Somos hijos de España - Hispanofilia

¿CUANTO HEMOS PERDIDO LOS AMERICANOS EN 200 AÑOS?

Primero nos desmembramos en estados anarquizados, cuando éramos un imperio unido de cultura europea en América, luego a partir de las luchas intestinas, pues ya no teníamos una figura común, un árbitro de diferencias como era el rey de España, nuestra parte se subdividió y perdimos el Alto y Bajo Perú, la salida al Océano Pacífico por el Alto Perú, el Paraguay, la Banda Oriental, el sur de Brasil, las Misiones Orientales, Guinea Ecuatorial, el sur de Chile, la posibilidad de crear un estado junto a la Capitanía de Chile, idéntica posibilidad con Perú, ídem con Ecuador, las islas Malvinas, las islas Georgias, las islas Sandwich y en el siglo XX, el Mar Argentino y recientemente, hace pocas semanas, la Antártida. Más de diez millones de kilómetros cuadrados de territorio. Y encima somos tan torpes que lo festejamos como gesta patria. Fíjense que lo mismo le pasó a Méjico con la pérdida de tres millones de km cuadrados a manos de EEUU y a Colombia, Venezuela y Centroamérica con la separación en varios estados sin destino y a Perú y Ecuador con su separación y enfrentamiento en dos guerras.

Además, Perú perdió todo su mar que iba desde Panamá hasta el sur de Chile y hoy tiene que discutir con Ecuador y Chile, diferencias limítrofes en el Océano Pacífico. Y dentro de tierra firme, los argentinos perdimos completamente la minería y con ella la potabilidad del agua, la soberanía alimentaria a manos de pooles de siembra y posible contaminación alimentaria y reducción de la biodiversidad y en todos los casos con la complicidad de nuestros gobernantes para llevar a cabo un genocidio contra el pueblo argentino y completar la entrega...de lo poco que nos queda. Incluso perdimos soberanía en materia monetaria. Por eso, no es casual que en el siglo XX nos hayan enfrentado entre argentinos, que provocarán el desprestigio de las Fuerzas Armadas para luego justificar el poder perseguirlas y destruirlas. Eso permitió avanzar en la destrucción de todo tipo de orden y acabar con la familia en una clara ofensiva de destrucción demográfica. Y de ahí, a ocupar nuestras mentes como se ocupa al último reducto soberano, utilizando medios de comunicación y planes de educación, con claros propósitos antinacionales. Hoy, no tenemos manejo soberano en la emisión de moneda ni en la aprobación de los pliegos de ascenso en las Fuerzas Armadas, ni en el manejo de nuestros recursos naturales, ni en nuestra educación.

HOY, NOS HAN OCUPADO HASTA LA MENTE EN UNA MATRIX ESPECIALMENTE DISEÑADA PARA LOS ARGENTINOS. HOY VIENEN POR LA ULTIMA SECESION TERRITORIAL: la Patagonia y la separación en cuatro estados.

Por eso, cuando recuerdo aquella frase "...luchemos aunque sea en pelotas como nuestros hermanos los indios, seamos libres y lo demás no importa nada..." ¿cómo es eso? ¿Qué lo demás no le importaba nada? ¿Qué era lo demás?, ¿todo lo que hemos perdido y seguimos perdiendo y seguiremos perdiendo en un futuro próximo? ¿Quién se benefició con nuestras pérdidas? Con claridad, hay nombres y apellidos para cada respuesta. Por algo borraron la gesta gloriosa de Santiago de Liniers, lo fusilaron y fabricaron otros mitos. El virrey Liniers, héroe ante las invasiones inglesas, quería mantener la unidad imperial y los otros mitos nos llevaron a la destrucción cuando abrieron la caja de Pandora de la desunión americana. ¿Que había que corregir muchos errores? sí, pero no había que destruir, se podían hacer las cosas de otra manera, sin guerras que de alguna manera perviven hasta hoy.

Por algo la historiografía oficial oculta que los oficiales y soldados de los ejércitos realistas en todo el continente estaban formados en un 99% por indios y criollos que veían el ataque a la religión, el avance de los grupos de poder, las pérdidas de sus propiedades y libertades de sus personas y sus comunidades...y la mano herética de Inca la perra. Los indios lucharon por el rey hasta 1834 y en algún caso hasta 1839 ¿sabían eso? ¿Sabían que los independentistas les quitaron las tierras y les borraron sus lenguas, antes protegidas por la Iglesia y por el rey? La Iglesia y España catalogó unas quinientas lenguas americanas, muchas con raíces asiáticas, en alguna se sospechan raíces europeas y sin escritura, fue la Iglesia las que les dio una escritura.

