TRAICION DEL CONDE JULIAN
(De Gabriel Lobo Laso de la Vega.)
Con rigurosas señales Está el cielo amenazando
Al descuidado Rodrigo, Futuro mal denunciando.
Cometas, con largas colas, Ven con sanguinoso rastro,
Y bajar rayos al suelo En dia sereno y claro.
Oyen aullidos de perros En los campos y poblados,
Y en las hondas sepulturas Triste gemir de finados,
Y en sus cuevas las serpientes Dar silbos roncos y extraños :
Sintióse temblar la tierra Abierta por muchos cabos
Y por la region del aire Pelear hombres armados,
Y en los desiertos, de noche Ruido, bien como cuando
Dos gruesas haces se embisten Confusas voces sembrando.
Temerosa estaba España; Mas Rodrigo descuidado,
Que un lascivo pensamiento Le trae de sentido falto.
Tanta fuerza tiene amor En quien no le da de mano ,
Que sujeta la razon Y se rie del mas sabio.
En esto andaba Rodrigo, No en los agüeros pensando,
Ni en cómo de España iria Los limites dilatando;
Ni cómo á la sangre goda Mayor nombre de su brazo :
Solo con amor vacila, Con amor solo es su trato;
En la Cava solo piensa, No hay sin Cava alegre rato,
Y todo cuanto no es ella Es tiempo mal empleado;
Que esta es la vida ordinaria En cualquier enamorado.
Había Rodrigo á la Cava Su dolor manifestado,
A quien siempre halló firme En un propósito casto.
Mas como trae la ocasion Crin donde le echar la mano,
Y sea el medio mejor Para alcanzar lo intentado,
Hallóla Rodrigo, y tal Cual la demandaba el caso;
Porque como siempre estaba La Cava dentro en palacio
En servicio de la Reina, Iba la vista cebando,
Con cuya continuacion Crece el amor de lo amado.
Al fin, tomando por fuerza Lo que le era denegado,
Gozo de la bella Cava : ¡Hecho, en rey, por cierto malo!
Vino el conde Don Julian, Padre d'ella, que enviado
Fué á Roma con embajada Por el Rey con celo cauto,
Para poder conseguir Su intento mas á su salvo :
A quien la Cava se queja De la fuerza y duro rapto.
Tomólo el Conde de suerte, Que para poder vengarlo,
Viéndose falto de fuerzas Movió con los moros trato,
En que á España les daria Siendo d'ellos ayudado,
Y entrada por Algecira, O por Tarifa, su estado,
Donde á la Cava llevó, Y a su mujer, convocando
Criados, amigos, deudos, Que era el Conde emparentado,
Para el efecto ya dicho: ¡Tanto indigna un tal agravio,
Que obliga á un hombre á perder Vida , honra , alma y estado!
(Lobo LASO DE LA VEGA, Romancero y tragedias, etc. de.)
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