Y digo yo, ¿tan difícil resulta dar un cierto margen de credibilidad a un personaje que tiene un currículo imposible de meter en una tarjeta y que si fuese un farsante con semejante lista de condiciones, participaciones, etc., etc., también sería imposible que se escapase de ser desenmascarado?

En cambio, de un modo que llama la atención, mientras se le acusa hasta de trabajar para dos gobiernos o de preguntar acerca de sus intenciones (¿es obligatorio tener alguna oculta y tendenciosa?) se siguen abiertamente las descalificaciones de liberales en blogs liberales, salvo alguna excepción, aunque todas con el mismo denominador común: "a mi no me la cuela, yo no soy como esos que se lo han tragado" ¡ya! ¿y qué más aparte de no aportar nada, absolutamente nada? Todos olvidan que se trató de un AR-TÍ-CU-LO y los artículos habitualmente no se acompañan de citas y referencias bibliográficas, ¡tsché, tsché! escasita perspicacia y menor experiencia. Repito: un artículo, no un libro.