¿Sabían que los miles de soldados realistas en toda América eran criollos indios, negros y voluntarios y los soldados del Ejército de los Andes sufrían la leva obligatoria, que los soldados sanluiseños iban engrillados y quienes desertaron fueron fusilados por un coronel Videla, delegado de San Martín y antepasado del general Videla?

Fíjense que los americanos ya no recuerdan que tuvimos un emblema imperial. Brindo por la unidad americana. Brindo por las aspas de Borgoña con la que peleamos contra Inglaterra en Argentina en tres oportunidades y también en Colombia y en Nicaragua. Bandera que formó al imperio más grande que conoció a la humanidad y que llevó la lengua castellana y la cristiandad al mundo. El primero que circunvoló el globo terráqueo, empresa sin la cual no sería posible el mundo tal cual lo conocemos. Único imperio que hoy podría enfrentar la avaricia anglosajona y el avance musulmán. Hoy el mundo se enfrenta a la posibilidad de una guerra y no tenemos a un Carlos V ni a un imperio que lo frene o por lo menos, nos proteja y preserve…y todavía algunos creen en la versión mitista de la historia y de la revista infantil Billiken. España nos perdió a nosotros y nosotros a España. Y quedo a la espera de respuestas y preguntas respetuosas para conversar con quienes amen a la patria…

Patricio Lons





http://hispanoamericaunida.com/2013/...os-y-profetas/


“esas celebraciones son las celebraciones de la ruptura, división y rebajamiento de la Patria Grande, del inicio de nuestros males más atroces, es la celebración de nuestra miseria y nuestro olvido (…) sabiamente dijo un compatriota del otro lado del charco “Nos separamos para profundizar nuestros errores” (…) Debemos revivir la unidad superior que no divida. Debemos revivir Hispanoamérica” El siguiente texto es un fragmento de un artículo de opinión del mismo título, de Francisco Núñez del Arco Proaño, escritor, historiador y presidente del Instituto Ecuatoriano de Cultura Hispánica. Publicado en el sitio web Coterraneus el 5 de julio de 2011. Escribió Bolívar: “Este país caerá infaliblemente en manos de la multitud desenfrenada, para después pasar a tiranuelos casi imperceptibles, de todos los colores y razas”. Sin embargo, el propio Bolívar fue Dictador Supremo del Perú, donde ejerció una brutal represión y dispuso la separación del Alto Perú (Bolivia).

