http://caminante-wanderer.blogspot.com.ar/2013/08/carlismo-argentino.html
Comentábamos hace pocos días la notable cantidad de malos lectores que tiene este blog, como muchos otros. Es decir, gente que lee mal, o que no interpreta correctamente lo que está escrito, o que opina sin conocer.
Cuando sólo de modo muy tangencial incluí en la última entrada una mención al carlismo argentino, no faltó un iluminado que escribiera la siguiente barbaridad:
“¿Carlismo en Argentina? ¡Eso es desarraigo por falta de identidad con la tierra que se habita! Y siguiendo su premisa, falta de nobleza”.
No entiende lo que es el carlismo; no entiende lo que es arraigo, no entiende lo que es nobleza y, mucho menos, conoce la historia argentina.
Pero vino una muy buena respuesta de parte de un anónimo que incluyo aquí abajo.
Por supuesto, los muchos nacionalistas lectores de este blog no estarán de acuerdo. Seguimos siendo amigos, pero yo les sigo recordando que no entiendo un nacionalismo católico e hispanista que reconozca como punto de partida la sedición de 1810, perpetrada por liberales y masones.
Aquí la respuesta del Anónimo Lector:
Esto puede ser falso o verdadero.
Es verdadero si el carlista argentino lo es por no conocer la historia y por el solo gusto de lo “no-argentino”. Una especie de apátrida refinado.
No es verdadero si ese carlista hispanoamericano conoce la historia. Y si la conoce bien no tiene más opción que ser carlista, aunque haya nacido en Argentina.
El nacionalista no conoce la historia y cuando la conoce la interpreta mal.
Es muy sencillo, el nacionalista, lo reconozca o no, es hijo de 1810 aunque se llene la boca diciendo que se considera un heredero de España (como lo dicen todos).
A Liniers lo mataron por proto carlista los hombres de 1810.
La misma justificación de la Independencia de los nacionalistas fue lo que motivó a los revolucionarios a matar al único héroe intachable que tuvimos (pues hasta Rosas tuvo sus pocas tachas).
Liniers les dijo algo así: “Ustedes dicen que por estar el rey cautivo es tiempo de independizarse, pero a fe mía que son como el heredero que está esperando la muerte del padre para alzarse con el botín”.
La otra posibilidad es que los nacionalistas sepan historia pero tengan una idea de la piedad de trecho corto, comenzada en 1810, como quien se despreocupa por el alma de su bisabuelo, pero aun visita en el geriátrico a su padre.
Y hay una posibilidad más: que los nacionalistas son hombres de acción y el carlismo no es posible aquí. En este caso entérense que el nacionalismo tampoco. Ambas son cuestiones únicamente de escritorio y piedad (bien o mal entendida), les guste o no.
Es la historia. Búsquenla en los libros.
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