Como se imitan los dos ruiseñores- JUAN FLORENTÍN

"Como se imitan los dos ruiseñores", Villancico a dúo de Navidad de Juan Florentín (ca.1650), proveniente de la Colección Sánchez-Garza. Un fondo conventual poblano de la Nueva España bajo la custodia del Centro de Investigaciones y Documentación Musical "Carlos Chávez" del INBA.

Entre los diversos acervos musicales que han sobrevivido del periodo colonial destaca la Colección Sánchez Garza, una colección de música religiosa y profana, integrada de forma mayoritaria por manuscritos, que perteneció al convento de la
Santísima Trinidad de Puebla. Reúne papeles de música de los siglos XVI al XIX y en él se hallan obras de varios destacados maestros de capilla novohispanos, músicos catedralicios de Puebla, maestros de la Capilla Real de Madrid y compositores italianos y portugueses que mantuvieron un estrecho vínculo con el mundo iberoamericano.
La Colección la adquirió el Instituto Nacional de Bellas Artes de manos de la viuda del coronel Jesús Sánchez Garza y desde 1967 ha estado bajo el cuidado del Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información Musical (Cenidim)
del INBA). El reciente trabajo de catalogación y estudio de la Colección ha dejado salir a la luz una valiosa información sobre la música en el periodo colonial en torno a las obras, a los compositores, a la capilla musical de monjas del convento trinitario, a las prácticas musicales en el convento, al repertorio en uso en dicho monasterio, a la relación entre la catedral de Puebla y el convento, entre los maestros novohispanos y peninsulares con la capilla musical de monjas, a la circulación de
música, a la presencia de música profana en un espacio religioso derivado de las prácticas teatrales del convento, al registro de música instrumental, a los trabajos realizados en torno a la Colección.

TEXTO:
Estribillo:
Cómo se imitan los dos Ruiseñores
cantando acordes,
pues con suaves gojeos,
y con tiernas suspensiones,
si uno arulla, otro enamora
al sol que nace esta noche.

Coplas:
Al nacer del alba,
el sol más hermoso,
con dulce alborozo
ya le hace la salva
con festiva armonía
un jilguero al albor
del mexor día.

Mirando aquel llanto
de aquel sol que llora
cual si fuera aurora,
previene su canto,
porque sirva de arullo
el pasado acorde
canto suyo.

En acentos suaves,
los hombres entonen,
y glorias pregonen,
pues cantan las aves
enseñando al jilguero
a celebrar la dicha
con esmero.

El niño que alumbra,
el sol es que nace,
y al hombre le place,
pues al hombre encumbra.
Demuestra ya lo acorde,
pues lo humano y divino
ve concorde.