NOTA: Las opiniones y expresiones vertidas en este artículo corresponden exclusivamente a su autor y no deben interpretarse necesariamente siempre como un posicionamiento de nuestro sitio web Hispanoamérica Unida. Hoy 5 de julio de 2011 se celebra con una estupidizante algarabía propia de la fecha, el bicentenario de la llamada “declaración de independencia” de Venezuela, y siendo que el “Libertador” era venezolano, no puedo menos que referirme a esta fecha. Desde el 2009 que el continente viene celebrando inconscientemente los distintos bicentenarios de sus “independencias”. Y hay que decirlo de una buena vez, de manera directa y sin rodeos, esas celebraciones son las celebraciones de la ruptura, división y rebajamiento de la Patria Grande, del inicio de nuestros males más atroces, es la celebración de nuestra miseria y nuestro olvido. La llaman independencia y la llaman libertad, y por ahí dicen que eso venimos celebrando en el o en los bicentenarios. Sinceramente me causan mucha risa y mucha pena aquellos que se llenan la boca hablando de independencia, libertad, unidad y “Patria Grande” y a la vez reivindican a Bolívar, a San Martín, a Sucre y a O’ Higgins y cía. (Que según algunitos sabelotodos querían unir algo que ya estaba unido). Dicen que estos nos dieron independencia: “independencia” es al parecer la entrega y expoliación del continente al imperialismo británico primero y al yanqui después, independencia es la crisis política y el endeudamiento económico consuetudinario desde hace 200 años, independencia es morirse de hambre, independencia es alienarse la cabeza de ideas e identidades que no son nuestras. Dicen que estos nos dieron libertad: “libertad” le llaman al látigo, al fusil y a la guerra; que hablen de libertad los fusilados, perseguidos y desterrados de Bolívar y sus descendientes en la ideas: que hablen de libertad los muertos en innumerables guerras civiles endémicas en lo que alguna vez fue un Imperio con siglos de paz; que hablen de libertad los indios sometidos y exterminados por la república: que hablen de libertad los cholos, los llaneros, los chagras, los huasos y los gauchos utilizados como carne de cañón en cuanta guerrita chauvinista se les ocurrió a los vende patrias; que hablen de libertad los oprimidos por la oligarquía y los cazados por la masonería y el liberalismo. Nuestros llamados próceres y quienes los reivindican como bandera de unidad, revolución y cambio son hipócritas, sinvergüenzas, vendidos y traidores, eso es lo que son, y lo digo sin empacho (y si algunos me quieren colgar, crucificar o fusilar por decir esto, les diré entonces háblenme de libertad y de independencia mamarrachos). Estos son los próceres, los hombres que hablan de patria y como dicen sus leguleyos seguidores, a confesión de parte: relevo de pruebas: “Los liberales del mundo somos hermanos en todas partes.“En defensa de la patria todo es lícito menos dejarla perecer.” José de San Martín “Terribles días estamos atravesando: la sangre corre a torrentes: han desaparecido los tres siglos de cultura, de ilustración y de industria: por todas partes aparecen ruinas de la naturaleza o la guerra”. Simón Bolívar, 1814 “Yo deseo continuar sirviendo a mi patria, para el bien de la humanidad y el aumento del comercio británico”. Simón Bolívar. 1815 “Siento no depositar esta insignia ante la asamblea nacional, de quien la había recibido; siento retirarme sin haber consolidado las instituciones que ella había creído propias del país y que había jurado defender…Que se presenten mis acusadores. Quiero conocer los males que he causado, las lágrimas que he hecho derramar. Salid y acusadme. Si las desgracias que me hacháis en rostro han sido, no el efecto preciso de la época del poder sino del desahogo de malas pasiones, esas desgracias no pueden purgarse sino con mi sangre. Tomad de mí la venganza que queráis, que yo no os opondré resistencia. ¡Aquí está mi pecho!” Bernardo O’ Higgins. “Contra la fuerza y la voluntad pública he dado la libertad a este país y como esta gloria es mi fortuna nadie me puede privar de ella”. Simón Bolívar, 1828. “Un País devastado tanto tiempo por la guerra sangrienta y desastrosa que ha sufrido, necesita de un gobierno propio, que anhelan sus pueblos, para que remedie los males de las convulsiones políticas” Antonio José de Sucre. “Nuestro pobre país parece destinado a sufrir más que todos los demás de América. De un extremo de democracia, que era ya desorden, pasa al otro, ¡que rigor! ¡ay qué hombres!” Antonio José de Sucre “Créame Ud., nunca he visto con buenos ojos las insurreciones; y últimamente he deplorada hasta la que hemos hecho contra los españoles”. Simón Bolívar, 1830. “Seamos libres, lo demás no importa nada”. José de San Martín. Al Congreso Constituyente: “¡Conciudadanos! Me ruborizo al decirlo: la independencia es el único bien que hemos adquirido a costa de todo lo demás”. Simón Bolívar, 30 de enero de 1830. La Hispania ultramarina desde entonces vive de tumbo en tumbo y sin levantar la cabeza. Y a la Hispania europea tampoco le ha ido muy bien que digamos, sabiamente dijo un compatriota del otro lado del charco “Nos separamos para profundizar nuestros errores”. Históricamente hablando la Independencia estuvo mal, sin embargo es un hecho consumado y por tanto inalterable; pero debemos considerar que si la separación vino por medio de una guerra, entonces solo por otra guerra vendrá la unidad. Debemos revivir la unidad superior que no divida. Debemos revivir Hispanoamérica. De tanta celebración bicentenaria solo sacamos una cosa: profetas, y el mejor de todos ellos fue Bolívar, y que nos lo diga con sus propias palabras en su última carta al general Flores (nuestro primer presidente republicano): “V. sabe que yo he mandado 20 años y de ellos no he sacado más que pocos resultados ciertos. La América es ingobernable para nosotros. 2°. El que sirve una revolución ara en el mar. 3°. La única cosa que se puede hacer en América es emigrar. 4°. Este país caerá infaliblemente en manos de la multitud desenfrenada, para después pasar a tiranuelos casi imperceptibles, de todos los colores y razas. 5°. Devorados por todos los crímenes y extinguidos por la ferocidad, los europeos no se dignarán conquistarnos. 6°. Sí fuera posible que una parte del mundo volviera al caos primitivo, este sería el último período de la América.” Una profecía cumplida al pie de la letra, tal vez por algún filón hebraico en la venas de su autor o por ser este el modelo de latinoamericano (que no hispanoamericano), quien lo arruina todo y después se arrepiente de todo. La nuestra, como diría Luis Corsi Otálora, es la Sinfonía Inconclusa de nuestros pueblos en la historia, gracias a los profetas de la calamidad diría yo. En estas tierras llenas de profetas que lanzan sus áridas y verdaderas palabras al viento para que se pierdan en la futilidad del futuro hecho, de la desgracia vivida y de la fatalidad realizada. En estas tierras de profetas estériles hacen falta y mucha, mucha falta, hombres virtuosos que no vivan de la palabra y la destrucción sino de la acción y la creación: a estos alguna vez los llamaron Reyes.