19. Carta del Partido comunista al Partido socialista: unidad para el derrocamiento revolucionario de la burguesía e instauración de la dictadura del proletariado en forma de Soviets


Carta del Partido comunista a la C. E. del Partido socialista

¡Camaradas!

Las luchas heroicas del pueblo trabajador español están dando sus frutos. En la memorable jornada electoral del 16 de febrero, los obreros y campesinos, unidos a las fuerzas democráticas, hemos asestado un duro golpe a la reacción. Hemos alcanzado una gran victoria, llevando al Parlamento una mayoría del Frente Popular, abriendo las cárceles para nuestros mejores combatientes, reconquistando la libertad, desbrozando el camino para conquistas ulteriores por las masas trabajadoras.

Esta victoria ha sido posible gracias al frente único proletario y la unidad de acción antifascista, victoria que, a nuestro entender, debemos ampliar y consolidar para las batallas de hoy y las luchas del futuro.

Tenemos un programa común del Bloque Popular, en cuya elaboración, juntos socialistas y comunistas, hemos dado nuestro esfuerzo. Este programa tenemos la obligación de cumplirlo y hacerlo cumplir en el área de la lucha de las masas y en el área parlamentaria. La garantía de su ejecución está en el frente único del proletariado, en su movilización y organización.

El proletariado unido tiene la responsabilidad histórica de organizar y dirigir las luchas de todas las masas populares, en primer lugar, de los campesinos trabajadores.

El programa del Bloque Popular, no obstante los aspectos positivos de sus puntos, ha sido declarado insuficiente, no sólo por las fuerzas obreras que forman el Bloque, sino por los mismos republicanos de izquierda, que aspiran a una República de libertad y justicia social. (…)

El Comité Central del partido comunista estima que, frente a los acontecimientos en curso y a los que se avecinan, corresponde a nuestros grandes partidos, unidos en frente de combate, la tarea de organizar a las masas laboriosas y dirigirlas a la lucha y al triunfo. Para eso es preciso, en primer lugar, fortalecer las relaciones orgánicas entre los dos partidos, a través de Comités permanentes de enlace en el centro, en las provincias y en todas las localidades. Estos Comités, entre otras tareas, deben dedicar una atención especial a las Alianzas Obreras y Campesinas, reforzándolas y vivificándolas allí donde existen y creándolas allí donde aún no están constituidas. El movimiento revolucionario de España nos ha dado esa forma histórica de organización y de lucha de los obreros y campesinos —octubre, y en especial Asturias, nos han dado el ejemplo de su eficacia revolucionaria—, e importa ahora conservarla y consolidarla. Las Alianzas Obreras y Campesinas deben ser el eje de toda la actividad de los Bloques Populares para el cumplimiento del programa de acción antifascista y de lucha contra la reacción. Sólo así se podrán realizar las tareas ulteriores de la revolución democráticoburguesa y transformarla en revolución proletaria, socialista. (…)

Este, a nuestro entender, debe abarcar aquellos puntos que fueron o no admitidos o disminuidos en el Bloque Popular, a saber:

1. ° Lucha por la confiscación, sin indemnización, de todas las tierras del señorío, de la nobleza, de los grandes terratenientes, de la Iglesia y de las Órdenes religiosas (…)
2. ° Luchar para que todas las deudas de los campesinos sean anuladas (…)
3. ° Lucha para proveer a los obreros agrícolas y campesinos trabajadores de maquinaria
(…)
8. ° Lucha por la liberación nacional de todos los pueblos oprimidos, reconociendo a Cataluña, Vasconia y Galicia el pleno derecho a disponer de sí mismos hasta la separación de España y formación de Estado independiente.
9. ° Lucha por la liberación inmediata y completa, sin restricción ni limitación, de Marruecos y demás colonias.
10. Lucha por la supresión de la Guardia Civil y de Asalto y de todas las fuerzas armadas de los capitalistas y terratenientes. Armamento general de los obreros y campesinos. Liquidación de la burocracia hostil al pueblo y elección de los funcionarios públicos por las Alianzas Obreras y Campesinas.
11. Lucha por la supresión del Ejército permanente, como instrumento que es en manos de los capitalistas y terratenientes. Liquidación de los generales y del cuerpo de oficiales. Elección democrática de los comandantes por los soldados. Elección por los soldados de sus Diputados a las Alianzas de obreros, campesinos y soldados. Creación de un Ejército rojo obrero y campesino, que defenderá los intereses de las masas populares y de la revolución.
12. Solidaridad proletaria con los oprimidos del mundo entero y alianza fraternal con la Unión Soviética, que construye imperiosamente el socialismo y constituye una potente fortaleza para el proletariado mundial y los pueblos oprimidos contra el fascismo internacional y las fuerzas de la reacción capitalista. Lucha incesante por la paz al lado de los pueblos que la desean, a cuya cabeza está la Unión Soviética.
13. Lucha por el Gobierno Obrero y Campesino, que realizará inmediatamente este programa apoyándose en las grandes masas de obreros, campesinos y soldados y sobre las Alianzas Obreras y Campesinas como órganos revolucionarios del Poder Las Alianzas Obreras y Campesinas, libre y democráticamente constituidas, lucharán hasta romper definitivamente el poder de los explotadores, de los capitalistas y terratenientes, hasta liquidar totalmente el aparato de coerción burocrático y antipopular del Estado y los Municipios, y los reemplazarán por órganos populares en los que participen las más amplias masas de obreros y campesinos en la dirección de su Estado. Las Alianzas Obreras y Campesinas les asegurarán pan, trabajo y libertad, y les representarán y defenderán sus intereses y necesidades diarias.

Las Alianzas Obreras y Campesinas, libre y democráticamente constituidas, lucharán hasta romper definitivamente el poder de los explotadores, de los capitalistas y terratenientes, hasta liquidar totalmente el aparato de coerción burocrático y antipopular del Estado y los Municipios, y los reemplazarán por órganos populares en los que participen las más amplias masas de obreros y campesinos en la dirección de su Estado. Las Alianzas Obreras y Campesinas les asegurarán pan, trabajo y libertad, y les representarán y defenderán sus intereses y necesidades diarias. (…)

La situación actual, el desarrollo ulterior de la revolución, la necesidad de asegurar su triunfo plantea ante nuestros partidos la necesidad de la constitución de un partido único del proletariado del partido marxista-leninista, dirigente de la revolución. A este propósito reiteramos nuestra proposición de 23 de octubre del pasado año, que tuvo una acogida favorable en la inmensa mayoría de los afiliados al partido socialista, para llegar al establecimiento de la unidad política sobre la base de las condiciones siguientes:

Independencia completa, vis a vis, de la burguesía y ruptura completa del bloque de la socialdemocracia con la burguesía; realización de antemano de la unidad de acción; reconocimiento de la necesidad del derrocamiento revolucionario de la dominación de la burguesía y la instauración de la dictadura del proletariado en la forma de Soviets; renuncia al apoyo de la propia burguesía en caso de guerra imperialista; edificación del partido sobre la base del centralismo democrático, asegurando la unidad de voluntad y de acción, templada por la experiencia de los bolcheviques rusos. (…)

En espera de vuestra contestación, que no dudamos será favorable, recibid, camaradas, nuestro saludo comunista.—Por el Comité Central del partido comunista de España. José Díaz, Secretario general

Madrid, 4 de marzo de 1936.
¡Hacia el triunfo de la revolución!

“Mundo Obrero”, 5 Marzo 1936