Re: Los Carlistas en la Guerra de Secesión Norteamericana
Y digo yo, ¿tan difícil resulta dar un cierto margen de credibilidad a un personaje que tiene un currículo imposible de meter en una tarjeta y que si fuese un farsante con semejante lista de condiciones, participaciones, etc., etc., también sería imposible que se escapase de ser desenmascarado?
En cambio, de un modo que llama la atención, mientras se le acusa hasta de trabajar para dos gobiernos o de preguntar acerca de sus intenciones (¿es obligatorio tener alguna oculta y tendenciosa?) se siguen abiertamente las descalificaciones de liberales en blogs liberales, salvo alguna excepción, aunque todas con el mismo denominador común: "a mi no me la cuela, yo no soy como esos que se lo han tragado" ¡ya! ¿y qué más aparte de no aportar nada, absolutamente nada? Todos olvidan que se trató de un AR-TÍ-CU-LO y los artículos habitualmente no se acompañan de citas y referencias bibliográficas, ¡tsché, tsché! escasita perspicacia y menor experiencia. Repito: un artículo, no un libro.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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