pueblo de la miseria. Que la industria nacional estuviese intacta, sólo lo fue parcialmente y gracias a que en las capitanías en las que triunfó el golpe de Estado no hubo combates. Mientras que si se dio esa destrucción en las zonas donde la guerra se manifestó abiertamente. No obstante, la escasez de destrucción se debió en parte a la escasez de construcción y existencia de tejido industrial y eso es algo manifiesto, vamos, que no se pudo destruir lo que no existía.
Luego, usted se empeña en adjudicar a Franco todos los males habidos y por haber. En casa mi padre era franquista, pero yo no lo soy, y a mi el tema me coge entre dos posiciones, de un lado el respeto a los sentimientos e ideas de mi padre, agradecido a su vez, de haberle sido salvada la vida, y por otro, el de la crítica como carlista a causa de los errores en los que incurrió en determinadas cuestiones. Pero, nadie hay perfecto en este mundo, o sea, todo el mundo se equivoca incluido usted, y también los suyos y mucho, muchísimo, por cierto, y lo que resulta de traca por pura y dura falacia, es atribuirle todos los males, algo a lo que es muy aficionada la masa irracional. Da la impresión de que el país estaba dividido en dos Españas: Franco por un lado y toda España por otra. Lo cierto es que había tres Españas: la franquista sociológica, es decir, la de la cooperación y colaboración buscando salir del problema que había y que representaba al 90 % de los españoles. La contraria, formada por lo que quedó de los fieles a la República, y la tercera, la de los simpatizantes del Nazismo y Fascismo, o sea, los "revolucionarios nacionalistas". Los dos últimos grupos eran los que ponían palos en las ruedas, cada sector a su conveniencia. Así que Franco no era un dios omnipotente y omnisciente. Y, por supuesto, que la guerra fue un enorme quebranto económico, a ver si es que ahora va a resultar que se hizo con escopetas de perdigones, y la situación internacional no estaba para nada, ¿o es que usted se ha autoconvencido de que si no hubiese una guerra mundial... ¡¡¡ mundial !!!, España hubiese vivido en esa autarquía? Vaya usted repasando sus conceptos en lugar de intentar imponerlos a machamartillo, y lea los textos adecuados, incluidos los del propio Régimen. Y déjese de zarandajas con esos espíritus -si los de los fantasmas del pasado-, de que si Primo de Rivera fue poco menos que un forzado de la política, un "monarca" en términos de teoría política griega y Franco un "tirano", eso se lo cree sólo gente como usted que no hacen sino enormes esfuerzos en tergiversar la Historia.
Última edición por Valmadian; 27/05/2013 a las 15:04
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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